Me desperté y por un instante creí que todo lo que había vivido era un sueño, pero no. Era real. Me levanté como siempre, excitado y, ahora que lo pensaba, hacía mucho tiempo que no me masturbaba y era porque mi mamá lo hacía por mi. Felicidad pura.
La erección no se me bajaba así que me decidí y volví a acostarme, tapándome ya que estábamos en invierno y agarré un trapito. Imaginé las tetas de mi mamá, me imaginé a mi chupándolas, me imaginé esos pezones hinchados y a ella gimiendo de placer. Y cuando estaba acabando me imaginé a su boca chupándomela y tragando toda mi leche. Fue algo mágico. Ensucié todo el trapo y lo guardé debajo de la cama. No quise decirle nada a mi mamá.
Esa noche, por suerte, mi mamá volvió a chupármela y le acabé en la boca, pero como me había masturbado a la mañana pude aguantar mas tiempo y lo disfruté mucho.
Así seguimos todas las noches, ella me la chupaba y le acababa en la boca. Solo los sábados ella y mi papá tenían sexo. Eso me lo confesó mucho mas tarde. Los sábados por la noche eran los únicos días en que mi padre no debía levantarse temprano.
Un día miércoles, lo recuerdo perfectamente, ella viene a mi cuarto y me dice:
- Mañana no vas al colegio
- Por?, pregunté
- Mañana te digo, me cortó lacónica
- Bueno, dije
Al otro día me desperté con el ruido de mis hermanitos preparándose para ir al colegio. En lugar de ir a la cocina donde estaban todos decidí quedarme esperando. Pude escuchar desde la cocina a mi hermano preguntando por mi, por qué no me levantaba
- Me va a acompañar a hacer un trámite
- Que es un trámite? Preguntó el mas chiquito
- Hacer cosas de grande, firmar papeles y pagar cosas
- Por eso no quiero ser grande, dijo y todos se rieron
Yo me imaginé que iríamos a la municipalidad de Códoba o a algún banco a hacer algo por el estilo. Por ese entonces, para mí los trámites no salían de esos lugares.
Mi mamá mandó a los chicos en el transporte escolar, me asomé y los pude ver subirse al colectivo. Empecé a pensar en que estábamos solos en la casa por primera vez en mucho tiempo y me excitaba esa idea. Con la pija parada y vistiéndome como pude salí de mi cuarto al encuentro de mi mamá. Me la cruzo en el pasillo y la miro. Noté un particular brillo en sus ojos
- A donde vamos? Le pregunté
- A ninguna parte, me dijo y se metió en el baño a ducharse
- Cómo…
- En la cocina tenes el desayuno, me respondió y cerró la puerta del baño
Escuché la ducha encenderse y no pude evitar pensar en su cuerpo desnudo debajo del agua. Las gotas recorriendo su piel, sus pezones hinchados. La erección que apensa se había disipado, volvió con mas fuerza que antes.
Me preparé el desayuno y encendí el televisor para tratar de pensar en otras cosas y aunque no lo logré totalmente un poco me descomprimí. A los 15 minutos, la escucho que sale del baño y se va a su habitación. Yo me quedé sentado en la cocina. Pasaron 5 minutos mas y escucho que ella me llama, pero la voz parecía venir de mi habitación, eso me alegró.
Temblando de excitación recorrí los metros que me llevaban a mi cuarto y tras pasar la puerta me quedé de piedra.
El colchón estaba en el piso, mi mamá estaba de rodillas en él mirándome. Tenía un camisón verde agua totalmente transparente y pude darme cuenta inmediatamente que no llevaba nada debajo. Podía ver una oscura mata de pelos a la altura de su pubis. Estira su mano pidiéndome la mía
- Vení
- Si, dije tembloroso
- Desde hoy vas a ser mi novio, me dijo
- Siii? Pregunté entusiasmado
- Vení sentaté acá, y dio una palmadita al colchón
Ella se acercó a mi y empezó a abrazarme, besándome en toda la cara. De a ratos pasaba por mi boca y me daba suaves piquitos que me sabían a gloria. De a poco empieza a pasar mas seguido por mi boca quedándose mas tiempo. En un momento, apoya los labios y los abre. Yo abro los míos. Debo confesar que algo sabía porque había estado besándome con una vecinita y nos habíamos dado muchos besos de lengua, por lo cual no me era desconocido, pero el morbo de ser mi madre lo cambiaba todo. Cuandó sentí su lengua entrar en mi boca y rozar la mía un temblor me recorrió el cuerpo de arriba abajo. Ella lo sintío y se apretó aún mas contra mi cuerpo. Mi erección se pegó en su vientre. Estábamos los dos arrodillados en el colchón y besándonos ahora con mucha pasión. La saliva iba y venía por nuestras bocas, no podíamos despegarnos. Nuestros cuerpos parecían fusionados. En ese momento éramos uno solo.
Creo que los besos y abrazos duraron alrededor de una hora. Mi mamá empezó a desnudarme. Debo alclarar que como era invierno tardó mucho en desnudarme por completo. De a poco me fue sacando todo y de a ratos me agarraba la pija y me masturbaba. Ella actuaba desesperada y yo también, sumado a mi torpeza por los nervios. Mi pija estaba durísima y a esta altura ya goteaba como una canilla rota. Ella no dejaba de besarme en ningún momento, solo lo hacía para decirme “como te quiero” entre beso y beso
Fue cuando caí en la cuenta de que yo estaba totalmente desnudo, con mi pija parada. Ella sentada, sin dejar de mirarme a los ojos, se sacó el camisón quedando completamente desnuda.
- Vení, acostate. Me dijo
- Si, le hice caso
Ella se subío encima de mí poniendo sus piernas a mis costados. Yo miré para abajo y pude ver esa mata de pelo y mi pija dura a escasos centímetros. Subí la vista y con mis ojos fui recorriendo sus tetas. Me encantaban. Esos pezones hinchados eran mi perdición. Seguí subiendo la vista y me encontré con sus ojos que sonreían tanto como su boca. Los nervios se confundían con la excitación que teníamos.
Fue entonces cuando ella hizo el movimiento.
Me miró a los ojos, agarró el tronco de mi pija con su mano, la puso en la entrada de su concha y fue bajando despacio. Me estaba cogiendo a mi mamá
La sensación en ese momento fue indescriptible. La calidez de su concha envolviendo mi pija, la humedad perfecta. Su lubricación era total y su vagina parecía hecha a la medida de mi verga. Yo la abracé y no podía soltarla. Nos quedamos quietos por un instante. Mi pija palpitaba dentro de su concha, ambos podíamos sentirlo. Ella me besaba todo el tiempo.
- Te quiero, me decía
Los besos se multiplicaban. Nuestras lenguas se encontraban y jugaban todo el tiempo. Mucha saliva pasaba de boca a boca. Creo que ahí, en ese instante, pude reconocer el amor sexual que sentía por ella. Entonces sucedió que me separé un momento mirándola a los ojos
- Mamá te amo. Le dije con emoción
Volvió a besarme y sin sacar la lengua de mi boca comenzó a hacer unas contracciones con su concha haciéndome sentir algo que superaba a todo lo que había sentido hasta ese momento.
Fue entonces que acabé. Me dejé ir dentro de ella. Varios chorros, latigazos de excitación que daba con mi verga dentro de ella. Mi madre pareció alegrarse por esto y empezó a besarme con mas pasión si es que se podía metiendo aún mas su lengua y contrayendo la concha. Me exprimió en ese momento.
Seguí besándola mucho tiempo. Mi pija seguía dura, muy dura.
(continua acá)