Pasaban los días y el recuerdo del encuentro con Lorena, lejos de ir disipándose, cada día se iba acrecentando. Tuve sexo con mi marido dos noches después y él me notó más caliente que nunca. Recuerdo que le chupé la pija mucho tiempo y no tuve problema en mirarlo a los ojos mientras lo hacía. Esa noche acabé de una manera muy evidente y ruidosa al punto que Sebastián, mi marido me tuvo que besar con mucha insistencia para ahogar mis gritos y que no se despertaran nuestros hijos.
Pasaron unos días y Lorena no me escribía por whatsapp. La verdad es que yo tampoco lo había hecho ya que no encontraba la excusa para hacerlo, pero su silencio me preocupaba
Menos de una semana después, era el día en que le tocaba venir a Ramón, el jardinero con el que habíamos fantaseado junto con Lorena. Me había olvidado por completo de esto, hasta que me avisan desde la entrada que estaba Ramón, y que venía para mi casa. No sé si es por lo que pasó con Lorena, pero esta vez lo miraba a Ramón con otros ojos, más atrevidos. Me puse un pantalón corto y una remera ajustada y fui y vine por la galería que daba al jardín moviendo la cola un poco más de la cuenta. Sin duda me estaba mirando el culo. Sé que tengo una muy buena cola y todos los hombres me la miran todo el tiempo. Es más, parece que se dio cuenta porque en un momento esbozando una sonrisa me dice: “señora, no pase tan seguido porque no puedo no mirarla, y me desconcentra “. Me pareció un poco atrevido su comentario, pero me gustó
- Vamos Ramón, sé que usted puede concentrarse. No se puede distraer solo porque paso yo
- Señora, lo que pasa es que no se ven cosas tan lindas muy seguidas y uno quiere aprovechar los ojos que Dios le dio. Ese tono paraguayo me re calentaba…
Me gustaba la situación de calentar a Ramón, pero como había sido el inicio de lo mío con Lorena quise usarlo como excusa para volver a contactarla, así que me fui a buscar el celular para escribirle
- Lore, estas?
- Siiiiiiiii
Ese alargamiento de las i me alegró ya que me hizo pensar que estaba todo bien entre nosotras
- ¡No sabes! Ramón ya me tiró un dardito hoy
- ¿En serio? ¿Cómo? contame
- Me tiró que se desconcentraba si pasaba muy seguido.
- Y es verdad…
- La verdad es que yo un poquito lo provoqué, me puse el short blanco ajustado y una remerita musculosa y me paseaba delante de él hasta que me dijo eso…
- ¿Y qué pensás hacer ahora?
- Nada Nena, ¿que se te ocurre?
- Y no se… conmigo te animaste a ir mas allá
- Mmmmm, no se, es muy fuerte…
- Cogeteló y contame con detalles
- Nooooo, no me animo
- Dale, animate
- ¡¿Estás loca?!!!
- No, ¿porque? Si está buenísimo el tipo… ¿o necesitas ayuda?
Me sentía más mujer que nunca. Estaba súper excitada y me sentía una hembra en celo dispuesta a todo para saciar mi calentura. Mis dedos se movían por el teclado del teléfono con una velocidad y una precisión tremendas pese a los nervios que tenía. Y así fue que le escribí a mi amiga:
- Si queres venir a ayudarme, no me ofendo, sería algo nuevo para las dos…
- ¡Clari, me estas volviendo loca, nena!
- Nos estamos volviendo locas juntas
- Ya quiero estar allá pero no se… es muy fuerte
- Bueno si no te animas… la pinché
- No se… que se yo…
- Venite y aunque sea lo calentamos un poco o jugamos nosotras solas…
Estaba desatada. Ahora yo la desafiaba a Lorena.
- Creo que sola me la puedo arreglar, pero sería mucho más divertido con vos, le dije para terminar de convencerla
- Voy para allá, me dijo
A partir de ese momento, mis nervios se activaron y a medida que pasaban los minutos me sentía más y más excitada. Pero, ¿qué íbamos a hacer? ¿Entre nosotras solas? ¿Mirando a Ramón sin que este nos viera? ¿Con Ramón una y la otra mirando? ¿Entre nosotras y Ramón mirando? Todo daba vueltas en mi cabeza hasta que el timbre me sacó de mis pensamientos. Como era de esperar, era Lorena. Y la muy zorra traía puesto el bikini y arriba un vestidito de playa muy cortito. Para mi sorpresa me saludó con un beso muy cerca de mi boca. La miré extrañada.
