Pasaron dos días en los que estuve muy tranquila e introspectiva. No hablaba con nadie, ni con Romina, ni con mi yerno, no con mi hija
Creo que fue por eso que pensé que mi calentura había bajado y que podía estar sin pensar en sexo todo el tiempo, pero el diablo mete la cola
A los dos días me suena el WhatsApp y era Romina, que me decía claramente. Ya tengo lista la sorpresa para vos, ¿podrás el martes a las 11 de la mañana, en mi casa?
En un segundo mi calentura pasó de cero a mil. No podía creer la velocidad con la que actuaba Romina, mi cuñada. Habían pasado dos días y ya estaba lista.
Si, le contesté como toda respuesta
Ahí nomás me mandó una serie de condiciones que debía cumplir a rajatabla para que se pueda hacer la sorpresa.
Empecé a imaginar de que se trataría la sorpresa de mi cuñada y pasé por todos los escenarios posibles. Ella con lencería erótica, algún dildo u otros juguetes. Cuando mi mente empezaba a volar, no paraba, y llegué a pensar en alguna amiga de ella y hasta en mi propia hija y me re calentaba
Llegamos al martes y mi nivel de nervios y excitación no daba más. A las 10 me bañé y me puse la mejor ropa interior que tenía. Para vestirme utilicé un look casual para no levantar sospechas
Le mandé un WhatsApp a Romina diciéndole que ya estaba en camino
- Bueno, Estacioná y te voy a esperar en la puerta, afuera
- Ok
Llegué con el corazón latiéndome en las sienes, sentía que mi cuerpo no resistía tanta tensión. Sabía que la sorpresa era de carácter sexual y que Romina mi cuñada participaría de algún modo, lo que no sabía era lo que realmente me esperaba
- Hola, le dije muy nerviosa
- Hola, tranquila, relájate
- Si si, estoy re nerviosa
- A partir de ahora es condición que no digas ni una palabra hasta que yo te diga que podés hablar…
- ¡Perfecto!
- ¿Que dije? Ni una palabra.
- Mmmmm, asentí con la cabeza
- Ni siquiera mmmm, nada podés hablar
- …, asentí con la cabeza nuevamente. Esta vez sin emitir ningún sonido
Pasamos dentro de su casa. Había cerrado las cortinas y había puesto música a un tono medio. Eligió una lista de blues muy sexis.
- Acordate que no podés hablar
- ….
- Date vuelta, me dijo
Le hice caso y me vendó los ojos con un pañuelo el cual me ató fuertemente. Me acarició el pelo mientras me susurraba al oído
- A partir de ahora quiero acompañarte a que vivas cosas muy calientes.
Y me dio un beso muy suave en la mejilla. Despacio tenés que empezar a relajarte, y me beso suavemente en los labios. Quise abrazarla, pero no me dejó. Empezó a acariciarme suavemente el cuerpo. Seguí relajándote. Ahora quiero que empieces a desnudarte sola. Bueno un poco te puedo ayudar. Me sonreí y comencé a desnudarme con su ayuda. Ella me desabrochó el corpiño e hizo un comentario y cuando le iba a responder me tapó la coba con la mano rápidamente y luego volvió a besarme, esta vez más detenidamente y con un poco de lengua. Empezó a acariciarme suavemente todo el cuerpo. Yo a tientas intenté desnudarla. Ella se dejó y se fue desnudando con mi ayuda de un torpe no vidente. Cuando estábamos las dos paradas desnudas y frente a frente, apoyó sus pechos en los míos y me besó con pasión agarrándome del culo. Yo quería seguir, pero me interrumpió
- Vení me dijo y me llevó caminando hasta su cuarto
En ese momento algo me paralizó, sentí un ruido lejano mientras ella estaba a mi lado y supe que había otra persona. Me sobresalté.
- Quedate tranquila, me dijo
Mi intriga y mis nervios volvieron a su punto máximo. Mi cuerpo empezó a temblar. Romina volvió a besarme para tranquilizarme. La correspondí con mucha pasión. Solo eso me calmaba un poco.
- Ahora vamos a relajarnos los tres. Una condición que les puse a los dos es que no hablen así que por favor quiero que asientan con la cabeza
Volví a sentir la cercanía de un tercer cuerpo.
- Ahora te voy a chupar las tetas para que te empieces a relajar un poco
Romina se prendió a mis tetas con auténtica devoción. Yo le acariciaba el pelo. Después de un rato una de mis dudas se disipó cuando ella dijo
- Ahora te voy a chupar la pija a vos
Sentí que se arrodillaba y pude escuchar los sonidos de una felación con muchas ganas.
- Me encanta tu pija, dijo
Yo temblaba pensando en lo que estábamos por hacer, un trío con un desconocido. Debía reconocer que Romina había preservado la identidad de nosotros de manera perfecta.
