Sofía creó un grupo de WhatsApp
que incluía a Luciano, María, Florencia y la hermana Mariángeles, le puso “apasionados”
y al instante recibió un MD de la monja pidiéndole que le cambie el nombre al
grupo o ella saldría. A Sofía se le ocurrieron dos cosas: en primer lugar, que
los mensajes del grupo se destruyan a la hora o una vez leídos por todo el
grupo, y en segundo lugar le puso, “predicando con el ejemplo”
La hermana Mariángeles se sonrió
al leerlo. Puso una clave de seguridad a su teléfono y agregó una clave para
acceder al WhatsApp también, se veía venir el contenido erótico del grupo y no
quiso arriesgarse.
El grupo comenzó la actividad con
la advertencia de María diciendo que por favor tengan cuidado con lo que
enviaban. Luciano sugirió la recomendación de que fotos y videos no se bajen
automáticamente, ahorra datos y nos protege.
Mariángeles sabía que estaba en
un terreno peligroso y todo se precipitó de golpe un miércoles por la mañana
cuando Florencia estaba en casa de María y los chicos y la monja en el colegio.
Todo comenzó con una tierna foto
de María y Florencia al grupo.
-
Ojo lo que hacen – empezó Sofía
-
Si hacen algo, quiero ver – puso Luciano
encendido
La hermana Mariángeles leyó todo
y borró ella misma el chat. Parecía todo muy calmo, como esa tensa calma que
antecede a una gran tormenta. En este caso a un tsunami.
María no tuvo mejor idea que
sacar un pecho de Florencia y chuparlo mientras esta grababa un corto video y
lo enviaba
-
Perdón que empecemos sin ustedes
-
¡Es injusto! ¡Nosotros estamos en el colegio! – protestaba Sofía
-
No saben lo ricos que están estos pezones –
insistía María
Mientras tanto, en su oficina,
Sergio terminaba de organizar una planilla de Excel cuando le avisan por chat
que estaba una tal Eugenia queriendo verlo.
-
¿Está acá? ¿Abajo?
-
Si, dice ser tu consuegra – le decía su
asistente
-
Que pase – Sergio se sorprendía
La hermana Mariángeles fue al
baño privado que tenía y le puso play al video y se calentó muchísimo
-
Miren lo que es esta conchita – Ahora María
subía un primer plano de la vulva de Florencia
-
Mmmmm, me parece que voy a ir al baño – escribió
Florencia
-
Yo también – puso Luciano
La hermana Mariángeles salió de
su baño privado y cruzó al padre Roberto que la miró extrañado ya que notó
cierta turbación en el rostro de la muchacha
Cuando la hermana encaró el
pasillo no se dio cuenta que el padre Roberto la seguía con la mirada.
Mientras tanto, Sofía escribía
-
Ya estoy entrando al baño – escribió Sofía
-
Yo voy en un minuto – escribió Luciano
-
¿De mujeres? – preguntó la traviesa hermana Mariángeles
-
Si, último de la derecha – respondió lacónica
Sofía
A la religiosa se le hacía un charco la concha
solo de imaginarse a sí misma chupando la concha de Sofi o la pija enorme de
Luciano
-
Tengan cuidado con lo que hacen – la advertencia
llegó del lado de María
Al rato, una foto de la cara de
Florencia enterrada en la concha de María
-
Vamos a tener el mismo cuidado, jajaja – puso
Sofía
Sofía estaba entrando en el
cubículo y no lo notó a él detrás. Era Luciano que había apurado el paso y
ahora la empujaba hacia adentro y la apoyaba desde atrás metiéndole la mano
debajo de la falda escolar. Sofía tiró la cabeza hacia atrás y lo besó en la
boca. Sin dudar la pequeña bajó la tapa y se sentó en el inodoro dispuesta a
chuparle la pija a su novio.
Cuando Sergio vio entrar a
Eugenia, supo que no saldría de esa oficina sin cogérsela. Eugenia lucía un
vestido suelto y zapatillas. Lucía como una joven de 20 años. Se adivinaba que
no llevaba puesto sujetador alguno por el movimiento de sus tetas y la dureza
de sus pezones.
-
Pasá, que sorpresa – le dijo
-
Gracias por recibirme, quiero pedirte un favor –
se sinceró rápidamente la blonda madura
-
Lo que necesites, no estas como para negarte
nada – Sergio paseó su vista por el escote sin tomarse la molestia de disimular
nada
-
Gracias. Necesito que me ayudes a negociar con
mi ex marido para vender la casa – se apuró ella que no quería perder el foco
de la visita
Sergio se levantó y sin ningún
disimulo cerró la puerta con llave. Volvió su mirada a la de Eugenia y esta le
sonreía.
