Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mamá caliente (38)

 


María, la madre de Luciano y Eugenia, la madre de Sofía, estaban tiradas en la cama completamente desnudas después de haber tenido sexo.

Haber cogido no fue lo más fuerte que hicieron, sino haberse contado todo lo que habían hechos con sus propios hijos y los hijos de la otra.

Eugenia que ya no se quería reprimir nada, le dijo:

-        Ahora me dieron ganas…

-        ¿De qué? Decilo, no me vas a decir que tenés vergüenza!

-        De coger con vos y con Luciano, si es verdad lo que me dijiste – dijo Eugenia

-        Es verdad, pero…

-        ¿Pero qué?

-        Me parece que debes agradecerle a mi marido lo del pago del colegio

-        ¿Y con vos? ¿Juntas?

-        Si te animas… – María quiso poner a prueba a Eugenia

-        Me moriría de vergüenza, pero vos me calentás tanto, que seguro que sí – Eugenia la besó

-        Dejame areglarlo – dijo María y comenzó a vestirse

Eugenia permaneció desnuda todo el tiempo, le gustaba sentirse exhibida ante María. Se paró y aun como Dios la trajo al mundo, bajó la escalera para acompañar a su consuegra amante.

-        Te digo una cosa más – la detuvo Eugenia antes de despedirla

-        ¿Que?

-        Quiero vender esta casa y pagar lo que les debo del colegio

-        No seas boluda, no hagas eso – María fue cortante

-        La mitad es de mi ex marido y me la reclama – Eugenia estaba decidida

-        No decidas nada por ahora

-        Gracias, pero no queda otra – Eugenia no veía otra salida

-        Dejame hablar con Sergio, él es muy creativo para los negocios, algo se le va a ocurrir

-        ¡Gracias! ¡Ah! Al final no hablamos de los chicos

-        Si, ¿te parece permitirles que vuelvan a verse?

-        Si, total mejoraron las notas, ¿no?

-        Sí, ¡es verdad!

-        Bueno, chau

Cuando María iba a darle un beso en la comisura, Eugenia la sorprendió corriendo la boca y se lo dio de lleno en los labios, ésta abrió la boca y le metió la lengua con decisión. María, pese a la sorpresa, se prendió con ganas al beso y la mano bajó a la entrepierna de Euge que suspiró.

-        Mmmmm, queres quedarte un ratito más? – dijo Eugenia

-        Me tengo que ir, pero… - dijo María mirando el reloj

María la agarró, cerró la puerta tras sí y la sentó a Eugenia en la barra de la cocina diciéndole

-        Te chupo la concha cinco minutos y me voy

-        Aghhhh Mmmmm creo que me van a alcanzar

Eugenia dio un hábil salto y se sentó abriendo las piernas totalmente y exponiendo toda su desnudez a su consuegra calentona que comenzó a chuparla con muchas ganas. Eugenia chorreaba de calentura, tan así que María tenía la barbilla empapada de la excitación de su amante.

-        Voy a acabar, si si

-        Mmmmm – chupaba María

-        Aghhhh ahhhhh ahhhhhh

-        Mmmmm, si, me estoy tragando toda tu acabada

-        Aghhhh como me calienta acabarte en la boca!

-        Mmmmm – María tragaba y se excitaba

Pasaron unos días en los que le dieron más libertad a Luciano y a Sofía para moverse juntos. Eugenia y María lo arreglaron por WhatsApp con la aprobación de Sergio. Era imposible separarlos, de una u otra manera terminarían arreglándoselas para verse.

Volvieron a juntarse los tres: Luciano, la hermana Mariángeles y Sofía. Esta vez, lo hicieron un sábado en la habitación del colegio por pedido de la propia monja.

Luciano y Sofía llegaron al colegio y la monja los recibió con un beso corto en la boca a cada uno. Ya les pareció raro, eso y que la hermana tuviera el hábito puesto. Era como una especie de combinación extraña, beso en la boca y hábito puesto. Ni bien pasaron la monja empezó a no tutearlos y hacerse la severa con ellos, montando un personaje para calentarlos. Les sonreía y les decía.

-        ¿Han venido a estudiar los alumnos?

-        Si hermana, ¡pero hoy quiero aprender anatomía!  – bromeó rápidamente Sofía

-        Van a tener que desnudarse porque vamos a hacer una clase práctica – dijo la monja

-        ¿Si hermana?  – jugaba Sofía

-        Si, usted también Luciano – indicaba la monja

En un movimiento de la monja, el hábito se le pegó un poco al cuerpo y Sofía advirtió que no llevaba corpiño y se imaginó que la muy perversa hermana se había puesto el hábito sin nada debajo. Sofía se calentó mucho al pensarlo.