- Ahora vos te vas a sentar en la cama, le ordenó a él
- Y vos vas a pararte para que él pueda chuparte las tetas. Yo los voy a guiar
En la oscuridad total sentí las manos de Romina guiándome unos centímetros y rocé mi cuerpo con el de este tercero. Sentí la calidez de la mano, que supuse de Romina, en mi teta y una boca chupar me pezón. Supe que era un hombre porque un pequeño bigote raspó mi teta y me estremecí de placer.
- Ahora vamos a chuparte las tetas entre los dos
En ese momento sentí el placer de que mis dos pezones al mismo tiempo fueran atacados con pasión y lujuria. Le acaricié a la cabeza tanto a él como a ella y suspiré.
- Ahora quiero que te pares. Te vamos a chupar la pija entre las dos
- Mmmmm, seee, dijo él olvidando el pacto
- Shhhhh, dijo Romina
Esa voz me sonó conocida, aunque era muy poco lo que manifestó como para darme cuenta. Me puse muy nerviosa. Romina lo presintió y volvió a besarme
- Vení, arrodíllate conmigo, me ordenó
Me arrodillé y ella con su mano guió la mía hacia su pija. Cuando la tomé con mi mano me di cuenta lo difícil que era abarcarla toda y tomé conciencia del tamaño de esa verga. En ese momento me imaginé que era un negro. Lo empecé a pajear y mi mano se topaba con la cara de mi cunada que evidentemente le estaba chupando la pija. Sentí la mano de Romina sobre mi mano y me dijo
- Chupala, probá esta pija
- Mmmmm, chupaba yo
- ¿Te gusta?
- Mmmmm, asentía con la cabeza
- ¿Y a vos te gusta? Podés decir si, le dijo a él
- Siiiii, dijo
Un temblor recorrió mi cuerpo. Era una voz muy cercana que me era muy familiar, pero no era mi marido. Cuando mi mente se aclaró dejé de chupar y me paralicé. Si era lo que me imaginaba era una locura.
- ¿Están listos para sacarse las vendas y conocerse?
- Si, dijo él
Me estremecí, era su voz
- Si, dije yo
- Vamos, dijo ella y me empezó a desanudar el pañuelo
Mis ojos empezaron a acostumbrarme a la claridad y con temor dirigí la vista hacia arriba. No lo podía creer. Era él.
- Seguí chupándomela, por favor, dijo MI HERMANO
Desde arriba mi hermano me miraba con una sonrisa y me acariciaba la cara. Me pasaron los últimos días de mi vida como en una película en cámara rápida y Romina me dice al oído
- Te comiste la pija de tu yerno y la concha de tu hija, no vas a arrugar ahora con la pija de tu hermano, ¿no?
- Mmmmm, noooo, le dije y me dediqué a chupar esa verga enorme
- Aghhhhh, dijo mi hermano
- Mmmmm, te gusta? Le preguntó Romina poniéndose de pie y besándolo
- Me encanta…
- Cuanto hacía que tenías ganas de que tu hermana te la chupe….
- Desde que éramos adolescentes…
- Mmmmm, me puso como loca ese comentario y chupé tratando de meterme toda la pija en la boca
No pude, pero no dejaba de intentar. Una mano juguetona de Romina se colaba en mi concha que estaba empapada y me hacía vibrar.
- Siiii, chupame la pija así
- ¿Te gusta? Le decía yo mirándolo a los ojos
Romina se separó para mirarnos más en detalle y disfrutar del espectáculo dejándonos solos. No dudé en subir y besar a mi hermano en la boca para disfrutar completamente de él. Romina se sentó en la cama mirándonos y dijo
- No saben las ganas que tengo de unirme a ustedes…
- Vení, dijimos a coro con mi hermano
- No, me parece que es un momento en el que deben disfrutarse a pleno sólo ustedes dos
- Si, dije brevemente y volví a besar a mi hermano
Él me agarró de la cola y empezó a manosearme toda con desesperación. Yo intentaba calmarlo para disfrutar más, y durante más tiempo. Sabía que la penetración llegaría en algún momento, ya no estaba para hacerme la difícil. No quería evitarlo tampoco, porque lo deseaba con todo mi cuerpo
- Vení, quiero chuparte yo, me dijo él
- Mmmmm, siiiii
Me acosté en la cama con las piernas abiertas y la cola en el borde. Él se arrodilló en el piso y empezó a chuparme con maestría. Al principio solo me chupaba externamente, después se fue adentrando en mi vagina para jugar con mi clítoris y llevarme de a poco, pero con decisión a un orgasmo muy intenso
- Aghhh hermanito, que bien que chupas la concha!
- Mmmmm, te gusta?
- ¡Adoro como me la chupas!
