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Doble vida (25)
Recuerdo que esa noche dormí muy
perturbado por ese roce de la mano de mi madre en mi paquete, fue tal la
calentura que me generó que no pude evitar masturbarme para poder conciliar el
sueño
Al otro día me levanté y caí en la
cuenta que, en adelante, si quería desayunar debía hacerlo en un bar o en la
oficina porque no tenía nada de víveres en mi nuevo departamento. Pero era
domingo, así que agarré mi ropa deportiva y me fui trotando y caminando de a
ratos desde Puerto Madero a Barracas (no es tanto como parece) porque me había
dado cuanta que no estaba mi fiel compañera de los últimos tiempos: mi
bicicleta.
Llegué bastante sudado, a eso de
las 11 y solo mamá y papá estaban levantados. Terminé desayunando unos mates
con ellos. Insistieron en que me quedara a almorzar con ellos y no dudé ya que
mi papá hizo un asado muy bueno. Quise mostrar mi colaboración y lo acompañé a
la carnicería de Raúl para ir a buscar la carne que había encargado
Cuando íbamos en el camino
hablando empezamos a hablar del departamento y mi padre hizo un comentario que
desató todo lo que vino después
-
En ese departamento te vas a llevar minas a lo
loco
-
¿Que decís? ¡Si yo tengo menos minas que un
lápiz! – le dije riéndome
-
Bueno, yo conozco a una… - y no siguió
-
Bueno, a esa que conocemos la vas a tener más
cerca y para vos solo ahora – le digo
-
Si, fue muy caliente lo del otro día, ¿no? – reconoció mi padre
-
Es que Natalia es muy caliente – le dije yo
-
Salió a la familia – mi padre parecía dispuesto
a hablar
Aproveché que llegamos a la
carnicería para hacer una pausa y cuando estaba por retirar el asado y los
chorizos, le pedí a Raúl que me agregara 2 mollejas y un trozo de ojo de bife.
Lo pagué y mi padre me miró
-
Se nota que te está yendo muy bien, ¿no?
-
Mucho mejor de lo que nunca imaginé
-
Siempre tuviste mucha capacidad, lo que cambia
es que ahora te enfocaste – dijo mi padre
Empezamos a volver caminando y
quise retomar el rumbo de nuestra antigua conversación
-
¿Sabes una cosa?
-
¿Que? –
me dijo él
-
Creo que Nati me ayudó mucho
-
¿Como?
-
Cuando empezamos a… - no me animé a ponerle
verbo
-
Coger – mi padre sí se animó
-
Bueno, eso, creo que me empecé a esforzar en una
dieta para agradarle a ella de manera definitiva y que el rechazo que sentía
por mí se transforme en otra cosa
-
No es lo más normal del mundo que dos hermanos
cojan – dijo mi padre
-
Bueno, en tal caso, que le chupe la pija al
padre, tampoco - me defendí
-
Sí, claro. A lo que iba es que si sirvió para
todo lo que estas consiguiendo… - mi padre no veía con tan malos ojos nuestra incestuosa
relación entre hermanos
-
Sí, creo que empecé a darme cuenta que si me lo
propongo puedo conseguir cosas importantes.
-
Ya lo creo, mirá que cogerte a tu hermana
después de lo que te odiaba – rió mi padre
-
Vos también te la vas a coger – le dije
-
No sé, lo que pasó hasta ahora fue porque ella
estaba muy caliente. – dijo él
-
Pa, Natalia es muy caliente y se anima a todo,
olvidate
-
Salió a la mamá, jaja
Mi padre dijo eso y me hizo volar
de calentura. Después de todo lo vivido el día anterior en mi departamento y
encima ese comentario hicieron que mi cabeza volara
Mi padre advirtió mi silencio y
me preguntó si me había molestado el comentario acerca de mi madre. Le dije que
no, que no había problema.
Llegamos a casa y a preparar el
asado entre los dos mientras nos habríamos unas cervezas Heineken (otra de mis
compras para ayudar a la familia, jeje)
El almuerzo estuvo por demás
divertido y en varias ocasiones sonó la palabra despedida porque me había ido a
Puerto Madero. Natalia me decía que ahora era millonario. Mamá que yo era rico
y papá jugaba con que me tenía que pagar unos asados como estos de ahora en
adelante.
A la tarde, me volví en bicicleta
al departamento, es muy lindo Puerto Madero para andar en bicicleta, recuerdo
que pensé. Recordé que ahí estaba la reserva ecológica y fui hacia allí. Antes
de entrar pregunté a un grupo de chicos si podía ingresar con la bici. Por
supuesto, me respondieron. Fue hermoso el paseo, sentía que me había ido al
bosque, a otro lugar y estaba a metros de mi nuevo hogar. Creo que me estaba
enamorando de mi nuevo barrio. No quería traicionar a mi querido Barracas, pero
esto era definitivamente “otra liga”
Cuando llegó al edificio, el de
seguridad me detiene y me dice que no es necesario que lleve mi bicicleta al
departamento que podía dejarla en un sitio especialmente asignado para esto. No
dudé y ahí dejé mi bicicleta, a escasos metros y vigilada por cámaras.
