Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mi hermana Belén 7

 


Primer capítulo de esta serie-----> Mi hermana Belén

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Era de noche. Mi madre seguramente dormía. Ahora estábamos en mi cama, mi hermana y yo, completamente desnudos y ella decidió abrir su corazón para decirme:

Me tapó la boca con su dedo índice y siguió

-        Me gustas mucho, me calentás de una manera que nunca me calentó un pibe, me encanta tu pija, tenerla en la boca y sí, me muero por tenerla en la concha y que me cojas… - siguió mi hermana

No me atreví a decir nada. La dejé que continúe

-        Sé que es una locura, que sos mi hermano, que está mal todo lo que hicimos estos días, pero no puedo manejar las ganas que te tengo, mi concha está empapada de pensar en vos, en tu pija…

-        Belén – le dije y le metí la mano en la concha para sentir su humedad

-        ¿Qué?

-        Necesito algo…

-        ¿Qué?

-        Necesito… - dejé un silencio para ver su cara

Su cara transmitía preocupación por lo que yo tenía para decir. Era evidente que no se imaginaba lo que yo venía a decirle

Mi pija era un roble, creo que nunca llegó a bajarse por completo. Mi calentura era total. Sentía la humedad de su concha y necesitaba beber de esa fuente. Le dije mirándola a los ojos

-        ¡Quiero chuparte la concha, hermanita!

-        Aghhhh Kevin, me asustaste…

-        ¿Por qué?

-        No sabía que era eso lo que ibas a decirme

-        ¿Que te imaginaste?

-        No sé – me dijo ahora más relajada

Yo comencé a besarla en la boca mucho tiempo. Luego bajé por su cuello y ahí fue donde tomé conciencia de que no había disfrutado de esos pechos con mi lengua de la manera que estos se lo merecían.

Le agarré ambas tetas, duras y pesadas, con las manos y le chupé los pezones con mucha avidez. Me dediqué un tiempo largo a chuparlos y chuparlos como un bebé. Tanto fue así que en un momento comenzó a salir un líquido de su pezón derecho. Era un sabor apenas salado y que saboreé sin dudar.

La miré instintivamente y le dije

-        Te está saliendo leche

-        ¿Si?

Mi único temor era que este comentario aplacara su calentura y todo se enfríe de manera repentina. LA curiosidad en el momento pudo más y me preguntó

-        ¿Y a qué tiene gusto?

-        No sé, pero me gusta – le dije y volví a chuparle la teta

Ahora succionaba como un bebé mientras ella me acariciaba la cabeza. Su leche, más tarde supe que se llamaba calostro, salía espesa y en abundancia.

Yo chupaba y tragaba sin dudar. Mi lengua jugaba con el néctar de mi hermana y eso me calentaba a mas no poder. Sin ningún tipo de filtro le dije:

-        Me gusta mucho tu leche – y la miré a los ojos

-        Quiero probarla – me dijo

No dudé.

Subí y con mi boca llena de la leche de sus pechos me acerqué a besarla. Creo que estuvimos varios minutos jugando con nuestras lenguas y su leche. Era hermoso sentir como nuestra calentura iba en aumento.

Cuando la leche se acabó volví a bajar a sus tetas, pero esta vez fugazmente.

Luego le llené la panza de besos. Me pareció un poco fuerte pasarle la lengua, aunque no me faltaron ganas. Creo que fue ella la que me incitó a hacerlo cuando me preguntó

-        ¿Te gusta mi panza?

-        Mucho, mucho – le dije

-        Me gusta que te guste – me dijo y me acarició la cabeza

-        Te la besaría mucho tiempo

-        Podes hacer lo que quieras…

Fue entonces que los besos por su panza se volvieron más eróticos que cariñosos y se prolongaban más tiempo. Mi lengua recorría ahora su panza. Su ombligo salido. Ella reía como sintiendo cosquillas. Yo lamía y bajaba hacia esa fuente de placer que era su concha. No veía la hora de beber de ella.



-        Aghhh hermanito, me gusta mucho lo que me haces

-        Mmmmm – seguía yo

Ella por instinto y calentura fue abriendo las piernas y mostrándome una concha totalmente depilada, rosada en el centro y abierta como una rosa madura.

No dudé en zambullirme a besarla y chuparla. La abría con ambas manos y le metía la lengua dentro. Luego jugaba con su clítoris y ella susurraba

-        Aghhhmmmmm

-        Mmmmmm – yo no abandonaba mi trabajo

Necesitaba beber su excitación de la misma manera que ella se había tragado mi semen. Se lo debía.