-        Hermana, ¡me parece que usted quiere verme desnuda porque es muy puta!  – dijo Sofía

Luciano la miró como diciendo “te fuiste a la mierda”. Los pezones de la monja se endurecieron y Sofía supo que iba por el camino correcto

-        Dígame la verdad, hermana…

-        Si Sofía pregúnteme que yo no sé mentir…- Decía la monja al borde de la risa

-        ¿Es usted muy puta? – Sofía iba al hueso

-        Mmmmm, si, y eso es por culpa de unos alumnos muy morbosos

-        ¿Quienes serán esos alumnos?  – jugaba ahora Luciano

-        ¡No se haga el distraído, alumno Luciano, sabe que fue usted!  – reía fuerte ahora la monja

-        Hermana, ¿le puedo hacer una pregunta?  – preguntó Sofía

-        Una sola, sí.

-        ¿Es usted tan puta que no tiene nada de ropa debajo del hábito?

-        ¿Como se dio cuenta, alumna Sofía?

-        Porque sus pezones se le marcan mucho en la tela

Ahora Sofía le acarició la teta por encima de la tela y notó lo duro que tenía el pezón.

-        Mmmmm – suspiró la monjita

-        Aghhhh, está caliente hermana? – jugaba Sofía

-        Muy caliente, alumna – la monjita adoraba el juego de roles

-        ¿Y esto la puede ayudar? – Luciano se sacó la pija del pantalón y miraba a la religiosa pajeándose.

-        Mmmmm, yo creo que sí, alumno Luciano, sáquese la ropa! – la monja parecía dispuesta a tomar las riendas del asunto

-        ¡Claro que si, hermana!  – en menos de un minuto Luciano estaba desnudo y parado al lado de la monja

-        ¡Ahora usted, alumna!  – le ordenó la monja a Sofía

-        ¡Claro, hermana!  – rió Sofía y se desnudó completamente

-        ¡Ahora quiero que le chupe la pija al alumno, para saber que sabe de anatomía!  –ordenó la caliente religiosa

Sofía se arrodillo y se puso a chuparle la pija a su novio y mirando siempre a la monja que no se quitaba el hábito y la observaba.

-        ¿Quiere ayudarme hermana?  – la invitó Sofía

-        No, ahora quiero que el alumno se acueste en la cama boca arriba

-        ¿Así? – Luciano obedeció y se acostó con su pija apuntando al cielo

-        ¿Y que hago hermana?

-        Usted, Sofía, se va a sentar encima de la cara del alumno mirando para mi lado

-        ¡Claro que sí hermana!  – obedeció Sofía

Sofía se colocó con su concha sobre la cara de Luciano poniendo ambas rodillas a los costados de su cara. La pija de Luciano era un mástil. La monja seguía con el hábito puesto por lo que le confería a la escena más morbo todavía. Se levantó la túnica hasta las rodillas y fue a colocarse encima de Luciano. Con un hábil movimiento tomó la pija del joven y se la metió en la concha y comenzó a descender hasta tenerla completamente adentro, momento en el que cerró los ojos de placer.

-        Ahhhhh – Susurró la moja

-        Mmmmm, ya se metió toda la pija adentro hermana? – Preguntó Sofía

-        Mmmmm siiii, hermana, cójame así! – Jugaba Luciano

-        ¡Que buena que está esta pija!  – gritaba la monja

-        ¿Te gusta? – Luciano se salió del papel y la tuteó

-        ¡No me tutee, alumno!  – sonrió perversa la monja

-        Perdón hermana, ¿le gusta mi pija?

-        Sí, mucho, ¿y a usted le gusta cogerse a la hermana? ¿Es un degenerado sabe? La monja subía el tono

-        ¡Y usted es muy degenerada también! – Intervino Sofía que se dejaba chupar la concha por Luciano y se levantaba para dejarlos solos cogiendo y disfrutando

-        ¡Que pecadora que es usted, hermana!  – decía Luciano

-        Si, el pecado me encanta y su pija es una tentación, alumno

Luciano se levantó para besarla y metió las manos debajo de la túnica acariciando el desnudo cuerpo de la religiosa, que se estremecía de placer, pero aun así no salía de su juego perverso

-        Cójame así, alumno

-        Si hermana, su concha se siente muy rica

-        ¿Me va a acabar adentro?

