Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

La vida de Clara - 1ra parte Sumisa y tímida


 Llega Lorena

Ese día ni bien me levanté me sentí rara. Algo recorría mi cuerpo. Me sentía inquieta, ansiosa, alegre.  No podía explicarlo, pero sentía ganas de probar cosas nuevas. No era solamente excitada, sino que también quería experimentar algo nuevo.

Mi nombre es Clara, tengo 38 años.  Soy morocha alta delgada y tengo una muy buena cola natural. Después del nacimiento de mi segundo hijo decidí operarme las lolas y me agregué un poco- Todo esto sumado a que me gusta nadar y hacer ejercicios me permite tener un físico envidiable. De cara soy normal. Típica morocha argentina de flequillo.

Tengo un buen pasar económico gracias a la posición de Hernán mi marido. Él tiene 40 años y también tiene muy bien cuerpo.  Lástima que tiene que trabajar y viajar tanto y no puedo compartir tanto tiempo con él. Vivimos en un barrio privado en una casa muy linda con pileta y un gran parque.

Volvamos a ese día. Los chicos estaban con el colegio y hacía mucho calor. Después de desayunar me avisan que estaba Ramón, el jardinero, que era nuevo y no lo conocían en la entrada.  A Ramón me lo había recomendado una tía mía. Me decía que era un señor muy trabajador que había venido de Paraguay hace unos años y trabajaba muy bien en todo lo que refería a jardinería. Lo llamé por teléfono y él se mostró muy servicial con su tonada paraguaya ya que era oriundo de ese país.

Autoricé la entrada y me fui a poner una bata para atenderlo ya que estaba en bikini. Ni buen abrí la puerta me sorprendí del aspecto de Ramón. No sé porque, pero había imaginado a una persona de más edad.  Ramón tiene 45 años y está muy bien físicamente.  Morocho, de barba, alto y con un físico tremendo. No sé si él lo noto tuve que disimular la cara de sorpresa al verlo.  Venía en un auto modelo viejo y con todo el equipamiento necesario.

Ese día hacía un calor especial. Así que lo dejé trabajando mientras me fui a acomodar algunas de las cosas de la casa cuando suena mi celular con un WhatsApp era Lorena mi vecina y amiga que me decía si no quería ir a la pileta a la casa de ella que estaba sola. Yo le dije que como era el primer día de Ramón prefería que venga ella.

Lorena; ¿Quién es Ramón?

Clara: El jardinero nuevo. Un paraguayo que no vale nada. Le puse para que se sorprenda cuando viniera.

L: Que mala suerte que tenemos. Nada. Ni para recrear la vista.

C: ¡Viste!

L: Bueno voy para allá y tomamos unos mates

C: O algo fresco

En 15 minutos Lorena estaba en la puerta. Lorena tiene 34 años, es muy parecida a mí, pero con algunos detalles: pelo castaño oscuro, menos cola y mejores tetas que yo. Mucho más desinhibida que yo. Mas zarpada. Más directa.

Nos fuimos a la cocina, que tiene un ventanal que da al jardín, y ella mira a Ramón que cruza con una remera ajustada.

L: ¿Queeee? ¡Hija de puta! ¿Ese es Ramón?

C: Si, digo yo de espaldas sonriéndome y haciéndome la distraída

L: ¡JAJAJA! ¿Este es el viejo que no vale nada¨?

C: Yo no dije viejo, dije paraguayo

L: ¡PERO ESTÁ PARA PARTIRLO!!

C: Siii. Te estaba jodiendo para que lo veas y te sorprendas

L: Pará, déjame verlo bien… Si está buenísimo

C: Por lo menos voy a recrear la vista.

L: Uh en mi casa no podría trabajar.

C: ¿POR QUÉ?

L; No sé, no me aguantaría.

Lorena siempre había sido muy sincera conmigo, pero esto ya pasan los límites de las conversaciones que habíamos tenido. ¿QUE ME ESTABA QUERIENDO DECIR?

C: ¿Como que no te aguantarías?

Lorena se puso colorada, cosa que nunca le pasaba conmigo.

L: No nada. Dejó.

C: Ok. DIJE YO SABIENDO CUANDO DEBÍA SER DISCRETA

Pasaron unos 30 segundos que nos quedamos mirando a Ramón mientras iba y venía. Hasta que en un momento Lorena me mira y me dice:

L: ¿Queres que te diga la verdad?

C:  No sé de qué estás hablando, pero siempre me gusta que me digan la verdad

L: Te decía que no me aguantaría porque después de verlo un rato trabajando en mi casa me iría a un lugar donde no me pueda ver y me masturbaría.

