Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Doble vida (24)

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Doble vida (24)

Pasaron varios días y llegó el momento en el que Ricardo, mi jefe, se marcharía 15 días EEUU para empezar a armar el negocio desde allá.

El primer día fue de nervios total. Me sentía sobrepasado y que no iba a poder con nada, pero resultó que pude con todo, salvo el detalle de que me fui de la oficina a las 10 de la noche y me traje cosas para hacer en mi habitación.

Pasaron dos o tres días más y ya empecé a llevarlo mejor, con menos stress

Ricardo en una de las conversaciones me dice que me va a ir a ver Luciana que es una agente inmobiliaria para mostrarme un departamento. Le pregunté por qué y me dijo que es hora de que me vaya a vivir solo. Le reconocí que no le faltaba razón

Al otro día a las 13 hs aparece Luciana y se presenta diciéndome que me iba a llevar a ver un departamento a Puerto Madero.

Para ubicarlos Luciana desbordaba simpatía, pero sin dar lugar a la confusión. Se notaba de que era solo comercial el trato que tenía para conmigo. Entramos al edificio de Puerto Madero y yo no podía creer que algún día fuera yo el que viviría en un lugar así. Cuando subimos juntos en el ascensor la miré y me pareció muy bonita. Aclaro que al no considerarme a mí mismo apuesto, considero que todas las mujeres son el blanco ideal.

Salimos en el quinto piso y tomando una llave abrió la puerta. Lo que vi no lo pude creer. Era un ambiente totalmente luminoso y con un balcón que daba a los diques. Una auténtica belleza inmobiliaria. Me llamó la atención que estaba completamente amueblado y con muy buen gusto. Yo inocentemente, le pregunté:

-        ¿Vive alguien acá?

-        Por ahora está alquilado por temporadas cortas, pero el dueño no tiene problema en hacer un contrato a 2 años en dólares billete

Cuando escuché “dólares billete” supe que no era para mí ese departamento, pero me mostré muy sereno y continué la visita.

Era un departamento de 2 ambientes grande: cocina integrada con living comedor, dormitorio y un baño grande. Perfecto para mí que estaba acostumbrado al 2 x 3 metros de mi habitación.

Después de recorrer el departamento nos sentamos en la mesa del comedor y ella sacó una pequeña carpeta y empezó a leer en detalle la cantidad de metros cuadrados, cuanto pagaba de expensas y el detalle del valor en dólares.

Las expensas me parecieron caras y debo haberlo manifestado con un gesto porque rápidamente aclaró

-        El edificio tiene seguridad privada las 24 hs, muy útil para recibir envíos también – hizo una pausa – gimnasio, que ahora lo vamos a ver y piscina en la terraza

-        Ahora entiendo el valor de las expensas – aclaré

En mi casa de Barracas no se pagaba eso ni contando impuestos, arreglos, luz y gas. Me parecía muy caro, pero debía darme cuenta que podía pagar eso. Aún faltaba saber el precio del alquiles en dólares y quise preguntar

-        No me dijiste el precio del alquiler en dólares – le solté

-        Ah, lo siento, pero no te lo puedo decir – me soltó

-        Ricardo, me pidió que te mostrara el departamento y te diera el detalle de las expensas y que me confirmes si te gusta

-        No entiendo – le dije

-        ¿Qué cosa?  – me dijo ella

-        ¿Y cómo voy a confirmarte si no sé cuánto tengo que pagar?

-        Ahhh jajaja – sonrió ella con toda su cara

-        No entiendo

-        Ahhhh no te dijo Ricardo? – me soltó

-        ¿Qué cosa?

-        El alquiler lo paga la empresa

-        Pero…

-        Si, solo necesito saber si estás de acuerdo con todo lo demás

Juro que en ese momento me quedé mudo y me puse a pensar en todo lo que había sucedido en los últimos meses. Conseguir un trabajo estable para empezar y que todo siga como hasta ahora era un sueño del que no quería despertarme.

