Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mamá caliente (16)

 

 


Luciano estaba viviendo dos mundos paralelos. Si se quiere, tres.

Por un lado, había cogido con su madre y debutado sexualmente con ella. Estaba aprendiendo muchas cosas del sexo y entre ellas ahora se había sumado la experiencia de un trío con Florencia, la amiga de su madre.

Por otro lado, estaba avanzando en su relación con Sofía a pasos agigantados en los últimos días.

Y si queremos agregarle un tercer lado, era un hijo ejemplar para su padre y un hijo normal para su novia.

A veces, se preguntaba qué pasaría si algún día Sofía se enteraba de las relaciones que él tenía con su madre. No al punto de atormentarlo, pero lo pensaba muy seguido. Luciano no quería perder su relación con Sofía y sabía que la gente veía como una aberración las relaciones sexuales madre-hijo.

Al otro día, invitó a Sofía de nuevo a su casa y se metieron nuevamente en la habitación ni bien llegaron.

Sofía había cambiado totalmente su actitud. Hacía poco tiempo Luciano había sido un poco cortante con ella diciéndole que era una nena que no se animaba a más cosas y que él estaba caliente. Ella se enojó por eso y discutieron, pero sin llegar a pelearse. Luciano anduvo muy esquivo durante unos días y ella empezó a sentirse mal. Una conversación con su amiga la hizo reflexionar un poco cuando ésta le dijo: “no se la chupas a Luciano? ¡Pero si ya hace un montón que salen! ¡Yo a esa altura ya cogía con Marcos!”

Empezaron a besarse y ambos notaban que los besos no tenían nada que ver con los besos de semanas atrás. Abrían más la boca, se metían más la lengua, no sentían ningún tipo de pudor si la saliva era exagerada. Habían pasado a otro nivel en los besos también.

Quizás fue por eso que no sintió que nada lo frenara para decile a Sofía lo que le dijo. Y quizás fue porque estaba muy acostumbrado a decírselo a la madre y saber que eso la calentaba. Puede darse que uno se olvida del lugar y la persona con la que está y eso puede ser muy peligroso. Se dio cuenta cuando luego de apoyar sus labios en el oído de su delicada novia, le dijo:

-        ¡Quiero cogerte!

-        Sos una bestia! Dijo ella separándose

En ese momento, Luciano se dio cuenta de que nunca había usado ese lenguaje y menos ese verbo con su recatada novia.

-        ¡Es que me calentás mucho! Se excusó él

-        Lo sé, pero…

-        Deberías verlo como algo bueno y no como algo malo

-        Ya sé, pero bueno, fue muy fuerte

-        Es lo que siento…

-        Ya sabes que en algún momento se va a dar, dijo ella

-        Es que a veces creo que no va a llegar nunca ese momento

Luciano la volvió a envolver con sus brazos y la besó nuevamente. Ella lo correspondió abriendo la boca y jugando con su lengua hábilmente.

¿Cuando? Preguntó él

-        Yo lo veo mucho más cerca que antes

-        ¿Si? Dijo él ilusionado

-        Sé que me va a doler, pero me voy a animar, dame un poco de tiempo

Sofía se sentía culpable doblemente. En primer lugar, por no ceder ante sus propios deseos y ser tan nenita inocente y, en segundo lugar, por no hacer disfrutar a su novio completamente. Creía que no estaba dispuesta a dar ese mismo día el gran paso, pero sabía que pronto lo haría

Volvió a besarlo y se apretó fuerte contra él. Sus pequeños pechos se apretaron contra el pecho de él. Sus pezones se endurecieron y su concha empezó a mojarse.

Él por su parte se le pegó con fuerza y le arrimó el bulto haciéndoselo sentir bien duro, tal como lo tenía. En poco tiempo la ropa empezó a volar. Tal era la calentura que tenían los dos que no se dieron cuenta que estaban casi completamente desnudos y con la puerta entornada, pero no cerrada.

Se acostaron los dos en la cama y Luciano, solo con los bóxers puestos, empezó a chuparle las tetas a la joven. Ella, que también había quedado solo en una diminuta tanga, le acariciaba el pelo con una mano, mientras la otra iba en búsqueda de su paquete. Lo encontró. Comenzó a acariciarlo por fuera de la prenda y lentamente fue haciéndole una suave paja. La cabeza de la pija de Luciano salía por la parte superior de su prenda íntima.

