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Doble vida - 21
Resultaba muy gracioso ver todo
sabiendo que en un rato mis padres estarían cogiendo. Me sentía un espectador
de lujo, que sabía muchas cosas y no decía nada. Ver a mi madre alcanzándome el
pan sabiendo que en unos minutos estaría chupando la pija de mi padre era
surreal. Ver a mi padre sirviéndose el vino y saber que iba a estar cogiendo a
mi madre en instantes, me volvía loco. Necesitaba contárselo a Natalia
Ahí mismo, en la mesa, saqué mi
teléfono y le escribí un WhatsApp a mi hermana…
-
Esta noche mamá y papá van a coger como locos,
poné el teléfono en silencio
Natalia agarró su teléfono cuando
sonó y lo sacó para leer el mensaje. Una vez que lo leyó no me miró, estuvo muy
bien, y siguió comiendo como si nada
Yo tomé la precaución de poner el
teléfono en silencio y ella también. Ella no se aguantó y al minuto me mandó un
mensaje
-
¿Vos como sabes?
-
Porque vi una conversación entre papá y mamá
-
¿En dónde?
-
En el WhatsApp de mamá
Natalia y yo no nos dimos cuenta
y empezábamos a chatear entre nosotros frente a nuestros padres. Fue nuestro
papá que nos sacó de esto con una dura reprimenda
-
¿Pueden dejar los teléfonos un rato?
-
Si, pá perdón – dijo Natalia y dejó el teléfono
sobre la mesa y boca abajo
-
Tenés razón – dije yo haciendo el mismo
movimiento
La cena transcurrió normalmente y
tanto mi hermana como yo no pudimos evitar inspeccionar las caras de nuestros
padres y no pudimos ver nada raro. Lo que si notamos fue que había como un
apuro para irse a dormir de ellos dos
Cuando cada uno de la familia
estaba en su habitación no tardó en llegar el mensaje de mi hermana
-
¿Como sabes? ¿Como le viste el teléfono a mamá?
-
Me abrí una sesión de WhatsApp web en mi compu
con su celu
-
¿Y eso por qué?
-
Para saber si nos había visto y le había contado
a mamá
-
Ah ¿y?
-
Por suerte, mamá está en la duda de si lo que
vio fue un sueño o si fue real
-
Qué bueno – decía mi hermana
-
Pero leí y escuché una conversación que me puso
de lo más caliente
-
¿Puedo verla?
-
Vení a mi habitación – le dije
No pasaron ni cinco minutos y
Natalia entraba sigilosa en mi cuarto. La miré y la vi hermosa, tanto que no
dudé en decirle
-
Sos hermosa Naty
-
¿Estás caliente por lo que escuchaste? ¿Que
decía? – ella seguía con la intriga y
susurraba
-
No hace falta que susurres porque estoy seguro
que mamá y papá tienen la puerta cerrada y la tele encendida para que no los
escuchemos a ellos
-
¿Si? ¿Tan seguro estas?
-
Si lees la conversación conmigo, va a estar
segura vos también – la desafié
-
Dale, mostrame, ¿que esperas? – mi hermana sonaba ansiosa
-
Vení sentate encima de mí – le dije para ver
como reaccionaba
-
Bueno – dijo sin problema
Natalia se sentó encima de mis
piernas y yo pasé ambos brazos por sus lados y comencé a manejar la
computadora. Ella se acomodó y ahora toda su cola estaba encima de mi pija que
comenzaba a reaccionar. Le puse el WhatsApp web y estaba la conversación con mi
padre fijada.
-
Empezá a leer desde acá – le sugerí
Natalia comenzó a leer en voz
alta y mi pija empezó a endurecerse sin remedio.
-
Me mata mamá diciendo que se mojó toda, jajajaja
– reía Natalia
-
Si viste – dije y la levanté a mi hermana un
poco porque la pija ya me dolía
-
Se te está parando lindo la verga
-
Si Naty, me calienta mucho
-
Sigo leyendo – dijo ella
-
Seguí – le dije, pero mis manos se metieron
dentro de su remera para acariciarle las tetas
Natalia no llevaba corpiño y eso
me permitía moverme con más soltura por sus pequeños y turgentes pechos. Al
llegar a sus pezones los noté muy duros. Fue tremendo el placer que sentí que
mi pija se movió bajo su redonda y pulposa cola
-
Aghhhh – dijo mi hermana tirándose para atrás
-
Mmmmm – le acaricié las tetas con ambas manos
-
Dejame terminar de leer
-
Dale – le dije con la tranquilidad de que ella
se iba a calentar aún mas
-
¡No te puedo creer que mamá se calienta con tu
pija! – decía Naty excitada
-
Viste – le decía yo
-
¡Si supiera ella que ahora está tan dura debajo
de mi cola!