No sé cuánto tiempo estuve abstraído pero la voz de Luciana me sacó de mi ensimismamiento

-        Juan

-        Si, perdón -  le dije alborotado

-        ¿Qué pensás?

-        En muchas cosas – dije sin poder reprimir la emoción frente a esta extraña mujer

-        Bueno, ¿firmamos entonces?

-        Si, firmemos – Di por terminado el asunto

El departamento estaba amueblado y con todos lo necesario para habitarlo ya mismo. La posesión la tendría de inmediato, de modo que pasé por la oficina a buscar cajas para llevar las cosas.

Llamé a un Uber y subí con varias cajas desarmadas y me fui a mi casa, en donde me esperaba mi familia a la cual le comunicaría que me iba de la casa

Llegué y solo estaba mi mamá

-        Hola mami – dije

-        ¿Qué haces con esas cajas?  – me preguntó intrigada

-        Bueno, yo… - me costaba decirle a mi mamá que me iba de mi casa

-        ¿Qué pasa, mi amor?  – me dijo ella cuando me vio perturbado

-        Es que voy a embalar mis cosas porque me voy a mudar

-        ¿A mudar? ¿A dónde?

-        A un departamento

No quise ser muy específico, pero con mi madre iba a ser imposible ocultar las cosas por demasiado tiempo.

-        ¿A un departamento? ¿En dónde?  – siguió ella

-        En puerto Madero

-        ¿Y con qué plata? ¿En qué andas, Juan?  – mi madre se preocupaba y no entendía bien mi situación

-        Vení mami, sentate – le pedí

-        Bueno – dijo ella resignada

Le conté con el mayor detalle posible todo lo que había conseguido en este último tiempo en el trabajo. Le hablé maravillas de Ricardo, mi jefe y le conté que la empresa va a pagar el alquiler del departamento. Mi madre más de una vez se mostró desconfiada y me dijo que tenga cuidado.

-        Estoy orgullosa de vos – dijo ella finalmente

-        Gracias mami – le dije parándome

-        Siempre confié en tus capacidades – dijo y me abrazó

Pude sentir el contacto de sus pechos sobre los míos y sentí una corriente de excitación. ¿Qué me pasaba? No podía excitarme con mi madre

Pese a haberse cruzado ese pensamiento me aferre más fuerte a ella y ella me correspondió. En ese momento recordé que se excitaba con haberme visto con María y recordaba mi pija y sucedió lo inevitable: mi verga comenzó a pararse y supe que mi madre no podría no notarla.

Fue entonces cuando mi madre, en el momento que sintió mi pija se apretó aún más en lugar de separarse. Yo no supe que hacer.

Creo que en ese momento mi madre tomó conciencia de todo y separándose me dijo:

-        Vamos a tu habitación que te ayudo a guardar algunas cosas

-        Dale – dije visiblemente contrariado

Fuimos a la habitación y fui armando primero las cajas mientras mi madre sacaba cosas del placard y las apoyaba en mi cama. Realmente era muy poca la ropa que servía, el resto era de mi antiguo cuerpo. Mi madre me miró y me dijo

-        ¿Qué pensás hacer con toda esta ropa grande? ¿La donamos a la iglesia?

-        ¿Te parece?  – le dije

-        Yo te veo tan firme en tu nueva vida que no creo que vuelvas a tener ese sobrepeso nunca mas

-        Espero que no…

-        Armemos una caja que diga ropa hombre grande – dijo ella

-        Ponele GORDO – dije riéndome

-        Jajaja

Al rato llegó mi padre y le conté la situación de la inminente mudanza. Mi madre se aferró a él y lloró, pero supo que todo era parte del ciclo de la vida. Lo que había sucedido con mi madurez tardía era algo que no es lo esperable, pero a mi edad era hora de abandonar el nido familiar.

