Mi marido me volvió a la realidad yendo para la cocina y diciéndome que me ponga algo, ya que mis tetas eran un escándalo con ese camisón y tenía razón. Mis pezones estaban de punta y mis tetas amenazaban con salir por el costado
- El pendejo se va a volver loco, me dijo
- No creo que mire a una vieja como a mí, le dije
- No te creas, a mí me volvés loco, me dijo agarrándome del culo
- Mmmmm, no empieces lo que no terminas, le dije divertida
- En serio, te digo, en un momento a él se les fueron los ojos a tus tetas, me decía inocente mi marido
Ay, si supieras que se le fueron los ojos y la boca también, pensaba yo mientras subía a ponerme algo y bajar más decente.
Esta adrenalina que me generaba estar con él en mi propia casa y con mi marido y mis hijas era algo tan peligroso como excitante. Debíamos tener cuidado y no lo tuvimos lo suficiente, sino no hubiese sucedido lo que sucedió.
Esto fue una tarde en que estábamos solas las tres mujeres de la casa y Mariano llegó y subió al cuarto de Agustina donde estuvieron un rato. Después de un rato Mariano bajó y en la cocina se colocó detrás de mí apoyándome todo su bulto en la cola. Empecé a frotarme contra su pija y tirando mi mano hacia atrás se la saqué del pantalón. Me di vuelta pajeándolo y a punto de arrodillarme cuando mi hija menor, Micaela nos miraba de pie a los dos con la mirada clavada ahora en la pija de su cuñado.
Mariano guardó su miembro duro y se quedó sin saber qué hacer ni que decir. Yo nerviosa como estaba le dije a él
- Subí y dejame sola con Micaela, por favor
- Bueno, dijo él y subió al cuarto de su novia y por suerte no bajaron por un tiempo ninguno de los dos
Me fui al sillón y le dije a Micaela:
- vení, por favor
- No me vengas a decir que no es lo que me imagino
- No, no
- Bueno, entonces no hay mucho que decir
- Sí, es más complejo de explicar
- Te escucho, me decía ella desafiante y yo no sabía cómo empezar
- Bueno, dejame que te cuente desde el principio
- ¿Qué cosa?
- Con tu papá nos llevamos muy bien…
- Menos mal…dice irónica
- No me interrumpas y dejame que te cuente
- Con papá nos llevamos muy bien, pero en el sexo no tanto como me gustaría. No tenemos la frecuencia y la forma que yo necesito y eso me hace estar en estado de excitación permanente
- Pero habiendo tantos tipos, justo…
- Si, lo sé, pero un día estaba bajando la escalera para tomar agua y lo veo a Mariano con tu hermana en el sillón…
- ¿Cogiendo? Me dice ella muy suelta de boca
- No, cogiendo no, jugando un poco, le digo porque no me atrevía a decirle con mis palabras lo que había visto
- ¿Que estaban haciendo?
- Como decirte, estaban muy acalorados, dije nerviosa
- ¿Haciendo qué?
- Lo que te imaginas…
- Mamá si vas a hablar decime las cosas como son y sin vueltas y no te hagas la vergonzosa que recién te agarré con la pija de tu yerno en la mano
- Ok, dije.
Y pensé, ¿queres que hable sin rodeos? Bueno. Mis nervios se fueron disipando a medida que empezaba a hablar. No sé porque, pero empecé a distenderme y me largué a hablar sin eufemismos.
- ¿O vi mal? Me dijo ella
- No, no viste mal. Bueno ese día la vi a tu hermana chupándole la pija a su novio y sé que está mal lo que te voy a decir, pero ver esa verga me encantó
- Bueno mami, si, no te voy a negar que es una pija espectacular, pero…
- Si, si, reconozco que tenés razón, pero entré sin quererlo en una especie de obsesión por esa pija
- Ufff, mami…dijo y no entendí bien el sentido de esa exclamación
- Bueno, la cosa es que empecé a provocarlo de a poco, al principio y un poco más después. Él me empezó a mirar las tetas y yo la pija a él, primero un día me rozó sin querer y después yo busqué el contacto y así fuimos avanzando de a poco hasta lo que viste recién
- No sé qué decirte, ma
- Decime lo que quieras, pero no le digas nada a tu hermana
- No, eso no lo pienso hacer, en todo caso tendría que ser él o vos el que se lo cuente
- Claro, le dije
- Igual no me creo que solo haya sido un jueguito, ¿no cogieron?
- No, te juro,
- Pero algo más hicieron, ¿no?
