Doble vida (25)

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Doble vida (25)


Recuerdo que esa noche dormí muy perturbado por ese roce de la mano de mi madre en mi paquete, fue tal la calentura que me generó que no pude evitar masturbarme para poder conciliar el sueño

Al otro día me levanté y caí en la cuenta que, en adelante, si quería desayunar debía hacerlo en un bar o en la oficina porque no tenía nada de víveres en mi nuevo departamento. Pero era domingo, así que agarré mi ropa deportiva y me fui trotando y caminando de a ratos desde Puerto Madero a Barracas (no es tanto como parece) porque me había dado cuanta que no estaba mi fiel compañera de los últimos tiempos: mi bicicleta.

Llegué bastante sudado, a eso de las 11 y solo mamá y papá estaban levantados. Terminé desayunando unos mates con ellos. Insistieron en que me quedara a almorzar con ellos y no dudé ya que mi papá hizo un asado muy bueno. Quise mostrar mi colaboración y lo acompañé a la carnicería de Raúl para ir a buscar la carne que había encargado

Cuando íbamos en el camino hablando empezamos a hablar del departamento y mi padre hizo un comentario que desató todo lo que vino después

-        En ese departamento te vas a llevar minas a lo loco

-        ¿Que decís? ¡Si yo tengo menos minas que un lápiz!  – le dije riéndome

-        Bueno, yo conozco a una… - y no siguió

-        Bueno, a esa que conocemos la vas a tener más cerca y para vos solo ahora – le digo

-        Si, fue muy caliente lo del otro día, ¿no?  – reconoció mi padre

-        Es que Natalia es muy caliente – le dije yo

-        Salió a la familia – mi padre parecía dispuesto a hablar

Aproveché que llegamos a la carnicería para hacer una pausa y cuando estaba por retirar el asado y los chorizos, le pedí a Raúl que me agregara 2 mollejas y un trozo de ojo de bife. Lo pagué y mi padre me miró

-        Se nota que te está yendo muy bien, ¿no?

-        Mucho mejor de lo que nunca imaginé

-        Siempre tuviste mucha capacidad, lo que cambia es que ahora te enfocaste – dijo mi padre

Empezamos a volver caminando y quise retomar el rumbo de nuestra antigua conversación

-        ¿Sabes una cosa?

-        ¿Que?  – me dijo él

-        Creo que Nati me ayudó mucho

-        ¿Como?

-        Cuando empezamos a… - no me animé a ponerle verbo

-        Coger – mi padre sí se animó

-        Bueno, eso, creo que me empecé a esforzar en una dieta para agradarle a ella de manera definitiva y que el rechazo que sentía por mí se transforme en otra cosa

-        No es lo más normal del mundo que dos hermanos cojan – dijo mi padre

-        Bueno, en tal caso, que le chupe la pija al padre, tampoco -  me defendí

-        Sí, claro. A lo que iba es que si sirvió para todo lo que estas consiguiendo… - mi padre no veía con tan malos ojos nuestra incestuosa relación entre hermanos

-        Sí, creo que empecé a darme cuenta que si me lo propongo puedo conseguir cosas importantes.

-        Ya lo creo, mirá que cogerte a tu hermana después de lo que te odiaba – rió mi padre

-        Vos también te la vas a coger – le dije

-        No sé, lo que pasó hasta ahora fue porque ella estaba muy caliente. – dijo él

-        Pa, Natalia es muy caliente y se anima a todo, olvidate

-        Salió a la mamá, jaja

Mi padre dijo eso y me hizo volar de calentura. Después de todo lo vivido el día anterior en mi departamento y encima ese comentario hicieron que mi cabeza volara

Mi padre advirtió mi silencio y me preguntó si me había molestado el comentario acerca de mi madre. Le dije que no, que no había problema.

Llegamos a casa y a preparar el asado entre los dos mientras nos habríamos unas cervezas Heineken (otra de mis compras para ayudar a la familia, jeje)

El almuerzo estuvo por demás divertido y en varias ocasiones sonó la palabra despedida porque me había ido a Puerto Madero. Natalia me decía que ahora era millonario. Mamá que yo era rico y papá jugaba con que me tenía que pagar unos asados como estos de ahora en adelante.

