Al otro día, de repente, a María la invade una calentura extrema y decide de la nada mandarle un mensaje a Florencia, su amiga
·
¡Hola Flor!
·
¡Hola perdida!
·
Sí, es verdad te tuve abandonada
·
Si, ¿en que te estuviste entreteniendo para
olvidarte de mí?
Florencia hacía referencia a la
pija de Luciano, a su novia inclusive, no se imaginaba nada de lo que tenía
María para contar
·
¡Si te cuento, te morís! – anunció María
·
Contame ya!
·
Queres venir? – propuso María
·
Ya mismo voy – Florencia estaba muy caliente
Florencia llegó y no dudó en
besar a María en la boca, pero esta la detuvo diciéndole, dejame que te cuente
primero
Florencia estaba ansiosa, tanto
que tenía puesto un short de jogging y una camiseta sin sujetador que María
advirtió y tuvo que controlar sus impulsos de desnudarla en ese mismo instante.
María le fue comentando todo lo
que había hecho últimamente, y terminó con el trío entre ella, la madre de
Sofía y su marido. Florencia no daba más de calentura y se tocaba
descaradamente mientras la escuchaba a su amiga.
Fue en ese momento en donde
dieron rienda suelta a la pasión y se empezaron a comer la boca mutuamente.
-
¡Quiero cogerte! – anunció Florencia
-
¡Y yo quiero cogerte a vos! – respondió María
Florencia se sacó la remera
quedando en tetas y María la detuvo diciéndole
-
¡Pará! Vamos a mi habitación
Subieron y ni bien cruzaron la
puerta ya estaban las dos completamente desnudas. Se besaron, chuparon y
comieron las conchas con desesperación. No sé si el factor tiempo, ya que hacía
mucho que no estaban juntas, o el relato de María, pero lo cierto es que
estaban más desatadas que nunca. Se chuparon todas, pero por sobre todas las
cosas, María quiso chuparle mucho el culo a Florencia. Esta se dejaba hacer y
respondía de la misma manera.
Después de un rato largo ambas
acabaron y se quedaron abrazadas en la cama, besándose y acariciando cada una
el cuerpo de la otra.
Un ruido las sacó de su
tranquilidad, alguien entraba.
-
Vestite rápido – le ordenó María a su amiga
-
Si si
-
¿Quién es? – María se asomaba
-
Somos nosotros – dijo Luciano
-
¿Nosotros quienes? – preguntaba María
-
Yo y Sofía, vamos a estudiar a mi cuarto
-
Ahí en la heladera tienen unos sándwiches que
compré
María quería demorar la subida de
los chicos para que no la vieran desnuda y con Florencia. Corrió a ponerse una
bata y cuando se asomó no pudo creer lo que veía. Sofía se besaba con una chica
y ¡Era la monja del colegio!
Corrió a la habitación y le
empezó a contar a Florencia la caliente historia que sabía de su hijo, la novia
y la monja del colegio. Florencia ardía de calentura y más sabiendo que estaban
abajo y a los besos.
Se pusieron ambas, detrás de la
puerta para escuchar algún diálogo, pero la decepción fue que solo escucharon
un
-
Vamos a mi cuarto – decía Luciano
-
¡Vamos! –
decían las otras dos
Pasados unos minutos, Florencia y
María salían en silencio de la habitación caminando de manera sigilosa.
Los ruidos que venían de la
habitación las hicieron detenerse y mirarse con una sonrisa perversa.
-
Aghhhhh cogeme! – decía la voz de la monja
-
Mmmmm siiiii – decía Luciano
-
¡Que pija hermosa que tenés! – la hermana estaba desatada
A María se le ocurrió una idea
muy perversa, pero era tal la calentura que no pudo reprimirse y agarrando su
celular le mandó un mensaje a Sofía
-
¿Así que están cogiendo con la monja? Estamos en
la puerta con Florencia mi amiga, ¿te acordas de ella? Y nos calienta mucho
escucharlos
Sofía estiró el brazo y cuando
leyó la pantalla un chorro de excitación parecía bajarle por la concha.
-
¿Se animan a entrar?
-
¿Con que excusa? – decía María
Sofía miró a la monja que estaba
en cuatro patas y siendo penetrada por Luciano y le dijo al oído:
-
¿Vos queres saber qué pasa con la mamá de
Luciano?
-
Si, aghhhh asiiiiii – decía la monja
-
¿Qué pasa? -
decía Luciano que no entendía la intervención de su novia
-
¿Te gustaría ver como Luciano y yo nos cogemos a
la madre de él?
