Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Alejandra y sus travesuras (10) más fuerte que yo

 


Estaba en la cama de mi hija acostada con las piernas abiertas y entre ellas mi yerno arrodillado con su verga jugando en mi concha y mirándome desafiante. Mi calentura era extrema, pero no quería pedirle que me la meta, quería reprimir ese deseo. Necesitaba seguir en control de una situación, que ya se había desmadrado bastante

Se agachó y volvió a chuparme la concha con dedicación durante 2 o 3 minutos y metiéndome dedos que salían muy mojados. Volvió a hacer ese movimiento de arrodillarse nuevamente y jugar con mi pija a lo largo de toda mi concha como si se tratara de un pincel, solo que esta vez metió un centímetro la pija dentro y la sacó rápidamente

-        Casi se mete, me dijo divertido

-        Tené cuidado, le dije

-        ¿No te gustaría que te la meta suegrita?

-        Mmmmm, no me digas así

-        ¿Preferís que te diga Ale? ¿O suegrita?

-        Mmmmm…dije como toda respuesta

Bajó nuevamente a chuparme y meterme dedos en la concha, pero esta vez un dedo empezó a jugar con mi ano intentando meterse.

-        Aghhhhh, le dije

-        Me encanta tu colita suegrita…

-        Mmmmm, seeeee, le dije como autorizándolo a que juegue en esa zona

Me metió la punta de un dedo en el ano y suspiré profundamente. La lubricación de su saliva de unos minutos atrás, más mis jugos en sus dedos, facilitaron la tarea. Fue entonces cuando un dedo se coló bien profundo dentro de mi ano y me hizo vibrar. Me chupaba la concha y el dedo entraba y salía en mi cola con un ritmo demoledor. Lo sacó y volvió a arrodillarse con su pija en la puerta de mi concha y fue entonces que me sentí necesitada, vacía, quería sentirlo dentro de mí. No podía creer que este pendejo me tenía ahora a su merced.

-        ¿Cómo me gusta tu concha suegrita? Me dijo y me metió la cabeza

-        Cuidado porque me la vas a meter… le dije ya con mis últimas defensas

-        ¿Y qué pasaría si te la meto?

-        Estaría muy mal…soy tu suegra, le dije jugando

-        A mí me parece que queres que te la meta, me dijo jugando con su cabeza dentro de mi concha y haciendo movimientos laterales que me llevaba a la perdición

-        Me parece que el que tiene gana sos vos, ¿no?

-        ¿No te gustaría tener adentro la pija de tu yerno?

Me miró fijamente mientras me lo decía. Yo lo miraba y no me atrevía a pedirle que me la meta, aunque ahora sí, me moría de ganas de que lo haga. Miraba a mi alrededor y veía el cuarto decorado por mi hija y me asaltaba la culpa, pero también el morbo. Armándome de valor lo miré a los ojos

-        Sos vos el que te morís de ganas de cogerme, pendejo!

-        Claro suegrita, que me muero de ganas, pero…

-        ¿Pero qué?

-        Quiero que me lo pidas…

-        Mmmmm, ¿qué queres que te pida?

-        Vos sabes, decía él

Volvía a jugar con su pija. Ahora la agarraba y le daba golpecitos con su cabeza sobre mi zona más sensible. Yo estaba a punto de morirme y volvió a hacer lo mismo. Bajó a chuparme la concha y a meterme dedos en el culo y en la concha alternadamente sin dejar de chuparme, creo que acabé, no recuerdo bien, pero algo me hizo temblar como una hoja. Volvió a subir y me puso la pija en la entrada mirándome desafiante. Yo no quería dar el brazo a torcer, pero no podía más, necesitaba sentir esa pija dentro de mi

-        Metémela, por favor, le dije

-        Mmmmm, siiiii, dijo y la metió 5 centímetros para sacarla nuevamente

-        Metémela toda Mariano, por favor, le supliqué

-        Siiiii? Y la metió unos 10 centímetros para volver a sacarla y dejarla en la puerta de mi concha