- Bueno, algo más si, y me sonreí de nervios y excitación
- Mami, que cara de trola que pones, ¿qué pasa? ¿Tanto te gusta la pija de Mariano?
- La verdad, si, le dije
- Pero mami…
- Es que no sabes…decía yo confesándome como si estuviera con una amiga
- Si si, la pude ver y se ve muy bien
- Si, ¿viste? Le dije excitada
- Decime la verdad, se la ibas a chupar cuando los sorprendí, ¿no?
- ¿Te digo la verdad?
- Si
- Si, le digo y técnicamente nunca se la había chupado, pero…
No sé para qué me metí en esa aclaración que, a juzgar por lo que vino después, fue peor
- ¿Qué quiere decir técnicamente?
- Ay Mica, no sé si contarte…
- Dale ma que te encanta recordarlo, mirá como se te paran los pezones, me dice mirándome las tetas
- ¿Y vos? Le digo yo que está igual, pero al tener remera sin corpiño se nota mas
- Bueno, dale contó y no te hagas la santita ahora
- Bueno, pero tenés que prometerme no decir nada
- Te prometo
- Bueno, hace poco estábamos acá en el sillón él y yo y...
- ¿Y qué?
- Me da cosa contarte esto…
- Dale mami, Contame todo, me dijo excitada
- Bueno, estábamos acá mientras ustedes dormían arriba
- Uffff, que loco
- Bueno empezamos a tocarnos y al principio el me chupó las tetas
- Uffff, en serio? Seguí que me gusta
- Bueno, dije yo viendo como mi hija se movía en la silla cerrando las piernas
- Seguí dale, me insistía, excitada
- Bueno el me chupaba las tetas y yo le saqué la pija del pantalón para pajearlo, me detuve
- ¿Qué pasa?
- No sé cómo te estoy contando esto a vos…dije perturbada
- Dale, mami, seguí que me calienta
- Mmmmm, al final voy a pensar que saliste a mí por lo calentona
- Puede ser, dale, seguí
- Bueno, le saqué, como te decía y lo empecé a pajear
- Mmmmm
- Y él me tocó de una manera perfecta que me hizo acabar en segundos
- Ufff
- Bueno, debo reconocer que yo estaba muy caliente
- Mami, tremendo, decía Mica y se llevó una mano a la concha para rozarse
- Mmmmm, te estas calentando hija?
- Mucha mami, me miró toda colorada
- Bueno, sigo
- Seguí, decía y ahora se frotaba directamente por encima de su pijama
- Te juro que me metía los dedos de una manera deliciosa, le decía ya buscando calentar a mi propia hija
- Mmmmm, me encanta mami
- Bueno me frotó el clítoris y acabé
- Aghh, decía Mica y la sentía cerca del orgasmo
- Perdoname mami, pero no doy mas
- ¿Qué pasa? ¿Estas muy caliente?
- ¡Muy! Necesito tocarme
- Por mí no hay problema
- Gracias, me dijo cerrando los ojos, y se metió la mano dentro de la bombacha para tocarse
- Si, hijita, tocate tranquila le dije
- Seguí contándome, ¿se la chupaste o lo pajeaste?
- Bueno algo así
- ¿Algo así como? Contame bien! Me pedía con desesperación mientras su mano se movía dentro.
- Lo pajié mucho y él estaba a punto de acabar así que…hice una pausa
- ¿Pero qué? Decía al borde del clímax
- Seguí pajeándolo y lo besé
- Mmmmm, mamiiiii, me encanta
- Cuando me dijo que estaba por acabar me la metí en la boca para que no manchara nada
- Aghhhh y teeee acaboó en la boca, Mmmmm mi hija cerraba los ojos
- Siiii, me llenó la boca, le decía yo mientras cerraba las piernas instintivamente
- Aghhhhh ahhh ahh mami, me vuelvo loca, estoy acabando yo también
- Sí, mi amor acabá, soltate
- Aghh ah ah ah, que calentura que tenía por Dios
- Mmmmm, bueno mi amor le dije acariciándole el pelo
- Mmmmm, que bueno, me encanta como me lo contaste
- ¿Si? Bueno, entonces lo único que te voy a pedir es que sea nuestro secreto, le rogué
- Claro, yo no digo nada
- Bueno, gracias
Mi hija me abrazó y yo correspondí el abrazo, nuestras tetas se chocaron porque ya teníamos la misma altura desde hacía mucho tiempo, pude notar la turgencia de sus pechos y la dureza de sus pezones. Pese a ser mi hija no sentí rechazo, y eso me extrañó
(continúa acá)