Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Belén regresa a casa con mi tía Marcela 11

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 Lo había logrado, me había cogido a mi tía y a mi madre juntas.

Ambas se tiraron desnudas sobre mí. Yo las abracé conteniéndolas a ambas en un abrazo muy tierno. De sexo y amor.

-          Que hermoso que sos, Kevin – dijo mi tía para romper el hielo

-          Ustedes son hermosas – dije yo

-          Y perversas – dijo mi mamá

-          Fue hermoso – dijo mi tía

-          Sé que está muy mal, pero me encantó – dijo mi madre

-          Volvería a hacerlo – dije yo

-          Una y mil veces – dijo mi tía

-          Somos tres degenerados – dijo mi mamá con una sonrisa

Todo parecía una locura hermosa. Lo había logrado, me había cogido a mi madre y a mi tía juntas. Lo mejor de todo era que ellas lo habían disfrutado tanto como yo.

Todo me hacía pensar que no sería la última vez que lo haríamos.

Lentamente mi madre y mi tía comenzaban a vestirse. Yo las contemplaba y no podía creer que esto había sido real.

Al otro día me desperté por los llantos del bebé y me fui para la cocina. Al llegar estaba mi madre preparando unas tostadas, mi tía sentada a la mesa y mi hermana llegaba con el bebé en brazos.

-          Hola ¿cómo dormiste Kevin? – me preguntó mi tía con una pícara sonrisa

-          Bien, tía, muy bien ¿y vos? -  le respondí

Mi madre no se volteaba a vernos, pero podía asegurar que se estaba sonriendo.

-          Anoche me pareció escuchar unos ruidos en tu piza, Kevin, ¿que estabas haciendo? – preguntó mi hermana

-          Nada, no sé, será la computadora o el teléfono, no se

-          Ah puede ser – dijo mi tía

-          Yo no sé porque llegué tarde – dijo mi madre

Era hermoso verlas actuar como si nada.

Al rato mi madre fue a cambiarse a su habitación. Salió muy bien vestida y sonriente. Nos dio un beso a cada uno y al bebé y se fue.

Nos quedamos en la mesa los cuatro: mi hermana Belén, dándole la teta al bebé, mi tía y yo.

Nos miramos con mi tía y nos sonreímos.

-          ¿De qué se ríen ustedes?  – pregunta mi madre

-          De nada

-          Estuvieron cogiendo anoche, ¿no?  – mi hermana nos increpaba

-          No, bueno… - dije yo

-          ¿Estás celosa? – le dijo mi tía sin ningún tipo de pudor

-          Si estoy celosa es mi problema – dijo Belén y se fue

-          No te enojes, lo decía en chiste – alcanzó a decir mi tía

Mi hermana acostó a mi sobrino y volvió hecha un demonio de bronca. Lo más curioso es que tanto mi tía como yo no podíamos concentrarnos en lo que decía mi enojada hermana porque tenía una remera sin corpiño y se le movían las tetas duras y erguidas cada vez que hablaba.

Ella lo notó y nos miró a los dos diciendo

-          ¿Que pasa que me miran las tetas así? ¿Me manché?

-          No, Belén, lo que pasa es que tenés unas tetas perfectas – dijo mi tía sin ruborizarse siquiera

-          ¡Tía! ¿Como me vas a decir eso? Además, ¡está mi hermano delante!

-          Tu hermano ya te las vio y te las chupó también así que no te hagas la ofendida conmigo – reía mi tía

A mí se me estaba parando la pija con la conversación de mi tía y la visión de las tetas de mi hermana. No lo podía evitar.

Me sorprendió que mi hermana se de media vuelta y se vuelva a ir masticando bronca.

Mi tía y yo nos miramos sorprendidos. Ella se puso de pie y me dijo

-          Dejame a mí, algo le pasa a esta

-          ¿Te parece?

-          Si, ahora voy a averiguar.

Me fui detrás de mi tía y en el pasillo mientras caminábamos la agarré desde atrás y la apoyé haciéndole sentir mi pija.

-          Shhh pará – reía mi tía

-          Tengo ganas de cogerte, tía – le susurré

-          Esperá que hablo con tu hermana, no entres dejame a mi sola

Mi tía abrió la puerta y entró. Mi hermana estaba acostada boca abajo y su culo se le veía hermoso. A su lado en un catre, dormía mi sobrino Noah.

Sin pedirle permiso mi tía se sentó en la cama y le preguntó sin rodeos

-          ¿Qué te pasa, Belén?

-          Nada tía

-          A mí no, Belén, decime la verdad

-          Es que sí, como dijiste, estoy un poco celosa de que cojas con Kevin

Mi tía la hizo sentarse en la cama y le acarició la mejilla con ternura mientras continuaba diciéndole.