Aproveché para mostrarles fotos del departamento y ellos se emocionaron aún más. Al rato, cuando ya habíamos embalado todo, se me ocurrió una idea muy buena. El sábado siguiente iríamos los cuatro a comer a Madero luego de hacer la pequeña mudanza.

Llegó el día de la mudanza, 5 cajas locas con libros, poca ropa, adornos, calzado y ropa interior. Fuimos los cuatro juntos en el auto como hacía mucho tiempo que no sucedía. Al llegar estaban todos expectantes de ver el edificio y el departamento.

Le avisé al personal de seguridad y me permitió acceder a una cochera de cortesía para visitas y bajamos todo rápidamente y nos fuimos al departamento. Con mi madre acomodábamos todo en mi cuarto, mientras mi padre y mi hermana colocaban algunos libros en la biblioteca. Eran las 11.30 y ya habíamos terminado todo. Les propuse ir a caminar. Fuimos los cuatro y cuando nos cansamos nos metimos en una parrilla en donde no dudé en invitarlos nuevamente:

-        Tenemos un hijo rico – bromeó mi padre

-        Qué lindo tener un hermano millonario – dijo mi hermana

Natalia acomodó su servilleta sobre sus piernas y aprovechó para acariciarme la pierna y acercar su mano a mi bulto. Yo casi me sobresalto, pero por suerte no fue percibido por nadie de la familia o eso creí en el momento. Almorzamos y la pasamos realmente muy bien.

Al momento de concluir el almuerzo, tomé conciencia de que ellos se irían y yo me quedaría en mi departamento solo por primera vez.

Fuimos todos caminando al edificio y empezaba a recorrer mi cuerpo un sentimiento de nervios que no entendí en el momento y supe que estaba dando un paso importante en mi independencia. En pocos meses, estaba empezando a madurar lo que no había hecho en los últimos 15 años

Cuando llegamos al edificio les pedí que me acompañaran al departamento así le daba un juego de llaves a ellos para tener por las dudas.

-        Subo yo – se anticipó mi hermana

-        No, subo yo. Quiero ver algunas cosas antes de irnos – dijo mi madre

-        Bueno – se resignó mi madre

Con mi madre subíamos al ascensor cuando detrás nuestro suben una pareja de dos chicos con dos valijas grandes.

-        ¿Entramos?  – dijo uno de los chicos

-        Si si – dije yo tirándome para atrás y agarrando a mi madre y colocándola delante de mi

Los chicos entraron las valijas y en el momento de acomodarnos el culo de mi madre quedó apoyado sobre mi bulto. El ascensor comenzó a subir y mi cuerpo empezó a traicionarme de manera en que fue mi verga la que empezó a levantarse y ponerse muy dura sobre el culo de mi mamá. No había manera de que ella no notara mi erección. Mi madre no parecía incómoda, todo lo contrario, ya que los chicos bajaron en su piso y demoró bastante en separarse de mí

-        Perdón mami, es que yo – le dije tratando de disculparme

-        ¿Ah por esto?  – dijo ella y me rozó con su mano el paquete

-        ¡Mamá!  – le dije sobresaltándome

-        ¡No te hagas problema y no te asustes!  – dijo y volvió a acariciar la zona

Esto hizo que mi verga no se pudiera bajar ni un palmo.

-        Es lindo saber que este culo viejo aún despierta algún deseo, aunque no esté bien que sea mi hijo, pero es una caricia mi ego

-        Si, mami, ese culo todavía está muy bien – dije y me arrepentí de usar la palabra “todavía”

-        ¿Todavía? ¿Significa que me queda poco? – dijo ella y me quise morir aún mas

-        No, mami, no, estas buenísima. Te juro – le dije y ahora creo que me había pasado para el otro lado

-        Ah bueno, eso está mejor – dijo ella divertida

En ese momento hizo algo que no me lo esperaba. Antes de salir del ascensor tiró su culo para atrás y lo restregó por todo mi duro paquete

-        Tenías razón, veo que este culo TODAVIA tiene su encanto – hizo énfasis en la palabra todavía

Yo me quedé duro, en todo sentido, en la puerta del ascensor y me madre ya estaba en la puerta del departamento.

