Primer capítulo de esta serie-----> Mi hermana Belén
Parte anterior------> Mi hermana Belén 6
Era de noche. Mi madre seguramente dormía. Ahora estábamos
en mi cama, mi hermana y yo, completamente desnudos y ella decidió abrir su
corazón para decirme:
Me tapó la boca con su dedo
índice y siguió
-
Me gustas mucho, me calentás de una manera que
nunca me calentó un pibe, me encanta tu pija, tenerla en la boca y sí, me muero
por tenerla en la concha y que me cojas… - siguió mi hermana
No me atreví a decir nada. La
dejé que continúe
-
Sé que es una locura, que sos mi hermano, que
está mal todo lo que hicimos estos días, pero no puedo manejar las ganas que te
tengo, mi concha está empapada de pensar en vos, en tu pija…
-
Belén – le dije y le metí la mano en la concha
para sentir su humedad
-
¿Qué?
-
Necesito algo…
-
¿Qué?
-
Necesito… - dejé un silencio para ver su cara
Su cara transmitía preocupación
por lo que yo tenía para decir. Era evidente que no se imaginaba lo que yo
venía a decirle
Mi pija era un roble, creo que
nunca llegó a bajarse por completo. Mi calentura era total. Sentía la humedad
de su concha y necesitaba beber de esa fuente. Le dije mirándola a los ojos
-
¡Quiero chuparte la concha, hermanita!
-
Aghhhh Kevin, me asustaste…
-
¿Por qué?
-
No sabía que era eso lo que ibas a decirme
-
¿Que te imaginaste?
-
No sé – me dijo ahora más relajada
Yo comencé a besarla en la boca
mucho tiempo. Luego bajé por su cuello y ahí fue donde tomé conciencia de que
no había disfrutado de esos pechos con mi lengua de la manera que estos se lo
merecían.
Le agarré ambas tetas, duras y
pesadas, con las manos y le chupé los pezones con mucha avidez. Me dediqué un
tiempo largo a chuparlos y chuparlos como un bebé. Tanto fue así que en un
momento comenzó a salir un líquido de su pezón derecho. Era un sabor apenas
salado y que saboreé sin dudar.
La miré instintivamente y le dije
-
Te está saliendo leche
-
¿Si?
Mi único temor era que este
comentario aplacara su calentura y todo se enfríe de manera repentina. LA
curiosidad en el momento pudo más y me preguntó
-
¿Y a qué tiene gusto?
-
No sé, pero me gusta – le dije y volví a
chuparle la teta
Ahora succionaba como un bebé
mientras ella me acariciaba la cabeza. Su leche, más tarde supe que se llamaba
calostro, salía espesa y en abundancia.
Yo chupaba y tragaba sin dudar. Mi
lengua jugaba con el néctar de mi hermana y eso me calentaba a mas no poder.
Sin ningún tipo de filtro le dije:
-
Me gusta mucho tu leche – y la miré a los ojos
-
Quiero probarla – me dijo
No dudé.
Subí y con mi boca llena de la
leche de sus pechos me acerqué a besarla. Creo que estuvimos varios minutos
jugando con nuestras lenguas y su leche. Era hermoso sentir como nuestra calentura
iba en aumento.
Cuando la leche se acabó volví a
bajar a sus tetas, pero esta vez fugazmente.
Luego le llené la panza de besos.
Me pareció un poco fuerte pasarle la lengua, aunque no me faltaron ganas. Creo
que fue ella la que me incitó a hacerlo cuando me preguntó
-
¿Te gusta mi panza?
-
Mucho, mucho – le dije
-
Me gusta que te guste – me dijo y me acarició la
cabeza
-
Te la besaría mucho tiempo
-
Podes hacer lo que quieras…
Fue entonces que los besos por su
panza se volvieron más eróticos que cariñosos y se prolongaban más tiempo. Mi
lengua recorría ahora su panza. Su ombligo salido. Ella reía como sintiendo
cosquillas. Yo lamía y bajaba hacia esa fuente de placer que era su concha. No
veía la hora de beber de ella.
-
Aghhh hermanito, me gusta mucho lo que me haces
-
Mmmmm – seguía yo
Ella por instinto y calentura fue
abriendo las piernas y mostrándome una concha totalmente depilada, rosada en el
centro y abierta como una rosa madura.
No dudé en zambullirme a besarla
y chuparla. La abría con ambas manos y le metía la lengua dentro. Luego jugaba
con su clítoris y ella susurraba
-
Aghhhmmmmm
-
Mmmmmm – yo no abandonaba mi trabajo
Necesitaba beber su excitación de
la misma manera que ella se había tragado mi semen. Se lo debía.
Seguí y seguí chupando y cuando
la sentí acercarse al orgasmo mantuve el movimiento de mi boca y de mi lengua.
Su humedad era total. Sus
temblores eran tremendos. Se precipitaba el orgasmo. Seguí chupando y chupando.
-
Aghhhhhh ahhhhhhhhh – gritó ella
-
Mmmmmm – me asusté y temí que mi madre nos hubiera
escuchado
-
Aghhhhh ahhhhhhh – gritó más fuerte ahora
-
Shhhhhhh – tuve que decirle
-
Aghhhh ahhhhhh – ahora un poco menos audible
-
Te va a escuchar mamá – le dije despacio
-
Vení, subí, besame, no doy más – me dijo
Subí y la besé, me puse de
costado y ella me metió la lengua en la boca como una poseída. Nos besamos con
mucha pasión
Un ruido en la puerta nos
sobresaltó. Era mi madre tratando de abrirla.
-
Belén, gritaste? ¿Que te pasó? – gritaba mi madre del otro lado de la puerta
-
Ayyy mami, siiiii, pero no pasa nada
-
Abrime la puerta – decía mi mamá
Mi hermana y yo nos vestimos a
las apuradas. Ella, por suerte, solo bombacha y remera. Yo calzoncillo y me
acosté tapándome.
-
¿Que te pasó? – decía mi madre preocupada
-
Me golpié el dedo del pie con la cama
-
¿Y tenés que gritar así? – decía mi mamá
-
Siiii, me despertó – dije yo
Nos miramos con mi hermana y nos
sonreímos.
Continuará…
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