Seguí y seguí chupando y cuando la sentí acercarse al orgasmo mantuve el movimiento de mi boca y de mi lengua.

Su humedad era total. Sus temblores eran tremendos. Se precipitaba el orgasmo. Seguí chupando y chupando.

-        Aghhhhhh ahhhhhhhhh – gritó ella

-        Mmmmmm – me asusté y temí que mi madre nos hubiera escuchado

-        Aghhhhh ahhhhhhh – gritó más fuerte ahora

-        Shhhhhhh – tuve que decirle

-        Aghhhh ahhhhhh – ahora un poco menos audible

-        Te va a escuchar mamá – le dije despacio

-        Vení, subí, besame, no doy más – me dijo

Subí y la besé, me puse de costado y ella me metió la lengua en la boca como una poseída. Nos besamos con mucha pasión

Un ruido en la puerta nos sobresaltó. Era mi madre tratando de abrirla.

-        Belén, gritaste? ¿Que te pasó?  – gritaba mi madre del otro lado de la puerta

-        Ayyy mami, siiiii, pero no pasa nada

-        Abrime la puerta – decía mi mamá

Mi hermana y yo nos vestimos a las apuradas. Ella, por suerte, solo bombacha y remera. Yo calzoncillo y me acosté tapándome.

-        ¿Que te pasó?  – decía mi madre preocupada

-        Me golpié el dedo del pie con la cama

-        ¿Y tenés que gritar así?  – decía mi mamá

-        Siiii, me despertó – dije yo

Nos miramos con mi hermana y nos sonreímos.

 

Continuará…

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Mi hermana Belén 6

 


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Me miró a los ojos con su boca chorreante de mi semen y la abrió para que la vea con mi semen en su lengua.

Creo que fue la imagen más fuerte que pude tener de mi hermana.

Como una gata en celo, desnuda y con su hermosa panza se acercó a mi boca. ¿Pretendía besarme con mi semen en su boca?

No sé si lo pretendía o no, pero no dudé un instante en traerla hacia mí y besarla en la boca sintiendo su lengua, mi propio semen y nuestras salivas mezcladas.

No miento si digo que fue lo más erótico que sentí en mi vida.

Ahora mi hermana se subió encima de mí y con ambas piernas abiertas y su panza expuesta me besaba y besaba sin parar

Se irguió y comenzó a cabalgarme sobre mi pija, pero sin metérsela en la concha. No entendí la pregunta cuando me dijo:

-        ¿Te gusta que te haga “panchito”?

-        ¿Que?

-        Panchito… ¿no sabes lo que es?

-        No

-        Esto, mirá – me dijo

Belén me mostraba como los carnosos labios de su concha abrazaban mi pija dura aún y jugaban adelante y atrás sin entrar en su caliente cavidad.

-        Ahhh no sabía

-        Entonces, ¿te gusta o no?

-        Me gusta mucho, pero…

-        ¿Pero qué?

-        Quiero chuparte la concha

-        Todavía no – me dijo ella

-        ¿Por?

-        Porque me gusta mucho estar así, frotándome la concha con tu pija

-        Ah bueno

Mi hermana seguía moviéndose como una serpiente encima de mí. Su panza, ese globo perfecto que se le formaba por delante, sus tetas duras y turgentes, su cara mirándome a los ojos de manera desafiante.

-        Aghhhh Belén que hermosa sos – le dije sin poder contenerme

-        Kevin, me está gustando mucho

Yo sentía que mi hermana seguía frotándose con mi pija de una manera continua y sin cejar en ningún momento en el movimiento intenso

-        Aghhhh hermanito voy a acabar asiiiii

-        Aghhhh Belén, siento como si te estuviera cogiendo

Eso pareció detonar algo en mi hermana que empezó a convulsionar sobre mi pija

-        Aghhh no me digas eso…. Aghhhhh

-        ¿Por qué no queres que te diga que te quieto coger?  – le repetí a propósito

-        Porque no podemos coger y tengo muchas ganas

-        A mí me gustaría cogerte

-        Aghhh ahhhhh ahhhhhhhh – mi hermana acababa ahora

Era verla contoneándose y mi pija se ponía dura nuevamente. Sabía que la volvía loca la idea de tener mi pija adentro de la concha. Necesitaba llevarla al extremo de calentura con mis palabras.



Fue así que decidí levantar mi tronco superior y besarla en la boca con mucha lengua y calentura. Luego le lamí literalmente la cara, la pera y acerqué mi boca a su oído.