Abrí, entramos y busqué el juego de llaves mientras ella recorría el departamento. Yo la miraba y la encontraba increíblemente sexi en su pantalón ajustado, sus tacos altos y sus pechos apretados y prominentes.

Creo que ella sintió mi mirada, pero no dijo nada en el momento. Yo me separé un poco más para mirarla mejor y entonces sí me dijo

-        Que pasa que me mirás así

-        Es que estás muy buena, mami – le solté

-        Ahhhh mirá vos mi hijo lo que le dice a la mami! – se reía ella

Yo la veía hermosa, ahí de pie en mi departamento. Juro que en ese momento tuve unas ganas repentinas de ir a abrazarla, apoyarla, manosearla descaradamente y besarla.

Creo que ella percibió el deseo en mis ojos y fue por eso que dijo:

-        Bueno, mejor voy bajando porque tu hermana y tu papá se van a preocupar

-        Si, si, mejor

-        Ah – me dijo ella cuando llegó a la puerta y se giró para mirarme

-        ¿Qué ma?

-        Si vos no tenés problema un día vengo a traerte algunas cosas para que vayas llenando la heladera.

-        Si, mami, vos podés venir cuando quieras, ya tenés llaves

-        ¡Pero podrías estar con alguien!  – dijo ella

-        No creo – dije apesadumbrado

-        No te hagas el pobrecito que ahora con ese cuerpo y eso duro que sentí, más de una va a venir a este departamento

-        Me haces poner colorado, mami – le dije

-        Chau, mi amor – me dijo

Mi mamá me dio un beso cortito y suave, pero esta vez lo hizo en la mitad de mi boca y la otra mitad en la mejilla. Mi verga dio un respingo y estuve a punto de abrazarla y atraerla hacia mí

-        Chau ma – solo atiné a decir

 

 (continúa acá)

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Doble vida (23)

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Doble vida - 23

Al otro día me levanté temprano y me fui a la oficina de Ricardo, mi jefe. ¿O debía decir mi oficina y mi socio? Me parecía demasiado

Cuando llegué Ricardo me presentó a una mujer de unos 40 años, más o menos mi edad, que respondía al nombre de Carolina. Era de estatura mediana, piel blanca y tersa, ojos verdes y una linda sonrisa. Muy buen cuerpo, con las tetas operadas y una sonrisa cada vez que terminaba una frase. Los difícil que debe ser no enamorarse de esta mujer, recuerdo que pensé en ese momento

-        Ella es Carolina, nuestra contadora – dijo Ricardo

-        Hola Juan – me dijo ella dándome un beso en la mejilla

El perfume que brotaba de su piel era hermoso, el más dulce y suave que había olido en mi vida.

-        Hola – respondí como un autómata

-        Bueno, hoy vamos a ver algunos temas impositivos de la empresa y algunos tuyos en particular Juan, ¿te parece?  – nuevamente la sonrisa cautivadora y los ojos verdes que me miraban detrás de esas largas pestañas

No voy a abundar en detalles de todo lo que hablamos de impuestos, solo decirles que me la pasé más de la mitad del tiempo preguntando porque no entendía nada.

Respecto a mi nueva posición económica y financiera, me enteré por ella lo que iba a ganar y me hablaba de números que no podía entender. Carolina me dio consejos de cómo invertir y no meterme bajo el radar de AFIP y no dejar de evadir ni un solo impuesto para no pagar más caro. Fue entonces cuando entendí que cuando iba a ganar dinero en serio e iba a tener otro socio, la agencia de recaudación.