-
Aghhhh siiiii
-
Pensá que Luciano te coge y la madre te chupa la
concha! – gritaba casi Sofía
La monja estaba al borde del
orgasmo mientras Sofía le decía esas cosas y le frotaba el clítoris con su
pequeña manito.
-
Agghhhh me vas a hacer acabar como loca, Sofía!
– decía le hermana
-
Acabá y después te muestro como le chupamos la
pija entre la madre y yo a Luciano
-
Agggghhhhhhh ahhhh ahhh ahhh ahhhh ahhhhhhh –
acababa la monja
-
Aghhhh ahhhh ahhh – Luciano la miraba a Sofía
con gesto incrédulo
Detrás de la puerta, Florencia y
María se desnudaban y se preparaban para entrar en escena.
-
Aghhhh estoy acabando – aullaba la monjita
-
Mmmmm – decía Luciano
-
No acabes, quiero sacarte la leche con tu mamá y
con Florencia – decía Sofía mirando hacia la puerta
Instintivamente, la monja y
Luciano miraron hacia le puerta que permanecía cerrada y volvieron a mirar a
Sofía que gritó:
-
¡Si es que ellas se animan a entrar!
La monja vibró de excitación
cuando vio que el picaporte descendía y la puerta se abría lentamente. Más aun
cuando vio la desnudez de ambas mujeres. Cerró fuerte los ojos para comprobar
si todo no se trataba de un sueño, pero por suerte era la más pura verdad.
-
Hola, yo soy la mamá de Luciano – dijo María
extendiendo la mano hacia la monja
-
Hola, yo soy… - la monja no supo que decir
-
¡La hermana Mariángeles, lo sé! ¡Un gusto,
hermana! – sonrió María y le apretó la
mano
-
Yo soy Florencia una amiga de la familia – Flor
besó a la monja en la comisura de los labios
Luciano salió de dentro de la
monja y esta se sintió muy vacía, pero no pudo más que resignarse a ver qué
sucedería en adelante. La pija de Luciano parecía perder erección y Sofía se
arrodilló para chuparla.
-
¿Quien me ayuda? – dijo la joven
-
Yo primero, soy la madre – dijo María
arrodillándose a chuparle la verga a su hijo y mirando fijamente a la monja a
los ojos
-
¡Yo sé quién sigue después! – dijo la divertida Florencia
-
¿Quien? –
preguntó la monja
-
Primero la novia, segundo la mamá y tercera… -
Florencia los miraba a todos
-
¿Quien? –
quiso saber la monja
-
¡Después de la novia y la mamá, va la
hermana…Mariángeles! Jajaja – reía Florencia
-
Siiiii! – casi gritaba la hermana Mariángeles
que ahora se arrodillaba a los pies de la verga de Luciano y al costado de la
madre de él
-
Mmmmm, cuantas bocas para mi pija – decía
Luciano
-
Mmmmm – Sofía se apoderó de la verga
metiéndosela por completo
-
Mmmmm – María sorprendió a la monja besándola en
la boca
-
Mmmmm – la monja respondió abriendo la boca y
sacando la lengua pese a la sorpresa
Florencia comenzó a acariciar el
joven cuerpo de Sofía desde atrás y ésta supo muy bien lo que debía hacer. Se
desprendió de la verga de su novio y se fue a la cama con Florencia en un
tórrido 69.
La monja y María ahora se besaban
y se separaron solo para dejar que María capture con su boca la verga de su
hijo. Puso todo su empeño en la felación que la hermana caliente miraba desde
cerca y no podía dejar de admirar como si fuese un cuadro en un museo.
María la miró y le ofreció la
pija a la monja. Esta no dudó y comenzó a chuparla con arte. María arrodillada
en la alfombra bajó a chuparle los pechos a la joven monja y se encontró con
unos pezones hermosos.
Detrás de ellas dos, Florencia y
Sofía seguían en un exquisito 69 y gimiendo como locas.
