Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Clara y Lorena III. Aventuras familiares

 


Lorena me había llevado de su mano a un momento muy caliente. No terminaba de creer lo que habíamos hecho y peor aún, lo que estábamos por hacer. Si bien era increíble y absolutamente morboso, la situación me excitaba mucho

Para colmo de males, en ese momento Ramiro mete la mano dentro de su short y agarra su pija bien dura y la saca despacio. Nuestras caras eran un poema. ¡Por Dios, que pija tenía mi hermano! Lorena no daba más. Él, muy descarado, se pajea mirándonos a los ojos y nos dice: ¿les gusta? Las dos no podemos ni hablar. Sigue pajeándose frente a nosotras. Lo hace muy lentamente y no puedo dejar de mirarlo.  Es un momento crucial. Me tengo que ir. Pero no puedo levantarme. Lorena alarga una mano hasta la pija de él y le dice: ¿te la puedo tocar? Estaba esperando eso y le acaricia el pelo. Yo instintivamente me muevo para ver todo más cerca. Una pregunta me atormenta ¿Porque mi cuerpo no responde y actúa inconscientemente? Debo levantarme e irme, pero sin embargo hago todo lo contrario y me acerco a ellos

Ella sentada como está se acerca con la boca y mirándolo le vuelve a preguntar: ¿Y chupártela un poquito? ¿puedo? Siiiii dice él divertido, pero solo un poquito. Lorena, como puede, se mete toda la pija en la boca de un solo movimiento.

Yo tratando de poner un poco de cordura intento levantarme. Y Ramiro me dice: Por mí, no te vayas. No me molesta. A esta altura Lorena se la está chupando con desesperación. Yo no sé qué hacer cuando siento la mano de mi hermano que me acaricia el hombro. Mi cuerpo tiembla. Ramiro me acaricia el pelo y después la mejilla. Yo muevo la cabeza para todos lados. Con su dedo pulgar enorme me roza la mejilla y lo acerca peligrosamente a mis labios. Yo saco la lengua para humedecerme los labios y él aprovecha para meterme el dedo pulgar entre los labios. Yo no doy más y abro la boca para chuparle el dedo. Es mi hermano. Sé que está mal lo que estoy haciendo, pero no puedo resistirme.

Lo que sucede a continuación no lo puedo explicar. Pero lo puedo contar: Lorena me mira a los ojos con la pija de mi hermano en la boca, se la saca diciéndome:

-        ¡Mmmmm, no sabes lo rica que está esta pija! Tenés que probarla…

Yo niego con la cabeza, pero no dejo de chupar el dedo de Ramiro. Ella agarra la verga de mi hermano, me la acerca y me la pasa por la mejilla. Sentir ese pedazo de carne caliente rozando mi mejilla hizo que perdiera toda cordura. Abrí mi boca saqué la lengua y la pasé por el glande. Lo miré a los ojos:

-        ¿Puedo Rami?

-        Si, hermanita chúpame la pija, por favor.

A partir de ahí saqué mi mejor papel de puta. Lo volví a mirar a los ojos:

-        ¿tenés muchas ganas de que te chupe la pija?

-        Siiii siiii.

Le pasaba la lengua y lo volvía a mirar directamente. Lo quería hacer sufrir y también quería disfrutar de este momento,

-        ¿te gusta?, le preguntaba.

-        Seeee rogaba él.

-        Mmmmm, que rica que está esta pija, le decía yo.

Lorena a todo esto se había quitado el vestido y estaba parada al lado de Ramiro acariciándole el pecho y susurrándole al oído: ¿Te gusta que tu propia hermana te chupe la pija? ¿La chupa bien? ¿Después me vas a coger a mí, pendejito? Yo estaba en llamas y encima las palabras de Lorena me encendían aún más.