-          ¿Pero sos tonta? ¿Como vas a estar celosa de mí?

-          Es que ayer escuché tus gemidos y me imaginé lo que hacían

-          No tenés que tener celos, ¡mirá las tetas y el culo que tenés!

Mi tía ahora le sopesó las tetas con las manos y se las acarició más tiempo de lo normal, mientras continuaba

-          Encima todas duras y paradas, unas tetas hermosas

-          ¡Tía! ¿Que haces?  - reía ahora mi hermana

-          ¿Que tiene? ¿No puedo apreciar las tetas de mi sobrina preferida?

-          No sabía que te gustaban las minas, tía

-          No me gustan las minas – aclaró – pero se apreciar un par de tetas como las tuyas

Mi hermana se puso de pie y se giró diciéndole a mi tía

-          ¿Y mi culo también te gusta, tía?

-          Claro, mi amor, estás buenísima, no podés estar celosa de mí – le decía

-          No es que solo esté celosa, tía – decía mi hermana

-          ¿Que pasa?

-          Pasa que estaba pensando que ahora con un hijo no me va a ser fácil salir, conocer chicos, divertirme y pasarla bien

A todo esto, yo miraba por la puerta la caliente escena de mi hermana beboteandole a mi tía y me imaginaba entrando a repartir pija.

-          Ahhhh ya me parecía que no era solo eso…

-          Aparte Kevin no me da más bola…

-          Kevin, con la edad que tiene, puede atender perfectamente a las tres

-          ¿Como a las tres?

-          Si, a vos, a mí y a tu mamá

-          ¿A mi mamá? ¿Que decís, tía?

-          Bueno, no sé, pero seguro que tu mamá debe haberlo visto y debe estar caliente con la pija de tu hermano

Yo quería matar a mi tía, pero era tan caliente la conversación que se me pasó enseguida.

-          Siiii, es que tiene una pija – decía Belén

-          Hermosa – dijo mi tía

-          Si, tal cual, hermosa…

-          Bueno, hagamos un trato – dijo mi tía mirando hacia la puerta entornada

Yo escuchaba y miraba por el pequeño resquicio esperando la señal de mi tía, pero parecía no llegar

-          Yo le dijo a Kevin que venga y te desquites un poco

-          ¿A cambio de qué?

-          De que me dejen mirar lo que hacen – dijo mi tía

-          No se…me da cosa delante de vos – dudaba mi hermana

-          Bueno, qué lástima, porque seguro tu hermano está detrás de la puerta y con ganas – dice mirando en mi dirección

Lo tomé como una señal y entré en el cuarto. Mi hermana me miraba como no creyendo la situación en la que se encontraba.

Me fui acercando a ella y traté de besarla en la boca, pero se separó de mi

-          No pará, delante de la tía no sé si puedo

-          No hay problema, me voy y me quedo detrás de la puerta – decía mi tía

-          ¿Esto lo planearon ustedes dos?  – desconfiaba mi hermana

-          No, te juro, que no – decía mi tía

Yo me acerqué e intenté besar nuevamente a mi hermana, mientras mi tía reía y hacía como que se tapaba los ojos. Esto hizo que Belén se aflojara un poco y cediera ante mi beso.

A todo esto, mi sobrino dormía plácidamente mientras yo besaba con mucha pasión a su madre.

Mis manos que estaban en la cintura de mi hermana, se metieron dentro de su remera y comenzaron a acariciar sus turgentes tetas. Eran hermosas. Pesadas, duras, tersas.

-          Mmmmm – suspiró mi hermana llevando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos.

Yo volví a besarla en la boca. En el camino a su boca me crucé con la mirada de mi tía que me sonreía y se separaba de nosotros.

Mi hermana me besaba con pasión y parecía haberse olvidado de la presencia de mi tía. Yo aproveché el momento y le levanté la remera para comenzar a chuparle las tetas.

-          Mmmmm – me apoderé de su pezón derecho y comencé a chupar con desesperación

Mi hermana ahora me agarraba de la cabeza y me acariciaba el pelo. Levanté la mirada buscando a mi tía. La encontré mirándonos expectante.

-          Sigan, sigan, por mi no paren – decía mi tía

-          Aghmmmm – mi hermana se dejaba chupar las tetas por mi

-          Mmmmm – yo chupaba con fuera su pezón mientras sentía que empezaba a brotar la leche materna

-          Aghhh, Kevin, necesitaba que me chupes las tetas

Le agarré la mano a mi hermana y la llevé a mi pija que ya estaba mas que dura. Ella no dudó y me la acarició para rápidamente meterme su manito dentro de mi pantalón

-          Aghhhjjj nene, que pija que tenes – decía mi hermana

-          Viste? – decía mi tía

-          Chupámela, Belén – le pedí a mi hermana

Como si lo estuviera esperando, mi hermana se dejó caer arrodillándose en el piso y comenzó a chuparme la pija.

