Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Madre e hijo XV - La historia de Juana y Martin

 


Ya habían transcurrido cuatro días de las vacaciones y día Juana estaba dándole vueltas al tema de cómo convencerse a sí misma en no volver a coger con Martín. Sabía que le iba a ser difícil controlarse, y aún más difícil no ser ella la que buscara generar una nueva situación. A todo esto, se sumaba Martín con su juventud. Con su verga erecta como un caballo y siempre dispuesto a hacer gozar a su madre.

Por su parte, Martin estaba alucinado por haber logrado cogerse a su madre, aunque aún sentía que tenía ganas de más cosas nuevas. Él se la imaginaba en nuevas posiciones, en el clásico misionero que no habían llegado a practicar. Tenerla en cuatro y penetrarla desde atrás debía ser la gloria. Bueno, pensaba para sí mismo, si pude lograr todo esto, ¿por qué no voy a poder lograr eso?

Se levantan por la mañana y se van como siempre hacia el auto de alquiler y deciden ir a una playa nueva para seguir conociendo la península. Optan por una playa llamada Tartaruga de una belleza tremenda y bajan las reposeras y sombrilla que les proveía la posada

Se colocan protector adelante y se sientan a conversar:

-          ¡Que locura lo de ayer, mami! Martín empieza rompiendo el hielo

-          ¡Si! ¡Vos lo dijiste! ¡Que locura! Juana lo quería dejara hablar

-          ¡No me voy a hacer el boludo con el tema, mami! No quería dramatizar y encararlo por ese lado le parecía lo mejor

-          ¡Está bien! ¡Me parece correcto! Hablemos. Juana, aunque se sorprendía, no se achicaba

-          Mirá no te voy a mentir, ma! ¡Ayer la pasé muy bien! ¡Y no te miento si te digo que fue el mejor polvo que me eché en mi vida! Martín iba a fondo

-          ¿Ah sí que fue el mejor polvo de tu vida?  Juana se sonreía y se sentía orgullosa

-          ¡Si, mami! ¿Qué te sorprende? Martin la miraba curioso

-          ¿Ni siquiera el primero fue mejor? Juana preguntaba intrigada

-          Nooo mami, el primero fue un desastre! ¡Fue con Laura mi primera novia! ¿Vos te acordas de ella? Gracias a Dios tenía más experiencia que yo y supo esperar a que aprendiera y me enseñó mucho. Martin se soltaba divertido

-          Si, pude ver que aprendiste mucho… Juana sonreía recordando los recientes encuentros con su hijo

-          ¿Vamos a las toallas? Preguntó Martín

-          ¡Dale vamos! Pero antes pasémonos protector

-          ¡Perfecto! Acostate acá a mi lado

-          ¡Bueno! Juana no se había puesto aquel bikini de dejaba ver tanto

-          Dejame que te pase protector! Martin empezó a colocarle la crema a su madre y siguieron hablando del tema

-          Mmmm que manos que tenes! Juana ya estaba empezando a relajarse

-          Mami, no te enojes, pero me siento muy feliz por haber hecho todo lo que hicimos, solo una cosa me tiene un poco inquieto

-          ¿Que? Decime

-          Anoche no nos cuidamos, ¿vos te cuidas? Martín estaba preocupado

-          No te hagas problema que sé que no va a pasar nada. Si me cuido desde hace mucho tiempo. Juana tranquilizaba a su hijo

-          Ah bueno, mejor porque… Martín no se atrevió a seguir

-          ¿Porque qué? Decilo! ¡Ahora no te hagas el tímido! Juana lo invitaba a seguir

-          ¡Quiero cogerte de vuelta! ¡Eso! Martín seguía pasándole protector en la espalda

-          ¡Ah bueno! ¿Así nomas? Que suelto de palabras que estás

-          ¡Vos me dijiste que lo largue y lo largué! Martín muy suelto se lo dijo

-          ¡Pero Martín! No te voy a negar que me gustó porque sería una mentirosa, pero es muy fuerte escucharte así de la nada diciendo eso, a Juana le costaba poner en palabras lo que sentía y, pese a eso, se expresó lo mejor que pudo

-          ¡Es que me volves loco, mami! Martín ya empezaba a masajear la cola de su madre con fruición

-          ¡Gracias hijo! ¡Sigue siendo halagador que te calientes así conmigo! Juana se estaba empezando a calentar

-          Es que me encanta tu cuerpo, tus tetas, tu culo, Martín masajeaba la cola de su madre y uno de sus dedos se colaba rozando el agujero de su culo

-          Mmmm cuidado con esos dedos! Juana lo advertía, pero quería que su hijo siguiera

-          Mmmm es que esta cola me encanta! Martín seguía

-          ¡No te olvides que no estamos en la habitación! ¡Hay gente cerca, Martín! Juana no quería dar ese espectáculo

-          ¡Es que no me puedo contener con esta cola! ¡Me encantaría cogerte por la cola también, mami! Martín, desatado, disparaba todo lo que tenía

-          ¡Pará Martín! ¡Nos pueden ver!

