Luciano subió y le dijo a Sofía
que terminara de ducharse y baje, que luego se ducharía él. Así lo hizo ella,
se cambió y bajó al encuentro de su comprensiva suegra
-
¿Cómo estás?
-
Bien, dijo sonrojada
-
Me alegro, ¿la pasaste bien?
-
¡Muy bien! Dijo haciendo énfasis en el muy
-
Me encanta que hayas tenido una primera vez
linda, no todos la tuvimos así
-
Es que vos sos muy buena, nos ayudaste mucho
-
Era importante que estén relajados
-
Gracias, la cara de Sofía se iluminaba de
gratitud
-
Lo que necesites, sabes que podés contar
conmigo.
-
Gracias, María
-
Meri, para vos soy Meri.
-
Gracias Meri
Esa misma noche María recibió un
mensaje por WhatsApp de un número desconocido, al abrir la foto, pudo ver que
era Sofía
-
Hola Meri
-
¿Cómo estás?
-
Más o menos
-
¿Qué pasa?
-
Me duele un poco, ya sabes…
-
Ah, ¿ahí abajo?, María quería ser suave
-
Si
-
¿Podes esperar a mañana?
-
Sí, creo que si
-
Bueno, mañana vení a verme y vemos
-
SI, gracias
-
Pero quedate tranquila que no pasa nada
-
Bueno, gracias Meri
-
No tenés porque agradecerme.
-
Si, con mi mamá nunca podría hablar estas cosas
-
Adiós, hermosa, descansá y mañana nos vemos
-
Meri, te puedo decir algo…
-
Sí, mi amor decime
-
Te quiero
-
Gracias hermosa, yo también a vos, y me encanta
que mi hijo esté con vos
María quedó shockeada con las
palabras de Sofía. Le costó volver a la realidad de la cena con su hijo.
Esa noche le permitió a Luciano dormir
con ella, pero le pidió que no hicieran nada por respeto a Sofía.
En la cama, se produjo un diálogo
que en algún momento iba a llegar y era mejor no dilatarlo.
-
Mami, ¿no estás celosa de Sofía?
-
Un poco sí, no te voy a mentir…
-
Pero… dijo Luciano
-
Pero sé que es una buena chica y es lo mejor
para vos
-
Gracias mami, por ser tan comprensiva
-
Soy una madre moderna, demasiado me parece
-
Una madre moderna y hermosa
Luciano ya se abalanzaba sobre su
madre.
-
Esperá un poco, dejala descansar que debe estar
un poco dolorida
-
Es verdad, ¿cómo sabes?
-
La concha de Sofía es nuevita y te debe haber
apretado un poco
-
Si si, es así
-
¡Viste! Descansá que es lo mejor
María estaba vestida con un
pijama enorme para no tentar a su hijo de ninguna manera. Pese a esto él la
abrazó y se durmió a su lado, ocupando el lugar que su padre estaba dejando
hasta que regresara
Al otro día se despertaron juntos
y María no recordaba que había dormido junto a su hijo, cuando miró hacia su
lado, él tenía una carpa tremenda en su calzoncillo. La concha se le mojó
instantáneamente y luchó para no agarrarlo y despertarlo con una chupada de
pija de mamá caliente.
Se levantó sigilosa y se puso a
hacer el desayuno, al rato le pegó un grito para que se despierte y vaya al
colegio.
Desayunaron juntos y Luciano se
despidió con un beso en la boca y su madre lo correspondió
Diez minutos más tarde, suena una
notificación en el celular de María. Era Sofía.
-
¿Puedo ir a tu casa?, Meri
-
Hola Sofi
-
Perdón, no te saludé
-
No pasa nada, ¿pasó algo?
-
No, bueno, sí, es que no me duele ahí, pero me
molesta un poco y te quería preguntar
-
Dale, vení
María sabía que ese dolor no era
nada y que pasaría rápidamente. Los músculos se relajan y se acostumbran.
A los 15 minutos y entró Sofía
con su uniforme escolar. Era una jovencita hermosa. De rasgos muy delicados,
parecía una muñeca de cara. La inocencia que trasmitía su rostro era tal que no
podía creer que era quien le chupaba la pija a su hijo delante de ella. Un
temblor de excitación le recorrió el cuerpo a María y la hizo pasar.
-
Pasá, mi amor, le dijo María
-
Hola Meri, estoy un poco nerviosa
-
No te hagas problema
-
¿Y si me pasó algo?
-
No te pasó nada, pero vení, vamos arriba y vemos
-
Bueno, dice Sofía y sube la escalera delante
Como si lo hubiera hecho a
propósito, María se retrasa y la mira subir desde abajo y una bombachita blanca
toda metida en la cola aparece debajo del jumper mientras Sofía sube la
escalera. María se muerde el labio sin proponérselo y sube la escalera ¿puede
haber llegado a la instancia de calentarse con la novia de su hijo? Sí que
puede
-
Andá a mi habitación, dice María
-
Bueno, obedece Sofía
-
¿Dónde te duele?
