Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Alejandra y sus travesuras (15) Juntas con Mica


 Decidida como estaba a dejarme llevar, empecé a no buscar nuevas aventuras, pero con la clara intención de no dejar pasar una oportunidad con nadie.

Así pasaban los días y en mi cabeza aparecían las imágenes de las cogidas con mi yerno, con mi hermano, con mi cuñada y con mi hija. Más de una vez me masturbé como loca al recordar a mi hermano y su gran verga. Otras me imaginé siendo cogida por mi yerno y por mi hermano a la vez. En esos momentos es tal mi calentura que me imagino llena de leche o chupando dos pijas a la vez, cosas que solo se me habían cruzado por la cabeza en muy pocos momentos y de mucha calentura

Lo que sucedió ese sábado no lo puedo creer. Agustina tenía que grabar un video para la facultad junto con sus compañeras y me preguntó si podían hacerlo en casa. Yo, sin dudar, le dije que no había problema. Cuando se lo comenté a mi marido, él me recordó que el sábado y domingo se iría a pescar con sus amigos. Le dije que no había problema, pero que nunca me lo había dicho

Llegó el sábado y a las 10 de la mañana llegaron las tres amigas de mi hija y se encerraron en su cuarto a armar el guion del video que iban a actuar. Yo creo que estuvieron más de dos horas encerradas.

Como adivinando les pregunté si se quedaban a comer y preparé unas tartas y comimos junto con mi otra hija las seis mujeres riendo y charlando.

Promediando el almuerzo Agustina me comentó que iba a venir Mariano, su novio a filmar el video porque tenía experiencia y él tiene un teléfono muy bueno y lo va a ir pasando a la notebook de él para editarlo. En el momento que me lo comentó, Micaela, mi otra hija, me tocó la pierna por debajo de la mesa con complicidad.

Pasó el tiempo y terminamos de almorzar. Las compañeras de mi hija insistieron en levantar y lavar los platos y dejaron todo realmente reluciente.

A eso de las 3 llego Mariano y se metió con las chicas en la habitación. A los 15 minutos salieron los cinco al jardín y comenzaron a grabar con el teléfono de mi yerno. Actuaban, se movían, bailaban todo el tiempo. Realmente era muy entretenido mirarlas a las chicas.

Pasado un momento, me aburrí un poco y me fui a mi habitación donde me tiré a mirar la TV. Al rato mi hija Micaela se vino y se tiró conmigo en la cama. Era la primera vez que estábamos juntas en la cama en la que habíamos cogido como locas entre nosotras. Yo me empecé a maquinar con hacer algo con mi hija mientras mi otra hija estaba con su novio y sus compañeras abajo. Tal fue así que empecé a pegarme lentamente a ella. No hacía ningún gesto contrario y en un momento se acurrucó a mi lado poniendo su mano en mi panza. Muy despacio puso su mano debajo de mi remera y empezó a acariciarme mientras subía hacia mis tetas

Ninguna de las dos decía nada. Mi corazón latía muy fuerte y mis nervios estaban de punta. Su pequeña mano empezó a recorrer mi teta por encima del corpiño y mi mano empezó a recorrer su espalda debajo de la remera. No sin dificultad su mano se coló debajo del corpiño empezando a jugar con mi pezón, a esta altura durísimo

De repente oímos unos pasos en la escalera y nos separamos rápidamente. Los pasos siguieron por el pasillo y fueron a la habitación de mi hija Agustina. Escuchamos que se abre la ventana de la habitación que da al jardín. Con Micaela nos miramos y no entendíamos nada.

-        Voy a ver, le dije

-        Vamos, me dijo

Cuando entro a la habitación de Agustina, estaba Mariano asomado por la ventana y filmando hacia abajo donde estaban su novia y sus compañeras

-        Ah, eras vos? Le digo

-        SI, dijo sin darse vuelta y continuó filmando

-        ¿Qué están haciendo? Preguntó Micaela curiosa

-        Estoy filmando a las chicas desde acá arriba porque están haciendo unas coreografías

-        A ver, dijo Micaela y se asomó por la ventana

Micaela saludó a las chicas y sin querer tocó a Mariano, al que se le movió el teléfono y alteró mínimamente la filmación.

-        ¡Uy! Esperen que se movió! Gritó Mariano desde arriba

-        Tené cuidado, Mica! Le dije retándola

-        Si, si, dijo ella riendo

En ese momento se me ocurrió un juego perverso. Mi hija Agustina, la novia de Mariano, estaba abajo con sus compañeras y desde su posición no podía ver nada de lo que pasaba desde el pecho de Mariano hacia abajo. Él continuaba filmando sin decir nada.