Luciano se miró con Sofía, no supo que responder

-        ¿Usted que quiere, hermana?  – intervino rápidamente Sofía

-        ¡Que me acabe adentro, si!  – gritó la monja

-        ¿Si? ¿Quiere que le acabe adentro hermana? – Le susurraba Luciano ahora al oído

-        Si, llenala de leche – Sofía se acercó al oído de ambos

-        Aghhhhhh acaboooooooooo – anunciaba la monja

-        Yo también – aullaba Luciano

-        Aghhhhh aghhh ahhhhh ahhhh ahhhhhhh, siento la pija como se mueve! – susurraba de felicidad la monja

-        Mmmmm - Sofía la besó, no se aguantó mas

-        Mmmmm, me está llenando de leche tu novio! – la monja no pudo sostener el juego y tuteó a Sofía

-        ¡Me encanta que le llene de leche, Angie!!! – Sofía la besaba ahora con desesperación

Sofía le agarró la túnica y se la sacó dejándole la cofia puesta. Era hermoso ver el desnudo cuerpo de la monja cabalgando sobre Luciano y con la cofia puesta. Sofía empezó a recorrer los pezones de la religiosa con la lengua y con las manos.

La monja se inclinó hacia adelante y besó a Luciano. Sofía aprovechó ese movimiento y como estaba muy caliente ni dudó en agacharse detrás de ellos y comenzar a chupar el culo de la monja y de a ratos el trozo de pija de Luciano que estaba fuera de la monja.

-        Mmmmm que me hace alumna degenerada?! – volvía la monja al papel

-        ¡Le chupo el culo, hermana! ¡Es hermoso!  – le decía Sofía

La monja besaba a Luciano con pasión. Él correspondía el beso y con sus manos recorría el cuerpo de la monja. De a poco el pene perdía un poco de dureza. Sofía lo percibió y no dejó de chuparle el culo a la monja llenándolo de saliva y metiéndole un dedo que hizo que le religiosa diera un respingo

-        ¡Que puta que es usted hermana! Dijo Sofía

-        ¿Porque me dice eso alumna?

-        ¡Porque me parece que su culito tiene ganas de que se lo cojan!  – dijo Sofía

-        Mmmmm – susurró Luciano y su pija se movió cobrando vida nuevamente

Cuando la monja sintió la pija moverse y volver a hincharse en su interior, se sintió pletórica y con ganas de más. Sofía dejó caer una gota de saliva y le metió un dedo más profundamente y la monja comenzó a cabalgar a Luciano con más vigor.

Luciano nunca había experimentado que su verga volviese a cobrar vida tan rápidamente y se sorprendió cuando veía a la moja cabalgarlo con más decisión. Aun le quedaba recobrar un poco de firmeza cuando oyó las palabras de Sofía

-        Cogete a esta puta, Lucho!

-        Aghhhhh – la pija se le puso como un fierro, pero aún quedaba mas

-        Cogeme, dale, cogeme que soy muy puta – lo desafiaba la monja

-        Siiii, ¡¿sos muy puta?!!! – Luciano agarró ahora la cofia con una mano apretándola y trayendo a la boca de la monja contra la suya

-        Siiii, muy puta! Decía ella

-        ¡Que culo hermoso! Decía Sofía que ahora le metía dos dedos

-        Queres que te haga el culo?! Le dijo Luciano

-        ¡Me lo vas a romper!  – simulaba quejarse la monja

-        Hacele el culo a esta puta! – alentaba Sofía

Sofía le metió los dos dedos en el culo bien profundamente. La monja se retorció de placer y se levantó diciendo:

-        ¡Dale! Cogeme el culo!

-        Siiiii! – Luciano pareció festejar

-        ¡Dale! – Sofía estaba contenta también

-        ¡Estoy muy caliente!  – susurró la monja

Sofía la acomodó acostándola boca abajo y con una almohada bajo su cuerpo a la altura de la cola y le hizo cerrar las piernas. Como si fuese una directora de película porno, ordenó a Luciano que se colocara con ambas piernas a los costados de ella y le escupió un poco de saliva en el fruncido agujerito.

-        ¿Porque no te pones un forro Lucho, así está más firme la pija?  – sugirió Sofía

-        ¡No! ¡Que me llene de leche el culo, también!  – pidió una irreconocible Mariángeles, otrora casta y sumisa monjita.

-        ¡Mejor!  – dijo Luciano y apuntó su rojo e hinchado glande al culo de la monja que se abrió como una flor recibiendo la verga

-        Aghhhhh – suspiró la monja cuando entró la cabeza

-        Ya te entró toda la cabeza – la tranquilizaba Sofía al oído

-        Aghhhhh cogeme! – gritó la monja desatada

-        Siiiii – Luciano se adelantó y le metió lentamente 5 cm de pija

Era de una belleza extrema ver desaparecer la pija dentro del blanco culo de la monja que susurraba y se quejaba:

-        Aghhhhh Mmmmm sssssss

-        ¿Te duele mucho?  – le preguntaba Sofía

-        Sí, pero que siga – la monja estaba decidida a tener todo eso dentro de su culo

-        Mmmmm – Luciano se adelantaba 1 centímetro, se retiraba y volvía a entrar un poquito más dentro del apretado culo.