- Estamos locas, dijimos o pensamos a la vez
- Si, dije yo.
- Pero qué lindo es, ¿no?
- Esperá! No tenemos más de 3 horas porque viene mi marido
- Bueno, ¿cómo hacemos?
- No sé, dejémonos llevar y vemos que se da. Por mi me voy a tu cuarto con vos.
- Esperá, dije metiéndome en el lavadero y saliendo de la posible mirada de Ramón que si quería podía ver todo desde el jardín. Vení.
- Lorena vino lavadero y me lancé sobre ella y nos trenzamos en un beso enorme
- Aaaayyy como me gusta tu boca
- Y a mí la tuya.
- Agarrándola de la cola le digo: “como te vestiste turra, eh! ¿Es para mí o para Ramón?”
- Es para vos.
- Esperame que voy a ponerme la malla y vamos a la pileta para provocar un poquito a Ramón
- Uyyy si, que buena idea
Subí a mi cuarto y me puse la malla no sin antes enjuagarme un poco la cara porque estaba atormentada de calentura. Bajé las escaleras despacio sabiendo que Lorena me estaba mirando, Ufff, no sé cómo me voy a aguantar delante de Ramón.
Nos quedamos en malla y nos fuimos a la zona de la pileta Ramón nos miraba y no daba crédito a lo que veía. Dos diosas, y perdón que yo lo diga, pero así nos sentíamos, en bikini paseándose delante de él.
- No te desconcentres Ramón. le digo
- ¡Hola Ramón! ¿Qué tal? Grita Lorena
Cuando la miro, veo que tiene todo el bikini metida en la cola.
- Poneme protector, le digo siendo consciente de que Ramón no iba a poder seguir trabajando normalmente en estas condiciones. Me quedo parada de espaldas a la reposera con ella sentada y poniéndome protector en la espalda. Ramón estaba atrás de nosotras y no lo veíamos, pero sabíamos bien que nos estaba mirando. Yo exhibía mi culo con total descaro. Y como si toda esta exhibición fuera poca, la zarpada de Lorena agarra los costados de mi bikini y me la mete bien en la cola.
- Así no te quedan marcas, grita. Y me empieza a poner protector en la cola suavemente con su mano. Después se pone ella en el pecho y piernas. Yo aprovecho para tirarme al agua al instante.
- ¡Pará!, me dice cuando ya es tarde. Necesito que me pongas protector en la espalda. A mí ya no me importaba nada así que le grité:
- ¡No! No quiero salir el agua, está hermosa. ¡Ramoooón! ¿Le podrías poner protector a mi amiga en la espalda que no quiero salir de la pileta, por favor?
Ramón no podía creer lo que estaba viendo y ahora escuchando.
- ¡Pero como no señora! Hoy no me tiene que pagar, creo. Con esta vista y esto ya está pago mi trabajo.
- ¡Ayyy Ramón, que galante! Decía Lorena con una voz de trola que no le conocía
- ¿Quiere acostarse señora? Decía ramón tratando de mantener el respeto, ante todo
- Si, Ramón poneme en toda la espalda, por favor, que no llego
En ese momento acostada como estaba se desprendió el nudo de atrás del bikini.
- Así está mejor, dijo
- ¡Señora! Dijo Ramón y empezó a ponerse un chorro en la mano y a pasarle a lo largo de toda la espalda. Cuando hubo terminado, después de tomarse su tiempo, cerró con un ¡Ya está señora!
- ¡Gracias Ramón!
- ¡Gracias a usted, señora! Yo soy el agradecido por poder acariciar esa espalda tan linda que tiene usted, aunque sea por unos minutos…
- ¡Ayy Ramón, que lindo lo que me decís. Lorena ya lo tuteaba. Por ser tan bueno te voy a dejar que me pases en las piernas también.
- ¡Eso ya es muchísimo para mí! ¡Pero no me voy a negar señora!
- Ramón se volvió y aproveché para mirarle el bulto y se notaba que estaba creciendo.
- ¡Despacito Ramón y no te pases, eh! Sólo las piernas…
- Claro que no, señora, aunque la tentación sea grande…
- Mmm Ramón… ¡qué cosas lindas que decís eh!