Él le metió la mano dentro de la bombacha y se encontró con una humedad que le dijo todo: Sofía estaba muy caliente. Ni bien hizo un poco de presión, el dedo se coló dentro de la concha de la adolescente

-        Aghh, susurró ella

-        Mmmmm, le dijo él al oído

-        Tocame, por favor, como ayer

-        Te voy a hacer acabar

-        Siiiii, dijo ella

-        ¿Te gusta cómo te toco?

Ya un dedo de él se había metido bien profundo y ahora metía un segundo mientras aprovechaba el dedo pulgar para tocarle el clítoris

-        Aghhhhhh, se estremeció Sofía

-        Dejame, no digas nada

Luciano se arrodillo en el suelo y volvió a meterle dos dedos en la concha, anular y mayor, pero esta vez le corrió la bombacha para el costado y el clítoris se lo estimulaba con la otra mano. La lubricación de Sofía era total.

Él no dudó y supo lo que debía hacer en ese momento. Acercó su boca y comenzó a chuparle la concha a si joven novia. El sabor le pareció suave y delicado. En un punto le gustaba, pero también extrañaba el sabor de su madre, más intenso. Se metió de lleno en la tarea de darle placer a Sofía que susurraba

-        Aghhhh aghhhhh aghhhhh

María salía de su cuarto con un montón de ropa para lavar en los brazos. Quizás el hecho de ir descalza ayudó a no ser escuchada por los jóvenes calientes. Un gemido de mujer la alertó y sigilosamente se fue acercando. Cuando se asomó a la puerta el cuadro que vio la impactó. Sofía con las piernas abiertas en tetas, con los ojos cerrados y con sus manos acariciando la cabeza de su hijo que estaba metida entre sus piernas.

Luciano en cuatro patas en la alfombra de su cuarto, se notaba que chupaba sin cesar y se aferraba con sus fuertes manos a los muslos de la pequeña y frágil Sofía.

-        Aghhhhh ahhhhh ahhhhh acabo, decía Sofía

-        Mmmmm, chupaba Luciano

-        Aghhhh esto es lo mejor, se recomponía la joven abriendo los ojos

Fue entonces cuando su mirada chocó con la de María que observaba desde la puerta. Sofía dio un respingo y miró en dirección a la puerta. Luciano iba a girarse cuando, la niña le dijo

-        No, chupame más, y le agarró la cabeza

María siguió mirando, ahora con libertad, y Sofía le sonrió como aceptando el juego de ser vista por su suegra. Sofía, perversa, empezó a tocarse las tetas y miraba de vez en cuando en dirección a la puerta. María dejó la ropa en el suelo y se metió la mano dentro del pantalón de jogging y dentro de la bombacha. Su concha era un lago.

Otra sonrisa apareció en el rostro de Sofía, que dijo fuertemente:

-        ¡Me encanta lo que haces!

María se mordía el labio y se tocaba. Sofía se revolcaba en la cama. Luciano chupaba y chupaba, y mientras lo hacía se fue bajando y sacando el calzoncillo. Sofía lo veía de reojo y María también. El riesgo de que Luciano viera a su madre espiando era tremendo.

Sofía era una chica muy inteligente y siempre demostró salir de situaciones comprometidas, pero esta vez le costaba pensar. Quería seguir disfrutando de la mirada de su suegra, pero no quería que Luciano la viera. Se le ocurrió algo muy inteligente

Agarró la remera de Luciano del suelo y le dijo parate. Todo esto de espaldas a su madre que se asomaba en la puerta.

-        Te voy a vendar los ojos porque no quiero que me veas.

-        Mmmmm, Luciano se dejaba hacer

Se puso de pie y María pudo ver de costado el enorme aparato de su hijo totalmente erecto. Sofía, en puntas de pie, lo tapó rápidamente y lo ató con fuerza.

-        No veo nada, dijo él

-        Esa es la idea, dijo ella

Sofía ayudó a Luciano colocándolo más de costado de manera que la visión de María ahora era total. La joven dirigió su mirada a María y ésta le sonrió con excitación sin sacarse la mano de dentro de la bombacha. Sofi, con su blanca bombachita y sus turgentes pachos desnudos se exhibía ante la madre de su novio. No dudó en arrodillarse en la alfombra y empezar a pajear a su novio mirando a su suegra que se tocaba sin cesar.