- ¡Viste! Dijo Romina a mi oído
Me había olvidado completamente de ella. Me acarició la cara y me dio un tierno beso en los labios mientras que con sus palabras me calentaba el oído de una manera increíble:
- ¿Te gusta que te chupe la concha tu hermano? ¿Viste lo bien que lo hace? Igual todavía falta lo mejor, que te meta esa verga tremenda y te llene la concha
Eso fue demasiado y me precipité al orgasmo de manera definitiva
- Aghhh ah ah ah ah aahhhhhh, acabooooooooo, grité
Mi cuerpo empezó a convulsionar, temblaba como poseída y no podía parar de gozar, Era una sensación tremenda. Empecé a emanar fluidos como loca. Mi hermano los recogía con su boca y no cesaba en beberse todo. Cuando miro para abajo tenía la cara prácticamente empapada de mi humedad. Con una sonrisa me miró y me dijo elocuentemente:
- Te voy a coger
- ¿Agarro un forro? Dijo Romina
- No, la detuve
- ¿No? Dijo él incrédulo
- No, cogeme así que yo me cuido, dije firme
- Bueno, mejor
- Quiero sentirte bien adentro, sin nada entre nosotros
- Mmmmm, me dijo él y me besó
Tenía el sabor de mi concha en su boca y me encantó. Primero se tiró encima de mí y empezó a cogerme en posición de misionero. No puedo describir con palabras lo que fui sintiendo cuando su pija empezó a abrirse paso en mi concha. Era un pequeño monstruo entrando y entrando lentamente. Lo sentí duro e implacable en su camino. No sentí dolor en ningún momento, pero sí esa sensación de que mi concha tenía que ir acomodándose a su tamaño, cosa que nunca me había pasado. Era hermoso todo. Mi hermano con su pija dentro de mi concha. Yo agarrándole la espalda mientras lo miraba y mi cuñada, su propia esposa, que me decía al oído
- ¿Que se siente tener la pija de tu hermano adentro?
- Hermoso…le dije
- Mmmmm, y a vos, te gusta cogerte a tu hermana?
- Sabes que si, le dijo él
- Algunas veces mientras cogíamos, fantaseamos con que él te cogía, me confesó mi cuñada
- Mmmmm, siiiii, dije mientras sentía como la verga de mi hermano entraba y salía de mi concha con un ritmo perfecto
- Te imaginábamos así con nosotros dos…
- Aghhhh, decía yo
- ¿Te gusta que te coja? Me preguntó mi hermano, evidentemente quería escucharme diciéndolo porque no cabía ninguna duda de que la respuesta era sí
- ¡Me encanta que me cojas, hermanito! Cogeme cogeme por favor!!! Aghhhhhh
- Voy a acabar en cualquier momento, dijo él
- Acabame adentro!!!!! Dije
- Aghhhh, siiiii, dijo él
- Y movete así que voy a acabar yo también, le dije trayéndolo contra mí para que la frotación sobre mi clítoris sea aún mayor
- Aghhhhh aghhh acabo dijo mi hermano
- Mmmmm, me besó en la boca Romina, esta vez con lengua
- Aghhh aha ah ah ah ah ah, acababa él y su verga se movía dando latidos dentro de mi concha
- Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh acabooooooooooo, grité y me aferré a su espalda
Romina se retiró un poco y mi hermano atacó mi boca con la suya. Nos fundimos en un beso muy apasionado moviendo nuestras lenguas e intercambiando saliva como dos poseídos
No sé cuánto tiempo había pasado, ni cuánto tiempo nos quedaba, pero no dudé en besar nuevamente a Romina y a mi hermano. Después hicimos un beso de a tres cambiando nuestras bocas todos con todos y fue realmente muy excitante
- Tenemos que repetirlo, dije
- Cuando quieras me dijo Romina
- Por supuesto, dijo mi hermano
- Podríamos incluir a más familiares, dijo Romina con una sonrisa perversa
- No sé qué se te está ocurriendo, pero en este momento soy capaz de cualquier cosa, le reconocí
- ¿Que tendrán en mente estas dos perversas? Se preguntaba mi hermano
- No sé, no se
- Ya te enterarás, le dijo Romina
- Lo único que pido es que no me dejen afuera
- Vos quedate tranquilo…jajaja
- Ahora descansá mientras nosotras jugamos un rato, le dijo Romina
Se abalanzó sobre mí y empezó a besarme para terminar las dos en un 69 exquisito. Después de un rato, volvimos a chuparle la pija a mi hermano que se moría por entrar entre nosotras
Cogimos de vuelta con mi hermano, pero esta vez acabó conmigo cabalgándolo y Romina de costado me chupaba las tetas
¿Hasta dónde se podía llegar en esta espiral de sexo? Mi cabeza yo no podía ni quería pensar. Solo estaba dispuesta a dejarme llevar por la calentura…
(continúa acá)