-          ¡No aguanto más mami! ¡Quiero cogerte de nuevo!

-          Vas a tener que esperar! Juana no quería decir eso, pero lo dijo. Pudiendo haber dicho no, dijo que iba a tener que esperar. Así la traicionaba el deseo

-          Mmmm, cuando? ¿Hoy a la tarde en la habitación?

-          Mmmm no sé, puede ser, pero pará de hacer eso frente a tanta gente.

-          Ok. Martín cesó en su magreo con la ilusión de estar cogiéndose a su madre por la tarde

Pero a Martín lo ayudaron aún más los dioses porque se desató una tormenta que los obligó a juntar todas las cosas e ir al auto. Llegaron al vehículo y ambos estaban empapados con los cuerpos muertos de frío por la lluvia. Ya en el auto se quedaron sentados esperando que la lluvia cese. Mas esto no sucedió por 30 minutos y decidieron volver al hotel

Juana, que había quedado muy excitada, mientras Martín conducía se sacó el corpiño y se colocó una remera. La visión de las tetas de su madre sueltas, sin corpiño volvía loco a Martín que no dejaba de mirarle los pechos a Juana

Llegaron a la habitación y Martín mirando a su madre le dijo:

-          Mami, me encanta mirarte las tetas con esa remera sin corpiño

-          Mmmm, te gustan? Juana se movía bamboleando las tetas duras y pesadas

-          Me encantan! Podría estar todo el día solo mirándotelas

-          Mmmm, que tremendo que sos, eh! ¡Como te gusta decirme cosas! Juana se sonreía, pero no hacía nada para ocultarse

-          Mami, ¿no queres venir a la cama a jugar un poquito conmigo? Martin la invitaba

-          No, ¡porque tus juegos son muy atrevidos! Juana lo miraba con cara de pícara

-          ¡Dale Vení, sentate! Martín le pegaba con la palma a la cama para invitarla

-          Mmmm, no se! ¿Que me vas a hacer? Juana ponía voz y cara de bebota jugando un papel extremadamente sensual

-          ¿Que NO te voy a hacer te tenes que preguntar? Martín visiblemente excitado jugaba con su madre

-          ¡Está bien! ¡Voy! ¡Pero tratame con cuidado! Juana seguía en su papel

-          Vení, y la empezó a acariciar en las tetas por encima de la remera

-          Mmmm, que chanchito que sos! ¿Te gusta tocarle las tetas a mami? Juana lo buscaba ahora

-          Mmmm, si me encantan tus tetas, mami! Martín iba a ir por todo

-          Mmmm, siiiii! ¡Me gusta!!! Juana ya se dejaba hacer

-          ¿Porque no te fijas como me pusiste con tu remera sin corpiño?! Martín quería que Juana tome un poco más la iniciativa

-          Mmmm, a ver… Juana metió la mano dentro del short de Martín y agarro con firmeza su pija

-          Agggh, ¿Te gusta mi pija, mami? Martín estaba excitado

-          ¡Me encanta tu pija, si! ¿Te gusta que te lo diga? Juana le hablaba muy cerca de la boca

-          A los dos nos gusta que nos digamos cosas calientes, ¿no? Martín hablaba con la boca a un centímetro de la de su madre, pero sin besarla, sintiendo la brisa y el calor de su aliento.

-          Si, somos muy habladores. Me gusta tu pija! ¡Me gusta mucho tu PIJA! Juana acentuaba la palabra

-          ¡Y a mí me gustan tus tetas! ¡Me vuelven loco y las quiero chupar mami! Martín desenfrenado le empezó a levantar la remera a su madre

-          Aghhhh Juana le acariciaba la pija y se dejaba levantar la remera

-          Mmmmm, me encantan tus tetas mami! Martín se quedaba observando como las tetas de su madre quedaban bamboleándose luego de quitarle la remera

-          Mmmm, ¿Te gustan mucho mis tetas, hijito? Juana nunca se había referido con esa palabra, y en ese tono, a su hijo

-          Mmmm si mamita, me gustan mucho! Martin le seguía el juego a su madre

-          ¡¿Entonces que esperás para comértelas?! Juana lo alentaba y le gustaba esta posición de dominadora

-          Mmmm, nada! ¡No voy a esperar nada! Martín la tomo entre sus fuertes brazos y la sentó a horcajadas sobre él, comenzando a chuparle las tetas con auténtica desesperación.

