Ya pasaron dos días conviviendo con mi hermano y la cosa parecía pintar difícil. Por suerte, para aclararme el pensamiento y no estar con él a solas, Ramiro se pidió un Uber y se fue a visitar a unos amigos después de desayunar. Eso me generó un estado de pequeño bienestar por no tener que verlo a cada momento.
Aproveché la mañana para salir a comprar unas cosas pasa la casa. Estaba en un local de Unicenter mirando unas cosas cuando me entra un mensaje de Lorena
- Hola nena. ¿Cómo estás?
- Bien, ¿vos?
- Bien, extraño a Ramón, jajaja
- Jajaja
- Estuvo bueno eso, no? Me dijo ella
- Si fue muy bueno
- Hay que repetir
- Siiii, le dije
- ¿Podes hablar? Me escribió
- Si llamame, estoy en Unicenter
- Ok te llamo
Estaba terminando de pagar en la caja cuando sonó el teléfono
- Hola Lore
- Hola Clari
- ¿Qué contás?
- Acá ando, boluda porque no me dijiste y te acompañaba a Unicenter
- No me di cuenta. Aparte… me detuve
No sabía si contarle a Lorena lo que me pasaba con mi hermano, pero… ¿qué me pasaba? No podía poner en palabras si estaba caliente con él, con lo que me contaba, o si era una calentura del momento y donde direccionaba mi deseo era ella, Ramón o mi hermano.
- ¿Qué te pasa nena? Me preguntó Lore
- Vino mi hermano de Australia, le dije
- Ah sí sí, me habías contado
- Y bueno es que está en casa hace 2 días y…
- Ya sé, no te lo bancas más, es insoportable, ¿no?
- No, nada que ver
- ¿Y entonces? ¿Qué pasa?
- Es largo de explicar, vino muy cambiado
- No te entiendo, me decía
- Hagamos una cosa paso por tu casa hoy o mañana y te cuento bien
- Me preocupas nena…
- No quedate tranquila que estoy muy bien, en serio
- ¿Segura?
- Si, Bueno pronto paso por tu casa, chau
- Chau
Seguí recorriendo el shopping y pensando en mi hermano y en lo que habíamos vivido en la pileta, yo observando la erección de su pija, y él mis pezones. Una sonrisa de excitación se dibujaba en mi cara y no podía evitarlo, me hacía recordar a Diane Lane cuando vuelve de cogerse al francés en Infidelidad, la película que protagoniza junto a Richard Gere.
Seguí caminando y mirando vidrieras cuando paso por un local de bikinis y decido entrar a probarme una. Me atendió un empleado, a todas luces gay, para ofrecerme algunas y me fui dejando llevar por él para inclinarme a modelos cada vez más zarpados. Me fue mostrando bikinis de pequeños triángulos en la parte de arriba y diminutos bikinis abajo y yo iba accediendo a cosas prácticamente escandalosas. En un momento me detuve y dije: está bien y me quedé con un modelo amarillo claro muy chiquito y que seguramente se iba a transparentar todo porque no tenía forro, pero eso no me importaba. Ya me estaba imaginando con la malla toda transparente en la pileta y mi hermano mirándome y me sentía excitada y a la vez culpable por tener esos pensamientos
Terminé de recorrer el shopping y me fui al auto, encendí el motor y activé la climatización para volver a mi casa. Un sentimiento de angustia se apoderó de mí y no pude reprimir el llanto. Por un lado, la culpa estaba jugando un factor muy importante en todo esto con mi hermano, pero por otro el deseo me hacía hacer cosas que no podía reprimir. Me fui calmando de a poco, aunque nunca salí del estacionamiento de Unicenter. Lo más importante, en adelante, sería no sucumbir ante el deseo. Reprimirme de estar con Lorena y/o Ramón. Empecé a pensar que con un poco de abstinencia mi vida volvería a los carriles normales.