Mi tía nos miraba atenta y no se animaba a intervenir. La noche anterior se había animado, pero fue mi madre la que le insistió. Sin embargo, ahora algo la detenía.

 

 

 

Continuará…

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Belén regresa a casa con mi tía Marcela 10

 


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El comienzo de toda esta locura------>Mi hermana Belén 


Estaba en mi cama con mi madre y mi tía chupándome la verga.

En un momento, les corrí la pija y sus bocas entraron en contacto entre ellas y rápidamente se separaron. Me preguntaba como lograría que se besen. Estábamos en total confianza, los tres desnudos. Se me ocurrió una idea.

Sin más, me arrodillé en el piso y besé a mi madre en la boca un rato y luego fui con mi tía. Cuando terminé con mi tía les agarré la cabeza a ambas y las acerqué

-        Ahora ustedes

-        Jajajaja, queres que nos besemos? – preguntó mi mamá

-        Si – no dudé

Mi tía y mi madre acercaron sus bocas tímidamente al principio y luego más apasionadamente. Cuando las vi, empecé a volverme loco por la manera en que lo hacían. Parecían novias adolescentes por la pasión que le ponían al beso.

No quise interrumpirlas y comencé a acariciarlas y recorrerlas con mis manos. Se me ocurrió besar a mi tía en el cuello. Mi madre, al sentir mi presencia, me besó a mí. Luego fue mi tía quien lo hizo. Mi madre volvía a la boca de mi tía mientras yo bajaba hacia sus tetas.

-        Vengan, vamos a la cama – ordenó mi madre

Con mi madre y con mi tía nos pusimos de pie y fuimos a la cama caminando lentamente como si fuera un sueño del que ninguno de los tres quería despertar.

Fue entonces que pude disfrutar a pleno de estas dos hembras juntas. Mi tía no dudó en acostarme en la cama y subiéndose encima de mí, acomodó la cabeza de mi pija en la entrada de su concha y empezó a descender lentamente.

Mi madre la miraba y se agachaba a besarme en la boca. Yo me separaba del beso de mi madre para unirme a la boca de mi tía.

Luego las dejé que se besen nuevamente y se prendieron muy fuerte. Parecían desesperadas por la boca de la otra.

Yo levanté mi tronco superior para chuparle las tetas a mi tía y a mi madre que estaba arrodillada a mi izquierda besando a mi tía.

Fue ella, mi tía, la que luego de besar a mi madre, bajó a chuparle las tetas. Yo hice lo propio y le chupé la otra teta a mi mamá.

-        Aghhhh – gimió ella

-        Mmmmm – chupábamos mi tía y yo

Ahora fuimos mi madre y yo los que le chupamos las tetas a mi tía.

-        Aghhhhh – aulló mi tía

-        Shhhhh, que se va a despertar Belén – dijo mi madre

-        Que me importa, si seguro que este se la cogió también – dijo mi tía

-        ¿Si? ¿Te cogiste también a tu hermana?  – me preguntó mi madre

-        No es momento de responderte – le dije

-        ¿No? ¿Y de qué es momento?  – quiso saber mi madre

-        Aghhhhh, estoy acabando – decía mi tía que no paraba de cabalgarme

-        Aghhhh siii tía cogeme así – le decía yo evadiéndome de la pregunta de mi madre

-        Ayyy pendejo, que buena pija que tenés! – decía mi tía en una convulsión que parecía eterna

Mi tía se agachó para besarme y mi madre hizo lo propio. Nos fundimos en un hermoso beso de tres. Muy largo con mucha lascivia y muy morboso.

Luego fue mi madre la que, pidiéndole permiso a su hermana, dijo:

-        Ahora me toca a mi

-        Siiii mami – le dije

Yo pensaba que no se iba a repetir nunca esto de volver a cogerme a mi mamá, pero parecía que se iba a dar y luego de hacerlo con mi tía

-        Vení mami, subite encima de mi pija

-        ¿Si? Queres que mami te coja?

-        Si mami

-        Ayyy que pendejo morboso, se coge a la tía y a la madre – decía mi tía visiblemente caliente.

-        Siii, me encantan las dos – dije yo

Mi madre se colocó como lo había hecho mi tía, pero al momento de colocarse mi pija me miró diciendo

-        Quiero tener tu pija adentro, la necesito

Mi tía intervino diciendo

-        Dejame ayudarte, dejame meterla a mi

Mi tía se agachó y agarrando mi pija la puso en la puerta de la concha de mi madre, no sin antes chupármela un poco.

Mi madre bajó, se la metió hasta el fondo y comenzó a temblar de placer mientras decía

-        Aghhh aghhhhh siiii siiii

Ella se movía para adelante y para atrás sintiendo la totalidad de mi miembro en su interior. Cerraba los ojos y se movía mientras gemía de placer.