En un momento que estaba solo con Carolina una corriente de aire hizo que su aroma llegue hasta mí y me invadió una sensación de placer tremendo. Fue así que juntando ánimo le pregunté, no sin mucha vergüenza:

-        Ca, Carolina… - juro que se me trabó la voz

-        ¡Decime Caro, Juan!  – me dijo con una sonrisa

-        ¿Te puedo hacer una pregunta?

-        Ya me la hiciste – me respondió

-        ¿Qué cosa?

-        La pregunta

Juro que así de boludo me pongo cuando me habla una mujer que me gusta.

-        No entiendo

-        Que cuando me decís te puedo hacer una pregunta ya me la estás haciendo

-        Ahh jajaja – reí más por lo idiota que me sentí que por otra cosa

-        Decime

-        ¿Qué perfume usas?

-        Uso muchos, pero imagino que me preguntarás cual tengo puesto ahora, ¿no?

-        Claro si si – decía yo mirándola como un nene mira una vidriera de una juguetería

-        Ahora tengo puesto uno de Hermés, se llama Un jardín sur le Nil

-        Ah ok

-        ¿Te gusta?

-        Me encanta, sí, me gusta mucho – dije tratando de no parecer un perverso

-        Bueno, ahora vas a poder comprárselo a tu novia tranquilamente – me dijo con una sonrisa

-        No, yo no…

-        Vos no ¿qué?

-        No, es que yo no lo quería para mi novia, lo quería para mi hermana

-        Ah bueno, tenés que quererla mucho a tu hermana para querer regalarle un perfume así.

-        ¿Tan caro es?  – pregunté

-        A partir de ahora, para vos no va a ser algo que no puedas pagar, ¿se entiende?

-        Si – dije con una sonrisa y ruborizándome

Cuando Carolina se fue, lo primero que hice fue googlear el perfume y tras equivocarme varias veces pude saber que no era nada económico, pero mi hermana se lo merecía. Supe en ese instante que se lo iba a comprar a Natalia

Ricardo volvió y sin preámbulos me dijo:

-        ¿Qué te pareció Carolina?

-        Bien, se nota que sabe mucho. Me dio algunos consejos muy piolas

-        Mirá, Juancito, lo más importante de Carolina es que es de confianza y que sabe exactamente lo que quiero.

-        ¿Y que sería eso?

-        Pagar lo menos posible, pero sin exponerme a ir en cana o terminar multado

-        Ah eso está muy bien – dije yo

-        Y, por otro lado, al ser la hermana de mi mujer, tengo claro que no voy a poder cogérmela y cagar todo

-        Ah claro, claro

-        ¡Y vos, tampoco, eh!  – me dio riendo

-        Jajaja – dije pese a saber que la idea de cogérmela se esfumaba

-        Pensá, la mina está muy buena, pero está casada, es la hermana de mi mujer y se pudre todo.

-        Claro, claro

-        Por otra parte, como te dije, es muy de confianza y le pago MUY BIEN, hizo hincapié en esto último. Y eso incluye los servicios CONTABLES, volvió a hacer énfasis en esta palabra, a vos también.

-        Bueno gracias Ricardo, muchas gracias. Te siento como un benefactor

-        No, solo sos mi socio, porque me demostraste que puedo confiar en vos

-        Sí, claro

-        Por eso, no me defraudes porque al margen de la guita, es mucha la confianza que deposito en vos, sábelo

-        Eso sonó a una dura advertencia

Me fui de la oficina y pasé por una perfumería del centro y averigüé el precio y formas de pago del perfume y en 6 cuotas sin interés lo pagué y me lo llevé.