A la tarde, me volví en bicicleta al departamento, es muy lindo Puerto Madero para andar en bicicleta, recuerdo que pensé. Recordé que ahí estaba la reserva ecológica y fui hacia allí. Antes de entrar pregunté a un grupo de chicos si podía ingresar con la bici. Por supuesto, me respondieron. Fue hermoso el paseo, sentía que me había ido al bosque, a otro lugar y estaba a metros de mi nuevo hogar. Creo que me estaba enamorando de mi nuevo barrio. No quería traicionar a mi querido Barracas, pero esto era definitivamente “otra liga”

Cuando llegó al edificio, el de seguridad me detiene y me dice que no es necesario que lleve mi bicicleta al departamento que podía dejarla en un sitio especialmente asignado para esto. No dudé y ahí dejé mi bicicleta, a escasos metros y vigilada por cámaras. Definitivamente era hermoso ese edificio.

Tuve la idea de recorrer el edificio y pasé por el gimnasio en donde vi varias mujeres y hombres entrenando y me llamó la atención para ser un domingo por la tarde. Después pasé por la piscina, pero como todavía no hacía mucho calor, no había nadie. No pude evitar imaginarme a muchas vecinas en malla.

Empecé la semana y el trabajo me absorbió por completo y recién cuando llegaba la mitad de semana un chat con mi hermana me hizo volver a mis más turbios y excitantes pensamientos

Eran las 19.30 y aún seguía en la oficina cuando me entra un mensaje de Natalia, mi caliente hermanita

-        ¿Como anda mi hermano empresario? Ya no me da más bola

-        ¡Hola hermanita! ¿Como estas?

-        Muy bien, un poco sola y abandonada

-        ¿Estas en casa?

-        Si, en mi cuarto, solita…

Ese corto diálogo ya me calentó en sí mismo y decidí que era momento de dejar de trabajar y cerré todo y me fui a mi nuevo departamento. Bajaba por la calle Sarmiento hacia puerto madero, cuando entró otro mensaje de mi hermana

-        ¿Vos? ¿Estás solito en ese departamento hermoso?

-        No, recién salgo de la oficina, voy para allá

-        ¿Cuánto tardas?

-        Caminando serán unos 10 minutos

-        Bueno, te dejo tranquilo, escribime cuando llegues

Me pareció que estaba despreciando un poco a mi hermana, pero en Buenos Aires no es aconsejable andar con el celular muy expuesto, de modo que lo guardé en el bolsillo del pantalón y me fui a mi departamento

Entré y luego de saludar a Ernesto, el vigilante del turno noche, me fui a mi departamento y ni bien crucé la puerta me empecé a escribir con mi hermana

-        Hola Nati, ya llegué

-        ¿Como estas?

-        Bien un poco cansado

-        Mamá quiere ir a llevarte unas milanesas, podría ir yo…

-        Cuando quieras, siempre sos bien recibida y con milanesas, mas – le escribí

-        ¿Te cuento una cosa?

-        Si, Contame

-        Con papá estoy cada día más caliente, también – me confesó

-        ¿Eso de “También” es porque el otro con el que estás caliente soy yo?

-        Sabes que si

-        Ah bueno, mejor entonces

-        Te gustaría que te cojamos entre los dos – me atreví a escribirle

-        Ayyyy Juan no me escribas esas cosas * EMOJi de FUEGO

-        ¿Te gustaría que te la meta en el culo papá o yo?

-        Los dos, una vez cada uno

-        Estoy re caliente – le confesé

-        Yo me estoy tocando

-        Yo también – le mentí porque no quería pajearme

-        Voy a acabar en cualquier momento – me decía ella

-        Quiero que acabes pensando que tenés la pija de papá en la concha y la mía en el culo

-        Aghhh ahhhhh ahhhh estoy acabando HDP – me escribió mi hermana

-        Me encanta que acabes -  le puse

-        ¿Vos vas a acabar?

