Martín tiene 39 años y hace 15 que está casado con Silvina. Ellos tienen 2 hijos de 10 y 12 años. Hace mucho que tienen una vida sexual plena y en la cama hicieron de todo juntos. Al principio, Silvina era un poco tímida con algunas cosas, pero nunca fue una mojigata y con tiempo, confianza, pero sobre todo con excitación, empezó a soltarse cada vez más.
Toda esta historia comenzó, por una pregunta fortuita que oyeron en la radio. Martin y Silvina iban en al auto escuchando una emisora local. Un locutor le pregunta a otro: “estas más cerca del divorcio o del trío?” El otro responde, “quiero creer que del trío”
En ese momento, Martín la mira a Silvina y le dice:
- ¿Y nosotros? ¿De qué estamos más cerca?
- Yo no me quiero divorciar, dice Silvina riendo
El tema quedó en el aire y no siguieron hablando, pero…
Esa noche mientras los chicos dormían, Martín y Silvina cogían en su cuarto. Se conocían mucho mutuamente y sabían que para ambos la previa del coito era fundamental. Es por eso que Martín ya la había hecho acabar chupándole la concha y ella le había hecho sexo oral.
Silvina se encontraba montada a su marido cuando éste la penetraba por la concha y le acariciaba el culo. Con ambas manos le abría bien la cola. Un dedo de él se fue acercando al ano de su esposa. Martín le agarró del pelo y la trajo para acercar su boca al oído y comenzó a decirle:
- Me gusta que estés así de expuesta con la cola bien abierta
- Mmmmm
- Te imaginás que entra un tipo y te ve así con el culo expuesto
- Aghhhh, me calienta
- Mmmmm, él se acerca y se para atrás tuyo
- Aghhhh, sí, seguí
- Te pone la punta de la pija en el culo
- Aghhhhh
Entonces le apoyó la punta del dedo en el culo y le dio al oído nuevamente
- Mirá te la va a meter
- Aghhhhh siiiii
- Queres que te la meta?
- Siiiii,
- Pedíselo
- Meteme la pija, gritó ella
Martín, le metió de golpe dos dedos bien profundos en el culo y la besó en la boca para ahogar el grito.
- Aghhh ah mmmm Mmmmm ah ah ah,
Silvina acabó en un orgasmo muy intenso. Martín, que ya estaba a punto, se dejó ir y acabó diciéndole al oído
- Sentí como te cogemos entre los dos
- Aghhh siiii cójanme, así así
- Mmmmm, sentís las dos pijas?
- Siiiii, por la concha y por el culo!!!!
- Aghhhh, aggghhh seguía acabando Martín
- Creo que hacía mucho que no acababa así, dijo ella
- Y yo no sabes la leche que largué, creo que nunca tanto, jaja
- Si no despertamos a los chicos hoy, no lo hacemos nunca más...
Pasó el tiempo, varias semanas y un día, en una conversación sobre los tríos, jugando él le preguntó con cuál de sus amigos haría un trío y ella no quiso contestarle eso.
- Dale, ¿me vas a decir que no te gusta Pablo?
- Noooo, para nada, te juro
- Pero alguno tiene que haber
- ¿A vos te gusta alguna amiga mía?
- Si, Emilia es la única, por cuerpo y actitud, la imagino la mejor, las otras no me van
- Bueno, si es por eso…
- No me vas a decir que ningún amigo mío. Dale… es un juego
- Amigo amigo, no, se animó Silvina
- ¿Quien?
- Alguien que trabajó con vos y hace mucho que no lo ves
- ¿Quien?
- Ya sabes, no te hagas el boludo
- Agustín?
- ¿Viste que sabías?
- Jaja, si una vez me comentaste que te parecía muy lindo
Un par de noches más tarde, antes de empezar a tener sexo Martín le comenta en chiste
- Mmmmm, mirá que linda que estás con ese camisón, si viene Agustín y te ve seguro que se re calienta
- Mmmmm, ella lo besó con pasión y él se dio cuenta que eso la encendía a su mujer
- Si Agustín llega a ver esas tetas sin corpiño seguro que se le re para la pija
- Mmmmm, vos decís que le gustarán? Jugaba ella
- Le van a encantar, a ver… mostrásela, le dice él jugando
- ¿Te gustan mis tetas, Agustín?
Dice ella mientras se baja los breteles del camisón y lo deja caer mirando hacia la puerta de entrada del dormitorio. Pese a ser muy tímida en sociedad, cuando estaba caliente Silvina era muy animada en la intimidad y se animaba a cosas, hasta para ella misma impensadas fuera de ese ámbito.
Escuchar de boca de su mujer que le hablaba a su amigo, ahora no tan imaginario y un poco más real, encendió a Martín de una manera especial. Quizás fue por eso que se abalanzó sobre una de sus tetas chupando uno de sus pezones con vehemencia. Mientras le llenaba los rosados botones con saliva, pasaba con la boca a la otra teta mientras daba atención con sus dedos en el otro pezón.
