Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

La vida de Clara - 3ra parte


 Mi corazón latía a un ritmo furioso al punto en que pensaba que se me iba a salir del pecho. Me acababa de masturbar con una vecina y amiga con la cual tenía confianza, pero no dejaba de ser una vecina con la que tenía buena onda desde hacía meses. Me encontraba completamente desnuda en su habitación, y eso me excitaba muchísimo. Mi cuerpo temblaba, los nervios me estaban alterando, pero pese a ese estado no me sentía cohibida ni nada por el estilo. Lo que sí, seguía muy excitada.

   Mi cabeza le daba vueltas a la situación, ¿cómo podría haber llegado tan lejos? Siempre había fantaseado con estar con una mujer, pero no pasaba de fantasías. No me consideraba lesbiana, ni siquiera bisexual. Aunque en ese momento saber que mi amiga estaba del otro lado de la puerta me excitaba de sobremanera.

   Hoy que lo pienso, no sé cómo me animé a hacerlo, lo único que sé es que lo hice, me acerqué a la puerta del baño, y le susurré a Lorena:

C: ¿Todo bien? Mi voz sonaba ronca y entrecortada por los nervios y la excitación

L: Si, ¿querés que te cuente también como me baño? Me dijo divertida

C: Si queres…

L: ¿Vos también querés seguir?

C: ¿Vos también? ¿Porque lo decís?

L: Siiii Clari, no se vos, pero yo… ¡sigo re caliente!

C: ¿Qué pasa? ¿La ducha no te refresca? Le pregunté con una segunda intención

L: La ducha me refresca, pero vos me calentás de una manera que no puedo controlar

   Vuelvo a recordar ese momento y me excito tremendamente. Siempre me consideré muy tímida y con muy poca valentía para afrontar ciertas situaciones. Sin embargo, esa vez junté fuerzas con mi cuerpo temblando de nervios y excitación. No pensaba en lo que podía pasar si Lorena me rechazaba. Estaba más allá de eso.

   Sin dudarlo, entré al baño, corrí la mampara de la ducha, y me metí debajo del agua con mi mirada cargada de deseo puesta en el cuerpo y la cara de mi amiga.

   Mis pezones estaban muy erguidos y mi piel totalmente erizada, también. Un escalofrío me recorrió aún más cuando el agua corrió por mi cuerpo. Sin dudar, la miré a los ojos, y le dije:

C: Yo también necesito refrescarme. Una risa nerviosa se me escapó

L: No creo que podamos refrescarnos, amiga…

   No era resignación lo que había en su tono. Era una entrega total a una situación que, sabíamos las dos, no se podía detener

C: ¿No? Decía yo acercándome con mi boca peligrosamente a su boca

L: Ojo lo que vas a hacer, porque de eso no hay retorno

C: Ya se… le dije acercándome aún mas

   Yo estaba para cualquier cosa. Y se lo hice saber, pero sin palabras. Le corrí el mechón mojado que cruzaba su frente y se lo tiré por detrás del hombro. La agarré de la cara con las dos manos y le planté un beso de lengua como nunca le había dado a nadie. Ella se sorprendió y tardó un poco en mover su lengua, pero luego rápidamente lo correspondió. Calculo que no estuvimos menos de 10 minutos de reloj sólo besándonos y con el agua cayendo por nuestros cuerpos. Sabía que esto iba a seguir. También sabía que las palabras nos encendían como nada. Así que decidí tomar las riendas para no correr el riesgo, si es que lo había, de que Lorena se atemorizara por el paso que íbamos a dar. Era ahora. Tenía que lanzarme con todo y si red. Separándome un segundo la miro a los ojos y le digo:

C: Te quiero coger.  Te quiero chupar toda y por todos lados. Quiero probar esos pezones y esa concha hermosa que debes tener y me muero de ganas…

   No me dejó seguir, Me metió la lengua en la boca y me la aspiró como un torbellino. Esta vez me tomó por la cintura y me apretó aún más contra su cuerpo. Nuestros pechos se apretaron y, como teníamos prácticamente la misma altura, pude sentir la dureza de sus pezones sobre mis tetas

L: No veía la hora en que llegara este momento.  Siiii

Y ahí nomás me metió la mano en la concha totalmente depilada y un dedo se introdujo totalmente por la lubricación que tenía

C: Ahhhhh

   No pude decir mucho más porque me ahogaba los gritos con su lengua. Hasta que paró de golpe. Apagó la ducha. Yo ya no tenía miedo de que se detuviese. Sabía que esto no podía parar así.