Ahí intervengo yo:
- Ramón, ¡a mí nunca me dijiste esas cosas! Digo poniendo voz de celosa
- No señora, pero las pensé, no vaya a creer…
- Mientras tanto Ramón ya estaba dedicado a pasar el protector a lo largo de las piernas torneadas de Lore. Su mano se deslizaba hacia arriba pero siempre respetaba el límite de la cola. Lorena estaba excitadísima y no sabía cómo hacer para que Ramón avanzara un poco mas
- Ramón lo tuyo es también un masaje y me está encantando. ¿Podes seguir un rato mas así?
- Si señora lo que usted quiera. Para mí es un placer, podría estar todo el día así…
- ¡Ay Clari, que bueno que es Ramón! Se nota que sabe cómo tratar a una mujer
- Hagamos una cosa, dice Lorena de repente, ramón me hace un poco de masaje en la espalda mientras Clari me pasa protector en la cola
- Buenísimo, digo yo mientras salgo por la escalera.
Las gotas se van deslizando por mi cuerpo. Realmente me siento una diosa y veo a Ramón y Lorena mirándome con deseo mientras salgo y camino contoneándome.
Ramón un poco decepcionado se levanta ya con media erección que no puede o no quiere disimular y se pone delante de Lorena para masajearle la espalda. Yo me siento sobre los muslos de Lorena y poniéndome un poco de protector en las manos empiezo a esparcirlo por la cola de Lorena.
Todo esto era muy caliente, digno de una película erótica, y por lo visto ninguno de los tres estaba dispuesto a parar. Mi masaje a Lore en la cola era descarado y mientras lo miraba a Ramón le metía la mano por debajo del bikini. En un momento, le acaricio la parte interna del muslo diciéndole
- ¿soy tan buena como Ramón?” y cuando subo le toco la concha con total descaro lo que hace que Lorena de un respingo y se le desacomode el corpiño que tiene suelto debajo de ella
- ¡Ay cuidado! ¡que casi Ramón me ve las tetas!
- Bueno no se va a horrorizar, intervengo
- Sería una buena paga por el masaje que le estoy haciendo a la señora, ¿no? Dice Ramón sonriendo y visiblemente excitado.
- Mirá Ramón cómo hago que te pague
En ese momento con mi dedo pulgar subo por el muslo y lo meto dentro del bikini colándose dentro de la concha de Lore que esta súper empapada. No sé si Ramón desde su posición puede ver claramente mi movimiento. Lorena da otro respingo mucho más enérgico y se levanta dejando sus dos tetazas al aire. Ramón con los ojos como plato las mira sonriendo y diciéndome
- ¡Gracias Señora!
- Sos mala! me dice Lorena ahora sentada e intentando taparse y agarrándose las tetas con ambas manos. Son enormes, y Ramón las mira extasiado.
Yo con toda la malicia del mundo le agarro el corpiño y salgo corriendo hacia la pileta. Ramón me mira. Cuando Lorena se levanta a quitármelo se lo arrojo a Ramón: Ella va hacia Ramón siempre tapándose con ambas manos y Ramón me lo vuelve a tirar a mí. Cuando me estoy agachando a recogerlo Lorena me desabrocha el corpiño a mí y mis tetas saltan fuera de la bikini blanca y minúscula que tenía. Ramón se queda de una sola pieza mirándome las tetas a mí. Pero yo sin preocuparme por taparlas le vuelvo a arrojar el corpiño a Ramón. Lorena salta en el aire tratando de agarrarlo y suelta sus tetas que se bambolean y lo toma de una punta cuando Ramón lo toma de la otra. Yo me acerco a Lorena desde atrás y sin pensarlo le bajo la malla hasta la mitad de los muslos. Ella instintivamente suelta el corpiño dejándoselo a Ramón que se detiene a mirar su vagina totalmente depilada. Esto ya era un relajo y Ramón entre divertido entretenido y ocupado en el juego no se da cuenta que en el pantalón de deporte que tiene puesto se le marca una erección enorme. Lorena intenta acomodarse la parte inferior del bikini como puede, ya totalmente despreocupada por la desnudez de sus pechos. Ramón no quiere detener el juego y vuelve a arrojarme el corpiño de Lorena que yo, estando en tetas también porque no puedo terminar de acomodármelo, agarro en el aire. Lorena se me abalanza y empezamos a tironear, y yo grito
- ¡Ramón ayúdame, por favor!