-        ¿No te gustaría que te meta la pija?

-        Aghhhh Ayyy noooooo Nooooo

-        Decí la verdad – la azuzaba yo

-        Aghhhh No me digas eso, por favor

-        Por qué? No te gustaría tener mi pija adentro ahora

-        Aghhhh pará Kevin, pará que ya estoy acabando como loca….

Mi hermana convulsionaba en un orgasmo tremendo. Le tuve que tapar la boca con la mía para que no gritara como una desaforada.

-        Mmmmmm – mi hermana me besó metiéndome la lengua hasta el fondo de mi boca

-        Aghhmmmmm – le correspondí el beso

-        Mmmmmm – mi hermana se desplomaba sobre mi

Su panza me apretaba y se puso de costado acariciándome el pecho. Su boca no tardó en ponerse sobre mi oído para susurrarme.

-        ¿Que es eso de decirme que me queres meter la pija?

-        Es lo que siento – le dije sin tapujos

-        Pero vos no sabes que somos hermanos y que no podemos

-        Belén – le dije serio y a la vez sonriente mientras giraba la cabeza para mirarla – no podemos y no debemos hacer casi nada de lo que estamos haciendo, lo se

-        Entonces… - ella me pedía que siguiera

-        Entonces, no deberíamos si acercarnos más, pero ya llegamos a un punto en que te veo y me re calentás

-        Siiii? – decía ella de manera sensual con su boca pegada a la mía

-        Mucho me calentás – le dije y la besé en la boca

-        ¿Mucho?

-        Mucho – volví a besarla con un beso corto, pero más intenso

-        Mmmmm, sabes una cosa? – me dijo ella luego de besarme

-        ¿Que?

Ahora saqué la lengua y jugué con sus labios mientras ella sacaba la suya en busca de la mía para jugar juntas un rato.

Respiró profundamente y abriendo los ojos, mirándome fijamente como buscando complicidad y sentir que los míos le devolvían esa confianza que necesitaba, me dijo

-        Me gustás mucho…

-        Vos… - quise intervenir

Me tapó la boca con su dedo índice y siguió

-        Me gustas mucho, me calentás de una manera que nunca me calentó un pibe, me encanta tu pija, tenerla en la boca y sí, me muero por tenerla en la concha y que me cojas… - siguió mi hermana

No me atreví a decir nada. La dejé que continúe

-        Sé que es una locura, que sos mi hermano, que está mal todo lo que hicimos estos días, pero no puedo manejar las ganas que te tengo, mi concha está empapada de pensar en vos, en tu pija…

-        Belén – le dije y le metí la mano en la concha para sentir su humedad

-        ¿Qué?

-        Necesito algo…

 

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 Ese día pasó sin más y me sorprendió la normalidad con la que nos tratamos en el resto de la jornada, no mencionando nada de lo que había pasado.

Por la noche, ella se fue a cambiar al baño y vino lista para dormirse. A mí se me ocurrió preguntarle en un tono divertido para romper el hielo.

-        ¿Te vas a cambiar al baño? ¿Tenés miedo de que te vea desnuda?

-        No, tarado, es para que mamá no sospeche

-        Sos muy inteligente, hermanita

-        Gracias, bobito

Pensé que todo quedaría ahí, pero fue ella la que me dijo:

-        ¿O sos vos el que quiere verme desnuda?

-        No te lo voy a negar, pero tampoco lo voy a afirmar – dije riendo

-        Cuando quieras verme, solo tenés que pedírmelo

-        Ah, ¿sí? Qué bueno

-        ¿Y vos podrías mostrarme la pija si alguna vez lo necesito?

-        Por supuesto, pero que necesidad extraña, ¿no? Jajajaj – dije riendo ahora más fuerte

-        Jajajaja – mi hermana se reía conmigo.

La miré. Como no llevaba corpiño nuevamente, las tetas se le movían debajo de la remera blanca que llevaba puesta.

-        ¡Cómo se te van los ojos, eh! – me dijo ella divertida

-        Ya te dije que estabas muy buena antes de quedar embarazada y ahora…ufff

-        ¿Ahora qué?

-        ¡Ahora estas mejor, nena! Sos un infierno

-        ¿Si? ¿Te gusta mi pancita? – Belén se levanta la remera y se la acaricia de manera sexi, no de una manera maternal.

