Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mamá caliente (23)

 


Sofía y su madre estaban desnudas en la cama, luego de masturbarse y parecían más relajadas. Ahora, a Eugenia le intrigaba saber que tenía su hija para contarle y no le dio más vueltas al asunto

-        ¿Y vos qué hiciste?

-        Algo muy zarpado

-        Si me prometés que no me vas a juzgar, te lo cuento todo, mami

-        Te lo prometo

A Sofía, le costaba muchísimo abrirse con su madre, aún después de haberse masturbado juntas en la cama y de haberla visto chupándole la pija a su novio

-        No, mami, tenés que jurármelo

-        ¿Tan grave es?

-        No sé si grave es la palabra…

-        ¿Cuál sería la palabra?

-        Fuerte, muy fuerte

-        ¿Más que lo que yo te conté?

-        Si, por la relación que hay entre las personas

-        Bueno, te juro que no te voy a juzgar, pero primero hagamos una cosa…

-        ¿Qué cosa?

-        Bajemos a tomar algo y a comer porque estoy famélica

Eugenia, había caído en la cuenta de que no probaba bocado desde hacía más de 8 horas. Sofía hizo el amague de vestirse y su madre la detuvo.

-        Hagamos una cosa, ¿te animas a estar desnuda conmigo en la casa por un tiempo?

-        No se…

-        Sería como una prueba para mostrarnos más y abrirnos

-        Nunca practiqué el nudismo, decía Sofía

-        Es muy lindo

-        ¿Vos sí, mami?

-        Sí, otro día te cuento

-        Cuantas cosas que tenés para contar…

-        Sí, ¿dale? ¿Vamos así desnudas a la cocina?

Fueron desnudas. Caminaban una detrás de la otra. Al principio, con un poco más de recato, pero después, se fueron distendiendo. Comían en la mesa alta de la cocina y se miraban y se reían. Sofía estaba contenta de descubrir que su madre era calentona como ella. El contraste de ambas era hermoso: si bien eran muy parecidas, las pequeñas arrugas en el rostro de Eugenia y las tetas hechas duras y desafiantes, por un lado, y por el otro, Sofía con la piel tersa, las tetas pequeñas y turgentes y esa cara de niña traviesa que se escondía en su rostro angelical.

-        Volvemos a la cama y me contás, dijo Eugenia

-        Sí, vamos, mami, dijo Sofía

Sofía se acomodó desnuda como estaba y comenzó a contarle a su madre. Primero, empezó contándole el episodio de Luciano masturbándola en el boliche y la pareja de al lado con la que se miraban mutuamente

-        Ah saliste a mami, exhibicionista

-        Jajajaa

-        ¿Que más? No creo que sea eso lo “tan fuerte” que tenés

-        No tengo más. Mucho más.

Siguió contándole que fue a lo de su suegra porque le dolía un poco la vagina y sentía una molestia y que ella la vio completamente desnuda. En ese momento, Sofía dudó si contarle la experiencia y le hizo una pregunta muy íntima a su madre

-        Mami, ¿alguna vez estuviste con una mujer?

-        ….

Eugenia se quedaba en silencio. No sabía si confesarle eso a su hija y no quería mentirle tampoco.

-        ¿Tomo eso como un sí?

-        Sí, tomalo como un si

-        Bueno, eso me da más tranquilidad para contarte lo que tengo que contarte

-        No me digas que con la madre de Luciano…

-        Si… mami, se ruborizó

-        No te puedo creer…Eugenia se asombraba

-        Si, a la madre de mi novio

-        ¿Ella te sedujo?

-        Las dos, no puedo culparla

-        ¿Cómo fue?

-        Mirá que es muy fuerte, mami…

-        No me asusto de nada, tengo tanto para contarte…

-        Que intriga me da eso, se entusiasmó Sofía

-        Te voy a decir una cosa antes de que me cuentes nada

-        ¿Que mami?

-        Yo tuve una vida sexualmente muy activa y diversa

-        ¿Si?

-        Sí, muy, así que podés liberarte y contarme todo lo que quieras sin reprimirte en nada

-        Claro, vos fuiste muy explícita cuando me contaste la fiestita esa, jajaja

-        Si, por eso te digo, podes hablar tranquila

-        Gracias mami, me relaja mucho lo que me decís

-        Bueno, a partir de ahora, creo que nosotras vamos a tener otro tipo de relación, ¿no?