-        Ssssss aghhhhhhh – la monja sufría en la misma proporción que gozaba

-        Avisame si queres que pare – Sofía le hablaba al oído

-        ¡No, que no pare! ¡Que siga!  – la monja insistía

Fue entonces que Sofía supo lo que tenía que hacer y decir:

-        ¡Como le gusta que le cojan el culito, hermana!  – decía la joven

-        Siiii – dijo la monja y tiró ella misma la cola para atrás

-        Mmmmm te gusta que te coja el culo mi novio? – insistía Sofía

-        ¿Le gusta mi pija en su culo, hermana? – Luciano ahora hacía movimientos más cortos adelante y atrás sintiendo un extremo placer con la estrechez del apretado ano de la hermana Mariángeles

-        Aghhhh ahhhh ahhhhh, estoy acabando – decía le hermana sorprendida de acabar teniendo sexo anal

-        Siii? ¿Estas acabando, hermosa?  – le preguntaba Sofía

-        Mmmmm aghhh, me encanta cogerle el culo, hermana! – decía Luciano al borde del orgasmo.

-        Siiii cogeme, cogeme así – bramaba la religiosa con la pija cada vez más dentro de su culo

La monja se quedó callada y comenzó a temblar de placer. Al principio, Luciano se asustó no entendiendo si le sucedía algo, pero Sofía supo que un orgasmo muy intenso la estaba atravesando. Sofía lo miró con una sonrisa a su novio para que se quede tranquilo y a continuación dijo:

-        Rompele el culo que le gusta! ¿No ves que es muy puta?!

-        Aghhhh voy a acabar – anunció Luciano

-        Siiii – dijo la monja que seguía en un temblor de excitación

-        Aggghhhh aghhhh aghhhh ahhhhhh – Luciano acabó con la pija latiendo desbocada dentro del culo de la monja

-        Aghhhhhh – la monja sentía las punzadas de dolor, pero sentir los chorros de leche de Luciano saliendo de esa pija que le estaba taladrando el culo, la volvía loca

-        ¿Te está llenando el culito de leche?  – le preguntó Sofía con vos inocente

-        Aggggg Mmmmm siiiiiiiiii, siiiii, Sofiiii siiiiiii – bramaba ahora la monja

-        Aghhhhhhhhhh – Luciano se dejó caer encima de la monja y la pija entró por completo

-        Aghhhhhh ammm aaaaghhhhhhh – La hermana apretaba la cola para sentir mejor el pedazo de verga en su culo

-        Agghhhhh que culito hermoso! Decía Luciano

-        Mmmmm, le hiciste la cola a la hermana Mariángeles, degenerado! – reía ahora Sofía

La monja levantó la cabeza y encontró la boca de Sofía siempre dispuesta a besarla. Se fundieron en un beso muy apasionado. La monja abría la boca y recibía la lengua de Sofía mientras en su apretado culo sentía los últimos pálpitos de Luciano.

-        Uffff que manera de acabar… - Decía Luciano

-        Siiii, yo también – decía la monja

-        Me encantó verlos – decía Sofía que aún no había acabado

Luciano y la monja se sentían en deuda con la jovencita y coordinadamente se separaron y luego de besarse profundamente, se colocaron uno a cada lado de la rubia y comenzaron a besarla por todo el cuerpo.

La monja acostó a Sofía y sin dilación comenzó a chuparle la concha. Luciano vio que una gota de semen chorreaba por la pierna de la monja y le recogió con un dedo y la acercó a la boca de Sofía que la saboreó diciendo

-        Mmmmm esta leche tiene el sabor de Angi también, que rica!

-        Mmmmm, la monja chupaba y le metía dos dedos en la concha a Sofía

-        Agghhhh me encanta como me estas tocando! – decía Sofía que estaba empapada

La lubricación de Sofía era tanta que varias gotas resbalaban hasta su culito. La monjita lo percibió y comenzó a jugar con un dedo en el culo de Sofía y sin dudarlo, lo metió por completo provocando un movimiento involuntario de ella y tomándola por sorpresa.

-        Aghhhh me estas metiendo el dedo en el culo?!