Llegué a casa y mamá me estaba esperando con milanesas con puré. La felicidad era completa. Todo empezó a ponerse raro cuando al saludar a mi madre me dio un beso en la mejilla y lo noté diferente. Más largo y más cálido

Hay que reconocer que fue una cena extraña. La noche anterior mi padre, mi madre mi hermana y yo habíamos estado a ambos lados de la puerta gozando de una manera tremenda y fantaseando con otros miembros de esta misma mesa. Sin embargo, ahora estábamos como una familia más. Era increíble ese contraste

En un momento en que estábamos cenando, Natalia baja una mano y me acaricia la pierna. Yo me sobresalté y tiré la silla para atrás. Todos, incluida mi hermana, me miraron con extrañeza.

-        Ay, me agarró como un tirón – dije

-        Estás haciendo mucho ejercicio – dijo mi madre

-        Si, puede ser – dije yo

Terminamos de cenar y quise volver a mi cuarto ya que los toqueteos de Natalia se hicieron frecuentes durante esa cena. Agarré mi celular y le escribí

-        Naty, vení para mi cuarto

-        ¿Es una orden?

-        Si

-        Bueno, me puso

A los dos minutos la vi entrar. Estaba hermosa. Supe que se había preparado especialmente. Traía un camisón y sin corpiño debajo.

-        Estas hermosa – le dije

Supe en ese momento que las palabras no se me trababan cuando hablaba con ella. La confianza era otra.

-        Gracias – me dijo

-        Tengo algo para vos – le dije

-        Es eso que me imagino – dijo ella mirándome la entrepierna que ya empezaba a tomar volumen

-        No, bueno, eso también, pero otra cosa

-        ¿Que?  – preguntó ella ansiosa

-        Tomá – le dije sacando una pequeña bolsita con el regalo envuelto en un papel metalizado hermoso

-        ¿Para mí?

-        Si, ¿para quién sino? – le dije en un tono neutro

-        Gracias – me dijo y me besó en la mejilla

Lo abrió desesperada como cuando era niña y sonaban las 12 de la noche los 24 de diciembre. Se ponía nerviosa y cuando lo vio me miró directamente a los ojos

-        Juan, ¡vos estás loco!

-        ¿Por qué?

-        Porque yo sé lo que cuesta este perfume – me dijo sin poder borrar la sonrisa de su rostro

-        Vos te lo mereces – le dije

Fue lo último que llegué a decir porque mi hermana se me tiró encima y comenzó a besarme y desnudarme por completo. No habían pasado ni 2 minutos y ya me estaba chupando la pija. Luego se puso de pie y mirándome fijamente se sacó el camisón quedando completamente desnuda. No llevaba bombacha siquiera lo que significaba que aún sin saber del regalo, ya venía con ganas de cogerme

Enseguida se me montó encima y comenzó a cabalgarme. Estábamos los dos desnudos en mi habitación y no recordaba que ella hubiera cerrado la habitación con llave. Era tal mi calentura que la dejé que siguiera porque lo que me estaba haciendo me encantaba.

En un momento se me apareció la imagen de Carolina, la contadora cuñada de Ricardo y me imaginé que era ella quien me cogía. Me sentí un poco sucio siéndole infiel de pensamiento a mi hermana.

Por suerte, Natalia tenía la idea muy clara de lo que quería y me hizo concentrarme en ella en un instante.

-        Chupame las tetas! – me ordenó

-        Mmmmm, siiii – aprisioné con mi boca su rosado pezón

-        Aghhh siii chupame asíiii – Natalia estaba usando un volumen demasiado alto sabiendo que nuestros padres podrían escucharnos

-        ¿Estás muy caliente?