-        No lo dudo, dijo Sofía y un brillo de excitación pareció apoderarse de su mirada

Eugenia tenía claro que estaba mal lo que estaba haciendo con su hija. Masturbarse en compañía era el primer paso de otras cosas que podían llegar a pasar entre ellas, encima ahora le iba a contar como se había acostado con su suegra, la madre de Luciano, la cual tenía su misma edad. Toda una locura

-        Bueno, mami, como te contaba, Meri…

-        Ah Meri se llama la madre de Luciano

-        Sí, ¿estás celosa?

-        Un poco sí.

-        ¿Por qué?

-        Porque confiaste más en ella que en mí para contarle algo tan íntimo y por…

-        Bueno má, vos pensá que esta confianza que hoy tenemos hace unos días no la teníamos

-        Es verdad

-        ¿Y porqué más estás celosa?

-        Por las cosas que le habrá hecho a mi hijita…

-        Si te cuento…Sofía sonaba excitada

-        Contame, ya veo que te calienta

-        Te digo la verdad, me acuerdo y me mojo, dijo Sofía totalmente

-        Uffff, Contame

-        Bueno, ¿te cuento con lujo de detalles o por arriba?

-        Con lujo de detalles, no te asustes si me toco cuando me contás

-        No, yo no creo que pueda reprimirme tampoco

-        Dejame estar más cerca, dijo Eugenia y acercó su cuerpo desnudo al de su hija

Eugenia tuvo que reprimir las ganas de acariciar la piel suave y delicada de su hija. La recorrió con la mirada deteniéndose en cada parte. Sofía la miró

-        ¡Como me miras, mami!

-        Sí, es que sos hermosa

-        Vos también

Sofía miraba descaradamente las tetas de su madre.

-        Pero es que vos, tan joven con esa piel

Eugenia acarició el costado de la cintura de su hija

-        Bueno, te voy contando.

-        Dale

-        Una vez yo estaba arrodillada en el cuarto de Luciano…bueno…

-        Chupándole la pija

-        Sí, mami, gracias.

-        En ese momento miro para el costado y me pareció verla a Meri. Yo lejos de avergonzarme, me excité y comencé a chuparlo con más ganas y en un momento la miré a los ojos a ella.

-        Eso me re calienta, dijo Eugenia

-        Sí, ya veo como se te paran los pezones

-        Y lo mojada que estoy, dice exhibiéndose sin pudor ante su hija

-        Me acuerdo que era la primera vez que se la chupaba a Luciano, pero le puse más ganas que nunca. No llegué a hacerlo como vos, pero hice todo lo que había visto en videos.

-        Ah, ¿te gusta mirar porno? Preguntó su madre

-        Sí, pero más me gusta leer relatos eróticos

-        Ah, mirá, a mí me gusta ver porno de vez en cuando

-        Bueno, el tema es que se la estaba chupando a Lucho y se me ocurrió un juego muy zarpado. Le saqué la remera y con eso le vendé los ojos. Le empecé a chupar la pija y Mery se vino a mi lado. Era algo completamente excitante chuparle la pija con la madre al lado.

-        El incesto…balbuceó Eugenia que se estaba tocando

-        Claro, en un momento Meri me sacó mi mano y le acarició ella los huevos a Luciano. A su hijo, ¿entendes?

-        Uffff como me calienta lo que me contás! Decía Eugenia

-        Sí, es tremendo a mí me calentaba y aún más sabiendo que era la madre

-        No la culpo, yo ahora estoy muy caliente y con vos al lado…

-        Sí, mami, yo te tocaría las tetas…

-        Y yo a vos, dice Eugenia

Colocándose de costado, Eugenia comienza a acariciar las tetas de su hija,

-        Mmmmm, mami

-        Seguí contándome

-        Aghhhh, bueno, después de eso ella le acarició los huevos a su hijo y él estaba a punto de acabar. Meri me hizo señas para que me acabara en las tetas y salió corriendo. Luciano me acabó en las tetas y nunca se enteró que la que le acarició los huevos fue su propia madre

-        Mmmmm, Eugenia ahora le chupaba las tetas a su hija

-        Ayyyyy, Mami, que me haces? me encanta

-        No pude contenerme, Contame de lo que hiciste con la madre

-        Bueno, sigo, pero no respondo de mí sí seguís chupándome las tetas así

-        Vos seguí

-        La cosa es que Meri me acostó para revisarme y yo me saqué la bombacha para estar más cómoda, te juro que de a poco ya estaba empezando a calentarme mal, yo nunca había estado con una mujer, pero me empezó a decir cosas…

-        ¿Como qué?

-        Que tenía una concha hermosa…

-        A ver si mintió o no…

Eugenia le abrió las piernas a su hija y se acomodó arrodillándose delante de ella y le acarició la parte interna de los muslos con ambas manos. Sofía ya estaba muy caliente y verla a su madre delante de ella completamente desnuda y acariciándola la volvía más loca aún

-        Bueno, empezó a rozarme con el dedo pulgar

-        ¿Así?