EN ese momento me dije ¿por qué no? Y saqué mi verga para hacerme la primera paja en mi nuevo departamento. Era una especie de inauguración.

Fui a buscar papel higiénico y me tendí boca arriba y totalmente desnudo en la cama. Comencé a sacudirme la verga y le escribí a mi hermana

-        Quiero que me hagas acabar vos

-        Solo mirá el teléfono, yo escribo - me puso

-        Dale

-        Quiero ir a tu departamento y después irnos a la pileta de la terraza. Después meterme bajo el agua y empezar a chuparte la pija. Vos miras para todos lados y notas que hay una chica que se da cuenta de la situación, yo salgo del agua a cada rato y te beso, pero vuelvo a sumergirme y te chupo la pija. Ella viene y se tira cerca de nosotros y se mete debajo del agua para mirar cómo te la chupo. Cuando sale del agua la miro y le pregunto si se anima a chupártela ella

-        Aghhhh Natiiiii estoy acabando

-        Seeeee te la chupa y yo te beso en la boca

De mi verga salieron unos chorros que cayeron en todo mi pecho. Los recogía con el papel higiénico y me fui limpiando. Cuando miro el teléfono nuevamente tengo un audio de mi hermana que decía

-        Me encanta hacerte acabar, hermanito, pero más me gusta que vos me hagas acabar a mí. Besos. Pronto te llevo unas milanesas.

Esa noche dormí muy relajado.

Al otro día tuve mucho trabajo. No quiero caer en redundancias, pero el trabajo era muy intenso, sobre todo sin Ricardo. Es verdad que ganaba muy bien, pero cada vez entraban más pedidos y no quería que se perdiera nada por el camino. Los controles eran muy importantes en toda la operación.

Por suerte, ese día parecía que todo terminaba bastante temprano. En eso estaba cuando recibo un mensaje de mi mamá que iba a ir al departamento a traerme unas milanesas que había hecho. Le dije que entre y que las deje y que nos encontráramos en un bar llamado El Boleo que está a dos cuadras del departamento y la invitaba a tomar algo.

Llegué y la vi hermosa, realmente no aparentaba su edad. Iba vestida con un pantalón negó ceñido, unos tacones y una camisa blanca con volados y bastante transparente, aunque no se divisaba nada porque llevaba un corpiño del mismo color.

Nos atendió una camarera muy amable y nos trajo un Aperol para mi mamá y un gin tonic para mí. Empezamos a beber y se me ocurrió pedir una pizza y renovamos los tragos

-        Noooo, otro trago no! – decía mi mamá riendo

-        ¡Dale, ma! Disfrutá un poco – le dije

-        No estoy acostumbrada a tomar más de un trago – decía ella

Vino la moza con los dos tragos y la pizza que estaba muy bien y seguimos charlando con mamá. En un momento, pasó un chico vendiendo flores y me dijo ¿“no te parece que tu novia se merece unas flores?” Sí, claro, le respondí y le compré un ramo y se lo regalé a mi mamá

-        Gracias mi amor – me dijo y me dio un beso nuevamente en la comisura de mi boca

-        Gracias a vos por compartir esta tarde conmigo – le dije ya un poco caliente

A ella se la notaba achispada y riendo por demás. Quizás fue por eso que hizo ese comentario.

-        Voy a sentirme muy bien con vos.

-        ¿Si? ¿Por qué?

-        El chico que me confunde con tu novia y el otro día… - no quiso seguir

-        ¿El otro día que?  – le dije

-        ¡Pude ver que mi culo todavía calienta a un joven, como vos!  – dijo ella y se echó a reír como loca

Mi verga comenzó a pararse y también por efecto del alcohol fue que le dije

-        Tu culo solo, no. Vos toda, estas para calentar a cualquiera – me atreví

-        Ayyyy gracias se ruborizó

En ese momento pude percibir dos cosas. La primera, es que los pezones de mi madre parecían erguirse debajo de la blanca tela de la camisa y la segunda es que empezaban a caer unas gotas sobre nosotros que estábamos al aire libre