-        Uffff, Belén, no te das una idea lo que me calienta tu panza… - dije e instintivamente me acaricié la verga

-        Siiii? Pensaba que los tipos huían de una embarazada

-        No sé lo que piensan los tipos en general, pero vos estás muy buena así

-        ¿Te gusto? ¿Te caliento? – me preguntaba Belén

Mi hermana estaba caliente y me lo hacía saber. Yo no sabía cómo seguir, pero la calentura me podía y me sinceré

-        Belén, me calentás mucho

-        ¿Siii? – susurraba ahora ella

-        Mucho, mucho – quise aclararle

-        ¿Cómo sería “mucho mucho”?

Ahora yo estaba acostado, mi hermana de pie mirándome y con la remera levantada mostrándome la panza. Ella muy sensualmente se levantó más la remera y dejó sus tetas expuestas. Esos pezones oscuros y duros me excitaban de una manera impresionante.

No dude. Me saqué la pija y comencé una paja.

Ella sonrió y fue a la puerta a cerrar con llave. Supe entonces que lo mejor estaba por venir.

Belén se sacó la remera y quedó solo en bombacha. Yo, por lo pronto, me desnudé por completo y la miré recorriéndole el cuerpo por completo con mis ojos. Me detuve en su diminuta tanga.

Juro que no sé de donde saqué coraje para ordenarle:

-        Sacate todo

-        ¿Vos también estas caliente como yo? – me preguntó ella

-        Muy caliente, Belén, ya te dije

-        No, no me dijiste, ¿cómo estas de caliente?

-        ¡Mi pija está así porque me volvés loco, Belén!

-        ¡Ayyy que hermanito degenerado! – dijo ella y casi acabo del placer de sentirla diciendo esas cosas

Saber que ella estaba tan caliente como yo era algo que me volvía loco. Encima, que nombrara la relación de hermanos y aun así se caliente era hermoso.

Para colmo de males, ella se sentó de costado en la cama. Me agarró la mano que tenía agarrada mi pija y sin dudar comenzó a pajearme diciendo:

-        Permiso… ¿puedo?

-        Claro que podes…

Fue ahí que quise jugar una carta para ver hasta donde era capaz de calentarse mi hermana con el juego del incesto

-        ¡Que hermana hermosa y degeneradita que tengo yo, también, eh!

-        Y no sabes lo degeneradita que puedo ser…

-        Siiiii?

-        Muy, muy degeneradita

Mi hermana decía todo esto con mi pija en la mano y mirándome a los ojos. Necesitaba calentarla para ver si lograba que me chupe la verga. Estábamos a un paso.

Me animé:

-        ¿Tan degeneradita como para chuparle la pija a su hermano?

Sabía que esa frase calaría hondo en ella y se abrían dos caminos: o se cortaba todo porque era muy fuerte o se calentaba aún más y accedía a chupármela

-        Si

Solo dijo eso y agachó un poco la cabeza y se metió lentamente mi pija en su boca. El calor de su boca en mi pija era hermoso y casi acabo en ese instante

Fue entonces que comenzó a subir y bajar chupándome la pija. Fueron unos segundos y se la sacó mirándome y diciéndome

-        Me moría de ganas de tener tu pija en mi boca

-        ¿Si?

No me respondió, se la volvió a meter en la boca y yo aproveché para estirar una mano y buscar sus tetas primero y su concha después.

Ella evitó el contacto y nuevamente se sacó la pija solo para decirme:

-        Dejame, después me tocas

-        Bueno – respondí

-      


  Ahora quiero chuparte la pija, que me acabes en la boca y tragarme toda tu leche

Eso retumbó en mi cabeza de una manera que no pude procesar para no acabar en ese instante.

Fue así que se metió mi pija en la boca nuevamente y luego de tres chupadas intensas, le dije

-        ¡Acabo, Belén!

-        Mmmmm – mi hermana chupaba y chupaba

Nunca me hubiese imaginado en mi hermana semejante nivel de experiencia a la hora de chupar la pija.

Mi orgasmo se vino de manera imposible de parar. Los chorros salían de mi pija y entraban en la boca de mi hermana.

Ella chupaba y trababa de una manera delicada y salvaje a la vez.

-        Mmmmm – se escuchaba salir de su boca

-        Sos hermosa, Belén – le dije

Me miró a los ojos con su boca chorreante de mi semen y la abrió para que la vea con mi semen en su lengua.

Creo que fue la imagen más fuerte que pude tener de mi hermana.

Como una gata en celo, desnuda y con su hermosa panza se acercó a mi boca. ¿Pretendía besarme con mi semen en su boca?

 

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