-          Mmmm, si comete las tetas de mami! ¡Si! Juana disfrutaba tirando la cabeza hacia atrás

-          Mmmm, después me vas a comer la pija vos a mí? Martín no podía detenerse

-          Mmmm, claro mi amor! ¡Te voy a chupar la pija como nunca! Juana estaba en una situación de total elevación erótica

-          Aggghhh mami! ¡Si! ¡Me encanta chuparte las tetas! Martin seguía en la gloria también

-          Vení, parate, quiero chuparte la pija! Vení! Juana nunca había pronunciado la palabra pija tantas veces como ese día

-          Mmmm, me la vas a chupar hermosa? ¿Te gusta mi pija no? Martin subía la apuesta

-          ¡Claro que me gusta! ¡Prepárate porque te voy a chupar la pija como nunca! Juana se arrodilló frente a su hijo

-          Mmmm, que lindo es verte con mi pija! Me encanta la cara de…Martín se contuvo, no se animó a decir tanto

-          Mmmm, te gusta? ¿Que me ibas a decir? Decilo…Juana lo miraba a los ojos con una sonrisa mientras se pasaba la pija por toda la cara sin abrir la boca

-          Queres que te lo diga? ¿No te molesta? A Martín le costaba decirlo

-          Podes decirme lo que quieras, Juana arrodillada con su pija en la mano y dándole un beso en el glande lo miraba desafiante

-          Me encanta la cara de puta que tenes…Martín lo soltó

-          Mmmm, Juana sin dejar de mirar a los ojos a su hijo, abrió la boca y centímetro a centímetro se fue metiendo la verga de Martin en la boca. No pudo llegar hasta la base porque una arcada la obligó a sacársela de la boca

-          Mmmm, despacio, tranquilla, Martín le acarició la cara

-          ¡Es que soy muy puta y no me pude contener! Juana sonreía y volvía a meterse la pija de Martín en la boca

-          Aghhh asiiii, Martín deliraba, el contacto visual con su madre persistía y una sonrisa inevitable se dibujaba en su rostro

-          Mmmm, Juana degustaba la verga de Martín con total placer

-          Mmmm, mami, vení déjame chuparte a mí, Martín la acostó en la cama y le abrió las piernas

-          Mmmm, si chúpame…Siiii Juana se acostó y cerró los ojos

-          Mmmm, me encanta tu concha mami! Martín pasaba la lengua por todo el largo de la vagina de su madre y de a momentos se detenía en el clítoris para chuparlo y morderlo suavemente

-          Aghhhh Martín dejá de hacer eso que me vas a hace acabar! Juana trataba de controlarse, pero el trabajo de su hijo era realmente bueno

-          Mmmmm, vas acabar mientras tu hijo te chupa la concha? Martín seguía con el juego de palabras fuertes

-          Mmmmm, si! ¡Mami está muy caliente y va a acabar! Queres que acabe ahora? Juana bajaba una mano para guiar la cabeza de su hijo

-          Mmmmm, acabame que me trago todos tus jugos! Martin se sumergía en la concha de su madre

-          Agghhh acabo mi amor! ¡Acabo en tu boca! ¡¿Sentís como acabo?! En ese momento la vagina de Juana empezó a segregar un líquido transparente medio viscoso y livianamente salado que a Martín le supo a elixir de los dioses

-          Mmmm, dámelo todo mami! ¡Dale! Martín no paraba de recibir jugos

-          Mmmm, Ahhhh Ahhhh como estoy acabando por Dios! Martín, no paro más! ¡Sigo acabandoooooo! Ohh ohh que Ahhhh…. no hagas eso que… aaggghhhhhJuana se retorcía ante la mordida de clítoris que le estaba propinando su hijo

-          Mmmmm que conchita hermosa y mojada! Martín sacudía la boca y la cabeza provocándole a su madre nuevamente un sinfín de sensaciones

-          Aghhhh ayyyyy Juana se recomponía

-          Mmmm me encanta, Martin besaba ahora los muslos de su madre

-          Mmmm, Vení Martín acostate a mi lado, déjame recuperarme un poco. Nunca había acabado dos veces tan seguidas y tan intensas

-          ¡Me encanta sentir como acabas, mami! Martin se puso de lado y la abrazó

-          Mmmm, Juana comenzó a besarlo en la boca y saboreaba sus fluidos mientras con una mano bajaba a tocar nuevamente la herramienta de su hijo

-          Mmmm, mami, te quiero coger! Martín le acariciaba la cola desde atrás y cuando lo hacía de manera más profunda metía su dedo mayos en la empapada concha de Juana

-          ¡Claro que me vas a coger! No veo la hora de volver a tener tu pija adentro.

