Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Un regalo de año nuevo: Mi tía Mariana

Un regalo de año nuevo: Mi tía Mariana 




En la cena de ese día mi tía me esquivó la mirada todo el tiempo. Un par de veces la busqué, luego desistí y traté de no buscarla. Solo en un momento me pescó mirándole las tetas y me sonrió. Fue un pequeño gesto, que amé.

Me pasé toda la noche hablando con mi prima y con su novio. La verdad es que el flaco terminó cayéndome mucho mejor que la primera vez que lo vi.

En determinado momento lo miré con una mezcla de envidia y lástima. Por un lado, el flaco se cogía a mi prima y, por otro lado, yo me la había cogido y no se había enterado.

Terminó la cena y nos fuimos al house con mi prima y su novio. Llegamos y había mucha gente de mi edad y no tardé en encontrar a Luciana que tenía también un vestido blanco y hermosa.

Me acerqué y mis ilusiones se desvanecieron cuando la vi de la mano de un chico que me presentó como su novio. Evidentemente, todas las chicas querían empezar el año con su novio y eso me restaba posibilidades.

Estuve dando vueltas por ahí y en un momento la perdí de vista a mi prima. Le escribí un mensaje de que me iba a la casa y me fui.

Se me ocurrió desviarme un poco para la zona de los juegos infantiles y el banco donde había estado cogiendo con mi prima y cuando me estaba acercando me di cuenta que había alguien. Me acerqué y cuando estaba a la distancia justa pude darme cuenta que eran mi prima y su novio que estaban cogiendo.

Me calentó verlos y me dio un poco de celos no ser yo el que disfrutaba de ese hermoso cuerpo esta vez, pero me dije a mi mismo que debía saber conformarme con lo que me había tocado, que no era poco

Llegué a la casa y me tiré a dormir muy caliente, pero preferí no masturbarme.

Al otro día me levanté y me dispuse a ayudar a mi tío con el asado. Mi tía estaba con un vestido transparente y con el bikini debajo. Me gustó verla e imaginarla desnuda.

Después de un rato de mirarla a mi tía, me puse a observar a mi madre con mayor detenimiento y me di cuenta que no tenía nada que envidiarle a mi tía. Un poquito más de volumen en sus caderas y un poco menos en sus pechos, pero aún así estaba muy bien.

Mi prima vino a saludar con su novio porque se irían a pasarlo a su casa y no volvería hasta el otro día.

Empezamos a comer y mi tío no tardó en descorchar un malbec gran reserva que tenía diciendo que había que empezar el año con un buen vino.

Primero los chorizos, las morcillas y riñón. Más tarde mollejas y luego asado y entraña. Mi madre bebía con mi tío diciéndole lo bueno que estaba el vino. Al rato, abrieron otra botella y mi tía no tardó en reclamarle a su marido.

-        Me vas a emborrachar a mi hermana

-        No hay problema, mientras pueda llegar a la cama, tiene toda la tarde para dormir

-        Es verdad – reía mi mamá

-        Ya estás en pedo – le decía mi tía

Nunca había visto a mi mamá tan alegre. Mi tía tomaba muy poco. Mi tío bebía como nunca.

Al rato, abrieron un champagne y comimos helado. Luego mezclaron el helado de limón con champagne.

El resultado fue que mi madre cuando se quiso parar, casi se cae. La tuve que acompañar al cuarto y en todo el camino fui abrazándola y sosteniéndola para que no se caiga. Cuando la ayudé a acostarse involuntariamente rocé uno de sus pechos y riéndose me dijo

-        Uyyyy Tené cuidado que hace mucho que no reciben caricias

-        Mami, estás re en pedo

-        Si si, jajajaaja – mi madre estaba en un esta etílico terrible

Mi tío, en cambio, subió a su cuarto con prestancia, pese a que se lo veía muy colorado y totalmente borracho también

Mi tía me pidió ayuda para levantar las cosas mientras iba poniendo todo en el lavavajillas.

Fue entonces que la vi agachada. Debajo de su vertido transparente, la malla parecía más metida en su cola que antes. ¿Me estaría provocando mi tía?