-
Acá, dice Sofía y se señala
-
Hagamos una cosa…
-
Sí, ¿me habré hecho algo? la interrumpe Sofía
-
No, quedate tranquila
-
Y me arde un poco
-
¿Afuera?
-
Si, dice Sofi
-
Queres que te mire?
-
Me da vergüenza
-
No te hagas problema. Queres desvestirte?
-
Bueno
Sofía se saca el jumper y queda
parada en la habitación con la camisa, la corbata y la blanca bombachita. Se
siente perturbada, pero a la vez, excitada. Le viene a la mente el recuerdo de
haberla mirado a los ojos a su suegra mientras le chupaba la pija a Luciano. Un
temblor le recorre el cuerpo y se ruboriza aún mas
-
¿Te pasa algo?
-
Estoy un poco nerviosa
-
Estamos en la escena del crimen, acá sucedió el
hecho, dice María en tono de chiste
-
Jajaja se ríe Sofía
-
Sentate en la cama, le ordena María
-
Bueno, obedece la niña
-
Así está muy bien
-
Me saco la bombacha, pregunta
-
Si, mejor
Sofía se saca la bombacha, se
sienta en el borde de la cama y abre las piernas. María por su parte se
arrodilla frente a Sofía y la observa desde unos 50 centímetros acercándose de
a poco. Apoya una mano en el suelo y se acerca más.
La concha de Sofía es hermosa,
rosada y de labios aparentemente muy suaves. Tiene una pequeña y cuidada mata
de pelos arriba y, ahora que observa con un poco de detenimiento, parece apenas
húmeda. ¿Se estará excitando? Es apenas una jovencita ¿puede tener deseo en
este momento? María sintió que ella también se mojaba
-
Veo algo…una cosa
-
¿Qué cosa?
-
Maravillosa, jajaja
-
De qué color
-
Rosadita
-
Jajaja
-
No tengas miedo, tenés un poco irritado, pero es
parte del rozamiento de esa zona
-
Ah
-
Esperá. No te muevas
María se levanta y va al baño. Se
mira en el espejo y se reconoce a sí misma muy caliente. No debo calentarme y
mucho menos intentar nada con la novia de mi hijo, se dice a si misma mientras
busca una crema para controlar las irritaciones en esa zona. Se mira en el
espejo nuevamente y se ve hermosa. Lleva una remera sin corpiño y sus pezones
están duros e hinchados. Se mira nuevamente a espejo, mete una mano dentro del
short y se mete dos dedos en la empapada concha, los saca y se mira mientras se
los mete en a boca.
-
¿Pasa algo? la voz de Sofía la saca de su ensimismamiento
-
No, ya está, no la encontraba
-
¿Qué cosa? Pregunta Sofía intrigada
-
Esto, dice María mostrándole la crema en la mano
-
¿Qué es?
-
Es para pasarte por la zona que está un poco
irritada
-
Ah, dice Sofía
María vuelve a mirarla y está
como cuando ella se fue, abierta de piernas y totalmente exhibida ante ella.
Hace el gesto de ofrecerle la crema y Sofía le pide
-
¿Me la podrás pasar vos?
María sufre un temblor que afortunadamente
no es percibido por la joven.
-
Bueno, dice, no duda
-
Gracias
-
A ver, dice, tratando de sonar profesional
-
¿Tengo algo mal? Pregunta Sofía
-
Todo lo contrario, dice María
-
¿Que queres decir? No entiendo
-
Disculpame que seas la novia de mi hijo, pero tenés
una concha hermosa
María no puede creer que salieron
esas palabras de su boca. Se arrepiente y está a punto de excusarse, cuando ve
que una gota de excitación recorre los labios menores de esta hermosa
adolescente.
-
Gracias, dice sosteniéndole la mirada
-
Es suave y hermosa
-
¿Si? Pensé que eran todas iguales
-
¡No! Dice, la tuya es muy hermosa
-
Gracias, ¿pero que tiene?
-
Mirá, dice María
En ese momento entró María en un
estado de enajenación y rozó con el dedo pulgar la concha de Sofía.
-
Aghhh, se asustó Sofía
-
Perdón, ¿te asuste?
-
Sí, pero no importa
-
Te decía que es suave
María, como estaba de caliente,
siguió pasándole el dedo pulgar rodeándola por completo y en un momento sintió
la lubricación de la pequeña. Era total. Se preguntó a sí misma si debía avanzar
o no. Fue Sofía la que le permitió avanzar
-
Me gusta lo que me haces, Meri
-
¿Si?
-
Sí, me relaja
-
Te puedo relajar más, pero…
-
¿Pero qué?