L: Vamos a la cama. Quiero chuparte toda, también yo…

C: Yo primero

   Ni nos secamos. Así mojadas como estábamos, por fuera y por dentro, nos tiramos en la cama sin despegar nuestras bocas que parecían imantadas. Lo que sucedió a continuación juro que fue de lo más hermoso que se puede vivir sexualmente. Era la mezcla exacta de ternura y furia. De amor y sexo. Nos tratábamos suavemente y nos decíamos las cosas más fuertes que podían salir de nuestras bocas.  

   Le empecé a chupar los pezones mirándola a los ojos. Ella me decía:

-         Siiii chúpame las tetas así que me encanta! Al mismo tiempo le frotaba el clítoris con mi dedo mayor y se retorcía gritándome:

-        Haceme acabar así!! ¡Seguí!! ¡Dale!! Yo subía la apuesta y le decía:

-        ¡No! ¡Quiero chuparte la concha y que me acabes en la boca! Quiero beberme todo los que acabes. Y así bajé sin dejar de mirarla a los ojos le chupaba la concha al tiempo que le metía dos dedos y pidiéndole una y otra vez que me acabe en la boca. Así lo hizo.

-         Ahhhhhhhhhhhh gritó mirando al techo y agarrándome fuerte del cabello.  Se volvió para besarme y sentir sus propios jugos.  Nos estuvimos besando durante mucho tiempo hasta que me dijo:

-        ahora me toca a mí, y empezó a bajar por todo mi cuerpo.

   Me chupaba el cuello, primero. Las tetas y los pezones especialmente, después. Mientras tanto no dejaba de meterme un dedo en la concha. Yo la buscaba con la mirada, y ella a mí. Antes de bajar a chuparme, me dio vuelta y me puso boca abajo. ¿Qué va a hacer?, pensaba yo. Y se acostó arriba de mí. Me metió una mano por delante y bajó hasta mi vagina que era un verdadero mar. Me puso la boca en el oído y susurró: Te voy a chupar toda, y cuando digo toda, es TODA. Esto último lo acentuó especialmente. Bajó por mi espalda pasándome la lengua por toda su extensión. Yo no daba más de la excitación. Al llegar a mi cola pensé: ¿lo va a hacer? ¡Se va a animar?

   Me empezó a besar y pasar la lengua por los dos glúteos. Yo abría las piernas para dejarla actuar. Me levantó y me hizo poner en cuatro patas. Se agacho y desde atrás me pasó la lengua por toda la concha. Y después me abrió bien la cola y me metió decididamente la lengua en el culo. Tremenda sensación. Me empezó a meter el dedo pulgar en la concha al tiempo que me chupaba el culo. Yo me retorcía. En un momento paré y le dije: “Quiero acabarte en la boca” y ahí nomás, me dio vuelta y me empezó a chupar el clítoris metiéndome 2 dedos en la concha. Pero lo mejor llegó cuando le dije que estaba a punto de acabar: me metió un tercer dedo en el culo.

-        Ahhhhhh. Ahhhhh Ahí estallé en el mejor orgasmo que había tenido en mi vida.  No dejaba de chuparme hasta que le pedí por favor que parara. A regañadientes lo hizo, y subió y nos estuvimos besando un tiempo más. No podía creer que estaba en la cama de mi amiga, las dos desnudas y besándonos. Nos quedamos las dos acostadas y de a poco fuimos hablando de trivialidades y levantándonos mientras nos cambiábamos. Por momentos volvíamos a besarnos como dos novias adolescentes.

   Bajamos la escalera y me acerqué a la puerta. Antes de irme me giré y la miré. Ella me miró.

-        ¿Te puedo dar un beso de despedida?, le pregunté.

-        Claro, me dijo y nos volvimos a besar, ambas paradas y abrazándonos como si fuese la primera vez.

   Como pude me separé y me fui a mi casa con una sonrisa que se dibujaba en mi boca y no podía ocultar.

                                  Continua acá