Ya más calmada emprendí el regreso a mi casa. Cuando llegué, como estaba sola decidí subir a mi cuarto a probarme el bikini, era realmente escandaloso. Apenas cubría mis grandes pezones y el triángulo de abajo era diminuto al punto de que se perdía en toda mi cola y mi vagina era cubierta por una tira muy angosta. Los breteles eran de silicona transparente para darle aún más morbo a la prenda. Con poca convicción, guardé la prenda al fondo del cajón siendo consciente de que nunca me la iba a poner. Ni siquiera a solas con mi marido
Durante el resto del día no apareció Ramiro y me mandó un WhatsApp diciendo que se quedaba a dormir en lo de un amigo y que volvía al otro día.
A la mañana del día siguiente me levanté con la rutina de llevar los chicos al cole. A la vuelta, ya en casa, decido ir a visitar a Lorena. Arreglo con ella por WhatsApp y me voy para su casa
Al llegar veo que está la señora que limpia y nos vamos para unos sillones al final del parque a la sombra para poder hablar sin ser escuchadas
- ¿Me podés decir que es lo que pasa con tu hermano?
- Es muy difícil de explicar
- No entiendo
- Te lo voy a decir sin filtros
- ¿Que? ¿Qué pasa?
- Mi hermano me calienta
- ¿Queeeeee? ¿En serio?
- Si, dije toda ruborizada
- ¿Está bueno?
- Muy, le dije con excitación
- Por como lo decís y la cara que pones, me parece que sí
- ¿Tanto se nota?
- Sí, me dijo
- Es que…quise empezar a justificarme
- Contame cómo fue que empezaste a sentir eso, me interrumpió
Con Lorena podía hablar tranquila y relajarme. Después de todo lo que habíamos vivido juntas: nuestro encuentro y el trío con Ramón, no había lugar para la vergüenza. Le conté todo desde que lo pasé a buscar por el aeropuerto, lo bueno que estaba ahora, lo que me contó de la MILF australiana y fui muy precisa en describir su bulto y el tamaño que le calculaba a su pija.
- Mirá, me dijo seria
- Si, decime. Le dije con miedo por su seriedad y por lo que me podría llegar a decir
- Es muy fuerte lo que pasó entre nosotras
- Si
- Y lo que pasó con Ramón aún más…
- Sí, yo respondía con monosílabos
- Pero con tu hermano ya sería algo muy fuerte
- Es que…
- Ya sé lo que me vas a decir, que está bárbaro, ¿no?
- Sí, pero también es mi medio hermano. Era la segunda vez que lo pensaba en mi vida, y era para justificarme de las ganas que le tenía
- Si, entiendo, bueno sería la mitad del pecado, ¿no? Jaja Se rio y con eso me hizo distender
- Jaja, me relajé porque estaba muy tensa
- Y porque no canalizas el deseo por otra parte…. Me dijo con fuego en sus ojos
- Ganas no me faltan…le dije mirándola con intensidad
Señora, ¿sigo con su habitación o la de los chicos?, interrumpe Denisse, la mujer que estaba limpiando en la casa de Lorena
- Seguí con mi habitación, le responde Lorena. Si no estuviera ella (por Denisse) te llevo a mi cuarto y te hago de todo
- Y yo me dejaría llevar…le digo divertida
- ¿Y con Ramón no podés desahogarte?
- Ya lo hice…
- ¡¿Que?!!!! Como? Cuando hija de puta? Ajajaja
- El martes, le dije.
- Y no avisaste
- No, porque fue el día que iba a buscar a mi hermano y creía que no iba a tener tiempo
- ¿Y? ¿cómo estuvo?
- Espectacular, encima…
- ¿Que? encima qué? Preguntaba Lorena excitada
- Es una locura lo que hice…
- Que? ¿Qué hiciste?
- Primero que el día que estuvimos nosotras con Ramón dejó el jardín sin terminar y mientras lo despedía, lo agarré contra la puerta de entrada y lo besé…y justo ahí escuché el auto de Sebastián. Por poco me engancha, le dije
- Tenés que tener cuidado, me dijo
- Bueno, el asunto es que esa adrenalina de casi ser descubierta me excitó
- Siii? Que loca sos amiga… me dijo
- Pará que lo que hice es una auténtica locura
- ¡¿Que?! Contame por favor!