-        ¡Que buena que estás, tía!  – le dije y salí rápidamente

Volví y seguía guardando cosas y ordenando la cocina

-        ¿Lo decís en serio?  – me preguntó

-        ¿Que cosa?

-        Lo que me dijiste recién

-        Ah si – dije en un tono despreocupado, pero mirándola a los ojos – estás muy buena

Vi cómo se ponía colorada como una quinceañera y siguió con lo suyo. Yo iba y venía y en un momento la rocé y sentí como ella se estremeció. ¿Que le pasaba a mi tía?

Me fui a mi cuarto con la intención de no perturbarla más. Ella se fue al suyo en donde seguramente estaría acostada al lado de su marido.

La sorpresa llegó en modo de mensaje de WhatsApp

-        Gracias por lo que me dijiste hoy, me hizo sentir bien

De vuelta los mensajes con mi tía, ya mi pija comenzaba a despertar.

-        Si es porque te dije que estás buena, es lo que pienso y no tenés nada que agradecerme

-        Es que, a mi edad, que un joven de 22 años me mire y me diga eso es para levantarle el ego a cualquiera

-        Tía, no te asustes con lo que te voy a decir, pero hay confianza entre nosotros, ¿no?

-        Si si – me respondió ella

-        Ya te lo dije el otro día, estás muy buena, tenés un cuerpo espectacular y no me cansaría nunca de mirarte

-        Ayyyy que cosas lindas que me decís, Nico

-        Es la verdad, aparte lo comprobé con la foto que me mandaste el otro día

-        ¿Si? ¿Te gustó?

-        Mucho, y hoy con ese vestido y ese bikini debajo, me encantó

Lo que me dijo a continuación me sorprendió y lo aproveché al máximo

-        Me están entrando los calores, me voy a ir a la pileta

-        Si vas con esa malla que tenías hoy, sería muy lindo verte

-        Bueno, vení vos también – me dijo invitándome

-        Yo voy a ir con la misma inflamación en la zona que te mostré el otro día -  le dije jugándomela

-        Eso también sería muy lindo de ver -  me respondió y mi pija se paró aún mas

Salí para el jardín. En la casa reinaba un silencio sepulcral. Mi tío y mi madre seguramente estarían durmiendo a pata suelta.

Cuando me acercaba a la pileta la vi. Estaba con ese bikini y la malla más metida en la cola que antes.

Sin ningún tipo de pudor me metí la mano dentro de la malla y me acomodé la pija para arriba para que no sea tan escandaloso mi bulto. Me acosté en la reposera que estaba al lado de mi tía y ella de pie se sacó el vestido quedando en malla a menos de un metro de mi vista

-        Uffff que buena que estás, tía!

-        ¿Si?  – mi tía giró modelando para mí

-        Ummmm tenés un cuerpo perfecto – le decía yo

-        Graciasssss

Mi tía se acostó en la reposera y comenzó a pasarse protector. Yo no podía dejar de mirarla. Primero se pasó en las piernas, luego en la panza, más tarde en la cara y dejó la zona de sus pechos para lo último.

-        ¡Como te gusta mirarme!  – me decía risueña

-        Me encanta, te dije que no me cansaría de mirarte

-        Bueno, mirá todo lo que quieras

Entonces comenzó a pasarse el protector por el pecho y me miró

-        ¿Te gusta cómo me paso el protector?

-        Me encanta

Sus dedos recorrían sus tetas por fuera de los triángulos del bikini, pero en un momento metió sus dedos y pude imaginar cómo debajo de la tela se acariciaba el pezón.

-        Ayyyy tía – le dije sin poder evitarlo

-        ¿Que pasa?

-        Me gustas mucho…

-        Ayyyy que zarpadito que sos, Nico

-        Si, tía – le dije y me acomodé el paquete con descaro

-        Como te estás poniendo con tu tía vieja – me decía

-        De vieja, nada – le dije – y sí, me pones como loco con tus tetas

-        Ayyy Nico, no me digas esas cosas – dijo ella y miró sus tetas y sus pezones parados debajo de la malla

-        Me pones la p… -

Me detuve para no decir lo que se me había ocurrido por miedo a irme totalmente a la mierda.