-          Mmmm, ¿sí? Queres mi pija? Bueno metétela! Metela en tu concha! Martín esperaba que su madre vuelva a cabalgarlo

-          ¡Quiero que me cojas así! En ese momento Juana hizo un movimiento poniéndose de espaldas a su hijo y arrimándole el culo. Levantó una pierna y pasando su mano por debajo agarró la pija de Martín y la dirigió a la entrada de su vulva

-          Mmmm sí! ¡Me encanta cogerte así y tener tu oído para decirte cositas! Martín fue moviéndose para lograr una mejor penetración y la verga fue entrando despacio pero firmemente en la vagina de su madre.

-          ¡Decime lo que quieras! ¡Me calienta escucharte! Juana giró la cabeza y lo besó

-          Mmmm, si? Te voy a meter la pija hasta el fondo, ¿sabías? Martín arrancó tranquilo

-          Mmmm, si méteme la pija! Susurraba Juana

-          Te gusta que la pija de tu hijo te llene la concha? Le decía al oído, pero en un tono alto

-          Mmmm, me encanta tu pija gorda llenando mi concha! Juana no sabía si se calentaba más escuchando las preguntas o respondiéndolas

-          Mmmm y me vas a dejar que te coja en cuatro…putita! Martín se lo dijo susurrando

-          Aghhhh sí! COgeme como a una puta! ¡Dale! ¡Soy tu puta Martín! Juana se acomodó en cuatro patas girando la cabeza para mirar a su hijo

-          ¡Ahí voy! ¡Ahora vas a ver cómo te voy a coger! Martín se puso detrás de Juana y le colocó la punta de la verga en la concha y se quedó así un momento, contemplando el ano de su madre y todo su cuerpo esperando ser salvajemente penetrada

-          ¡Dale! Cogeme! ¡Dale, por favor! COgeme! Juana suplicaba

-          Si? ¿Que queres que te meta? Martin la quería oír diciendo esa palabra. Lo excitaba tremendamente

-          ¡La pija! Meteme la Pija por favor! Metemela. Juana no daba mas

-          ¿Así? Martín la tomó de las caderas y la penetró despacio centímetro a centímetro hasta que sus huevos chocaron contra los pelos húmedos de la vagina de su madre

-          Ahhhhhh Martin despacio! Juana sintió como esa verga la llenaba por completo al tiempo que la partía en dos y la cabeza hacía tope en el fondo de su matriz

-          ¡Está bien! ¡Pero las putas no se quejan! Y la penetró nuevamente hasta el fondo y cuando llegó al final se retiró para volver a empujar lentamente

-          Aaaaaghhhhh Juana giraba la cabeza para mirarlo como una puta. Eso se sentía, y le encantaba

-          Mmmmm, Martín veía el ano de su madre y se excitaba tremendamente, de modo que sacó su pija empapada y la pasó como si de un pincel se tratara por el agujero de Juana

-          Mmmm, que haces? Noooo, metémela de vuelta! ¡Por favor!

-          Siiiii, Martín volvió a meter la cabeza en la concha de su madre y la penetró nuevamente

-          Aughhhhh Aghhhh Juana volvía a sentirse en el paraíso

-          Mmmmm, Martín apoyó el dedo gordo en la puerta del culo de su madre

-          Aghhhh Juana lo sintió y dio un respingo y tirando el cuerpo hacia atrás buscó que la penetración de su hijo fuera completa

-          Aghhhh, Martín retiró la pija y dejó la cabeza en la entrada

-          ¡Dale! Metemela! Juana pedía

-          Queres que te coja? Martín preguntaba

-          ¡Si cógeme por favor! Juana ya rogaba

-          ¡Te voy a coger! Entonces Martín hace algo inesperado para Juana, introduce el dedo gordo en el ano de Juana al tiempo que la penetra de un golpe hasta el fondo

-          Agggggg aaaaaaaaaaaahhhh ahhhhhhh aaaaahhhh Juana sintió una convulsión, un rayo que la atravesó cuando se sintió penetrada por los dos agujeros de su cuerpo

-          MMmmm mami! ¡Voy a acabar! Martin seguía con el pulgar en el ano de su madre mientras la embestía con dureza

-          Agghhhh acabame acabemos mi amor! Cogeme así cogete a mami!

-          ¡Si mami! Ahhhh Me encanta cogerte así!!! Ahhhh en cuatro!!! Ahhhh y meterte un dedo en la cola! Martín acababa

-          ¡Si! ¡Ah Ah ah ah Partime! COgeme! Haceme lo que quieras! COgeme que soy tuya! Ah AH AH que manera de acabar por Dios

-          Ahhh Mami! ¡Cómo me gusta acabarte en la concha! ¡Llenarte de leche! Ahhh Martin sin salir de dentro de su madre se tiró en la cama abrazado a ella

-          Mmmm, quédate así, Juana quería quedarse siendo abrazada por su hijo y con la verga adentro

-          Mmmm, si quedémonos así...

Continúa acá-----> Madre e hijo 16