Por su parte, Silvina tenía unas tetas muy sensibles, motivo por el cual le encantaba que le chupen las tetas. Ella se estiraba acariciando la cabeza de su marido y gozando como loca.
- Imaginate que los dos te chupamos las tetas a la vez
- Mmmmm, siiiii, chúpenme las tetas los dos, decía ella
Y de esa manera, imaginando que era poseída por su marido y su amigo se fue soltando, pero no totalmente. Hasta que Martín le dijo
- Dale, soltate, sentite una puta mía y de Agustín
- Mmmmm, ¿sí? Te gusta que sea puta
- Mmmmm, si, dijo Martín
- Y que me coja tu amigo, ¿te gustaría?
- Mmmmm, siiiii
Silvina le empezó a chupar la pija a Marín mientras le decía todo esto y levantó la cola agregando
- Ahora Agustín me la mete mientras yo te chupo la pija
Ahora volvía a pronunciar el nombre del amigo de su marido, pero esta vez jugando más fuerte, imaginando que era cogida por él.
- Mmmmm, decía Martín al borde del orgasmo
- Ahhhh, que rica se siente esa pija adentro, decía Silvina mientras se frotaba el clítoris con una mano, mientras con la otra pajeaba a su marido
- Mmmmm, ¿sí? Te gusta
- Me encanta que me coja mientras te chupo
- Mmmmm, siiiii, me vas a hacer acabar
- Aghhhhh, que pija que tiene!
- Mmmmm, agggghhhhh
- Cogeme Agustín, dice ella al borde del orgasmo
- Aghhhh acabo, dice él
- Siiiiii, yo también, susurra ella
- Aghhh ah ah ah ah ah ah ah, potentes chorros estallan dentro de la boca de Silvina
- Agggggggg, aggggghhhhhhh, Silvina se convulsiona frotándose el clítoris mientras se imagina totalmente penetrada por el amigo de su marido
- Me encantó, dijo él
- Si dijo ella, me lo imaginé realmente
- Casi que lo viviste, ¿no?
Ella se derrumbó encima de su marido y con restos de semen en su boca lo besó profundamente. La pija de Martín yacía descansando y ella montada sobre su marido seguía besándolo con mucha pasión.
- ¿Quedaste con ganas? Le preguntó él
- No, acabé, pero podría seguir si quisiera
- TE gustó imaginarte con él, le dijo Martín
- Si, y von vos, por supuesto
- ¿Te animarías a enfiestarte con él y conmigo?
La pija de Martín comenzaba a tomar forma mientras las palabras salían de su boca
- Solo si vos queres
- No sé, dijo él, puede estar bueno
- A mí me calienta pensarlo, dijo ella
- Estaría buena una fiestita cogiéndote
- Mmmmm y llenándome de leche, Silvina iba a fondo mientras sentía la dureza del miembro de Martín
- Uffff, me estoy calentando, dijo él
- Ojo, que está la puerta sin llave, dijo ella mirándolo con picardía
- Puede entrar alguien… dijo ella
Silvina giró hacia su mesita de luz y sacó un dildo del tercer cajón mostrándoselo a su marido.
- ¿Y eso? Dijo Martín
- Lo compramos por internet con Emilia, uno para cada una
- Mirá vos
- Y ahora se te ocurrió algo muy chanchito, ¿no?
- Siiiii, dijo ella
En un rápido movimiento Silvina se acomodó agarrando la verga de su marido y se lo montó clavándosela hasta el fondo. Tuvo que cerrar los ojos cuando la sintió completamente dentro. Abrió los ojos lentamente y mirándolo directamente a du marido comenzó a chupar el dildo mojándolo con mucha saliva, y le dijo
- ¿Me van a coger entre los dos?
- Siiiiiii, dijó él
Silvina se agachó para besarlo y con su mano llevó el dildo apoyándolo en la entrada de su cola. Él correspondió el beso, más luego ambos se buscaron el oído
- Ayyyy siento la pija de Agustín en la puerta del culo, dijo Silvina
- Mmmmm, dijo Martín y agarró la mano que sostenía el dildo
- Mmmmm, susurraba ella
- Te la mete despacio, ¿la sentís? Y presionó metiendo la punta en el culo
- Aghhhh, siiii Siiiii
- Sentí como va entrando…
- Me encanta
- Sentí las dos pijas adentro, decía Martín
- Cójanme, siiii,
- Siento su pija yo también
- Aghhhh, cójanme entre los dos, si si si
- Aghhh voy a acabar mi amor
- Siiii, yo también
- ¡Con dos pijas adentro!
- Siiii, ah ah ah acaboooooo
- Aghhhh aghhhh yo también ah ah ah
La pija de Martín se sacudía dando espasmos y largando fuertes chorros de leche dentro de la húmeda vagina de Silvina. Era inmenso el placer que habían sentido.
Se besaron en la boca y el beso duró una eternidad. No querían despegarse, la verga de Martín iba perdiendo firmeza y el dildo se iba retirando con la pequeña mano de Silvina tomándolo de la base y sintiendo como su ano se iba cerrando
No volvieron a hablar del tema y su vida siguió corrientemente
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