-        Ayyy siiii siiiii cogete a mami – dijo mi mamá

En ese momento se produjo una situación que sin esperarlo me hizo precipitar hacia el orgasmo de una manera irremediable.

Mi tía miró a los ojos a mi madre mientras me cabalgaba y le dijo:

-        Me encanta verte cogiéndote a tu hijo

-        ¿Si?  – preguntaba mi madre entre gemidos

-        Si, sos una degenerada, como yo

-        Aghhhh aghhh – decía mi madre a punto de acabar

Toda esta situación de mi madre y mi tía sabiéndose y diciéndose degeneradas me calentaba de sobremanera y me llevaba derecho a mi orgasmo

-        Aghhhh estoy por acabar – les avisé

-        Aghhhh sí? ¿Le vas a llenar la concha de leche a tu mamá?  – me dijo mi madre

-        Ayyyy que hermosooooo – decía mi tía

-        Aghhhh si mami, voy a acabar

-        Siiii acabemos juntos – aulló mi madre

-        Aghhhh que hermoso es llenale la concha de leche a tu mamá, dale – decía mi tía

Ahora mi tía se lanzó a chuparle las tetas a mi madre como una poseída y yo también

Mi madre gemía y yo también

El orgasmo de mi madre y el mío vinieron de manera perfectamente sincronizada y comenzamos a besarnos en la boca mientras decíamos

-        Aghhhh aghhhhh aghhh Mmmmm

-        Mmmmm aghhhhh aghhhhh cogeme mi amor – me decía mi madre

-        Sii mami, sentí mi pija, mi leche – decía yo totalmente sacado

-        Aghhhhh Mmmmm – mi tía chupaba las tetas de mi madre

Luego mi madre besó a mi tía en la boca, después a mí y se dejó caer sobre mí.

Mi tía se fue detrás de nosotros y abriéndole el culo a mi madre con las dos manos nos dijo a ambos:

-        Quiero ver cuando te levantas y te chorrea la leche

-        Aghhhhh – dijo mi madre

Contrariamente a lo esperado, mi madre se metió la pija más profundamente en la concha y comenzó a moverse un poco más antes de levantarse

-        Siiii? Queres ver cómo me llenó de leche mi hijo?

-        Siiii, necesito verlo – decía mi tía

-        Queres verlo? – mi madre se hacía rogar

-        Si, por favor

-        Mirá – decía mi madre levantándose despacio, muy despacio

El suspenso que le ponía mi madre era tremendo. Yo levantaba la cabeza para mirar el momento en el que mi pija saliera y mi leche chorreara.

Muy despacio se levantó hacia adelante y de su concha salió un chorro blanquecino de leche que bañó mi pija por completo. Era una imagen hermosa, pero eso no fue todo.

Mi tía no dudó y agachándose comenzó a pasar la lengua por mi pija limpiándome toda la leche que había salido de la concha de su propia hermana.

-        Aghhhh Mmmmm – que rica leche

-        Y tiene el sabor de mi concha también – decía mi madre totalmente eufórica

-        Siiii, Mmmmm – mi tía lamía y dejaba todo limpio

Mi madre no se lo quería perder y dijo

-        Dejame que te ayude

Quiso levantar la pierna y golpeó a mi tía con ella. Ambas rieron con fuerza por la situación. Se daban cuenta de que la calentura las estaba llevando a hacer cosas impensadas.

Mi madre lamió mi tronco y mi tía mi panza. Ambas se besaron, cada una con un poco de leche en la boca y jugaron largo rato con sus lenguas. Era hermoso.

Subieron y me besaron al mismo tiempo. Pude sentir el sabor de mi propia leche en sus bocas y fue algo realmente excitante.

-        Aghhhh que calentura que tenía – dijo mi mamá

-        Yo también – dijo mi tía

-        Y yo – no quise ser menos

Ambas se tiraron desnudas sobre mí. Yo las abracé conteniéndolas a ambas en un abrazo muy tierno. De sexo y amor.

-        Que hermoso que sos, Kevin – dijo mi tía para romper el hielo

-        Ustedes son hermosas – dije yo

-        Y perversas – dijo mi mamá

-        Fue hermoso – dijo mi tía

-        Sé que está muy mal, pero me encantó – dijo mi madre

-        Volvería a hacerlo – dije yo

-        Una y mil veces – dijo mi tía

-        Somos tres degenerados – dijo mi mamá con una sonrisa

Todo parecía una locura hermosa. Lo había logrado, me había cogido a mi madre y a mi tía juntas. Lo mejor de todo era que ellas lo habían disfrutado tanto como yo.

Todo me hacía pensar que no sería la última vez que lo haríamos.

 

Continuará…

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