-        Metémela toda, pendejo, no te lo pido de vuelta

-        ¡Así me gusta, suegrita! Me dijo perverso

Me la metió toda de un golpe. Creo que vi las estrellas cuando sentí sus huevos duros chocar con mi culo. Lo traje hacia mí y lo besé con pasión. Empezó un mete saca tremendo que me hacía vibrar de placer. La presión que fui sintiendo me hizo acercarme al orgasmo y empecé a moverme buscando mayor roce y placer. Estaba por llegar al clímax y por los movimientos y la sensación nada podría detenerme ahora. Puse mi boca en su oído y busqué que acabemos juntos, diciéndole

-        Cogeme, nene, cogete a tu suegrita en la cama de tu novia

-        Aghhhh, me vas a hacer acabar Ale

-        Siiiii, acabame adentro, lléname de leche, por favor

-        Aghhhh, agh ah ah ah ah acabooooo

-        Yo también, acabemos juntos, dale

-        Aghhhh ah ah ah

-        Ahhh ah ah ah ah ah a

-        Cogeme así

-        TE voy a coger siempre, suegrita, me decía envalentonado

-        Siiiiiii, cogeme nene

Su pija palpitaba en mi interior y eso me volvía loca. Me sentía muy llena y totalmente entregada a este pendejo. Era una locura lo que acababa de hacer, me lo había cogido y lo peor de todo, no me sentía culpable.

Lo traje hacía mí y lo empecé a llenar de besos y de lengua por toda la cara. Él me correspondía con pasión. Su verga conservaba su firmeza, no se había salido de mi interior y seguíamos besándonos como dos poseídos.

Yo quería más y estaba dispuesta a esperar un rato para que me vuelva a poseer, pero gracias a esta bendita juventud no hizo falta esperar mucho tiempo. Yo sentía su pene deshinchándose en mi interior, pero sin llegar a perder totalmente la erección

Giré la cabeza y vi que del bolsillo de su jean se asomaba una caja de preservativos, y pensé, este pendejo ya vino preparado para cogerme y terminó lográndolo. Cuando vi los forros una idea muy caliente se me vino a la cabeza.

Lo besé con mucha pasión en la boca y acercándome a su oído lo empecé a calentar para que se le pare nuevamente

-        Me encanta tu pija Mariano, me siento súper llena y me fascina.

-        Mmmmm, a mí también me gusta

-        ¿Sabes que más me gustó mucho?

-        ¿Qué más?

-        Que me metas el dedo en el culo

-        Uffff, dijo y su verga dio un sacudón dentro de mi concha

Eso me calentó muchísimo, sentir el espasmo de su pija dentro de mi concha. Sabía que le gustaba que le hablaran sucio y me dediqué a calentarlo para que la pija se le vuelva a poner al palo

-        ¿Te gusta meterme el dedo en el culo?

-        ¡Me encanta!

-        Lástima que la tengas tan grande…

-        ¿Porque?

-        Porque si no te dejaría que me la metas en la cola

Su pija se movió y pude sentir que la dureza ya era extrema, bendita juventud, y comencé a moverme mientras le decía

-        ¡Ups que dura se te puso!

-        ¡Vos me la pones así!

-        Mmmmm, se te pone así pensando en hacerle la cola a tu suegra?

-        Mmmmm, siiiii, dijo él moviéndose y volviendo a chuparme las tetas

-        ¡Me volves loca, pendejo!

-        ¡Y vos a mi suegrita!

-        Vení, cogeme así, le dije y lo acosté en la cama para cabalgarlo

Así acomodé a mi yerno en la cama y mirándolo a los ojos seria le dije

-        Te voy a coger

-        Dale, por favor, decía él mientras se agarraba la verga y la ponía en posición vertical como si fuese un mástil de carne

No dudé en mirarlo con más intensidad. Estaba sacada. Me pellizqué los pezones y me acaricié las tetas mientras me movía acercándome. Lentamente me desplazaba por el borde de la cama. Sigilosa como una fiera a punto de atrapar a una presa le miraba la pija y caminaba de un lado a otro.