Ahora que lo recuerdo, le atribuyo lo que hice al estado de calentura con el que me había dejado Micaela en la cama anteriormente, sino no se entiende como me animé a hacer lo que hice.

Una mano mía empezó a acariciar la espalda de Mariano. Sin dejar de filmar, él se giró y me miró no entendiendo nada. Mi otra hija estaba al lado y se reía. Empezaba un juego muy peligroso y excitante. La miraba a mi hija mientras le acariciaba la espalda a mi yerno, al novio de su hermana. Ella me devolvía una mirada cargada de deseo

Mi mano bajó hasta su cola y ahora la mano pequeña de mi hija comenzó a recorrerlo en la espalda como yo lo había hecho. Micaela se reía nerviosa y cómplice. Mi mano ahora se metió dentro de la remera por la espalda y girando hacia su pecho, siempre buscando que nada pueda verse desde abajo.

Mica se asomó nuevamente y las chicas, entre risas, paraban la coreografía por un error y de a poco se acomodaban para empezar nuevamente. Era evidente que ni idea tenían, especialmente Agustina, de lo que estaba pasando arriba

Mariano se notaba sumamente nervioso por la situación, y yo lo disfrutaba. Especialmente recordando con la soberbia que se había comportado haciendo que le pida que me coja. Ahora era yo, junto con mi hija, la que tenía el control.

Sin más dilación, mi mano se fue hacia su paquete, que increíblemente aún estaba en reposo. Evidentemente los nervios no le permitían soltarse. Micaela me miraba perversa y sonriente y una manito suya se apoyó sobre la mía y me ayudaba a moverse por encima del paquete ahora no tan dormido de mi yerno

Mariano bajó la vista y vio que la mano que lo acariciaba ahora era la de Mica, mientras la mía se metía por la parte de atrás dentro del pantalón y calzoncillo acariciando su cola suave y lampiña. No me daba lástima en absoluto lo que le estaba haciendo pasar a mi yernito, mi faz más perversa salía a la luz de manera explícita.

Para todo esto Mica era mi cómplice. Seguía acariciando su pija por afuera del jogging que traía, pero yo quería más. Mi mano se fue para adelante y agarró su pija ya casi firme al desnudo. Le ordené a Micaela:

-        Ayudame, bajale el pantalón

-        Que hacen? Decía Mariano

-        Jugamos un poco, le dije y entre las dos ya le habíamos bajado el pantalón y el calzoncillo a la altura de los tobillos

El imponente miembro de mi yerno ya estaba a media altura y mi hija me abrazaba la mano con la suya mientras yo lo pajeaba.

-        Mmmmm, decía Mariano

-        ¿TE gusta?

-        ¡Son malas, eh!

-        ¿Porque?

-        Porque saben que no puedo moverme, nos decía él

-        Vos tratá de disfrutar igual.

En ese momento me arrodillé y le dije a Micaela

-        Queres ver cómo le chupo la pija?

-        Si, mami, claro, dijo entusiasmada

-        Aghhhh, me van a matar, decía Mariano sufriendo

Mirando a mi hija a los ojos como una autentica puta (en ese momento lo era) abrí bien la boca y me metí la mitad de la pija de mi yerno, ahora en su máxima dureza y expresión. Micaela me miraba embelesada y eso me motivaba aún más.

-        Vení, pajeala y acariciale los huevos mientras yo se la chupo, le dije

-        Mmmmm, si, decía ella con sus manitos jugando con los genitales del novio de su hermana

-        Aghhh chicas no me hagan esto! Decía Mariano con auténtico sufrimiento

-        Mi hermana te está mirando? Decía Micaela perversa

Esa pregunta de mi hija activó aún más mi morbo y sacándome la pija de la boca empecé a decir auténticas guarradas acompañada por mi hija

-        ¿Se imaginará Agustina que su madre te está chupando la pija?

-        Ella bailando y nosotros acá con vos, decía Micaela

-        Aghhhh que trolitas que son, decía él

-        Muy putitas somos, decía yo entregada a chupar la pija de mi yerno

-        Mami, me dijo Mica con voz de bebota

-        Si mi amor…

-        ¿Puedo chupársela yo un poco también?

-        A mí no me tenés que preguntar, preguntale a él

Mariano no daba crédito a lo que estaba viviendo. Su suegra y su cuñada estaban arrodilladas pajeándolo y chupándole la pija mientras su novia, en otro mundo, bailaba con sus amigas. No se le podía añadir más morbo a la situación. Eso creía Mariano, pero sí se podía

-        Si Mica, Chupámela por favor, dijo mariano

-        Mmmmm, mica tomó el lugar de su madre

-        Mmmmm, que bien la chupas Mica, a quien habrás salido, dije excitada

-        A vos, dijo Mariano

-        Mmmmm, Mica seguía chupando con deleite mientras me miraba con una sonrisa

Se me ocurrió hacer algo que había visto en una escena porno hacía un tiempo y le propuse a mi hija que se la chupemos entre las dos cada una de un lado. Así empezamos a subir y bajas con nuestros labios una a cada lado de la verga enhiesta de Mariano.