Aunque se cortara un poco la onda, ya nos quedaba muy poco de bebida y nada de la pizza. Fue entonces que le dije:

-        Mami, pago y vamos porque están cayendo unas gotas

-        Ay la estaba pasando tan lindo con esta vista

Mi mamá miraba en dirección al puente de la mujer y las luces de la ciudad que comenzaban a encenderse y me dio un poco de lástima que todo se cortara de esa manera

-        ¿Vamos al departamento y miramos por la ventana que tenemos una vista re linda, te parece?  – le dije

-        Se va a hacer muy tarde – se excusó ella

-        Después te pido un Uber – le dije

-        O me quedo a dormir – dijo riendo

-        Serías la primera mujer que lo hace – le dije

-        Una madurita – mi madre estalló en una carcajada

Salimos hacia el departamento y se largó una lluvia terrible. EN las dos cuadras que caminamos nos empapamos de pies a cabeza. Entramos como pudimos rápidamente y apenas si saludé al personal de seguridad.

Entramos en el ascensor y fue ahí cuando la vi y me di cuenta que con la lluvia se le transparentaban el corpiño y la camisa, dándole a sus tetas una visión maravillosa

Podía ver por primera vez el pezón oscuro de mi madre que contrastaba con la blancura de su piel y de la camisa. Fue tan obvia y descarada mi mirada que ella agachó la cabeza para mirarse. Cuando la levantaba lentamente, la detuvo a la altura de mi bulto que era una carpa tremenda

-        Ah bueno, veo que no solo con mi culo te despierto eso – dijo mirando mi paquete

-        No, mami, sos hermosa, estás hermosa así. – le dije

El ascensor se abrió y nos sacó de esa fascinación con la cual nos estábamos mirando.

-        Entremos, vení – dije y la tomé de la mano

-        Si, vamos – ella la agarró y no la soltó

Metí la mano en el bolsillo y saqué la llave. Me costó abrir la puerta con una sola mano, pero lo hice, no quería soltarla.

Cuando entramos la llevé directo al baño y le dije

-        Vamos a secarnos – entonces la solté para buscar un toallón

Me puse a abrir un pequeño placard en donde había dos toallones y luego me giré para verla y lo que vi me dejó atónito.

Mi madre se estaba sacando la camisa y quedando en un hermoso sujetador transparente, blanco y de encaje

-        Sacate la ropa que estas todo mojado y te vas a enfermar – no pudo dejar de ser madre ni en ese momento

-        Si si – me apuré yo

Rápidamente me quité los zapatos, la camisa y el pantalón quedando en bóxers con una carpa que era un escándalo, por donde se lo mire.

En ese momento, para evitar mirarla directamente a ella elegí mirarla a través del espejo. Ella hizo lo mismo y me miró a los ojos, diciendo

-        Veo que sigo provocándote una linda carpa

-        Si, mami, sé que está mal, pero no puedo evitarlo – le confesé

-        No sé si está mal, pero a mí me gusta que se te pare por mi

-        Si mami, se me pone re dura cuando te veo… - no me animé a seguir

-        ¿Cuando me ves que? ¿Las tetas?  – continuó ella

-        Si, mami, las tetas – pude terminar

En ese momento mi madre hizo algo que no me esperaba de ninguna manera y una mano me acarició el bulto por encima de la fina tela del bóxer

-        Ayyyy – me asusté en ese momento

-        No te asustes, dejame sentir lo que provoco – dijo ella mirándome a los ojos, siempre a través del espejo

-        Aghhh siii, mami. – susurré

Mi madre ahora comenzó a pajearme suave y dulcemente agarrando mi pija desde el exterior con la tela de la fina prenda interior

-        ¿Te gusta?  – me dijo

-        Si, mami

-        Queres que mamá te ayude a descargarte?

-        Si, mami, siiii – le rogué

Fue entonces que mi mamá se acercó un poco más y tomando el elástico del bóxer metió ambas manos a los costados y lo bajó liberando mi dura pija que babeaba liquido pre seminal a borbotones como un recipiente que se derrama después de sobrepasarse

Ella supo que tenía que hacer. Calculó cada movimiento y se puso detrás de mí y me habló al oído mientras comenzaba a pajearme y me miraba a través del espejo, como durante todo el tiempo

-        Tenés una pija hermosa, Juan – me dijo

-        ¿Si, mami, te gusta?