-
Poné los audios – le dije
Los audios empiezan a sonar en el
altavoz de la compu y dicen claramente
·
Audio papá: Tu chupo la concha, estás mojada,
aghhhhh, siempre me encantó tu sabor y saber que estás tan caliente me encanta
·
Audio mamá: Siiii chupame la concha así que voy
a acabar
·
Audio papá: Estoy en el baño con la pija en la
mano imaginando que me la chupas y María la amiga de Natalia te chupa la concha
·
Audio mamá: aghhh ahhhh aghhhh estoy por acabar…
·
Audio papá: ¿Me queres chupar la pija a mi o
preferís chupársela a tu hijo Juan?
·
Audio mamá: aghhhh ahhhhh ahhhhh
ahhhhhhhhhhhhhhhhh estoy acabando, Jorge, sos un hijo de puta, aghhhh ahhh
hahhhhhhhh risas
·
Audio papá: yo me voy a quedar con las ganas
para agarrarte esta noche
Natalia se gira y me mira a los
ojos. Su cara lo dice todo, está muy caliente. Ella se muerde el labio, se saca
la remera, quedando en tetas y sin dudar, me besa en la boca. Nunca la había
visto tan caliente a mi hermana y tomando la iniciativa de esta manera
Si dejar de besarme comienza a
moverse encima de mi pija como cogiéndome, pero con ropa mientras me agarra mis
manos y las pone en su culo para que la mueva.
-
Esperá – le digo
-
¿Que? –
dice ella preocupada y me mira
-
Tengo una idea – le dijo y sonrío perverso
-
¿Que? –
dice ella y se baja al suelo comenzando a desabrochar mi pantalón
Yo la detengo y la miro para ver
si su calentura es tan grande como para acompañarme a hacer realidad lo que
tengo en mente
-
¿Que pasa? – me dice
-
¿Vamos a ver si escuchamos algo? – le digo
-
Vos estás loco?
-
No van a salir de la habitación, están re
calientes – le digo a ella
-
Pero…
-
Vamos y volvemos rápido – creo que con eso la
convencí
Cuando salimos al pasillo
nuestras sospechas se confirmaron, la televisión estaba encendida y a buen
volumen. Nos acercamos sigilosamente y nos pusimos detrás de la puerta
escuchando.
Solo se escuchaba la tele, pero
de momentos había silencios de la tele y se escuchaba algún gemido.
-
Aghhhhh – esa era mi mamá
-
Viste, esa es mamá – dijo Natalia
-
Si
Al rato seguíamos pegados cada
uno con un oído en la puerta y nuestras bocas a centímetros. Tenía muchas ganas
de besar a mi hermana y el morbo de volver a hacerlo detrás de la puerta del
cuarto de nuestros padres aumentaban esas ganas
Para colmo, en un omento de
silencio de la TV, escuchamos detrás de la puerta a mi padre diciéndole
-
Siiii, chupame la pija así
Eso me dio valor y acerqué mi
boca y la reacción de mi hermana no tardó en llegar. Me besó con más pasión que
nunca. Para hacerlo tuvimos que separar nuestros oídos de la puerta, cosa que
no queríamos hacer, pero el deseo mutuo era mayor en ese momento.
El beso que nos dimos fue el más
apasionado de nuestra corta pero intensa historia. Ambos buscábamos la
profundidad en la boca del otro. Las lenguas iban bien adentro, la saliva fluía
y los movimientos eran exactos y coordinados. Mi hermana era una perra en celo
y yo estaba igual o peor. No podíamos despegarnos.
Mis manos comenzaron a acariciar
los pechos de mi hermana por encima de la remera sin dejar de besarla ni un
solo segundo. El tema es que ella estaba tan caliente que necesitaba más. Fue
así que se levantó su remera dejando sus tetas al descubierto y acercando su
boca mi oído, me dijo en un susurro que casi me hace acabar:
-
Chupame las tetas mientras yo escucho a mamá y
papá
-
Aghhhh Mmmmm – me abalancé sobre sus tetas y las
chupé con devoción
La manera en que le chupé las
tetas a mi hermana fue tremenda. Quería ser suave, dulce y tomarme mi tiempo,
pero era tal la calentura que tenía que chupaba con desesperación metiéndome
todo el pezón en la boca y succionando con fuerza. Esto, lejos de molestarle o
incluso dolerle a mi hermana, le gustó y a tal punto que se le escapó un gemido
que por suerte no fue escuchado por nuestros padres.
-
Papá le está chupando la concha a mamá – dijo
Natalia contándome lo que oía tras la puerta
-
Aghhhh – dije yo
Natalia tenía puesto un short muy
holgado y no dudó en correr con su mano el short y la bombacha al mismo tiempo
y dejar su concha al descubierto para que se la chupara. No dudé y arrodillado
como estaba me aboqué a la tarea de chupar ese manjar
No puedo explicar con palabras lo
que era la concha de Natalia, mi hermana. Estaba mojada como nunca la había
visto. Dicen que el equivalente femenino de la erección masculina es la
lubricación vaginal y en efecto, la dureza de mi pija se correspondía con la
humedad de mi hermana.
