Llegaba la fecha de mi cumpleaños, yo cumplo los años a mediados de enero, unos días antes, calculo que fue en los primeros días después de las fiestas de año nuevo.
Esa tarde a eso de las 5 PM, se dio que mis hermanos se fueron a la pileta de un vecino, mi viejo salió a resolver unos asuntos del reparto y con mi madre nos quedamos solos en casa. Era una tarde de mucho calor. Yo estaba en short de rugby, sin remera y ella con un vestido muy suelto, sin corpiño. Yo estaba leyendo uno de mis libros favoritos en el living de la casa que era el lugar más fresco.
Mi mamá vino y se sentó en mi falda como cabalgándome de frente y nos empezamos a besar. Cada beso que nos dábamos, nos matábamos. Era pura pasión. Estábamos en lo mejor cuando me dice:
- ¿Te gusta leer?
- Si, dije sin saber a qué venía ese comentario
- Tengo algo especial para leer juntos
Se levantó dejándome con una erección tremenda, fue rápidamente a su habitación y volvió con unas revistas chiquitas en la mano.
Se trataba de Testimonios eróticos de Adultos (una editorial de revistas con historias y publicaciones de gente que buscaba sexo con otros) tenía como 5 en la mano y me dice mostrándomelas
- Gracias a estas me animé a demostrarte mi amor como mujer
- Ah, dije yo sin entender bien de que se trataba
Entonces me acerca una de las revistas abierta en una nota sobre el incesto y como las madres tienen en sus manos los deseos de sus hijos. Era largo, como 6 paginas, ella me contó que hacía como 3 años que las leía y se fue interesando en las relaciones madre – hijo. Fue así como me contó que al principio se reprimía. Después vivió un tiempo obsesionada y se tocaba pensando en mí. Me confesó que lo hacía. Durante toda esta narrativa me contó que hasta llegó a ir a una psicóloga unos meses, y que ésta le dijo que era una pulsión normal en las mujeres cuando llegan a los 40, que ya se le iba a pasar
Pero hay un detalle. En las revistas estaba el correo (situémonos en la época de las cartas de papel) de una mujer de Mar del Plata que contaba que cogía con el hijo.
Al principio dudó, pero luego se animó y se empezó a escribir con ella. Esta mujer fue la que la animó, ya que le dijo textualmente que era “de las mejores experiencias que había tenido”. También le dijo un montón de cosas a favor de las relaciones con un hijo y la alentó a que avanzara conmigo
Mi mamá escribió cartas con esta mujer durante mucho tiempo, varios años
A partir de ese momento empezamos a leer revistas juntos. Ella las compraba en el centro de Córdoba en unas casas de compra venta de revista, las camuflaba con revistas de tejidos y de moda para disimular.
Recuerdo que también me compró algunas con fotos como la Destape y Shock.
El primer 69
Fue por la foto de una de estas revistas que se animó. Ella me miró pícara y me lo propuso. Yo no dudé porque nunca fui de achicarme ante ninguna situación, y menos iba a hacerlo ahí. Así que una vez que estábamos desnudos nos pusimos de costado y cruzados ella empezó a chuparme la pija. Yo al principio le besaba las piernas y ella lentamente las fue abriendo. Mentí mi cabeza entre sus piernas y empecé a chuparla con muchas ganas. No tardó en gemir. Me costaba concentrarme porque ella me la estaba chupando muy bien. Como estaba, me agarré de sus muslos y me giré para quedar acostado boca arriba y ella con sus piernas alrededor de mi cara. Supo claramente lo que tenía que hacer. Fue bajando su concha mientras yo la agarraba de las nalgas y la apretaba contra mí. Era hermoso, estaba súper mojada y sus flujos me estaban empapando toda la cara, pero no me importaba. Empezó a gemir con mucha intensidad
- Aghh me vas a hacer venir, me dijo, sacándose mi verga por un instante de su boca
- Es lo que quiero, le dije
- Aghh aggg ahhhh ahh ahhhhh ahhhhhhhhhhh
Sentirla acabar me hizo llegar al éxtasis a mí también. Se lo hice saber
- Yo también voy a acabar
- Mmmmm, chupaba ella
- Siiiii
- Dame la lechita, me dijo
No pude contenerme más, tampoco quería. Potentes chorros salían de mi verga y mi madre no cesaba en su chupada. Seguía y seguía. Me acariciaba los huevos mientras lo hacía. Fue tremendo, aún hoy lo recuerdo y se me vuelve a parar la pija.
