Estaba en la cama con mi hija, ambas habíamos acabado y ahora sin perder la excitación ella me estaba chupando las tetas, mientras con la voz temblorosa de calentura me decía “chupémonos”
No sabía que implicaba y hasta donde llegaría ese “chupémonos” que mencionaba mi hija. Lo que si sabía con claridad es que yo estaba dispuesta a todo en ese momento.
- Mmmmm, me encanta que estés mojada, me decía mi hija metiendo una mano entre mis piernas
- Aghhhh, Mica, ¿vos también estás mojada? Le dije
- FIjate, me dijo, y agarró mi mano para llevarla a su concha
Era la primera vez que mi mano tocaba una concha que no era la mía y justamente se trataba de la concha de mi hija. Nada podía ser más morboso, pero tampoco más excitante. En mi cabeza rápidamente pasaron todas las imágenes que cronológicamente se fueron sucediendo y que hicieron que mi calentura llegara a niveles extremos.
Todo había empezado viendo como mi hija le chupaba la pija a su novio y yo me empecé a obsesionar con el pendejo. Las cosas que empecé a hacer para captar su atención y después los encuentros clandestinos y con Romina, mi cuñada, en la camioneta, chupándole la pija. Ahora estaba con mi hija a punto de hacer cualquier cosa. Porque la verdad es que ambas estábamos dispuestas a todo
- Mmmmm. Hija, estas muy mojada, le dije
- Si, mami, viste, así me pusiste con lo que me contaste
- Aghhhh, toquémonos, así, le sugerí.
- Mmmmm, si, mami, y te voy a chupar las tetas mucho
- Y yo a vos hija, me encantan tus tetas
- Y a mí las tuyas mami, me susurraba
- Aghhh Mica, ya acabé una vez y voy a hacerlo otra
- Mmmmm, queres que te chupe la concha como Mariano, me dijo mi hija y me dejó de piedra
- Siiiiiiii, le dije chupame
- Mmmmm, se lanzó de cabeza a mi entrepierna y empezó a chuparme
- Aghhhh , aggg, decía yo
- Mmmmm, se metía con todo
- Despacio que me vas a hacer acabar enseguida
- Mmmmm, es lo que quiero, me dijo
- Mmmmm, si Mica, trataba de pensar en otra cosa pero no podía
- Mmmmm, me encanta tu sabor mami, me dijo y me hizo estallar
- Aghhhhh, agh ah ah ah acabo acaboooooooo, dije temblando
- Mmmmm, si mami, me gusta mucho hacerte acabar
- Aghhhhh, si mi amor, chupame así
- Mami, ¿te animas a chuparme vos a mí? Me preguntó inocentemente
- Claro mi amor, es lo que más quiero en este momento
- Dejame acomodarme, dijo y se abrió de piernas ofreciéndome su concha con muy pocos pelitos
- Mmmmm, es hermosa tu concha hijita!
- Mmmmm, si mami, la tengo cuidadita para ocasiones como ésta
- Me parece muy bien, dije y me puse a chuparle las tetas para empezar a bajar hacia su concha
- Mmmmm, si mami, que bien lo haces
- Para ser mi primera vez con una mujer, no está nada mal, ¿no?
- ¿En serio soy la primera? Me preguntó
- Claro mi amor y me dirigí hacia su rosada vulva a lamer como una sedienta
- Mmmmm, si si así, chupame así mami
- Mmmmm, amo chuparte, le dije con sinceridad
- Aghhh y yo amo que me chupes mami, que bien lo haces!
- Mmmmm, le devoraba la concha
- Agh mami me vas a hacer acabar ya!
- Mmmmm, seeeee, le dije y me volvía a pegar a su clítoris
- Aghh mami, ag ag ah ah ah acaboooooooo, siiiii
- Mmmmm, me aferré con fuerza porque ella quería que me separe
- Aghhhh mami para que no doy mas
- Mmmmm, seguí chupando con fuerza y empecé a meterle dedos
- Agggg mami, noooo pará por favor
- Mmmmm, me aferré mas
- Mmmmm, Mmmmm, me encanta lo que me haces
- Mmmmm, aghhhh queres que acabe de vuelta, me preguntó mirándome
- Mmmmm, siiii, le dije mirándola y metiéndole los dedos con más profundidad
- Aghhhh gag siiiii
- Mmmmm, me volví a apretar contra su clítoris y estalló nuevamente
- Agggg ah ah ah ah ah aghhhhhhhhhh siiiiiii
- Mmmmm, seguí
- Mmmmm, me encantó mami, nunca había acabado dos veces tan seguidas
- Mmmmm, subí y la besé en la boca
Nos fundimos en un beso mezclando nuestros propios sabores, y con mucha saliva empezamos a matarnos a lengüetazos. En ese momento, me olvidé que era mi hija y le apretaba la cola, le chupaba el cuello, la abrazaba con fuerza. Ella me correspondía y hacía lo mismo, parecíamos dos amantes y no madre e hija
Nos fuimos calmando y se espaciaron los besos. Y en un momento mientras nos recomponíamos y comenzábamos a vestirnos, ella me dice
- Me parece abrimos una puerta que ya no se va a poder cerrar
- Si, le digo, pero tenemos que tener cuidado
- Si, mami, obvio, con cuidado
- Saliste a mí, sos calentona
- Si, mami, nunca acabé como hoy
- Qué bueno
- Te quiero mami, y vino hacia mí y me besó tiernamente abrazándome con fuerza
¿En qué me estaba convirtiendo? ¿En una perversa sin límites? ¿Sería solo un momento de calentura que tenía que apagar con las personas más cercanas? Terminaba de coger con mi yerno y ahora la agarraba a mi hija. Obviamente que siempre fue todo con consentimiento, pero era una locura al grado que había escalado todo esto. Para colmo de males me suena el celular con un mensaje de Romina, mi cuñada.
(continúa acá)