Le conté lo de la chupada de pija a Ramón mientras le mandaba audios a mi marido y luego que hablé por teléfono con él al tiempo que era cogida por nuestro jardinero.
- Aghhh, pero que putita resultaste me dijo Lorena con cara de excitación
- Viste! Y todo empezó con vos
- Claro, ahora yo soy la culpable? Me dijo divertida
- La culpable no, pero junto con vos abrí una puerta…
- Y está bueno lo que hay adentro de la puerta, ¿no?
- La verdad es que nunca, ni de adolescente, ni de joven, me sentí tan excitada
- Yo tampoco creo… me reconoció ella
- Uy, es re tarde, me tengo que ir
- La calentura nos hace que el tiempo pase volando
- ¿Ahora como estas, por ejemplo? ¿Muy caliente? Le pregunté excitada
- Toda empapada, creo que voy a subir a cambiarme la bombacha
- Jaja, yo también, me voy para casa a cambiarme
- No te toques, eh
- No te prometo, nada
- Jaja, yo tampoco
Llegué a mi casa e hice algo impensado, aunque dentro de las cosas que venía haciendo no es nada raro. Me saqué toda la ropa, tomé mi teléfono y le escribí a Lorena.
- Prometeme que lo borras enseguida, ¿sí?
- Que cosa
- Un video que te voy a mandar
- Si si, respondió Lorena
Me filmé 15 segundos toda desnuda y pasándome la mano por las tetas, los pezones y la concha
- Borralo, por favor
- Si, quedate tranquila
- Gracias
- Gracias a vos por compartir, me estoy pajeando mientras te miro
- ¿No lo borraste? Acabo y lo borro
- Borralo que me mando otro
- Ok, ya lo borré
Estaba tan caliente que me senté y me filmé la concha en primer plano metiéndome los dedos y sacándolos todos mojados, después subí el plano a mi cara y me filmé metiéndome los dedos en la boca. Me gustaría que me chupes toda, le dije a la cámara
- Te gustó? Le pregunté
- Acabé como una loca, me dijo
- Borralo, por favor
- Si, ya lo borré, conmigo no corres riesgos, quedate tranquila
- Gracias
- Aunque ganas de quedármelo no me faltaron, me dijo
- Quedate tranquila que cuando quieras te mando
- Te prefiero en vivo, jajá
- También me tenés…le escribí
Volví a tocarme y estaba tan excitada que los pezones me dolían. Me rocé uno y sentí electricidad que bajaba por todo mi cuerpo. Quise volver a ver los videos que le envié a Lorena y al verlos me di cuenta que no la había nombrado y que dije Me gustaría que me chupes toda. Fue en ese momento que hice una cosa muy linda y excitante. Le mandé el primer video a mi marido.
- Perdón me escribió
- ¿Qué pasa?
- ¿Me queres infartar?
- ¿Estás solo?
- No
- Podes ir al baño? Le pregunté
- Si, ¿qué pasa?
- Estoy muy caliente. Le escribí
- Pero tampoco puedo hablar en el baño me aclaró
- Ya sé, andá igual
- Ya estoy en el baño encerrado y la tengo súper dura
Le envié el segundo video y a los 30 segundos me respondió
- Queres que me haga la paja en el trabajo?
- Si
- No se…me escribió dudando
Ahí nomás lo llamé al teléfono y me atendió
- Tocate que yo te hablo, le dije
- Bueno me dije
Sabiendo la situación en la que estaba, encerrado en un cubículo y con su verga en la mano, sabía que él no podría contestar cosas que dieran lugar a malos entendidos porque al lado podría haber alguien que lo escuche
- ¿Ya sacaste la pija?
- Si
- ¿Te la estas sacudiendo?