-        Ojo Nico con lo que vas a decir, porque hay lugares de los que no se vuelve, eh

-        Si si, tía, me detuve para no decirte nada tan fuerte

-        Yo no me horrorizo de nada, pero hay que tener cuidado, somos tía y sobrino

-        Lo sé, pero es que cuando me caliento…

-        Tomá, ponete protector que el sol está fuerte

-        Como vos – le dije y me eché a reír

-        Jajajaja, sos terrible, Nico

Me puse protector y dejé de hablarle por un momento y la miraba de a ratos sin saber cómo abordarla para intentar algo.

Mi tía estuvo al sol unos 15 minutos y al rato llegó el momento esperado. Se levantó de la reposera, le bajó el respaldo – siempre bajo mi atenta mirada – se acostó boca abajo y se desprendió el corpiño con dificultad. Giró la cabeza y no se sorprendió de que la estuviera mirando

-        ¿Me haces un favor, Nico?  – me dijo

-        Si, tía

-        Me pasas protector por la espalda

-        Sí sí.

Creo que me levanté como si me hubiese clavado algo en el culo. Fue tan rápida mi reacción que ella se sonrió y me dijo Gracias, Nico

Me senté a su lado y le tiré protector en la espalda. 5 o 6 gotas y comencé a pasarle por toda la espalda. Ella se levantó apenas para acomodarse el cabello de costado en la nuca y mi vista se dirigió a sus tetas que parecían querer despegarse de su sostén. No pude ver nada.

Comencé a pasarle por toda la espalda recorriendo con mis manos toda la superficie. De a ratos pasaba por los costados y rozaba el globo de sus tetas. Ella no decía nada, pero su respiración se inquietaba y yo lo notaba.

-        ¿Te paso en las piernas?  – le pregunté solícito

-        Dale – me dijo ella

Comencé mi labor en las piernas, como corresponde, desde abajo hacia arriba. Iba y venía con mis manos siempre en las pantorrillas. Luego a la parte posterior de las rodillas y subí por sus firmes muslos. No pude contenerme y le lancé:

-        ¡Que lindas piernas que tenés, tía!

-        Gracias, seguro que no me estas mirando solo las piernas – me soltó

-        “I’m guilty”(me declaro culpable)  – le dije y reímos juntos

Lo que siguió fueron masajes en los muslos pasándole abundante crema. Mi verga estaba casi estallando cuando me atreví y le dije

-        ¿Te puedo pasar en la cola?

-        No me parece… - me dijo

Yo seguí con las piernas y el interior de los muslos. Ella abrió un poco sus piernas y mi mano no tardó en subir y rozarle su interior con el canto de mi mano en una de las pasadas

-        Mmmmm – murmuró y se estremeció

-        Perdón tía – le dije

No respondió nada y me decidí a seguir con el masaje, porque los dos sabíamos perfectamente que ya le había puesto protector en toda la zona.

Nuevamente mi mano, esta vez con más presión y decisión, tocó la zona de su concha y ella dio otro respingo e hizo algo que me descolocó. Llevó sus manos para atrás y se metió la prenda totalmente en la raya del culo y me dijo:

-        Está bien, pasame protector en la cola que si no se me va a poner colorada

El que me estaba poniendo colorado era yo, pero de calentura. No dudé y ahora comencé a acariciarle la cola junto con el protector.

Entonces me envalentoné y me fui con más profundidad en su cola. Ahora mis dedos pulgares se metían en su cola y rozaban su concha con descaro.

-        Ayyyy Nico, esto no está bien

-        Dejame que siga un poco más – le pedí

Entonces mi dedo pulgar se metió de costado y sentí una de las arrugas de su ano.

Ella se levantó tomando el corpiño del bikini con ambas manos y sin dudar, se tiró a la pileta en tetas de espaldas a mí.

Sin que yo pudiera ver nada se fue acomodando el corpiño y se giró diciéndome con una sonrisa

-        Necesitaba enfriarme…

 


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