-        Mucho, ¿y a vos? ¿te gusta que mamá te pajee?

-        Me encanta, siiii

Sentir la calidez de la mano de mi madre envolviendo mi verga y deslizándose con suavidad era algo que ni en mis mejores y más húmedos sueños imaginé

El calor de su aliento en mi oído y su mano pajeándome, la mejor combinación que puede haber.

-        Quiero que te descargues y saques toda la leche

-        Aghh mamiiii – escuchar esas palabras me llevaban al extremo del placer

-        Dale, dame toda la leche

-        Aghhh voy a acabar mami – dije en un susurro

Mi mamá supo lo que tenía que hacer. Apuntó la punta de mi verga a la pileta y en el oído me susurraba mirándome, como siempre, por el espejo

-        Me gusta pajearte, Juancito

-        Aggghhhh ahhhhhh

-        Siiii asiiiii acabá asiiii

Salió un primer chorro que golpeó en la pileta, mi madre no calculó el segundo que paso por encima de la canilla e impactó en el espejo manchándolo, el tercero y cuarto fueron más controlados.

Cuando hubo terminado todo, mi madre empezó a limpiar como si no hubiese ocurrido nada. Yo no supe que hacer ni que decir. Solo atiné a decir

-        Mami, quiero que vos también goces

-        No te hagas problema, mi amor que yo lo disfruté mucho

-        Pero…

En ese momento me dio un beso en la boca, corto, sin abrirla, pero permaneció unos segundos para que yo me calle definitivamente

Yo la apreté contra mí y la agarré fuerte de la cola. Ella deshizo el abrazo y comenzó a buscar un secador de pelo para su cabello y su camisa.

-        Andá a buscar algo para ponerte – me ordenó

-        Si mami – le dije

A los 20 minutos mi madre me estaba diciendo que le pida el Uber para volver a casa. Yo me sentía tenso y no sabía cómo encararla.

Armándome de valor, cuando la despedí, le dije:

-        Algún día me gustaría ser yo quien te de placer a vos

Su respuesta me sorprendió tanto como su mirada de deseo:

-        Lo tomo como una promesa, entonces

Me dio un beso corto, muy corto en la boca y salió por la puerta

 

 (continuará…)

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Doble vida (24)

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Doble vida (24)

Pasaron varios días y llegó el momento en el que Ricardo, mi jefe, se marcharía 15 días EEUU para empezar a armar el negocio desde allá.

El primer día fue de nervios total. Me sentía sobrepasado y que no iba a poder con nada, pero resultó que pude con todo, salvo el detalle de que me fui de la oficina a las 10 de la noche y me traje cosas para hacer en mi habitación.

Pasaron dos o tres días más y ya empecé a llevarlo mejor, con menos stress

Ricardo en una de las conversaciones me dice que me va a ir a ver Luciana que es una agente inmobiliaria para mostrarme un departamento. Le pregunté por qué y me dijo que es hora de que me vaya a vivir solo. Le reconocí que no le faltaba razón

Al otro día a las 13 hs aparece Luciana y se presenta diciéndome que me iba a llevar a ver un departamento a Puerto Madero.

Para ubicarlos Luciana desbordaba simpatía, pero sin dar lugar a la confusión. Se notaba de que era solo comercial el trato que tenía para conmigo. Entramos al edificio de Puerto Madero y yo no podía creer que algún día fuera yo el que viviría en un lugar así. Cuando subimos juntos en el ascensor la miré y me pareció muy bonita. Aclaro que al no considerarme a mí mismo apuesto, considero que todas las mujeres son el blanco ideal.

Salimos en el quinto piso y tomando una llave abrió la puerta. Lo que vi no lo pude creer. Era un ambiente totalmente luminoso y con un balcón que daba a los diques. Una auténtica belleza inmobiliaria. Me llamó la atención que estaba completamente amueblado y con muy buen gusto. Yo inocentemente, le pregunté:

-        ¿Vive alguien acá?