-        Metémela por favor – me respondía ella

En un rápido y muy preciso movimiento me bajé pantalón y bóxer dejando mi pija al descubierto. Mi hermana no demoró un segundo en agarrar mi pija con la mano y metérsela en su concha y bajar hasta tenerla totalmente adentro. Se quedó unos instantes así y bajando su tronco lentamente se acercó a mi boca para besarla apasionadamente

Mi hermana recorría mui boca con su lengua mientras con su cuerpo se movía adelante y atrás con un movimiento perfecto y coordinado

Yo quería decirle que la quería y que me encantaba coger con ella, pero no me animaba porque temía que lo tomara a mal. De todos modos, acerqué mi boca a su oído

-        ¿Te gusta que te coja?  – le pregunté

-        Agghhh, me encanta

Por encima del hombro de Natalia vi algo que me paralizó. El picaporte de la puerta bajaba lentamente y la misma comenzaba a abrirse. Era mi papá el que entraba en mi habitación

Lo miré atónito y con un dedo sobre sus labios me pidió que no dijera nada. Lo supe, quería vernos coger bien cerca y calentarse.

Mi verga perdió un poco de firmeza, pero al rato volvió a ponerse firme mientras mi hermana me cabalgaba. Yo le chupaba las tetas ahora mientras de reojo veía como mi padre bajaba lentamente su bóxer y sacaba su erecta verga. Juro que me asombró que mi pija fuese tan parecida a la de él, parecían gemelas.

En ese momento, supe que mi padre se merecía un poco más y fui por ello. Acerqué mi oído al de mi hermana y le dije

-        Si estuviera papá acá ¿se la chuparías?

-        Aghhhh no me digas esas cosas

-        ¿Por qué? ¿te calienta?

-        Mmmmm – dijo mi hermana en un susurro

-        ¿Mucho te calienta?

-        Siii mucho

-        Imaginate que papá te da su verga para que la chupes mientras me coges así – le dije y la agarré de las caderas besándola con mucha pasión

-        Aghhhh me encanta, me vas a hacer acabar

-        ¿Y si aparece de verdad? ¿Se la chuparías?

Mi padre se acercaba y estaba a un metro. Yo no podía creer que Natalia no lo hubiese notado antes.

-        Siiii se la chuparía toda… - dijo ella

-        Chupásela, entonces – dije yo

Natalia abrió los ojos y vio como nuestro padre estaba con la pija en la mano y pajeándose lentamente. Lo miró, primero a su verga y luego a él a los ojos.

Mi padre le devolvió la mirada y le dijo

-        Me muero de ganas de verte con mi pija en la boca, Natu – así la llamaba mi padre

-        Agghhhhhmmmm – dijo ella

Ella me miró con cara de duda. Evidentemente era muy fuerte chupársela a su padre mientras su hermano la cogía. Yo supe que decir en ese momento

-        Chupásela – le ordené

-        Aghhmmmmm – Natalia se derretía

-        Chupámela, por favor… y no te pido más nada -  rogó mi padre

Mi hermana lo miró a los ojos y luego, volvió la vista a la verga de mi padre. Mi padre hizo un pequeño paso hacia adelante y acercó su erecto miembro a la boca de Natu, su hijita. Mi hermana sin despegar la vista de esa pija, abrió la boca y fue acercándose lentamente. Estaba a cinco centímetros. Mi papá, y el de ella claro, no aguantó y se acercó un poco más chocando el glande contra los labios.

Mi hermana, sabiendo que no habría paso atrás, agarró la verga con una mano la envolvió y se la metió en la boca lentamente. Ahora, mirando a su padre a los ojos.

Mi verga dio un sacudón dentro de la concha de mi hermana y ella pareció notarlo porque de su boca salió un

-        Aghhhh – y se metió la pija de papá mucho más adentro

-        Aggghhhhhhhh siiiii – decía nuestro padre acariciándole la cabeza

-        Mmmmm, te gusta chuparle la pija a papá? – le dije intentando provocarla

-        Aghhh aghhhh siiiii – dijo Natalia en un susurro

Era bastante perturbador tener a mi hermana tan cerca de mi cara chupando la pija de nuestro padre, pero la excitación pudo más y le dije

-        Papi, ¿vas a acabarle en la boca a tu hijita?