Definitivamente era hermoso ese edificio.
Tuve la idea de recorrer el
edificio y pasé por el gimnasio en donde vi varias mujeres y hombres entrenando
y me llamó la atención para ser un domingo por la tarde. Después pasé por la piscina,
pero como todavía no hacía mucho calor, no había nadie. No pude evitar
imaginarme a muchas vecinas en malla.
Empecé la semana y el trabajo me
absorbió por completo y recién cuando llegaba la mitad de semana un chat con mi
hermana me hizo volver a mis más turbios y excitantes pensamientos
Eran las 19.30 y aún seguía en la
oficina cuando me entra un mensaje de Natalia, mi caliente hermanita
-
¿Como anda mi hermano empresario? Ya no me da más
bola
-
¡Hola hermanita! ¿Como estas?
-
Muy bien, un poco sola y abandonada
-
¿Estas en casa?
-
Si, en mi cuarto, solita…
Ese corto diálogo ya me calentó
en sí mismo y decidí que era momento de dejar de trabajar y cerré todo y me fui
a mi nuevo departamento. Bajaba por la calle Sarmiento hacia puerto madero,
cuando entró otro mensaje de mi hermana
-
¿Vos? ¿Estás solito en ese departamento hermoso?
-
No, recién salgo de la oficina, voy para allá
-
¿Cuánto tardas?
-
Caminando serán unos 10 minutos
-
Bueno, te dejo tranquilo, escribime cuando
llegues
Me pareció que estaba
despreciando un poco a mi hermana, pero en Buenos Aires no es aconsejable andar
con el celular muy expuesto, de modo que lo guardé en el bolsillo del pantalón
y me fui a mi departamento
Entré y luego de saludar a
Ernesto, el vigilante del turno noche, me fui a mi departamento y ni bien crucé
la puerta me empecé a escribir con mi hermana
-
Hola Nati, ya llegué
-
¿Como estas?
-
Bien un poco cansado
-
Mamá quiere ir a llevarte unas milanesas, podría
ir yo…
-
Cuando quieras, siempre sos bien recibida y con
milanesas, mas – le escribí
-
¿Te cuento una cosa?
-
Si, Contame
-
Con papá estoy cada día más caliente, también –
me confesó
-
¿Eso de “También” es porque el otro con el que
estás caliente soy yo?
-
Sabes que si
-
Ah bueno, mejor entonces
-
Te gustaría que te cojamos entre los dos – me
atreví a escribirle
-
Ayyyy Juan no me escribas esas cosas * EMOJi de
FUEGO
-
¿Te gustaría que te la meta en el culo papá o
yo?
-
Los dos, una vez cada uno
-
Estoy re caliente – le confesé
-
Yo me estoy tocando
-
Yo también – le mentí porque no quería pajearme
-
Voy a acabar en cualquier momento – me decía
ella
-
Quiero que acabes pensando que tenés la pija de
papá en la concha y la mía en el culo
-
Aghhh ahhhhh ahhhh estoy acabando HDP – me
escribió mi hermana
-
Me encanta que acabes - le puse
-
¿Vos vas a acabar?
EN ese momento me dije ¿por qué
no? Y saqué mi verga para hacerme la primera paja en mi nuevo departamento. Era
una especie de inauguración.
Fui a buscar papel higiénico y me
tendí boca arriba y totalmente desnudo en la cama. Comencé a sacudirme la verga
y le escribí a mi hermana
-
Quiero que me hagas acabar vos
-
Solo mirá el teléfono, yo escribo - me puso
-
Dale
-
Quiero ir a tu departamento y después irnos a la
pileta de la terraza. Después meterme bajo el agua y empezar a chuparte la
pija. Vos miras para todos lados y notas que hay una chica que se da cuenta de
la situación, yo salgo del agua a cada rato y te beso, pero vuelvo a sumergirme
y te chupo la pija. Ella viene y se tira cerca de nosotros y se mete debajo del
agua para mirar cómo te la chupo. Cuando sale del agua la miro y le pregunto si
se anima a chupártela ella
-
Aghhhh Natiiiii estoy acabando
-
Seeeee te la chupa y yo te beso en la boca
De mi verga salieron unos chorros
que cayeron en todo mi pecho. Los recogía con el papel higiénico y me fui
limpiando. Cuando miro el teléfono nuevamente tengo un audio de mi hermana que
decía
-
Me encanta hacerte acabar, hermanito, pero más
me gusta que vos me hagas acabar a mí. Besos. Pronto te llevo unas milanesas.
