Víspera de Año Nuevo: Mi tía Mariana
Hola. De vuelta yo, Nicolás, para
contarles mis increíbles días en Mendoza.
La idea era volvernos y pasar el
31 y 1ero en Buenos Aires, pero mis tíos insistieron y nos quedamos a pasar el
año nuevo allá.
EL 25 me despierto y escucho la
risa de mi prima en la piscina. Junto con sus risas, se escuchaban la de otra
persona, que después supe que era su novio Mateo. Un cheto rugbier que me
pareció un boludo de primera impresión. Debo reconocer que el pibe tenía su
facha y encima un cuerpo todo marcado, pero bueno. Mi consuelo era que el día
anterior, yo me había cogido a su novia.
La manera en que se estaban dando
las cosas me hicieron pensar que no tenía posibilidades de volver a cogerme a
mi prima.
El 27 de diciembre, mi tío nos
llevó a almorzar al restaurante de una famosa bodega y no recuerdo haber comido
y bebido tan bien en mi vida. El paisaje era hermoso y para colmo de males con
el efecto de los vinos, a mi prima no se le ocurrió mejor idea que comenzar a
tocarme debajo de la mesa.
En eso estábamos cuando levanto
la vista y veo los ojos inquisidores de mi tía Mariana, la madre de Bárbara y
hermana de mi madre, que me miraban como penetrándome con su intensidad.
Le corrí la mano a mi prima y le
dije
-
Boluda, tené cuidado que nos vio tu vieja
-
¿En serio?
-
Si
Mi prima pereció calmarse
Al otro día, mi tía sube una foto
a su estado de su vestimenta en las navidades. Era un vestido banco suelto y
que le transparentaba un poco la ropa interior, también blanca. Se la comento
con un “que hermosa es mi tía” y le pongo un fueguito
Ella toma mi comentario y me dice
-
Soy una vieja para un fueguito
-
No tía, te mereces más de un fueguito – le tiré
-
Vos tené cuidado con lo que haces con tu prima
debajo de la mesa
Era evidente que nos había visto,
pero si lo mencionaba, así como al pasar, era porque tanto no le había
molestado
-
Son juegos, tía, nada mas
-
Hay juegos y juegos y ustedes ya no son tan
chicos
-
Tenés razón tía.
-
Vos sos joven, lindo y tu prima está muy buena,
así que cuidado
-
Si si, tía, Gracias, mi prima salió a vos
-
Jajaja no te hagas el seductor conmigo para que
no me enoje
-
No, no, te juro que pienso eso, estás muy buena
– le solté
-
Soy la hermana de tu mamá, sos un atrevido,
jajajaja
Juro que hasta que no leí el “jajaja”
mi corazón latió con miedo y ansiedad. Luego me relajé y decidí que mejor no
arriesgar con mi tía
El día 30, lo recuerdo con
precisión, mi tía sube a su estado de WhatsApp, una foto con mi mamá, ambas en
malla y se las ve muy bien a las dos. Mi madre lleva una malla enteriza y mi
tía un bikini blanco de triángulos que contrasta perfecto con su piel bronceada
y que contiene a dos tetas hermosas, operadas por supuesto, y en donde se
aprecian unos pezones erguidos intentando taladrar la fina tela.
No dudé en comentarle
-
Que buena estás, tía
-
Gracias Nico – fue su respuesta y quizás eso me
envalentonó a dar el siguiente paso
-
Si no fueras mi tía… - creí haberme ido a la
mierda
Sabía que había arriesgado mucho
con ese comentario y quizás fue por eso que dejé el teléfono al lado con miedo
a la respuesta que podría venir por parte de mi tía
La respuesta llegó
-
¡Que sobrino pícaro que tengo, eh!
Lo había tomado bien, eso me dio
ánimo y le tiré nuevamente
-
Si tía, soy pícaro, pero es verdad que estás muy
buena y si no fueras mi tía…
Leía “Escribiendo…” en la
pantalla y mi corazón palpitaba
-
Si no fuese tu tía, ¿que?