Me arrodillé en el piso y le agarré la pija acercándome con mi boca hacia ella y volví a chupársela con los restos de semen y mis fluidos. No voy a mentir en que me dediqué mucho tiempo, porque no estaba esa posibilidad. En primer lugar, porque se hacía tarde y en segundo porque era tal la necesidad de volver a sentir esa pija dentro de mí que me senté a horcajadas, me moví de costado y agarrando la pija por la base me la metí por completo mientras descendía hasta sentirme completamente llena

Me acosté y lo besé en la boca metiéndole muy profundamente la lengua mientras empezaba a moverme como una poseída alternando cabalgata y movimientos en círculo y atrás y adelanta para sentir más profundamente su verga. Por momentos me erguía para mirarlo desde arriba y me acariciaba las tetas mientras lo miraba

-        Cogeme Marianito

-        Mmmmm, sí, me encanta cogerte

-        Te gusta cogerte a tu suegra, turro

-        Sí, me vuelve loco que me cojas vos a mi Ale

-        Es que vos me haces que me den ganas de cogerte

-        Mmmmm, decía él

-        Desde que te vi mientras Agustina te chupaba la pija que quiero cogerte

-        Aghh siiiii? Preguntaba él

-        Pegame un chirlo en la cola, le pedí

No sé porque en ese momento le pedí eso

-        Plaf! Me pegó un tímido cachetazo en la nalga

-        Mmmmm, aullé

-        ¿Te gusta?

-        Me lo merezco por puta, le dije sacada

-        ¡Si! Plaf y me pegó un poco más fuerte sin llegar a hacerme doler

-        Soy muy puta, me cojo al novio de mi hija, gritaba a esta altura

-        Mmmmm, él se sentó en la cama para besarme en la boca

-        Cogeme pendejo, le dije y le agarré la mano y acerqué sus dedos a mi culo

-        Mmmmm, entendiendo la señal, se acostó nuevamente y su dedo se metió en mi ano lentamente

-        Siiiii, le susurré al oído, méteme el dedo en el culo

-        Mmmmm, que putita que sos, me dijo y me metió el dedo profundamente en el orto

En ese momento entre en una especie de trance que no me permitía pensar. Las palabras salían de mi boca solas y ahora que lo recuerdo no puedo creer que actuara de esa manera.

-        Agghhhhh, siiiii, soy re puta! Cogeme pendejo

-        Mmmmm, te voy a coger por todos lados

-        Sí, soy tuya, cogeme, hacé conmigo lo que quieras

-        Mmmmm, te voy a coger por el culo, me dijo y me metió ahora dos dedos

No estaba muy lubricado mi ano y creo que fue por eso que sentí un poco de dolor. Lo más extraño de todo es que ese pequeño dolor, en lugar de aplacarme, me encendió aún mas

-        Mmmmm, ¿sí? ¿Me queres hacer la cola?

-        Siiiii, te voy a romper el culo! Me dijo groseramente

-        Ayyyy, si! Con esa pija enorme me lo vas a romper todo

-        ¿Te animas, putita? Me dijo

-        Claro que me animo, pendejo. Le decía yo mientras rebotaba contra su pija

-        Bueno, date vuelta que te voy a hacer la cola

-        ¡No! Le dije, me vas a hacer el culo y te quiero mirar

-        ¿Como?  me dijo

-        Así, mirá, le dije

Clavé mis talones en el colchón y me levanté sacándome por completo la pija de mi yerno de la concha. Me agaché y le escupí la punta y bajé con mi cola de a poco agarrándole firmemente la pija que por suerte estaba durísima.

La cara de él era para sacarle una foto. Creo que no podía creer lo que estaba viviendo. De a poco y haciendo mucha fuerza con las piernas me acomodé la punta de la verga en la entrada de mi ano.