Esa noche dormí muy relajado.
Al otro día tuve mucho trabajo.
No quiero caer en redundancias, pero el trabajo era muy intenso, sobre todo sin
Ricardo. Es verdad que ganaba muy bien, pero cada vez entraban más pedidos y no
quería que se perdiera nada por el camino. Los controles eran muy importantes
en toda la operación.
Por suerte, ese día parecía que
todo terminaba bastante temprano. En eso estaba cuando recibo un mensaje de mi
mamá que iba a ir al departamento a traerme unas milanesas que había hecho. Le
dije que entre y que las deje y que nos encontráramos en un bar llamado El
Boleo que está a dos cuadras del departamento y la invitaba a tomar algo.
Llegué y la vi hermosa, realmente
no aparentaba su edad. Iba vestida con un pantalón negó ceñido, unos tacones y
una camisa blanca con volados y bastante transparente, aunque no se divisaba
nada porque llevaba un corpiño del mismo color.
Nos atendió una camarera muy
amable y nos trajo un Aperol para mi mamá y un gin tonic para mí. Empezamos a
beber y se me ocurrió pedir una pizza y renovamos los tragos
-
Noooo, otro trago no! – decía mi mamá riendo
-
¡Dale, ma! Disfrutá un poco – le dije
-
No estoy acostumbrada a tomar más de un trago –
decía ella
Vino la moza con los dos tragos y
la pizza que estaba muy bien y seguimos charlando con mamá. En un momento, pasó
un chico vendiendo flores y me dijo ¿“no te parece que tu novia se merece unas
flores?” Sí, claro, le respondí y le compré un ramo y se lo regalé a mi mamá
-
Gracias mi amor – me dijo y me dio un beso
nuevamente en la comisura de mi boca
-
Gracias a vos por compartir esta tarde conmigo –
le dije ya un poco caliente
A ella se la notaba achispada y
riendo por demás. Quizás fue por eso que hizo ese comentario.
-
Voy a sentirme muy bien con vos.
-
¿Si? ¿Por qué?
-
El chico que me confunde con tu novia y el otro
día… - no quiso seguir
-
¿El otro día que? – le dije
-
¡Pude ver que mi culo todavía calienta a un
joven, como vos! – dijo ella y se echó a
reír como loca
Mi verga comenzó a pararse y
también por efecto del alcohol fue que le dije
-
Tu culo solo, no. Vos toda, estas para calentar
a cualquiera – me atreví
-
Ayyyy gracias se ruborizó
En ese momento pude percibir dos
cosas. La primera, es que los pezones de mi madre parecían erguirse debajo de
la blanca tela de la camisa y la segunda es que empezaban a caer unas gotas
sobre nosotros que estábamos al aire libre
Aunque se cortara un poco la
onda, ya nos quedaba muy poco de bebida y nada de la pizza. Fue entonces que le
dije:
-
Mami, pago y vamos porque están cayendo unas
gotas
-
Ay la estaba pasando tan lindo con esta vista
Mi mamá miraba en dirección al
puente de la mujer y las luces de la ciudad que comenzaban a encenderse y me
dio un poco de lástima que todo se cortara de esa manera
-
¿Vamos al departamento y miramos por la ventana
que tenemos una vista re linda, te parece? – le dije
-
Se va a hacer muy tarde – se excusó ella
-
Después te pido un Uber – le dije
-
O me quedo a dormir – dijo riendo
-
Serías la primera mujer que lo hace – le dije
-
Una madurita – mi madre estalló en una carcajada
Salimos hacia el departamento y
se largó una lluvia terrible. EN las dos cuadras que caminamos nos empapamos de
pies a cabeza. Entramos como pudimos rápidamente y apenas si saludé al personal
de seguridad.
Entramos en el ascensor y fue ahí
cuando la vi y me di cuenta que con la lluvia se le transparentaban el corpiño
y la camisa, dándole a sus tetas una visión maravillosa
Podía ver por primera vez el
pezón oscuro de mi madre que contrastaba con la blancura de su piel y de la
camisa. Fue tan obvia y descarada mi mirada que ella agachó la cabeza para
mirarse. Cuando la levantaba lentamente, la detuvo a la altura de mi bulto que
era una carpa tremenda
-
Ah bueno, veo que no solo con mi culo te
despierto eso – dijo mirando mi paquete
-
No, mami, sos hermosa, estás hermosa así. – le
dije
El ascensor se abrió y nos sacó
de esa fascinación con la cual nos estábamos mirando.
-
Entremos, vení – dije y la tomé de la mano
-
Si, vamos – ella la agarró y no la soltó
Metí la mano en el bolsillo y
saqué la llave. Me costó abrir la puerta con una sola mano, pero lo hice, no
quería soltarla.