En ese instante, Lorena se pone contra la mesa apoya ambas manos y totalmente desnuda como estaba abre las piernas, gira la cabeza y nos mira diciendo: vengan para acá que necesito que tu hermano me coja. Con la pija en la boca y una sonrisa cómplice, lo miro a mi hermano: ¿Vamos? Vamos, me dice. En los dos metros que nos separaban de Lorena nos fuimos sacando la poca ropa que nos quedaba. Mi hermano me miraba desnuda y no lo podía creer. Me acerco a Lorena que seguía con las piernas abiertas e inclinada hacia adelante y le paso la mano por la concha toda mojada. Me llevo los dedos a la boca me los chupo y con esa misma mano le agarro la pija a mi hermano dirigiéndola a la concha de mi amiga. Ramiro seguía sin poder creer lo que veía. En unas horas pasó de estar nadando tranquilamente a estar con dos mujeres hermosas, perdón que yo lo diga, desnudas, que las dos le chuparan la pija, una de ellas es su hermana, y ahora se iba a coger a una después de ver como su hermana le metía unos dedos en la concha y se los chupaba. ¿Era verdad todo esto? ¿O era un sueño? No. No era un sueño. La verdad es que nunca había reparado tanto en el cuerpo de Lorena como en ese momento. Así inclinada hacia adelante sobre la mesa, con la espalda curva parecía realmente una Diosa total. Ya había roto todos los tabúes con mi hermano así que no me importaba nada de lo que podía llegar a suceder. Estábamos en la galería prácticamente al aire libre, nos podría ver cualquier vecino que se asomara por el cerco.  Una vez que mi hermano empezó a cogerse a Lorena en esa posición me fui a dar la vuelta y me senté sobre la mesa para que, mientras Ramiro se la seguía cogiendo, Lorena me chupara la concha. Ramiro no se aguantaba más, y empezó a decir que iba a acabar. Lorena le decía que ella también que no pare ahora y yo mirando a mi hermano a los ojos empecé a acabar antes que ellos dos al grito de:

-        Acaboooooooo.

-        Siiiii decía Ramiro.

-        Siiiiiii, decía Lore. 

-        Voy a acabar, dice Ramiro, no aguanto más.

-        Yo también, dice Lore

-        Dale seguí que acabo, pero Ramiro con un poco de cordura se detiene a preguntar:

-        ¿Te acabo adentro?

-        Siiiii neneeeee Daleee Acabame adentro. Llename de leche.

-        Dale. Ramiro empezó a bufar y a bombear con mucha fuerza a Lorena, que empezaba a hacer una mueca de llanto. 

Era tal el desenfreno que tenía que aproveché para besar a Lorena en la boca sintiendo el sabor de mis propios fluidos y mirarla a los ojos mientras acaba y decirle:

-        ¿Te gusta cómo te coge mi hermanito?

-        Ayyyyy Clari, no sabes lo que me está gustando. Tiene una pija hermosa y dura y  yyyyyy… Ahhhhhhh Ahhhhhhh acabé otra vez más, me dice y me vuelve a besar.

 Nos besamos como locas. Mi hermano se deleita con la escena. No da más. Así desnudo como estaba se fue a sentar al sillón mientras yo me voy calmando y los besos con Lorena son menos intensos. Lorena va y se sienta al lado de Ramiro y lo empieza a besar. Tiene que estar sintiendo el sabor de mi concha. Eso me ponía loquita. Ellos seguían besándose como dos adolescentes, en realidad mi hermano casi lo era. Yo los contemplaba desnudos a los dos y no lo podía creer. Cuando miro el reloj no entendía nada. Mi marido y los chicos podían llegar en cualquier momento.

-        Eeeeeeyyyyy vístanse ya! ¡Son las cinco de la tarde! Puede llegar Sebastián, ese es el nombre de mi marido, en cualquier momento.

Decepcionados se vistieron sin dejar de mirarse. Yo me marché a mi habitación a cambiarme y cuando regresé Lorena se estaba despidiendo de Ramiro con un caliente beso, y diciéndome ¿nos vemos mañana? Se fue.

Por suerte, Sebastián llegó un poco más tarde y me dio tiempo a acomodar todo. Ramiro me ayudó todo lo que pudo y se metió en su habitación. El cuarto de servicio que utilizaba Ramiro quedaba en la planta baja junto con la cocina el comedor y el living. El resto de los dormitorios estaba en la planta superior.

Esa misma tarde suena el teléfono con la mala noticia de que Susana, la señora que limpiaba en casa, no podía seguir viniendo porque se iba a Tucumán a pasar unos meses porque su madre estaba grave y probablemente ya se quedaba a vivir definitivamente ahí.

Por un lado, me alegré porque no iba a haber nadie en la casa en los días de semana y podríamos repetir un encuentro con Lorena, con Ramiro o los tres. O con Ramón sola. O con….

(continua acá)