-
Me vas a hacer acabar, pendeja – le decía
Florencia admirada por el arte que el que chupaba la concha Sofía
-
Acabemos juntas, Dale – decía Sofía
La hermana Mariángeles no sabía dónde
dirigir la mirada. Era todo tan caliente que no podía creer formar parte de
este cuadro tan hermoso y excitante. Cuando creía que nada podía excitarla más,
María dio la siguiente orden
-
Lucho, sentate en la silla que quiero sentarme
encima y que la hermana me chupe la concha
-
Aghhhhh siiiii – Luciano obedeció sentándose en
la silla
-
Mmmmm, a ver -
María se sentó dándole la espalda a su hijo para quedar de frente a la
monja que seguía arrodillada y no precisamente dispuesta a rezar un rosario
-
Aghhh Mmmmm – Luciano sentía como su verga se
iba enterrando en la concha de su madre
-
Mmmmm, siiii, vení chupame, hermosa – le ordenó
a la monja
-
Mmmmm – la monja se inclinó hacia adelante
apoyando sus manos en los muslos de la ardiente madre de Luciano
-
Aghhhh siiiii – María vibró cuando sintió la
lengua de la monja en su clítoris
-
Mmmmm – la religiosa sacó la lengua y recorrió
desde los huevos, parte del tronco que estaba fuera de la concha y el resto de
la vulva de María
-
Aghhhhhh – Luciano estaba a punto de acabar
-
Mmmmmm, siii chupá todo – ordenaba María
-
Mmmmm, la monja llevó una de sus manos a su
propia concha y comenzó a frotarse
Desde atrás llegaban los
inconfundibles sonidos de Sofía y Florencia acabando
-
Aghhh ahh ahhhh ahhh aghhhhh
-
Aghhhh ahhhh ahhhh, pendeja me haces acabar como
locaaaaaa
-
Aghhhh ammmm mmmmmm aghhhhhhh
-
Aghhhh ahhh siiiii aghhhh
La monjita siguió chupando y
chupando hasta que Luciano acabó en un estallido
-
Aghhhh ahhhh ahhhhh acaboooooo
-
Mmmmm siiiiiii – María estaba a punto
-
Mmmmm – la monja se prendió del clítoris de
María
-
¡Me vas a hacer acabar hermosa! – le dijo a la monja
-
¡Que traviesa esta hermana! – gritó Florencia
-
Mmmmm – la monja sentía el pene de Luciano
palpitar en su pera mientras se prendía con los labios al clítoris de la madura
madre
-
Aggggg ahhhhh ahhhhh – acababa María
-
Aghhh aghhhh -
Luciano no cesaba en su orgasmo
-
Ammmm ahhhhhh – la monja estaba lista para el
orgasmo
-
¡Hermana! ¿Se anima a tomar la leche de la
concha de mi suegra? – preguntó Sofía
muy caliente
-
Aghhhhh Mmmmm siiii – La religiosa acababa
mientras asentía
María en un hábil movimiento, se
levantó apenas, sacó la pija chorreando de semen y flujo y se la dio en la boca
a la monja diciendo:
-
Primero chupale y límpiale bien la pija
-
Agmmmmm – la religiosa abrió bien la boca y
comenzó a engullir la verga de Luciano
-
Mmmmm – María la miraba
-
Mmmmm aghhhh – Luciano gozaba
Sofía y Florencia se habían
sentado en la cama contemplando la escena de la monja. María Se tapaba la
concha con la mano para evitar que le saliera el semen, quería dárselo a la
hermana pecadora.
-
Mmmmm – seguía la monja disfrutando de la pija y
acariciándose a sí misma
-
Ahora bebé de mi concha directamente – dijo
María ofreciéndose a la monja
La hermana Mariángeles comenzó a
chupar la concha de María y a tragar el semen que salía de ella. No podía creer
que estaba chupando y bebiendo semen de Luciano en la concha de su madre, era
todo surrealista, pero más que excitante
-
Sos hermosa, hermana! – le decía María
acariciándole la cara y limpiándole los restos de semen que le chorreaban por
la barbilla
-
Gracias, ¡usted también! – La monja no se
atrevió a tutearla aun después de lo vivido
-
¡Que respetuosa es usted, hermana! – reía Florencia
-
Jajajaja – reía ahora Sofía
-
Jajajaja – Luciano reía también y ahora se
levantaba a besar a su novia
Cada día la monja, María, Sofía y
Luciano disfrutaban más del sexo. No se sentían con la capacidad de detenerse
en esta espiral de deseo en la que estaban inmersos. Esta situación era muy
peligrosa. Hasta acá era todo sexo, diversión, placer y complicidad con todos
los seres que los rodeaban, pero estaban en una burbuja que podía llegar a
explotar de un solo pinchazo y ese pinchazo iba a llegar más pronto de lo que
todos temían.
(continúa acá)
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