La hermana Mariángeles caminaba
rápidamente por el pasillo sin mirar para ningún otro lado que hacia adelante y
hacia el celular. Su concha se estaba mojando más y más a cada paso que daba.
Ya se imaginaba dentro del pequeño cubículo, pero esta vez con más experiencia.
El padre Roberto se asomó al
pasillo y preguntándose qué le pasará a la hermana comenzó a recorrerlo muy
tranquilamente. No llegó a hacer 2 metros que se cruzó con la profesara de
Matemáticas y ésta lo detuvo con unas preguntas.
Dentro del pequeño recinto, Sofía
ya le había sacado la pija a Luciano y se la estaba chupando con deleite. Era
increíble el empeño que ponía y la destreza con la que lo hacía. Siempre, desde
pequeña Sofía fue muy perfeccionista y todo le gustaba hacerlo a la perfección.
Ahora no iba a ser menos en este tipo de lides.
Mariángeles apuró el paso, saludó
a una alumna que nunca más recordaría quien era ya que su cabeza estaba en otro
lado. Entró al baño y fue buscando el cubículo. Los gemidos de Luciano la
orientaron a la perfección.
-
Soy yo – dijo la caliente religiosa
-
Pasá – Dijo Sofía sacándose el miembro de la
boca
-
Mmmmm – Luciano no esperó y besó a la monja en
los labios
El beso tomó por sorpresa a la
hermana, pero aun así abrió los labios y su lengua buscó la de su alumno
jugando con ella.
Cuando Sergio se acercó a Eugenia
con la intención de rodearla para sentarse del otro lado, ella lo detuvo y
tomando el vestido por la parte de abajo se lo sacó quedando solo en bombacha,
zapatillas y totalmente desnuda por lo demás. No dudó en besarlo y arrodillarse
a chuparle la verga. Estaba desesperada. Económica y sexualmente desesperada en
la misma proporción.
En la casa de María el disfrute
era total. Se acomodaron en un 69 chupándose mutuamente la concha. Florencia
jugaba con su dedo en el ano de María. Esta le decía:
-
Meteme el dedo en el culo que me encanta
-
Ajjjj siiiii – Florencia no dudó y la penetró
analmente con el dedo mayor
-
Mmmmm, siiiii
-
Aghhhhh – Florencia ahora enterraba el dedo
totalmente y chupaba sin cesar
-
Mmmmm siiii cogeme el culo, Flor!!! – María se
desarmaba en un orgasmo
El padre Roberto se despedía de
la profesora de matemáticas y pensaba en volver sobre sus pasos cuando recordó
que la hermana Mariángeles tenía algo raro en el rostro y decidió seguir
caminando en adelante en el pasillo.
La hermana Mariángeles besaba a
Luciano y ahora se agachaba para besar a Sofía que dejó la pija solo para hacer
eso. No terminó el beso con Sofía que su boca ya estaba engullendo la gruesa
verga de Luciano.
-
Mmmmm, me encanta su pija alumno! – decía la
juguetona religiosa
-
Mmmmm si hermana? – Luciano se volvía loco
-
Mmmmm, no sea angurrienta, hermana – Sofía se la
sacó y comenzó a chuparla ella
El padre Roberto siguió caminando
por el largo pasillo. Cuando se acercaba al baño de mujeres notó que el
silencio que reinaba era casi sepulcral. Volvió a su mente la cara de la
hermana Mariángeles y su gesto de turbación.
En la oficina, Eugenia miraba a
los ojos a Sergio mientras le chupaba la verga y este le acariciaba el cabello
-
¿Me vas a ayudar? – Eugenia se sacó la pija de
la boca solo para decir eso
-
No podría negarme nunca a un pedido tuyo –
Sergio se contenía para no acabarle en la boca
-
Haría lo que me pidas – dijo ella lacónica
En su cama, María ahora
masturbaba analmente a Florencia con dos dedos mientras que con un dildo la
penetraba por la concha
-
Me vas a matar de placer, Meri – aullaba Flor
-
¡Es lo menos que te mereces, acabá para mí!