-        ¡Que grande que es! Decía divertida la rubiecita pícara

-        Mmmmm, me encanta que me pajees así

-        ¿Te gusta? La miró a María

-        …., María asintió con la cabeza

El morbo se había apoderado de la habitación. María se frotaba por dentro y dejaba de hacerlo de a momentos para retrasar la llegada del orgasmo. Una pequeña gota de líquido pre seminal asomaba en la punta del pene de Luciano. Sofía no lo hubiese hecho en otra circunstancia, pero esta vez estaba muy caliente y sabía que Luciano lo merecía, y su mamá también

Sacó la lengua y la pasó por la punta de la pija. Miró a su suegra que movió la cabeza asintiendo, pero esta vez más lentamente.

-        Es la primera vez que chupo una…dijo Sofía

-        Mmmmm, susurraba Luciano

-        No lo sé hacer, decía ella

María pensaba: las ganas que tengo de enseñarte, pero no se animó a hacerlo y solo asentía lentamente con la cabeza. Luciano susurraba:

-        Vas bien…

-        A ver…, dijo Sofía

La rubia jovencita abrió su boca lo más grande que pudo y se metió la cabeza del pene de Luciano y con la mano comenzó a pajearlo.

Nada mal para ser su primera vez, pensó María

-        Agggghhhh, me encanta, dijo Luciano

-        Mmmmm, ¿sí? Sofía se la sacó para preguntar

Era totalmente absurdo lo que estaba pasando, chuparle la pija a su novio y que su suegra la mirara, pero la excitaba y no se sentía incomoda, sino que, al contrario, se calentaba más. Sofía ahora adelantaba y retiraba su cabeza haciendo una chupada de verga de campeonato, no parecía una primeriza.

En la intimidad de su cuarto, esa mañana, Sofía había mirado varios videos porno y hasta llegó a googlear como chupar una polla, técnicas para felatio y otras cosas. Aprendió rápidamente, como siempre.

Luciano se sorprendió cuando la mano de Sofía le acarició los huevos mientras continuaba con la chupada magistral de pija. Ella miraba en dirección a su suegra que se adelantó un paso en la habitación y sigilosa se puso al lado.

María vibraba de nervios. Estaba a un metro de ellos y Luciano no sabía nada. Con una mano corrió un mechón de cabello de la joven que no entendía el próximo paso de su suegra. Sofi se aferró a las caderas de su novio y comenzó a chupar con fuerza.

María ahí de pie se animó con una pequeña locura. Agarró una mano de Sofía que se apoyaba en el costado de su hijo y la retiró. Y una mano de María, acarició los huevos de su hijo.

-        Mmmmm, dijo Luciano, siiii, acariciame así

-        Mmmmm, te gusta?  Jugaba Sofía

María le recorrió los huevos con su mano una vez mas

-        Voy a acabar, dijo Luciano

-        Mmmmm dijo Sofía, que hago

-        Lo que quieras dijo él

María la miró y le hizo señas tocándose el pecho como diciéndole “que te acabe en las tetas”

-        Queres acabarme en las tetas? Dijo Sofía

-        Quiero verlo

María salió rápidamente de la habitación y se fue tomando la ropa

-        Mirame, escuchó a Sofía a sus espaldas

-        A ver, Luciano se sacó la remera

Delante de él estaba su inocente novia con su carita sonriente, su rostro rojo de calor y excitación y sus ojos celestes mirándolo a la cara. No pudo contenerse ni un minuto mas

-        Acabo, dijo él

Agarró su pija por encima de la pequeña mano de ella y la pajeó apuntando a las tetas blancas de su novia. Varios chorros salieron disparados e impactaron certeramente en los pechos de Sofía. Los tres acababan de vivir una locura hermosa, aunque Luciano se perdió una parte por tener los ojos vendados.

Se escuchó una puerta, era la del cuarto de María que se encerraba a terminar su masturbación, ahora en soledad.

Luciano se sobresaltó y cerró la puerta que estaba entornada. Sofía pensó: si supieras que no va a volver ahora…

 

(continúa acá)

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