-        Por ahora está alquilado por temporadas cortas, pero el dueño no tiene problema en hacer un contrato a 2 años en dólares billete

Cuando escuché “dólares billete” supe que no era para mí ese departamento, pero me mostré muy sereno y continué la visita.

Era un departamento de 2 ambientes grande: cocina integrada con living comedor, dormitorio y un baño grande. Perfecto para mí que estaba acostumbrado al 2 x 3 metros de mi habitación.

Después de recorrer el departamento nos sentamos en la mesa del comedor y ella sacó una pequeña carpeta y empezó a leer en detalle la cantidad de metros cuadrados, cuanto pagaba de expensas y el detalle del valor en dólares.

Las expensas me parecieron caras y debo haberlo manifestado con un gesto porque rápidamente aclaró

-        El edificio tiene seguridad privada las 24 hs, muy útil para recibir envíos también – hizo una pausa – gimnasio, que ahora lo vamos a ver y piscina en la terraza

-        Ahora entiendo el valor de las expensas – aclaré

En mi casa de Barracas no se pagaba eso ni contando impuestos, arreglos, luz y gas. Me parecía muy caro, pero debía darme cuenta que podía pagar eso. Aún faltaba saber el precio del alquiles en dólares y quise preguntar

-        No me dijiste el precio del alquiler en dólares – le solté

-        Ah, lo siento, pero no te lo puedo decir – me soltó

-        Ricardo, me pidió que te mostrara el departamento y te diera el detalle de las expensas y que me confirmes si te gusta

-        No entiendo – le dije

-        ¿Qué cosa?  – me dijo ella

-        ¿Y cómo voy a confirmarte si no sé cuánto tengo que pagar?

-        Ahhh jajaja – sonrió ella con toda su cara

-        No entiendo

-        Ahhhh no te dijo Ricardo? – me soltó

-        ¿Qué cosa?

-        El alquiler lo paga la empresa

-        Pero…

-        Si, solo necesito saber si estás de acuerdo con todo lo demás

Juro que en ese momento me quedé mudo y me puse a pensar en todo lo que había sucedido en los últimos meses. Conseguir un trabajo estable para empezar y que todo siga como hasta ahora era un sueño del que no quería despertarme.

No sé cuánto tiempo estuve abstraído pero la voz de Luciana me sacó de mi ensimismamiento

-        Juan

-        Si, perdón -  le dije alborotado

-        ¿Qué pensás?

-        En muchas cosas – dije sin poder reprimir la emoción frente a esta extraña mujer

-        Bueno, ¿firmamos entonces?

-        Si, firmemos – Di por terminado el asunto

El departamento estaba amueblado y con todos lo necesario para habitarlo ya mismo. La posesión la tendría de inmediato, de modo que pasé por la oficina a buscar cajas para llevar las cosas.

Llamé a un Uber y subí con varias cajas desarmadas y me fui a mi casa, en donde me esperaba mi familia a la cual le comunicaría que me iba de la casa

Llegué y solo estaba mi mamá

-        Hola mami – dije

-        ¿Qué haces con esas cajas?  – me preguntó intrigada

-        Bueno, yo… - me costaba decirle a mi mamá que me iba de mi casa

-        ¿Qué pasa, mi amor?  – me dijo ella cuando me vio perturbado

-        Es que voy a embalar mis cosas porque me voy a mudar

-        ¿A mudar? ¿A dónde?

-        A un departamento

No quise ser muy específico, pero con mi madre iba a ser imposible ocultar las cosas por demasiado tiempo.

-        ¿A un departamento? ¿En dónde?  – siguió ella

-        En puerto Madero

-        ¿Y con qué plata? ¿En qué andas, Juan?  – mi madre se preocupaba y no entendía bien mi situación

-        Vení mami, sentate – le pedí

-        Bueno – dijo ella resignada

Le conté con el mayor detalle posible todo lo que había conseguido en este último tiempo en el trabajo. Le hablé maravillas de Ricardo, mi jefe y le conté que la empresa va a pagar el alquiler del departamento. Mi madre más de una vez se mostró desconfiada y me dijo que tenga cuidado.