-        Tocame acá le dije y le agarré una mano para que me frotala el clítoris

-        Mmmmm, sí, quiero verte como te metes mi pija en el culo

-        Lo vas a ver todo, le dije y bajé tratando de tragarme la cabeza de su pija con mi culo

-        Siiiiii, sentate en mi pija, decía él y la voz se le cortaba

-        Aghh, mi culo de abrió como una flor y la cabeza sola se metió dentro

No voy a mentir, sentí dolor. Un dolor punzante, pero mi calentura pudo más. Mi cara se desfiguraba entre dolor y placer.

-        ¿Estás bien? Me preguntó y noté preocupación en su tono

-        Sí, quiero la pija adentro de mi culo

-        La vas a tener, pero dale despacio

-        Vos no dejes de tocarme, le dije mientras sentía que mi culo se iba adaptando a esa barra dura de carne

El descenso fue lento, pero seguro y firme. Era tal la convicción que tenía de querer ser desvirgada analmente por mi yerno que no me importaba nada. De a poco fui bajando y me tragué casi toda la pija y empecé a subir y bajar con mis manos apoyadas sobre sus muslos

Mi exposición era total. Me sentía totalmente liberada y no me importaba, de hecho, me gustaba sentirme tan puta.

Lo miré a los ojos y le solté

-        Mirame bien

-        Siiiii

-        Mirá como te cabalgo la pija con mi culo

-        Aghhhhh siiiii

El momento del orgasmo se acercaba y nada lo iba a detener

-        Seguí dándome con el dedo así en el clítoris que voy a acabar, le ordené

-        Mmmmm, si si

-        Aghhhh, estoy acabando, le dije y me orgasmo llegó

-        Aghhhhh si siiii

-        Aghh ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah ah aaaaghhhhhhhhhhhhhh, mi orgasmo fue tremendamente potente

Sin embardo, contra todos los pronósticos que estaba haciendo, él no acababa. Yo me recosté sobre mi yerno sin que la pija se saliera ni un centímetro de mi culo y en esa posición empecé a moverme nuevamente

-        Quiero que acabes, le dije al oído

-        Mmmmm, siiii, pronto voy a acabar

-        ¿Me vas a llenar la cola de leche? Le dije

-        Mmmmm, si me seguís diciendo esas cosas no voy a tardar mucho

Fue entonces en donde el morbo de estar cogiendo con mi yerno se hizo más tangible que nunca y comencé a decirle una serie de cosas que me hicieron encaminarme al tercer orgasmo mientras frotaba mi inflamado clítoris contra su plano abdomen

-        Te gusta cogerle el culo a la mamá de tu novia, ¿no?

-        Siiiii, me encanta

-        ¿Qué pensaría ella si entra ahora y ve como le rompes el culo a su mamá en su propia cama?

-        Aghhhhh, siiiii

-        ¿Que le dirías? No sé por qué me había metido en ese absurdo diálogo, pero me sentía muy caliente

-        No sé, decía él

En ese momento me di vuelta mirando hacia la puerta abierta y dije a una imaginaria Agustina

-        ¡Tu novio me está haciendo la cola!

-        Aghhhhh voy a acabar, decía mi yerno

-        ¡Soy muy puta y necesitaba una pija en el culo!

-        Aghhhh aghhhhh ah ah ah ah, estoy acabando

-        Me está llenando de leche el culo, dije y me giré a mirarlo a él

-        Mmmmm, me besó en la boca y nuestras lenguas se fundieron un beso muy mojado

Acabé en ese momento con la lengua de él en mi boca y su leche en mi culo. Apretaba el ano para hacerlo gozar más aún y el más profundo me metía la lengua

Era una locura lo que acababa de hacer, pero nunca en mi vida había disfrutado tanto de un polvo como aquel con mi yerno.

No sé si era un debut y despedida con Mariano. Lo que si se, es que lo había disfrutado muchísimo. Probablemente me arrepintiera de todo en algún momento, pero eso no importaba ahora.

(continúa acá)