Era lo que esperaba, pero no supe
que ponerle sin irme a la mierda y pensé que justamente eso era lo que tenía
que ponerle:
-
Si no fueses mi tía ya me hubiese ido a la
mierda con lo que te hubiese comentado acerca de tu cuerpo
Ahora sí, la pelota estaba de su
lado, se animaría a subir el tono de la conversación
-
Te doy permiso para que te vayas a la mierda
Eso me hizo pensar bastante y no
supe que responderle. Tardé un tiempo y volvió a poner
-
¿No te animás a decirme nada lindo?
-
Si, tía, es muy lindo, pero es fuerte
-
Tengo 47 años nene, nada me puede parecer tan
fuerte
-
Siendo así… - le puse
Y me dije a mi mismo “que sea lo
que Dios quiera”
-
Tenés unas tetas hermosas, tía
Me quedé mirando el teléfono y no
aparecía la palabra Escribiendo, pero seguía en línea o sea que estaba mirando
la pantalla. O no. Lo cierto es que las dudas comenzaron a apoderarse de mí y
me temí lo peor, que mi tía se hubiera ofendido, pero no
-
Ahhh mirá que lindo que sos, me gusta lo que me decís
-
Si, tía es la verdad
-
Como te pueden gustar las tetas de una vieja de
47 años
-
Tía, tus tetas están perfectas, son hermosas,
vos, sos hermosa – tiré con todo
No me esperé leer lo que vino
después
-
No te podés calentar con una vieja y menos con
tu tía
-
Lo siento, es tarde, jajaja
Juro que el jajaja lo puse para
suavizar porque a estaba con ganas de ponerle cualquier cosa
-
Mmmmm ya estas calentito? Mirá que cochino! ¡Con
tu tía!
-
Es una combinación de factores…
-
¿Que combinación de factores?
-
Uno, que estás muy buena. Dos, verte en malla
con esas tetas hermosas. Tres, que seas mi tía me da morbo.
-
¿Ah, pero que fuerte lo que me decís, pero
Querés que te diga la verdad?
-
Si, tía, decime
Ahora sí que no me esperaba
semejante respuesta. Mi pija dio un respingo cuando leí
-
A mí me calienta esta conversación, también
-
Bueno, estamos a mano, entonces – dije para
responder algo rápidamente
A continuación, me mandó una foto
en donde se la veía en el espejo de su cuarto, en ropa interior, puesta de
costado, con su parte de abajo toda metida en la cola y sus tetas a punto de
explotar en su corpiño blanco. Tuvo la precaución de que no se le viera la cara
-
Te mando esta fotito solo para vos, ojo lo que
haces con ella
Yo no supe que hacer y me dije:
“si llegamos hasta acá, porque no?” Me saqué una foto a mi bulto hinchado y se
la mandé
-
Así me pusiste, tía
Su respuesta no tardó en llegar
-
Ummmm que bien se ve eso, pero prefiero que
paremos acá
Sentí un vacío enorme cuando le
respondí a mi pesar
-
Está bien, tía, te mando un beso
-
Yo también te mando un beso, hermoso – me puso
ella
-
Me voy a acostar un ratito
-
¿No te vas a aliviar eso?
¿Qué le pasaba a mi tía? ¿Quería
cortar o quería seguir? No entendí su mensaje y le respondí
-
Seguramente sí, voy a ir al baño
-
Así me gusta, podes pensar en las tetas de tu
tía, te doy permiso
-
Gracias – le puse
Me clavó el visto, pero me di por
satisfecho con todo lo logrado.
Me metí en el baño y no tardé ni
20 sacudidas en acabar frente a la banca pileta de lavar las manos.
Las aventuras con mi tía siguen acá
https://relatosderey.blogspot.com/2024/01/un-regalo-de-ano-nuevo-mi-tia-mariana.html
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