-        Estoy orgullosa de vos – dijo ella finalmente

-        Gracias mami – le dije parándome

-        Siempre confié en tus capacidades – dijo y me abrazó

Pude sentir el contacto de sus pechos sobre los míos y sentí una corriente de excitación. ¿Qué me pasaba? No podía excitarme con mi madre

Pese a haberse cruzado ese pensamiento me aferre más fuerte a ella y ella me correspondió. En ese momento recordé que se excitaba con haberme visto con María y recordaba mi pija y sucedió lo inevitable: mi verga comenzó a pararse y supe que mi madre no podría no notarla.

Fue entonces cuando mi madre, en el momento que sintió mi pija se apretó aún más en lugar de separarse. Yo no supe que hacer.

Creo que en ese momento mi madre tomó conciencia de todo y separándose me dijo:

-        Vamos a tu habitación que te ayudo a guardar algunas cosas

-        Dale – dije visiblemente contrariado

Fuimos a la habitación y fui armando primero las cajas mientras mi madre sacaba cosas del placard y las apoyaba en mi cama. Realmente era muy poca la ropa que servía, el resto era de mi antiguo cuerpo. Mi madre me miró y me dijo

-        ¿Qué pensás hacer con toda esta ropa grande? ¿La donamos a la iglesia?

-        ¿Te parece?  – le dije

-        Yo te veo tan firme en tu nueva vida que no creo que vuelvas a tener ese sobrepeso nunca mas

-        Espero que no…

-        Armemos una caja que diga ropa hombre grande – dijo ella

-        Ponele GORDO – dije riéndome

-        Jajaja

Al rato llegó mi padre y le conté la situación de la inminente mudanza. Mi madre se aferró a él y lloró, pero supo que todo era parte del ciclo de la vida. Lo que había sucedido con mi madurez tardía era algo que no es lo esperable, pero a mi edad era hora de abandonar el nido familiar.

Aproveché para mostrarles fotos del departamento y ellos se emocionaron aún más. Al rato, cuando ya habíamos embalado todo, se me ocurrió una idea muy buena. El sábado siguiente iríamos los cuatro a comer a Madero luego de hacer la pequeña mudanza.

Llegó el día de la mudanza, 5 cajas locas con libros, poca ropa, adornos, calzado y ropa interior. Fuimos los cuatro juntos en el auto como hacía mucho tiempo que no sucedía. Al llegar estaban todos expectantes de ver el edificio y el departamento.

Le avisé al personal de seguridad y me permitió acceder a una cochera de cortesía para visitas y bajamos todo rápidamente y nos fuimos al departamento. Con mi madre acomodábamos todo en mi cuarto, mientras mi padre y mi hermana colocaban algunos libros en la biblioteca. Eran las 11.30 y ya habíamos terminado todo. Les propuse ir a caminar. Fuimos los cuatro y cuando nos cansamos nos metimos en una parrilla en donde no dudé en invitarlos nuevamente:

-        Tenemos un hijo rico – bromeó mi padre

-        Qué lindo tener un hermano millonario – dijo mi hermana

Natalia acomodó su servilleta sobre sus piernas y aprovechó para acariciarme la pierna y acercar su mano a mi bulto. Yo casi me sobresalto, pero por suerte no fue percibido por nadie de la familia o eso creí en el momento. Almorzamos y la pasamos realmente muy bien.

Al momento de concluir el almuerzo, tomé conciencia de que ellos se irían y yo me quedaría en mi departamento solo por primera vez.

Fuimos todos caminando al edificio y empezaba a recorrer mi cuerpo un sentimiento de nervios que no entendí en el momento y supe que estaba dando un paso importante en mi independencia. En pocos meses, estaba empezando a madurar lo que no había hecho en los últimos 15 años

Cuando llegamos al edificio les pedí que me acompañaran al departamento así le daba un juego de llaves a ellos para tener por las dudas.