- Sii
- Sabes que estoy re caliente y yo también me estoy tocando
- Si? Contame bien, me dijo en tono neutro
- Me estoy acariciando los pezones…
- Siii
- Y la concha la tengo súper mojada
- Casi estoy terminando eso
- Aghhhhh, queres que acabemos juntos? Porque yo estoy lista…
- Dale
- Quiero que me chupes la concha y chuparte la pija
- Ya está me respondió
- Yo también acabé, le dije
Me gustó mucho hacerlo partícipe a mi marido de la calentura que tenía. Eso me hacía sentir menos culpable y como hace unas horas estaba pensando en calmar mis deseos, en reprimirme y no había podido lograrlo, creía que estaba muy bien esto que hacía con Sebastián
Ese día no pasó mucho más al igual que el sábado, recién el domingo a la noche volvió Ramiro después de cenar. Los chicos estaban cada uno en su habitación y Sebastián y yo mirando una serie en el living.
- Hola, ¿cómo están? Dijo Ramiro
- ¿Cómo te fue? Le preguntó Sebastián a Ramiro
- Bien, la pasamos muy bien
- Bueno, me alegro, ¿queres tomar algo?, preguntó mi marido
- Si, sigan mirando la serie que me baño y abro algo que compré en el free shop dijo mi hermano
Terminamos de ver la serie y mi hermano aparece recién bañado y con el torso descubierto. Juro que en ese momento me corrió un frío por el cuerpo que tuve que separarme de mi marido para que no lo notara. Me levanté a buscar vasos y mi hermano sacó un whisky etiqueta verde
- Desde cuando tomas whisky vos? Le pregunté
- Desde hace poco más de 2 años
- Mirá vos, yo recién después de los 30 empecé dijo Sebastián
- A mí no me gusta, dije yo y me fui a servir un poco de Bailey s y volví acomodándome al lado de mi marido de frente a mi hermano
- Yo recién tome vino y tengo mucho sueño, dijo Sebastián
Seguimos la charla de las bebidas, de lo que se tomaba en Australia y en un momento en que yo estaba hablando Ramiro me hace un gesto para que lo mire a mi marido que se estaba durmiendo
- Andate a dormir, le dije a Sebastián
- Sí, es verdad, me estoy durmiendo perdón dijo y se fue subiendo las escaleras
Yo estaba con una remera sin corpiño y mis pezones se súper notaban, más de una vez lo enganché a mi hermano mirándome.
- ¿Fue Jessica la que te inició en el whisky? Le pregunté
- Jaja, no en el whisky no
- En otras cosas, si, ¿no?
- Se podría decir que sí, me dijo
Yo quería saber más de su relación con la MILF esta, pero como el living es abierto desde arriba se escucha con claridad lo que se habla abajo así que le propuse ir afuera a la galería. Ni bien salimos el aire fresco hizo que mis pezones se endurecieran más. Mi hermano lo notó y no hizo nada para que yo no me diera cuenta
- ¿En qué cosas te inició Jessica? Le pregunté directamente
- Ufff, si queres te sigo contando de otras veces, pero después no te quejes, eh
- ¿De qué?
- De que se me para…
- Bueno, está bien, igual tratá de controlar eso, dije mirándole descaradamente el bulto
- Jessica es una mina súper caliente que conmigo se dedicó a explorar todo lo que no hacía con el marido
- Ahh, claro decía yo, y a vos con 19 años que mejor, ¿no?
- Claro, yo estaba en una película porno prácticamente
- Jaja, tanto?
- Más o menos…
- ¿Qué hicieron?