Cuando entramos la llevé directo
al baño y le dije
-
Vamos a secarnos – entonces la solté para buscar
un toallón
Me puse a abrir un pequeño placard
en donde había dos toallones y luego me giré para verla y lo que vi me dejó
atónito.
Mi madre se estaba sacando la
camisa y quedando en un hermoso sujetador transparente, blanco y de encaje
-
Sacate la ropa que estas todo mojado y te vas a
enfermar – no pudo dejar de ser madre ni en ese momento
-
Si si – me apuré yo
Rápidamente me quité los zapatos,
la camisa y el pantalón quedando en bóxers con una carpa que era un escándalo,
por donde se lo mire.
En ese momento, para evitar
mirarla directamente a ella elegí mirarla a través del espejo. Ella hizo lo
mismo y me miró a los ojos, diciendo
-
Veo que sigo provocándote una linda carpa
-
Si, mami, sé que está mal, pero no puedo
evitarlo – le confesé
-
No sé si está mal, pero a mí me gusta que se te
pare por mi
-
Si mami, se me pone re dura cuando te veo… - no
me animé a seguir
-
¿Cuando me ves que? ¿Las tetas? – continuó ella
-
Si, mami, las tetas – pude terminar
En ese momento mi madre hizo algo
que no me esperaba de ninguna manera y una mano me acarició el bulto por encima
de la fina tela del bóxer
-
Ayyyy – me asusté en ese momento
-
No te asustes, dejame sentir lo que provoco –
dijo ella mirándome a los ojos, siempre a través del espejo
-
Aghhh siii, mami. – susurré
Mi madre ahora comenzó a pajearme
suave y dulcemente agarrando mi pija desde el exterior con la tela de la fina
prenda interior
-
¿Te gusta? – me dijo
-
Si, mami
-
Queres que mamá te ayude a descargarte?
-
Si, mami, siiii – le rogué
Fue entonces que mi mamá se
acercó un poco más y tomando el elástico del bóxer metió ambas manos a los
costados y lo bajó liberando mi dura pija que babeaba liquido pre seminal a
borbotones como un recipiente que se derrama después de sobrepasarse
Ella supo que tenía que hacer.
Calculó cada movimiento y se puso detrás de mí y me habló al oído mientras
comenzaba a pajearme y me miraba a través del espejo, como durante todo el
tiempo
-
Tenés una pija hermosa, Juan – me dijo
-
¿Si, mami, te gusta?
-
Mucho, ¿y a vos? ¿te gusta que mamá te pajee?
-
Me encanta, siiii
Sentir la calidez de la mano de
mi madre envolviendo mi verga y deslizándose con suavidad era algo que ni en
mis mejores y más húmedos sueños imaginé
El calor de su aliento en mi oído
y su mano pajeándome, la mejor combinación que puede haber.
-
Quiero que te descargues y saques toda la leche
-
Aghh mamiiii – escuchar esas palabras me
llevaban al extremo del placer
-
Dale, dame toda la leche
-
Aghhh voy a acabar mami – dije en un susurro
Mi mamá supo lo que tenía que
hacer. Apuntó la punta de mi verga a la pileta y en el oído me susurraba
mirándome, como siempre, por el espejo
-
Me gusta pajearte, Juancito
-
Aggghhhh ahhhhhh
-
Siiii asiiiii acabá asiiii
Salió un primer chorro que golpeó
en la pileta, mi madre no calculó el segundo que paso por encima de la canilla
e impactó en el espejo manchándolo, el tercero y cuarto fueron más controlados.
Cuando hubo terminado todo, mi
madre empezó a limpiar como si no hubiese ocurrido nada. Yo no supe que hacer
ni que decir. Solo atiné a decir
-
Mami, quiero que vos también goces
-
No te hagas problema, mi amor que yo lo disfruté
mucho
-
Pero…
En ese momento me dio un beso en
la boca, corto, sin abrirla, pero permaneció unos segundos para que yo me calle
definitivamente
Yo la apreté contra mí y la
agarré fuerte de la cola. Ella deshizo el abrazo y comenzó a buscar un secador
de pelo para su cabello y su camisa.
-
Andá a buscar algo para ponerte – me ordenó
-
Si mami – le dije
A los 20 minutos mi madre me
estaba diciendo que le pida el Uber para volver a casa. Yo me sentía tenso y no
sabía cómo encararla.
Armándome de valor, cuando la
despedí, le dije:
-
Algún día me gustaría ser yo quien te de placer
a vos
Su respuesta me sorprendió tanto
como su mirada de deseo:
-
Lo tomo como una promesa, entonces
Me dio un beso corto, muy corto
en la boca y salió por la puerta
(continúa acá)
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