-
Aghhhh ahhhh ahhhh ahhhhh siiiii
En el baño de mujeres la
situación no era menos caliente:
-
Sentate -
Le ordenó ahora la monja a Luciano
-
Si – dijo él
-
¿Que queres hacer? – Sofía lo intuía
-
Necesito tener tu pija adentro – dijo la
religiosa levantando la túnica y corriendo la bombacha hacia un costado
-
Siiii – susurró Luciano
-
Mmmmm - Sofía la besó cuando la moja comenzaba a
descender y cometió el error de separar su boca
-
Aghhhhhhhhh – un gemido salió de la boca de la
monja
Los tres se miraron un instante
como preguntándose si alguien habría oído ese fuerte gemido de la caliente
hermana
A Sergio se le ocurrió la perversión
de enfiestarla junto con Sofía, pero, en su ingenuidad, le pareció una locura
pedírselo. Recordó la sesión de sexo anal en el living de su casa y solo atinó
a decirle:
-
Quiero hacerte el culo ahora
-
Siiiii – dijo Eugenia acostándose encima del
escritorio de sacándose la bombacha
-
Tenés un culo hermoso – Sergio lo miraba con
deseo mientras preparaba su muy dura pija
-
Es tuyo ahora – le dijo ella abriéndose ambas
nalgas y exponiéndose por completo
-
Mmmmm – Sergio no resistió la tentación de
chuparle el culo
-
Aghhhhh – Eugenia disfrutaba la sensación de ese
beso negro
-
Mmmmm – Sergio dejaba abundante saliva en la
cavidad anal
El padre Roberto pasaba por
delante de los baños y sintió que su corazón daba un vuelco cuando le pareció oír
un gemido que sonaba como la voz de la hermana Mariángeles. Atormentado por si
le podría estar pasando algo a la tierna religiosa, entró sin dudar en el baño
buscándola.
La hermana Mariángeles comenzó a
subir y bajar sobre la dura pija de Luciano y Sofía calló sus gemidos con un beso
de lengua.
-
Voy a acabar si seguís así – anunciaba Luciano
¿Cómo podía ser la voz de un
alumno varón en el baño de mujeres? El padre Roberto caminaba y veía todos los
cubículos abiertos, menos uno, de donde parecían venir los gemidos
La hermana Mariángeles supo que
esta vez estaba en un día fértil y le propuso a Luciano que se ponga de pie
-
Parate acá arriba del inodoro
-
Mmmmm, le vamos a chupar la pija entre las dos?
– Se aventuró Sofía
-
Mmmmm siiiii
El padre Roberto no podía creer
lo que oían sus castos oídos. Hizo el gesto de abrir la puerta, pero notó que
estaba trabada desde adentro. Tuvo la idea de entrar en el baño de al lado y
pararse en el inodoro para ver que sucedía al lado, tal cual lo había hecho
hacía un tiempo la propia hermana descubriendo a los jóvenes e iniciando su
camino de perdición. Entró y subió para mirar. Y no pudo creer lo que sus ojos
veían
Sergio, de pie en su oficina
delante del culo desnudo y abierto de Eugenia, apoyó la cabeza en el ensalivado
agujerito y comenzó a empujar. El orificio de abrió como una flore recibiendo
el glande de él que empujó sin retroceder ni un centímetro. A Eugenia le
provocó cierto ardor, pero era tal la calentura y lo sumisa que se sentía que
fue ella la que hizo un movimiento hacia atrás hasta que los huevos de Sergio
chocaron con su concha.
-
Aghhhhhh – ella gozaba
-
Mmmmm – Sergio comenzó un lento mete y saca
-
Aghhhh cogeme el culito así! – decía Eugenia
-
Sergio veía el orgasmo acercarse
-
Mmmmm siiiii, haceme la colita que soy muy
putita para vos! – Eugenia comenzó un movimiento de contracción en el esfínter
que le hizo perder la batalla a Sergio
-
¡Me vas a hacer acabar así! – Sergio le hablaba
ahora al oído
-
¡Eso quiero!
-
¿Si? Queres que te llene la colita de leche?
-
Siiii y quiero irme de acá con tu leche adentro
de la colita!!! – Eugenia iba por todo
-
Aghhhh ahhhhh ahhhhh – Acababa Sergio como un
poseído
Luciano estaba con la mirada
hacia abajo viendo la rubia cabellera de su novia y la cofia de la hermana
Mariángeles
-
Voy a acabar – dijo
-
Mmmmm – la monja se apoderó de la verga
-
Mmmmm – Sofía se la intentó robar y un chorro
pegó en la mejilla de la religiosa
Luciano se estremeció, pero no de
placer sino de terror cuando le pareció ver una sombra al costado, proveniente
del baño contiguo.
-
Perooooo! ¡¿Qué es esto?!!!! – La gruesa voz del
padre Roberto sonó atronadora
Cuando la hermana Mariángeles
levantó la mirada, esta se cruzó con la mirada del padre Roberto que no podía
creer ver a la supuestamente casta monja con un chorro de semen cruzándole la
mejilla
Mientras todo esto sucedía, Sofía
no dejaba de chupar la verga de su novio para que no salpicara más. Sin
embargo, ya estaba perdiendo rápidamente la erección y la eyaculación.
El padre Salió corriendo del baño
y atinó a gritarles a los tres calientes personajes:
-
Vengan inmediatamente a la dirección, esto es lo
peor que puede pasar en un colegio religioso. ¡Los espero!
(continúa acá)
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