- De todo
- Pará! Contame primero como es que casi los enganchan
- Ah sí sí, te debía eso me dijo mi hermano
- Dale, Contame
- Bueno, ese día volví a subir al escritorio y seguí con la computadora unos 20 minutos más en soledad. Ella iba y venía. Después apareció mi amigo y me dijo, ¿seguís acá? Si, le dije y se quedó un rato hablando conmigo, al rato se volvió a ir a su cuarto y más tarde apareció Jessica con algo frío para tomar. Le agradecí y ella se sentó en la mesa al lado de la computadora, cosa que me hacía difícil trabajar sin distraerme
- Que trola…dije celosa
- No, bueno, sí, no sé, era una mujer caliente y con ganas de más. De a ratos la miraba y ella se mostraba sexi y se movía mordiéndose el labio, yo le decía que no dejaba que me concentre, y ella subía la apuesta, se levantaba la remera y me mostraba el corpiño. A mí se me había vuelto a parar
A esta altura yo escuchaba a mi hermano y quería ser Jessica. Mis pezones estaban muy duros y se notaban a punto de romper la remera. Fue entonces que Ramiro continuó con el relato, en donde para mí, nunca se lo pregunté, inventó una parte o fue una casualidad tremenda
- Me imagino, no es para menos le dije
- Bueno, en un momento se va y vuelve con una minifalda, una remera sin corpiño y unas ojotas
- Ah bueno, pobre, quería estar cómoda, le digo sarcástica
- Viste que a las mujeres les gusta usar las remeras sin corpiño, me dice él mirándome directamente los pezones
- Si, viste, jajá me rio divertida y excitada por su comentario
- Se vuelve a sentar en la mesa esta vez más cerca de la computadora
- Ufff, que caliente que estaría
- Los dos, me dijo
Yo, por un momento, no entendí si ese los dos era por nosotros
- Claro, me imagino
- Entonces yo me acomodé la pija, así, me dijo y se metió la mano dentro del short
- Noooo Ramiro, no me hagas esto
- Perdón, es que el recuerdo…, dijo fingiendo disculpas
- Es que…
- Estaba muy caliente y ella para colmo se sacó una ojota y con el pie me empezó a frotar la verga, así…
Mi hermano hizo el movimiento con la palma de su mano sobre su verga u juro que me deshacía mirándolo. Para colmo miré mi pie y estaba en ojotas yo también. Eso me hizo subir los colores
- Ramiro, no hagas eso por favor
- ¿Por qué?
- Porque me calienta y encima de lo que me estás contando…
- ¿Y qué pasa?
- Que pasa? Que somos hermanos Ramiro
- Pero no estamos haciendo nada malo, solo hablando
Ramiro me estaba llevando de a poco y lo sabía, era muy hábil. Y reconozco que mucho no tuvo que hacer con la calentura que yo tenía para pasar a un siguiente nivel
- Vení sentate acá y me señaló la mesa delante de él
- ¿Que queres hacer?
- Nada, me dijo, es para recordar mejor la escena
- Vos estás loco, le dije, pero me senté frente a él
- Exactamente así estaba ella me dijo
- Bueno, seguí, le ordené excitada
- Entonces ella hizo algo que me volvió loco…
- Que hizo? Pregunté desesperada
- Abrió sus piernas y me mostró que no llevaba bombacha puesta
- Aghhhh, dije yo y mis pezones se erizaron aún mas
- Así, dijo y abrió mis piernas
- Ah bueno, menos mal que yo tengo puesto un short, le dije
- Si… y se tocó las tetas por encima de la remera, de una manera que me volvió loco, dijo mirando mis tetas descaradamente, y quedándose por un rato en silencio
- Mmmm, me imagino lo caliente que estaba Jessica
- ¿No queres tocártelas vos?
- Ramiiiiii, no, por favor no
- ¿Qué pasa?
- no me pidas eso… le dije con menos convencimiento que nunca
- Dale, para hacerme recordar, aunque…
- ¿Aunque qué? Le dije para tratar de salir del paso
- Aunque las tuyas están mucho mejor
- Mejor no me toco las tetas, ya sabes porqué, ¿no?
- Claro, tenés miedo, ¿no?
- Miedo de que? Le dije desafiante
- Miedo de excitarte porque son muy sensibles tus pezones, ¿no?