Regalo de Cumpleaños
Llegaba mi cumpleaños, mi madre me dijo que iba preparar algo especial, solo para mí. Yo estaba intrigado, en esa época teníamos un Fiat Regatta 1889 que ella usaba, ya que mi viejo usaba la chata Ford del reparto
El día de mi cumpleaños, después de comer, mi mamá me dice que vamos a salir. Justo en ese momento, mi papá le avisa a mi madre que necesita el auto porque llevó la camioneta al mecánico. Bueno, dice mi mamá. Entonces llevate a los chicos (por mis hermanos) con vos porque lo voy a llevar a Gabi a comprar ropa al shopping y volvemos a la tarde. Ella siempre tuvo bien claras sus coartadas.
Así que me prepare para ir al centro, cuando salimos fuimos hasta una avenida y tomamos un taxi, y mi mama le dijo al chófer a barrio Alta Córdoba, a la terminal de trenes (en ese momento cerrada solo se usaba como punto de referencia) yo le pregunto,
- no vamos al centro?
- Otro día, me contesta con una sonrisa
Cuando llegamos, bajamos en la puerta de un supermercado Disco. Yo seguía perdido, no entendía bien qué pasaba.
Entonces caminamos 4 cuadras hasta el hotel Welcome, un conocido “telo”. Me da la mano y entramos. Yo estaba re nervioso. Un hombre en la recepción nos saluda y pregunta: “Un turno?”, “4 horas?” Mi madre responde Si, a secas y el señor le da una llave con el número 23, segundo piso. Mi mamá le pagó, el hombre nos señaló el ascensor y nos fuimos en esa dirección.
Yo a todo esto estaba como alucinado por todo, subimos al ascensor y ella me dice:
- Estas 4 horas vas ser mi hombre
Me besó al llegar al piso. Caminamos por el pasillo y la puerta de la habitación 23 estaba abierta. Al entrar y ver tantos espejos fue como un mareo. Había toallas sobre la cama y un folleto plastificado con precios de bebidas y explicación para el funcionamiento de las luces, la música y el televisor.
Lo recuerdo perfectamente. Mi mamá llevaba un vestido azul de tela de algodón que simulaba ser jean, sin escote y le llegaba casi hasta los pies. Yo de camisa a cuadros azul, jean nevado y zapatillas Nike Spain negras
No dudamos. Empezamos a besarnos y abrazarnos, mirando los espejos, yo le tocaba la cola y las tetas con desesperación. Ella me dice
- sos mi macho, y me toca el bulto.
Nos empezamos sacar la ropa. Yo la ayudaba con el vestido. Entonces, me detuve a contemplarla, así como estaba: en corpiño y bombacha blancos transparentes. Era hermosa. Me ayudó y me saqué toda la ropa, quedándome desnudo totalmente y con la pija parada. Ella me hace acostar boca arriba y se sienta sin dejar de mirarme a los ojos en ningún momento. Me empieza a acariciar y chupar la pija y los huevos. Era la mejor chupando la pija. Demás está decir que no aguante mucho. Acabé entre gemidos
- Mmmmm
- Siiiii, decía ella apenas sacándosela de la boca
- Aghhhhh, acababa yo
- Mmmmm, tragaba ella
- Aghhhhh, me retorcía en la cama
- Mmmmm que rica para la dieta, me dice sonriente y mirándome
- Me gusta que te guste
- Siiiii
- Dame unos minutos y tengo más, le solté decidido
A todo esto, habrían pasado 10 minutos y ella me dice:
- Prendé la tele
Yo desde la consola de la mesita apreté el botón con el dibujo del tv, y en la pantalla a parecieron imágenes porno: una chica chupando una pija enorme. La confianza entre nosotros dos ya era total a esta altura. Así que le digo a mi madre
- Mirá eso! es más del doble que la mía
- A mí me gusta la tuya
- Pero de seguro le da más placer
- Con vos no se trata del tamaño, es la situación, me soltó ella
- ¿El incesto?, pregunté envalentonado
- Sí, ¿que sabes del incesto? Me interpeló ella
- Que es algo prohibido, porque los hijos pueden nacer con enfermedades
- Si, a veces, pero lo excitante es lo prohibido, lo degenerado
- somos degenerados, mami
- Si, y eso nos hace especiales,
- Siii?
- Mirá como se te puso re dura de nuevo y mira como me mojo
Ahí me hizo tocarle la concha, le saqué la bombacha y le metí dos dedos, ella no aguanto y se puso boca arriba abrió las piernas
- Vení, y me subí encima de ella
La penetré, empecé un mete y saca y paso algo que no pasaba en casa, empezó a gritar
- Cogeme Gabi, cogeme, siiiii
Una y otra vez, yo no me detenía en entrar y salir de su cuerpo, seguí bombeando, ella comenzó a acabar
- Aghhhhh si Ahhhh a
Lo noté por sus temblores y por momentos de silencio. Recuerdo perfectamente lo mojada y como me mojo la pija, las bolas y un poco la cama
Todo eso duro otros veinte minutos o media hora. En un momento le digo
- voy a largar la leche, mami
- Toda adentro, dámela toda, es mía, me gritaba
Y solté todo, mi pija empezó a largar la leche y a sacudirse en espasmos de placer. Yo no era tan ruidoso, me quede un rato chupando las tetas con mi pija dentro de ella. Después de un rato me dice
- Me hago pis
Me muevo hacia un lado y ella se levanta y va al baño a sentarse en el inodoro. Cuando escucho que empieza orinar le digo
- Quiero ver
Ella se sonríe con un gesto de incredulidad. Yo, por mi parte, me acerco y fue la primera vez que vi cómo le sale el pis a una mujer.