-        Chicas!!!! Paren porque me va a hacer acabar

-        Eso queremos, le dije entusiasmada en la doble felación que le propiciábamos a mi yernito

-        Siiiii, decía Micaela

-        Me quiero tomar toda tu leche, le dije

-        Mmmmm, siiii, decía Micaela, yo también

Sabía que de un momento a otro podría subir mi otra hija así que hice los movimientos que sabía que iban a acercar inevitablemente a mi yerno al abismo del orgasmo. Le empecé a acariciar la cola y de a poco me fui acercando con mi mano a su ano, mientras con la otra le acariciaba los huevos. Como me costaba coordinar con la chupada de pija me dediqué solo a eso dejándole la verga solo para Mica.

Ella pareció agradecerlo y se dedicó con esmero a una chupada de pija con mucha vehemencia. Me sorprendía a sus 19 años la habilidad que tenía, se notaba que no había empezado hacía poco. Mi dedo jugaba en el ano y la otra mano acariciaba con fuerza los huevos de él.

-        Voy a acabar, pará Mica

-        Mmmmm, te animas a seguir Mica? Le dije yo dispuesta a tomar su lugar y con eso la leche de mi yerno

-        Quiero tomarme tu leche dijo Mica y siguió chupando

-        Acabale, le ordené y le metí media falange en el ano

-        Aghhhhhhh, aghhhhhh, acababa Mariano en la boca de su cuñadita

-        Mmmmm, seguía chupando Mica y ni una gota parecía escaparse

-        Mmmmm, siiiii, tomate toda la leche, le decía yo mientras soltaba los huevos de Mariano para acariciarle la mejilla a mi hija

-        Mmmmm, decía Mariano

-        Mmmmm, Mica se sacó la pija con algo de semen aún en la boca y me miró a los ojos

Yo no quería dar el siguiente paso, quería que sea ella quien lo haga. Y lo hizo. Se me acercó lentamente y comenzó a besarme en la boca con pasión. Sentía su lengua moverse con los restos de semen de Mariano dentro de mi boca. Era el sabor de mi hija y de mi yerno juntos y eso me llevaba al éxtasis total. Nos besábamos y Mariano no podía creer lo que estaba viviendo. Que yo estaba hecha una puta, no podía sorprenderlo, pero la actitud de Mica y que encima se besara conmigo imagino que lo debe haber shockeado de una manera terrible.

De a poco le levanté los pantalones y Mica volvía a besarle la pija con cariño. De a poco le acomodamos toda la ropa a él y nos fuimos con Micaela sigilosamente a mi habitación

Una vez ahí nos miramos riéndonos como dos locas cómplices. Y volvimos a besarnos. Era tal la calentura que la solté y fui a cerrar la puerta con llave para hacer de todo con mi hija. No lo dudé y ella tampoco. En segundos estábamos las dos desnudas en la cama y besándonos por todas partes. No tardamos ni cinco minutos en tener un primer orgasmo cada una en un 69 delicioso que hicimos

Una vez relajadas nos vestimos y nos fuimos para abajo a mirar a las chicas que estaban terminando el video de la facultad. Tan tarde se hizo que todas terminaron quedándose a cenar, Mariano también

Las miradas en la mesa entre Micaela Mariano y yo fueron de una morbosidad hermosa. Promediando la cena, les pregunté si habían terminado con el trabajo y les dije que me ofrecía a llevarlas hasta la casa a cada una.

-        No se moleste, decían todas.

-        No es molestia, en una hora voy y vuelvo seguro, les decía yo

-        Nos queda un ratito que hablamos las tres y terminamos todo, me dijo una de las chicas

-        Se me ocurre una idea, les dije

-        Que? Me preguntó Agustina

-        Agus, porque no agarras el auto y las llevas, primero a la que vive más lejos y lo van hablando en el auto y de paso no se les hace tan tarde

-        Uy que buena idea decía Agustina, también con la felicidad de agarrar el auto que casi nunca le prestaba

-        Tu mamá es una genia, decía una de sus compañeras

-        Si, es una genia, dijo Mariano

-        Claro, dijo Micaela

-        Yo te espero acá, con tu mamá y tu hermana, decía mi yerno

-        ¿No queres venir?

-        Vamos a estar incómodos y ustedes tienen que hablar de la facultad dijo él con una enorme sonrisa

(continúa acá)