No sé qué cara puse yo en ese momento, pero me quede de piedra. Me la imaginé masturbándose y me calentó. Imaginarme a ella, a Ramón, todo…

L Perdoname, soy una desubicada

C: No, está bien.

L: No perdóname en serio

Lorena se sentía súper incómoda y fue por eso que se me ocurrió dejarla un poco más tranquila para que no se sienta tan sola con lo que había soltado

C: Si lo decís por masturbarte quédate tranquila que no sos la única. Yo también lo hago.

L: Si. Pero yo a veces me da un poco de… no se…

C: ¿culpa?

L: No, culpa no. me da cosa ser tan calentona…

C: ¡Olvidate!  nos pasa a todas

L: ¿Vos también te calentás mucho?

Esta conversación me estaba calentando. Ramón yendo y viniendo, también. Debía cambiar de tema o desviar hacia otro lado, pero no podía

C: Siii.

L: ¡Ay qué bueno! ¿Y en que pensás cuando lo haces?

C: No sé.

L: Perdoname soy una metida, ¿Cómo te voy a preguntar eso?

C: Y un Ramoncito para inspirarse no está mal. También tengo otras fantasías…

L: Yo tengo muchas fantasías que si te las cuento… salís corriendo

C: ¿Por quién me tomas nena? No soy una monja

L: Bueno, pero igual, dejá

C: ¡Ahora me contás!

L: No sé. de todo, Fantasías de estar con otras personas, tríos y cosas así

C: Aaayyy yo también

L: ¡Y yo que te hacía una santita, Mirá vos!

C: Esta santita también tiene una llama adentro

L: Veo que sí. Yo a veces pienso que no me pueden calentar ciertas cosas, pero no lo puedo controlar

C: ¿Cómo qué?

L: Por ejemplo, esta conversación ya me calienta.

C: ¿Queres que te diga la verdad? ¡A mí también!

Estaba tan caliente que me quería masturbar en ese momento. Mi concha era un lago y no sabía qué hacer. En un arrebato de locura agarré mi celular y subí a mi dormitorio. Me encerré en el baño y le envié un WhatsApp a Lorena

C: No te asustes. Me vine arriba porque no me aguantaba la conversación

L: Si fue muy fuerte y te pido perdón me fui de mambo

C: No me pidas perdón. Me gustó.

L: ¿Te calentaste?

C: Si. ¿Vos?

L: Si. Estoy re caliente.

C: Yo también.

L; ¿Te vas a tocar?

C: Mmmm no sé.

L: Yo ya no estoy en la cocina. Me vine al baño de abajo y me encerré

C: ¿También te vas a tocar?

L: Sólo si vos lo haces también

C: Estamos locas…

L: Me imagino a Ramón…

C: ¿Sí? ¿Haciendo qué?

L: Cogiéndote a vos…

C: ¿Queeee? ¿Me queres volver loca? Queres que acabe ya?

L: Vos tocate que yo te escribo

C: Ok

Y acto seguido me mandó:

L: Lo veo a él parado y a vos arrodillada frente a él. Él saca su pija (juro que solo con leer esa palabra quedé al borde del orgasmo) y te la acerca a la boca. Vos lo miras a los ojos y se la empezás a chupar. Le bajas los pantalones y le acaricias los huevos.

C: Ya está, no sigas

L: ¿Ya acabaste?

C: Si, ¡y como!

L: Mmmm yo me voy a quedar con las ganas. A menos que…

C: A menos que, ¿qué?

L: ¿Te animas? ¿Qué te imaginas vos?

Yo no me iba a achicar ahora. Le empecé a escribir

C: Vos solamente lee. Me imagino que voy a buscarte a tu casa y te encuentro chupándole la pija (ya me calentaba de vuelta, ahora escribiendo) Él, acostado en el piso y vos con tu culo hacía mí. Te veo claramente el culo y la concha.  Estas muy mojada.

L: Como ahora. Seguí por favor…

C: ¿Te gusta?

L: Mucho. Seguí, Dale

C: Metes una mano por debajo y te frotas la concha que está cada vez más mojada…Él te agarra el mentón y te pasa la pija por la cara. Vos lo miras con una cara de puta hermosa.

L: Estoy acabandoooooo

C: Siiiii. Acabá que me encanta

L: Mmmmm. ¿Hacerme acabar?

C: Si. También.  Calentarme, calentarnos y que acabemos así

L: Sigo re caliente

C: Yo también

Continua acá