Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mi hermana Belén 5



Primer capítulo de esta serie-----> Mi hermana Belén

Parte anterior------> Mi hermana Belén 4

 Ese día pasó sin más y me sorprendió la normalidad con la que nos tratamos en el resto de la jornada, no mencionando nada de lo que había pasado.

Por la noche, ella se fue a cambiar al baño y vino lista para dormirse. A mí se me ocurrió preguntarle en un tono divertido para romper el hielo.

-        ¿Te vas a cambiar al baño? ¿Tenés miedo de que te vea desnuda?

-        No, tarado, es para que mamá no sospeche

-        Sos muy inteligente, hermanita

-        Gracias, bobito

Pensé que todo quedaría ahí, pero fue ella la que me dijo:

-        ¿O sos vos el que quiere verme desnuda?

-        No te lo voy a negar, pero tampoco lo voy a afirmar – dije riendo

-        Cuando quieras verme, solo tenés que pedírmelo

-        Ah, ¿sí? Qué bueno

-        ¿Y vos podrías mostrarme la pija si alguna vez lo necesito?

-        Por supuesto, pero que necesidad extraña, ¿no? Jajajaj – dije riendo ahora más fuerte

-        Jajajaja – mi hermana se reía conmigo.

La miré. Como no llevaba corpiño nuevamente, las tetas se le movían debajo de la remera blanca que llevaba puesta.

-        ¡Cómo se te van los ojos, eh! – me dijo ella divertida

-        Ya te dije que estabas muy buena antes de quedar embarazada y ahora…ufff

-        ¿Ahora qué?

-        ¡Ahora estas mejor, nena! Sos un infierno

-        ¿Si? ¿Te gusta mi pancita? – Belén se levanta la remera y se la acaricia de manera sexi, no de una manera maternal.

-        Uffff, Belén, no te das una idea lo que me calienta tu panza… - dije e instintivamente me acaricié la verga

-        Siiii? Pensaba que los tipos huían de una embarazada

-        No sé lo que piensan los tipos en general, pero vos estás muy buena así

-        ¿Te gusto? ¿Te caliento? – me preguntaba Belén

Mi hermana estaba caliente y me lo hacía saber. Yo no sabía cómo seguir, pero la calentura me podía y me sinceré

-        Belén, me calentás mucho

-        ¿Siii? – susurraba ahora ella

-        Mucho, mucho – quise aclararle

-        ¿Cómo sería “mucho mucho”?

Ahora yo estaba acostado, mi hermana de pie mirándome y con la remera levantada mostrándome la panza. Ella muy sensualmente se levantó más la remera y dejó sus tetas expuestas. Esos pezones oscuros y duros me excitaban de una manera impresionante.

No dude. Me saqué la pija y comencé una paja.

Ella sonrió y fue a la puerta a cerrar con llave. Supe entonces que lo mejor estaba por venir.

Belén se sacó la remera y quedó solo en bombacha. Yo, por lo pronto, me desnudé por completo y la miré recorriéndole el cuerpo por completo con mis ojos. Me detuve en su diminuta tanga.

Juro que no sé de donde saqué coraje para ordenarle:

-        Sacate todo

-        ¿Vos también estas caliente como yo? – me preguntó ella

-        Muy caliente, Belén, ya te dije

-        No, no me dijiste, ¿cómo estas de caliente?

-        ¡Mi pija está así porque me volvés loco, Belén!

-        ¡Ayyy que hermanito degenerado! – dijo ella y casi acabo del placer de sentirla diciendo esas cosas

Saber que ella estaba tan caliente como yo era algo que me volvía loco. Encima, que nombrara la relación de hermanos y aun así se caliente era hermoso.

Para colmo de males, ella se sentó de costado en la cama. Me agarró la mano que tenía agarrada mi pija y sin dudar comenzó a pajearme diciendo:

-        Permiso… ¿puedo?

-        Claro que podes…

Fue ahí que quise jugar una carta para ver hasta donde era capaz de calentarse mi hermana con el juego del incesto

-        ¡Que hermana hermosa y degeneradita que tengo yo, también, eh!

-        Y no sabes lo degeneradita que puedo ser…

-        Siiiii?

-        Muy, muy degeneradita

Mi hermana decía todo esto con mi pija en la mano y mirándome a los ojos. Necesitaba calentarla para ver si lograba que me chupe la verga. Estábamos a un paso.

Me animé:

-        ¿Tan degeneradita como para chuparle la pija a su hermano?

Sabía que esa frase calaría hondo en ella y se abrían dos caminos: o se cortaba todo porque era muy fuerte o se calentaba aún más y accedía a chupármela

-        Si

Solo dijo eso y agachó un poco la cabeza y se metió lentamente mi pija en su boca. El calor de su boca en mi pija era hermoso y casi acabo en ese instante

Fue entonces que comenzó a subir y bajar chupándome la pija. Fueron unos segundos y se la sacó mirándome y diciéndome

-        Me moría de ganas de tener tu pija en mi boca

-        ¿Si?

No me respondió, se la volvió a meter en la boca y yo aproveché para estirar una mano y buscar sus tetas primero y su concha después.

Ella evitó el contacto y nuevamente se sacó la pija solo para decirme:

-        Dejame, después me tocas

-        Bueno – respondí

-      


  Ahora quiero chuparte la pija, que me acabes en la boca y tragarme toda tu leche

Eso retumbó en mi cabeza de una manera que no pude procesar para no acabar en ese instante.

Fue así que se metió mi pija en la boca nuevamente y luego de tres chupadas intensas, le dije

-        ¡Acabo, Belén!

-        Mmmmm – mi hermana chupaba y chupaba

Nunca me hubiese imaginado en mi hermana semejante nivel de experiencia a la hora de chupar la pija.

Mi orgasmo se vino de manera imposible de parar. Los chorros salían de mi pija y entraban en la boca de mi hermana.

Ella chupaba y trababa de una manera delicada y salvaje a la vez.

-        Mmmmm – se escuchaba salir de su boca

-        Sos hermosa, Belén – le dije

Me miró a los ojos con su boca chorreante de mi semen y la abrió para que la vea con mi semen en su lengua.

Creo que fue la imagen más fuerte que pude tener de mi hermana.

Como una gata en celo, desnuda y con su hermosa panza se acercó a mi boca. ¿Pretendía besarme con mi semen en su boca?

 

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