Empecé a chuparla y al instante
tenía casi toda mi cara mojada. Mi pera brillaba de lo que emanaba de su
vagina. Lejos de molestarme, eso me excitaba más y chupé y chupé como un
poseído.
-
Seguí así que vamos a acabar mamá y yo juntas –
me dijo mi hermana que seguía escuchando tras la puerta
-
Mmmmm – dije yo ahogado en su concha
En ese momento como un rayo vino
la imagen de mi madre abierta de piernas en su cama y siendo chupada. La
humedad de Natalia se me confundía por momentos y me imaginaba que era la de mi
madre. No podía pensar eso, era mi madre, pero era más fuerte que yo y ahora
venía a mi cabeza mi madre tirando la cabeza para atrás presa de placer y
excitación
Sabía que mi hermana estaba al
borde del orgasmo y que lo que escuchaba del otro lado de la pared la estaba
llevando al límite. Fue entonces que decidí jugar fuerte y levantando apenas la
cabeza la miré y le dije:
-
Imaginate que es papá el que te está chupando la
concha a vos…
-
Aghh ahhhh acabo Juannnnn
-
Si mi nenita, acabá en la boca de papá... – dije
jugando con el morbo al límite
-
Aghhh aahhhhhh aghhhh asiii papiiii – decía
Natalia en un susurro
-
¿Estas acabándole a papi? – dije totalmente sacado
-
Siiii Juan, ya acabé siiii – no quiso decirme
papi
-
Me encantó beberte Naty estas muy mojada – le
dije con mi cara reluciente de sus fluidos
-
Vení seguí escuchando mientras te chupo la pija
– dijo mi hermana haciendo que yo tomara la posta
-
Queres que te cuente lo que escucho? – le dije
-
Por supuesto
-
Bueno – dijo Natalia y ya estaba chupándome la
verga mientras mi oreja se apoyaba contra la puerta
Lo que venía desde adentro del
cuarto de mis padres parecía surrealista.
-
Cogeme cogeme así – decía mi madre
Yo no daba más. Nunca había
escuchado a mi progenitora hacer algún comentario con referencia sexual y ahora
la escuchaba pidiendo que se la cojan. Bueno, que se la coja mi padre. Para
colmo de males, Natalia parecía empeñada en hacerme acabar en ese instante y me
chupaba con una desesperación total
-
Mamá está pidiendo que se la cojan – le narré a
mi hermana
-
Uffff te gustaría cogértela vos? – me dijo como
una hija de puta devolviéndome lo que le había hecho yo
-
Aghhh Naty Nooooo – le decía yo entre gemidos
-
Que Juancito, no te gustaría cogerte a mami – me
decía la hija de puta de mi hermana
-
Agghhhh me vas a hacer acabar – casi se me
escapa la palabra mami
Pero algo pasó que me hizo acabar
en ese instante que fue oír la voz de mi padre preguntándole a mi mamá
-
¿Te gustó la pija de tu hijo?
-
Aghhhhh siiiii – respondió ella
Fue entonces que sin avisar me
fui en las fauces de mi hermana con unos potentes chorros y gemidos
-
Aghhh aghhhh mmghhhh - tragaba mi hermana
Pero mi oído seguía pegado a la
puerta de la habitación de mis padres
-
Me haces acabar hijo de puta – le dijo mi madre
-
¡Sentí la pija de tu hijo! – le dijo mi padre totalmente desubicado
-
Aghhhhhhh ahhhhhh – daba unos alaridos mi madre
que hasta mi hermana escuchó
Natalia me miró con mi pija
dentro de su boca y sonrió como pudo. Yo le agarré la cabeza con ambas manos y
la traje hacia mí enterrándole toda mi pija en su boca.
Los gemidos de mi madre eran
terribles y solo por eso no se escuchó la arcada de mi hermana. Mi padre
también gritaba
-
Te estoy acabando, mamiiiii – poniéndose en el
rol de hijo
-
Ayyy siiii acabame mi amor acabemos juntos –
gritaba ya mi madre
-
Bajá la voz que nos van a escuchar – dijo mi
padre
Mi hermana se había tragado toda
mi acabada sin dejar nada. Ahora me chupaba los huevos y se iba acomodando la
ropa. Yo me iba recomponiendo como podía, tanto física como psicológicamente a
lo vivido en esos instantes
Una locura familiar. Gemidos de
mi madre. Juego de rol con mi padre y ella imaginando mi pija. Mi hermana
acabando mientras pensaba que era su padre quien la chupaba. Por último, yo, imaginando
a mi madre entregada al placer y siendo yo – su hijo - el que le daba ese
placer.
Regresamos con mi hermana, cada
uno a su cuarto. Creo que ninguno de los dos estaba para hablar y menos
reconocer la excitación que habíamos sentido en ese momento.
Era hora de dormir y de meditar
sobre lo sucedido. Realmente no pude meditar mucho, porque me dormí ni bien
apoyé la cabeza en la almohada.
(continúa acá)
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