-        Subo yo – se anticipó mi hermana

-        No, subo yo. Quiero ver algunas cosas antes de irnos – dijo mi madre

-        Bueno – se resignó mi madre

Con mi madre subíamos al ascensor cuando detrás nuestro suben una pareja de dos chicos con dos valijas grandes.

-        ¿Entramos?  – dijo uno de los chicos

-        Si si – dije yo tirándome para atrás y agarrando a mi madre y colocándola delante de mi

Los chicos entraron las valijas y en el momento de acomodarnos el culo de mi madre quedó apoyado sobre mi bulto. El ascensor comenzó a subir y mi cuerpo empezó a traicionarme de manera en que fue mi verga la que empezó a levantarse y ponerse muy dura sobre el culo de mi mamá. No había manera de que ella no notara mi erección. Mi madre no parecía incómoda, todo lo contrario, ya que los chicos bajaron en su piso y demoró bastante en separarse de mí

-        Perdón mami, es que yo – le dije tratando de disculparme

-        ¿Ah por esto?  – dijo ella y me rozó con su mano el paquete

-        ¡Mamá!  – le dije sobresaltándome

-        ¡No te hagas problema y no te asustes!  – dijo y volvió a acariciar la zona

Esto hizo que mi verga no se pudiera bajar ni un palmo.

-        Es lindo saber que este culo viejo aún despierta algún deseo, aunque no esté bien que sea mi hijo, pero es una caricia mi ego

-        Si, mami, ese culo todavía está muy bien – dije y me arrepentí de usar la palabra “todavía”

-        ¿Todavía? ¿Significa que me queda poco? – dijo ella y me quise morir aún mas

-        No, mami, no, estas buenísima. Te juro – le dije y ahora creo que me había pasado para el otro lado

-        Ah bueno, eso está mejor – dijo ella divertida

En ese momento hizo algo que no me lo esperaba. Antes de salir del ascensor tiró su culo para atrás y lo restregó por todo mi duro paquete

-        Tenías razón, veo que este culo TODAVIA tiene su encanto – hizo énfasis en la palabra todavía

Yo me quedé duro, en todo sentido, en la puerta del ascensor y me madre ya estaba en la puerta del departamento.

Abrí, entramos y busqué el juego de llaves mientras ella recorría el departamento. Yo la miraba y la encontraba increíblemente sexi en su pantalón ajustado, sus tacos altos y sus pechos apretados y prominentes.

Creo que ella sintió mi mirada, pero no dijo nada en el momento. Yo me separé un poco más para mirarla mejor y entonces sí me dijo

-        Que pasa que me mirás así

-        Es que estás muy buena, mami – le solté

-        Ahhhh mirá vos mi hijo lo que le dice a la mami! – se reía ella

Yo la veía hermosa, ahí de pie en mi departamento. Juro que en ese momento tuve unas ganas repentinas de ir a abrazarla, apoyarla, manosearla descaradamente y besarla.

Creo que ella percibió el deseo en mis ojos y fue por eso que dijo:

-        Bueno, mejor voy bajando porque tu hermana y tu papá se van a preocupar

-        Si, si, mejor

-        Ah – me dijo ella cuando llegó a la puerta y se giró para mirarme

-        ¿Qué ma?

-        Si vos no tenés problema un día vengo a traerte algunas cosas para que vayas llenando la heladera.

-        Si, mami, vos podés venir cuando quieras, ya tenés llaves

-        ¡Pero podrías estar con alguien!  – dijo ella

-        No creo – dije apesadumbrado

-        No te hagas el pobrecito que ahora con ese cuerpo y eso duro que sentí, más de una va a venir a este departamento

-        Me haces poner colorado, mami – le dije

-        Chau, mi amor – me dijo

Mi mamá me dio un beso cortito y suave, pero esta vez lo hizo en la mitad de mi boca y la otra mitad en la mejilla. Mi verga dio un respingo y estuve a punto de abrazarla y atraerla hacia mí

-        Chau ma – solo atiné a decir

 

 (continuará…)

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