Escucharlo a él decir que mis pezones eran sensibles me derrumbó y sumado a que no me gustaba sentirme desafiada, perdí los estribos en ese momento y me acaricié las tetas por encima de la remera mirándolo a los ojos
- ¡Así se tocaba ella? Le pregunté y me pasé las manos por las tetas
- Mmmm si, dijo y se acomodó el paquete
- Ramiiii, ese paquete por favor…
- Mirá tranquila, como yo te miro a vos y la miraba a Jessica
- ¿Y que más hizo Jessica? Le pregunté excitadísima
- Me pidió que se la muestre y ella me mostraba las tetas un instante
- Ja si…le dije incrédula
- Si si, te juro
- Me estas cargando, no te voy a mostrar las tetas, Ramiro
- Te juro que fue así
- ¿En serio? pregunté incrédula, aún seguía muy excitada
- Jessica estaba sentada, así como estás vos y lo hizo rápidamente, yo, por mi parte desabroché me bajé el jogging y el calzoncillo a la vez
En ese momento mi hermano puso su mano en el elástico de su short, Yo lo miraba hipnotizada.
- No, Ramiro, no hagas eso…dije y me tembló la voz
- ¿Qué cosa? Me dijo él
- Bajarte el short
- Jessica tenía muchas ganas de verla, se volvió a tocar las tetas y se detuvo esperando que yo lo hiciera
No sé por qué, pero lo hice sin que me lo pidiera
- ¿Así? Le dije amasándomelas y levantándolas para acariciarme descaradamente los pezones por encima de la remera
- Son hermosas, me muero por verlas, me dijo a mí
- ¿Y qué más hicieron?
- La miré a los ojos y me miró
En ese momento nos miramos los dos
- ¿Así? Le dije sosteniendo la mirada
- SI, así…
- ¿Y qué más? Le pregunté desafiante
- Me agarré el borde del short así, y lo agarró
- Siiii? Decía en un ahogo
- Ella, después de tocárselas bien de vuelta…
- Asiiii? Le dije y volví a tocar mis pechos que estaban exultantes
- Me miró a los ojos
- Asiii? Le decía yo
- Si, y agarró la remera por la parte de abajo
- ¿Así? Le dije y me agarré la remera desde abajo con las dos manos
- Mmmm, si
- ¿Qué más?
- Yo me agarré el short así
- Mmmm, dije yo mirándole su bulto que era enorme
- Y a la cuenta de tres, los dos nos mostramos al otro
- Mmmmm, no sé, dije yo dudando, pero tenía ganas de verle la pija mi hermano
- Dale, por favor… me suplicó
- Mmmmm, cerré los ojos
- Uno…dijo él y me miró
- … lo miré y no dije nada. Mis manos seguían en la parte inferior de la remera
- Uno…volvió a decir
- Dos… le dije y me mordí el labio
- Tres, dijo él
En ese momento sin dudar levanté mi remera y le mostré mis tetas a mi hermano. Me sentía liberada. Al mismo tiempo, saltó su verga. Era una cosa hermosa, grande, larga y con una hermosa cabeza colorada.
- ¿Te gusta?, me dijo él
- Siiiii, a vos?
- Me encantan, son perfectas
- Gracias dije e iba a bajarme la remera, cuando me detuvo
- Esperá
- ¿Que?
- Ella se masajeó las tetas desnudas
- Aghhh, asiiii? Le dije y me las toqué
- Mmmm dijo él iniciando una lenta paja
Le miré la pija y creo que en ese momento me di cuenta que había probado el fruto prohibido que cambiaría mi existencia para siempre
- No Ramiro No, esto no, dije recuperando la cordura
Me bajé la remera y me fui corriendo
Perdoname Clari, escuche que balbuceaba mientras me iba
Obviamente que me masturbé sin dudarlo. Él seguramente haría lo mismo en su habitación. Esta vez pensé en la pija de mi hermano, que no podía quitarme de la cabeza. Acabé al instante y fui a acostarme, al lado de mi marido. Con mi cabeza atormentada, recién pude conciliar el sueño cuando me puse a pensar que solo había sido una mirada, un juego excitante entre hermanos. Nada más. Aunque conociéndome a mí misma, sabía que iba a querer más.
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