-        Aghhh ahhhhh – decía mi padre intentando controlarse

-        ¿La queres en la boca la leche de papá?  – insistía yo

-        Mmmmm seee – Natalia asentía con la cabeza

Creo que ese fue el detonante porque mi padre la agarró de la cabeza y comenzó a moverse lentamente para adelante y para atrás mientras eyaculaba en las fauces de mi hermana

-        Mmmmm – se relamía Natalia

-        Aghhhh te estas tomando la leche de papá? – decía yo

-        Aghh ahhhhhhhh ahhhhhh – se retorcía mi padre

-        Aghhhh estoy acabando yo también – dijo ella

-        Siiii? – pregunté yo

-        Aghhh ahhhh seeeee – susurraba ella

-        ¿Y queres que yo te llene la concha de leche? -  le pregunté a mi hermana

La respuesta me sorprendió

-        ¡No!  quiero que me acabes en la boca y sentir la leche de los dos

-        Aghhhhh – susurré yo

Natalia soltó la pija de nuestro padre y se arrodilló en la cama. Yo entendí la acción y me paré delante de ella y comenzó a chuparme la pija. Juro que por más que quise no duré ni 20 segundos.

-        Queres mi leche ahora? – le dije

-        Mmmmm – me miró y cerró lentamente los ojos para hacerme saber que sí, era lo que más deseaba

Cuando su lengua se movía por mi glande, pude sentir la leche de mi padre que oficiaba de lubricante y no sé porque motivo me calenté y comencé a acabar como un poseído

-        Aghh ahhhhhhhhhhhh – estoy acabando

Evidentemente la aclaración era para mi padre, ya que mi hermana estaba recibiendo el regalo en su boca.

-        Me encanta que seas así, Natu – dijo mi padre

-        Agghhh Mmmmm – Natalia chupaba mi pija y volvía a agarrar la verga de mi padre con la otra mano

-        Mmmmm – suspiró él

Natalia con la boca llena de leche se quitó mi pija y pasó a chupar la de mi padre. Así lo hizo alternadamente varias veces. Luego tragó todo y dejó nuestras vergas limpias y relucientes.

Yo pensé que todo terminaba ahí, pero Natalia tenía ganas de más. Fue así que volvió a acostarme en la cama y abriendo las piernas se sentó encima de mi cara para que le chupe la concha.

-        Aghghhhhhh haceme acabar, Juan – me ordenó

A mi padre se lo notaba contrariado y no tuvo más respuesta que decir:

-        Mejor me voy antes de que mamá sospeche

-        Bueno – dijimos con mi hermana

-        Gracias Natu – dijo mi padre

-        Aghhhhhh ahhhhha aghhhhhh, cerrá la puerta – dijo mi hermana que comenzaba a acabar

-        Aghhhhh mmmmmmmmmmm – yo chupaba desde abajo como un sediento

-        Agghhh aghhh acabo Juan! – decía mi hermana con tono firme ahora

-        Mmmmm – yo no cesaba de chupar

-        Aghhh ahhhhhh ahhhhh como me haces acabar hijo de puta! -  me dijo entre risas

-        No te desubiques con nuestros padres – le dije y estallamos de risa los dos

Natalia se acostó conmigo para besarme en la boca un rato largo. Ninguno se animaba a decir palabra sobre lo que había pasado.

-        Me quedaría a dormir con vos. Los dos desnudos – dijo mi hermana

-        Sabes que no podemos, pero… - le respondí

-        ¿Pero qué?  – su curiosidad pudo mas

-        Pronto me voy a mudar y ahí vas a poder quedarte a dormir alguna vez

-        ¿En serio?  – preguntó con brillo en los ojos

-        Sí, pero para eso falta un poco

-        ¿Tan bien te va en el trabajo?  – quiso saber ella

-        Mejor, mucho mejor de lo que te podés imaginar

Mi hermana me dio un beso en el cuello y se paró para cambiarse e irse a su cuarto.

 

(continuará…)

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