-        Siiii, no te gusta? – decía la monja

-        Sí, pero no me lo esperaba – decía una tierna Sofía que estaba por acabar

Sofía miraba hacia abajo y veía la cara de la monja enterrada en su concha y no podía creerlo una vez más. Luciano la besaba ahora y bajaba a chuparle las tetas. Sofi pudo ver como el miembro de Luciano colgaba ahora descansando flácido. Recordó a esa pija dentro del culo de la monja y pensó en que podría llegar a estar en su propio culo y se calentó de tal manera que estaba a punto de acabar en la boca de la monja

-        Mmmmm, me encanta chuparte! – decía la religiosa que no cesaba de meterle el dedo en el culo

-        Aggghhhh me vas a hacer acabar! – Sofi le advirtió a la monja

-        Es lo que quiero – la monja levantó la cabeza, dijo eso y se metió de vuelta en la concha de Sofía

-        Mmmmm – Luciano le chupaba el pezón

-        Aghhhh ahhhh ahhhhh acabooooooooo – gritaba Sofi

-        Me encanta verte acabar – le dijo Luciano al oído

-        Mmmmm – chupaba la monja y metía el dedo bien profundo sin sacarlo ni un milímetro

-        Aghhhhh ahhhhhhhhhhahhhhhhhhhhhhh – Sofía se deshacía en un orgasmo

Se desparramaron los tres en la cama. La cara de la monja era de alegría total. Sofía la miraba y no podía creer la actitud que tenía.

-        ¡Estabas desatada!  – le dijo a la monja

-        Si, estaba muy caliente desde que supe que vendrían – reconoció la religiosa

-        ¡Nunca me hubiese imaginado que le haría el culo a la hermana Mariángeles!  – dijo Luciano

-        Y pensar que a mí nunca me cogió el culo – dijo Sofía

-        ¿No?

-        No, me daba miedo, pero veo que se puede

-        Y yo era virgen de la cola – decía la monja y volvía a calentarse

-        ¡Y como te entró eh!  – le dijo Sofía y la besó

-        Si entró toda, ¿no?  – preguntaba la monja

-        Si – dijo Luciano y casi que empezaba a parársele de nuevo la pija

Comenzaron a vestirse y la monja a acomodar el cuarto en completa desnudez. Sofía se acerca a Luciano y le dice:

-        ¡Me encantó verte haciéndole el culo!

-        ¿Si?

-        Sí, mucho

-        Y vos queres probar

-        Ahora que se animó ella, creo que me animo – dijo Sofía

-        Claro, ella era virgen y pudo

-        SI, tu mamá seguro que ya tenía experiencia… - Sofía terminó de decirlo y se dio cuenta que estaba delante de la monja

-        ¿Como?  – preguntó la religiosa

-        ¿Que pasa? – Sofía se hacía la desentendida

-        ¿Vos te cogiste a tu mamá por el culo?  – pregunta la monja

-        Bueno… -  dice Luciano

-        Es que… - dice Sofía

-        Y yo que me creía una degenerada – ríe ahora la monja

-        Jajaja

-        Jajaja – concluye Sofía

-        Gracias chicos, la pasé realmente muy bien, tenía muchas ganas de esto y pasó tal cual me lo imaginaba

-        ¿Te imaginabas todo esto?  - preguntaba incrédula Sofía

La monja, aun desnuda, sentada en la cama, los miró a los jóvenes y con mucha serenidad, comenzó una breve alocución:

-        Bueno, les voy a contar la verdad, siempre fui muy caliente y tuve muchas fantasías, como esta que acabo de cumplir. De adolescente me masturbaba mucho y cuando fui sorprendida por mi madre más de una vez, se decidió internarme en un colegio de monjas. De a poco, fui haciendo más espaciadas mis tocamientos, pero las fantasías las tenía. Al poco tiempo, me fui calmando, pero dentro de mi cabeza siempre estuvo la idea de hacer tríos, tener sexo anal o estar teniendo sexo con muchas personas, más de tres – dijo la monja sonriendo

-        Mirá vos todo lo que tenías escondido! – le dice Sofía

-        ¿Y ustedes me van a contar lo que pasó con la madre de Luciano?

El teléfono de Sofía sonó y era un mensaje de su madre preguntando cuando regresaría. Luciano aprovechó para agarrar su celular también. La monja estaba vistiéndose lentamente. Sofía le dijo:

-        ¡Me tengo que ir, Angie!

-        Yo también – dijo Luciano que no quiso quedarse sola con la monja por si a Sofía le molestaba

-        ¡Bueno, vamos!  – dijo Sofía escapando de la posibilidad de ampliar lo que ya había dicho de Luciano y María, su madre.

 

 

 

(continúa acá)

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