-
No sé si corresponde…
-
¿Porque?
-
Sos la novia de mi hijo y podrías ser mi hija y…
-
No importa, si me relaja más, quiero que lo
hagas
-
A ver, que te parece esto…
Con el dedo pulgar lo pasó por el
centro de la concha que estaba extremadamente mojada y subió hacia la zona
clitoriana.
-
Mmmmm, Sofía gozaba
-
¿Te gusta?
-
Mucho, Meri
-
Entonces esto te va a gustar mas
El dedo pulgar toca el clítoris
hinchado de la muchacha como si fuese un timbre y siente que ella se sobresalta
-
Aghhhh
-
¿Eso te gusta?
-
Mucho, mucho
-
A ver esto…
Con la otra mano le mete un dedo
en la húmeda concha y sigue frotando el clítoris con el pulgar de la otra
-
No sé qué me estás haciendo, pero no pares,
decía la novia de su hijo
-
Estoy jugando un poquito
-
Me gusta este juego, Meri
-
Y puedo hacer que te guste más…
-
¿Mas?
-
Si…
María arrodillada la mira a los
ojos. Sofía le sostiene la mirada.
-
¿Lo hago? Le pregunta María
-
Si, por favor
Le mete ahora dos dedos en la
concha y agachando la cabeza reemplaza el dedo pulgar en el clítoris por su
lengua. María empieza a chupar el clítoris con desesperación y abraza el muslo
derecho de Sofía con su brazo derecho. Ni bien termina de hacerlo, nota como el
cuerpo de Sofía empieza a temblar en un orgasmo
-
Aghhhhh aghhhh ahghhhh
-
Mmmmm, mmmmmm, chupaba maría
-
Siiiii, Meri, chupame, así, por favor….
-
Mmmmm, te gusta?
-
Me encanta como me chupas…
María baja aún más la cabeza,
saca la lengua y recorre todo el largo de la concha de la jovencita y vuelve a
centrarse en el clítoris.
-
Aaaaggg mmmmmm, aghhhhh, ssisiiiiiiiiiiiiiiiiiii
-
Mmmmm, María chupa y bebe el néctar de la
pequeña
Sofía se recompone levantando la
cabeza y apoyando los codos en la cama. La ve a su suegra metida entre sus
piernas y no puede creer como se dejó llevar tan lejos. No le importaba, seguía
gozando y eso le gustaba y mucho. Mira con atención y ve como una mano de María
está metida dentro de su propia bombacha y se toca con frenesí. Eso la calienta
aún más y se lo hace saber a su caliente suegrita:
-
Me encanta ver que te estas tocando…
-
¿Si? Queres ver mejor? María está desatada
-
¡Si! Responde Sofía muy caliente
-
Mirá!
María se pone de pie y en 10
segundos se saca toda la ropa quedando completamente desnuda ante la joven
novia de su hijo. La mira a Sofía y se toca la concha. Sofía le sostiene la
mirada y se saca lo que le queda de ropa (la corbata, la camisa y el corpiño)
-
Ahora estamos las dos desnudas, dice Sofía que
está caliente como un volcán
-
Vení, tocame, le ordena María
-
Si, esperaba que me lo pidieras
-
¿No te animabas?
-
No
María se acerca a Sofía y la toma
de la cara, le corre el cabello y la besa en la boca. Sofía abre muy grande la
boca y la recibe con su lengua. Se empiezan a besar con una desesperación
total. El desenfreno se apodera de las dos y en segundos están tiradas en la
cama. Se besan más. Se tocan. Se chupan y se muerden. Vuelven a besarse y se
acomodan para tocarse mejor y chuparse también. Sofía, más inexperta, colabora
con todo lo que le pide su suegra. Se acomodan en una posición en la que Sofía
queda muy cerca de la concha de María y no duda, comienza a chuparla con
auténtica pasión. Nunca se imaginó a sí misma haciendo esto, pero lo hacía muy
bien por ser su primera vez.
Ninguna de las dos imaginó llegar
tan lejos, pero ahora estaban entregadas a la pasión total y no podían, ni
querían reprimirse.
Se chuparon todo el cuerpo. Cada
una a la otra. Cuando digo todo el cuerpo, es todo el cuerpo. Las lenguas
recorrían sin pudor axilas, brazos, piernas, cuello, ano, pies de cada una de
la otra.
Terminaron duchándose juntas y
enjabonándose una a otra. Salieron con el pelo húmedo y estaban cambiándose
cuando oyen la puerta de abajo que está abriéndose.
-
Luciano? Sos vos?
-
¡No! Dice el padre de Luciano
-
Sergio? Sos vos?
-
Si, volví antes y quise darte la sorpresa
-
Ya bajo
Miró a Sofía y el pánico se apoderó de las dos
Continúa