A lo que Ramón se acerca detrás de Lorena para ayudar y entre el forcejeo empieza a apoyar a Lorena su herramienta en el culo. Ninguno de los tres hace nada por soltar la prenda, Lorena moviendo el culo para sentir mejor la pija de Ramón, y yo para que esto no se detenga.
- ¡Ayyy Ramón traidor!!! dice Lorena dándose vuelta. y le baja de un tirón el pantalón a Ramón. Quedando en bóxers con una erección inmensa.
Ramón se pone rojo de vergüenza y se queda de piedra mirando su enorme bulto. Yo le digo:
- ¡ahora te toca a vos, Ramón! ¡Vos ya nos viste a nosotras en tetas! Ahora vamos a verte a vos.
Necesito dar este paso y saltar al vacío sin red. Sé que no hay retorno en este punto, y lo quiero hacer. Y ahí nomás, sin dudas y sin preámbulo, le bajo el bóxer y salta una pija de 18 cm hermosa, con la cabeza colorada palpitando y el tronco venoso y duro como una roca. Con Lorena nos miramos con una sonrisa, como diciendo ya llegamos hasta acá, no nos vamos a achicar y ella agarrándole firmemente la pija, le dice:
- ¡Ramón! Mirá lo que tenías guardado! ¿Y está así por nosotras?
- ¡Hace rato que esta así, y si, es por ustedes! Están muy buenas las dos
- ¿Te gustamos Ramón? Digo que yo que a esa altura no sé dónde estaba mi corpiño
- ¡Siiii señora! Mucho
- Y mirá lo dura que está dice Lorena sin soltar la pija de la mano
- A ver… digo yo directamente arrodillándome frente a ese mástil de carne
Ramón ya se había sacado la remera y con su mano me acariciaba el pelo. Yo sin sacársela a Lorena de la mano acerco mi mano diciendo:
- ¿Y será rica también? Y se la empiezo a chupar Lorena se pone en cuclillas para poder ver de cerca la escena y en un momento me la saco de la boca y le digo:
- Siiii está riquísima, ¡probala!
Y ahí Lorena se la mete en la boca y la empieza a chupar. Yo con la mano le acaricio los huevos mientras Lorena no para de chupársela como una desesperada. Ramón intenta tocarnos las tetas, pero así parado no llega. Yo me hago cargo de la situación y del lugar donde nos encontramos, y les digo vamos para adentro ya que cualquier vecino que se asomara nos podía llegar a ver.
Fuimos sacándonos lo poco que nos quedaba mientras entrabamos a la casa. Entre las dos lo empujamos a Ramón sobre el sillón del living y corrimos la cortina por las dudas. Mientras Lorena lo besaba con el sabor a pija que debía tener, yo le chupaba la pija nuevamente a él. Después me levanto, y sin dudarlo, agarrándole fuerte la pija me siento encima y me la clavo hasta el fondo de mi concha pegando un grito
- Aaaaayyyyyyyy, Ramón me moría por tener tu pija adentro
Ramón sigue sin poder creer lo que está viviendo. Yo salto sobre la pija de Ramón que esta tirado en el sillón. Lorena me miraba con mezcla de excitación y desconcierto. No podía creer que yo fuera tan puta y me lo cogiera así nomás a Ramón
Sin salir de su sorpresa, Lorena me empieza a chupar las tetas. Ramón se queda con los ojos como platos.
- ¡Señoras! No voy a aguantar mucho más… en ese momento Lorena dice
- ¡Dejame a mí, que me quiero tragar la leche de Ramón! Me salgo y la ayudo a chuparle la pija entre las dos mientras no dejo de pajearlo. Ella se lo mete en la boca mirándolo a los ojos y yo me acerco al oído de Ramón:
- ¿Te gusta cómo te chupa la pija mi amiga?
- Aaaaahhhh voy a acabar señora
- Dale, acabale en la boca que después me tomo la leche de su propia boca
- Ahhhhhhh aghhhh, aghhhhhh. Ramón acabó mientras le acariciaba la cabeza a Lorena
No sé cómo hacía ella, pero no dejaba escapar ni una sola gota. Ahí nomás me abalancé sobre la pija, y Lorena con media boca llena de lecha me dio un beso de lengua en el que compartimos su semen mientras se nos escurría por la barbilla y nos lo limpiábamos mutuamente. Ramón era testigo de la escena más erótica que podía llegar a verse.
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