Cuando volvimos a la cama otra actriz porno en la pantalla esta en cuatro patas y se la metían por la concha, mi madre me dice
- Probemos
Y sin dudar un instante, se puso en la cama en cuatro. Era hermoso verla desde atrás, el ano y la concha jugosa llamándome. Supe lo que tenía que hacer: acerqué la punta de mi pija, le di una caricia a los labios de la concha y ella se movió para atrás. Yo la penetré y ella empezó de nuevo a los gritos. Yo, por mi parte, miraba la pantalla y copiaba los movimientos del tipo, agarrando las caderas y metiéndosela hasta el fondo. Era una sensación hermosa, me sentía como con poder sobre ella. Mirando para todos lados, cruzamos nuestros ojos en el espejo, su mirada fue de entrega total.
Ella era puros gritos y en ese momento a mí se me ocurrió decirle
- Que mamá tan degenerada
Eso pareció calentarla aún mas
- Si mi bebe, cógeme
- Te gusta cómo te coge tu hijo, fui subiendo la apuesta
- ¡Si!
- ¿Mucho?
- Siiiii, me encanta, soy una degenerada
Fue entonces cuando empieza a tener múltiples orgasmos, temblaba como una hoja. Hasta que siento como que se desvanece. Con un poco de preocupación, la suelto y queda quieta unos segundos, con mi pija aún adentro de su concha. Ahí reaccionó y me dijo
- Llename, hijo
Sin dilación, vuelvo a bombearla ya sin parar hasta que siento que mi orgasmo es inminente y no tiene vuelta atrás
- Aghhhhh, ahhh ahhhhh ah ah ah
- Mmmmm, me recibe ella toda la leche dentro.
Le fui sacando la pija lentamente y mirando su concha. Cuando termino de retirarme, veo como chorrea la vagina y no pude reprimir mi comentario
- Te llené la conchita, mami
Ella se pasa la mano por todo el largo y siente mi semen caliente
- si, hermoso
Me recuesto a su lado y nos besamos un buen rato, descasamos un poco como dormitando.
Al abrir los ojos, ella está abrazada a mí.
Empiezo a besarle la cara, ella también reacciona, y me besa. El sabor de su boca me fascina.
Escuchamos muchos gemidos que venían del televisor. Miramos la pantalla y en ese momento un tipo le chupaba la cola a una chica. Nos quedamos como hipnotizados viendo. Después, el tipo pone la punta de pija contra el ano y empieza a empujar. Vemos fascinados como empieza a entrar. Yo digo
- Mirá como entra sola
Y mi madre contesta
- Interesante para probar
- Sí, contesto yo
Ella me dice
- Esperá, ponete boca abajo
- ¿Para?, pregunto intrigado
- Ya vas a ver, me dice
Me pongo en la posición, totalmente acostado boca abajo. Ella se sube a mi espada y me abre la cola. Yo, nervioso, pero entregado totalmente. Mi madre empieza a tocarme el ano con la punta de los dedos, se los moja y me acaricia en círculos. Yo siento como se me pone dura la pija contra el colchón.
Ella me dice
- Tenés muy linda cola
- Aghh y siento un placer nuevo e inesperado
Ella me abre más los cachetes, se agacha y con la punta de la lengua presiona contra mi hueco, siento que me late y empieza a entrar. Su lengua entra y sale cada vez más. A esa altura mi verga era una canilla abierta de cómo me salía liquido pre-seminal.
En eso suena el teléfono avisando que quedaban 15 minutos para finalizar el turno.
Mi madre se levanta, se ducha rápido y se viste. Yo solo me visto y salimos.
En la recepción nos cruzamos con otra pareja y la mujer la miro de arriba a abajo a mi mama, como diciendo “que pendejo te estas comiendo”
Caminamos unas 2 cuadras para buscar un taxi. Cuando subimos, ella me dice
- Que se siente tener 18 años
- Soy todo un hombre, le digo
El taxista se ríe y dice: “Es un camino largo y duro ser un hombre”
Nos miramos con mi madre y nos agarramos de las manos.
(continua acá)