Eugenia, como si supiera, hizo el mismo movimiento que había hecho María en su momento y una gota de excitación corrió por la concha de su hija

-        Mmmmm, mami, siiiii, así hizo

-        ¿Que más te dijo?

-        Me preguntó si me gustaba porque yo gemía, estaba muy caliente, mami, como ahora, y me dijo “esto te va gustar más”

-        ¿Y que te hizo?

-        Me metió dos dedos de la otra mano y me frotó acá con el dedo gordo

-        ¿Así? Mmmmmm, Eugenia copió exactamente lo que escuchó

-        MMmmmm, mamiiiiii siiiii

-        ¿TE gusta? ¿Mucho?

-        Muchísimo, pero ahí ella me dijo que me la iba a chupar y yo le dije que sí, que lo haga

-        ¿Y vos queres que yo te la chupe ahora, para recrear exactamente el momento?

-        Sí, mami, chupame

Eugenia se agachó a chupar a su hija y en el mismo momento se comenzó a frotar ella misma la concha. Sofía no aguantó mucho, su calentura era mayor. Después de unos cuantos lengüetazos de su madre y metidas de dedos muy profundas, Sofía estalló en un orgasmo muy intenso

-        Aghhh ahhhh ahhhhhhhh mami…

-        Si mi amor acabá….

-        Aghhh ahhhhh ahhhh ahhhhhhahhhhhhhhahhhhhhhh, acababa Sofía en la boca de su madre

-        Mi amor me encanta hacerte acabar

-        ¿Si?

-        Tenés una concha hermosa

-        ¿Sí, mami?

-        Sí, no mintió la madre de Luciano

-        Aghhhh, como me gusta, mami

-        ¿Sí, mi amor? ¿Te gustó?

-        Sí, mami, te quiero chupar a vos…

-        Dale, chupame

Ya fue todo, pensó Eugenia. Se acomodó, acostándose con las piernas abiertas y se pasó una mano por la concha. Estaba muy mojada. Sabía que había hecho algo prohibido y eso, lejos de detenerla, la estimulaba más para seguir con su hija en esta situación incestuosa, pero por demás excitante.

-        Sofía, me vas a chupar la concha?

-        Si mami

-        Mmmmm, que hermosa que sos

-        Me gusta tu concha, mami

Cada vez que Eugenia escuchaba la palabra “mami” se calentaba más. A Sofía le salía naturalmente llamarla así.

-        Que puta que me pongo cuando me caliento, mi amor, dijo Eugenia

-        Y yo también, mami

-        Mmmmm, chupame, dale

Sofía se había acostado boca abajo y su cara estaba a centímetros de la concha de su madre. La miró desde abajo y le sonrió. En su cara ya no se veía a una niña, se veía a una mujer, perversa, caliente y decidida. Sacó la lengua y la pasó por todo el largo. La humedad de la concha de Eugenia era total, aunque fue mayor cuando sintió la lengua de su hija recorrerla

-        Aghhhh mi amorrrrrr

-        Siiii, mami, te gusta?

-        Mucho, chupame, si si

-        Mmmmm, Mmmmm, Mmmmm

Sofía se dedicó a chuparla como le gustaba que la chupen a ella, con delicadeza al principio y con convicción luego. Inició el juego perverso de llevarla hasta el orgasmo y cambiar de movimientos, cosa que desencajaba a Eugenia, pero no podía expresarse tal era la calentura que tenía

-        Mmmmm, mi amor, me encanta lo que me haces, le decía

-        ¿Sí, mami?

-        Mucho, quiero acabarte en la boca

-        Siiiii

-        ¿Estás lista para recibir mi acabada?

-        Sí, mami

Sofía chupó con más vehemencia y sentía por los temblores en las piernas de su madre, que el orgasmo era inminente. Para lo que no estaba preparada era para sentir tanto flujo saliendo de la concha de Eugenia que empezó a convulsionar y a largar un néctar que sabía a manjar en la boca de la pequeña Sofía

-        Aghhhh aghhh ahhhhh ahhhhh ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

-        Mmmmmm, bebía y chupaba Sofía

-        Mmmmm, aaggggghhhh ahhhhhhhh

-        Mmmmm

-        Mi amor me hiciste acabar como nunca…aghhhhh

-        Mmmmm

Sofía levantó el rostro y lo tenía brilloso de la acabada de su madre. La pera relucía en brillo de esa humedad caliente que había largado Eugenia.

-        Vení, besame, le dijo Eugenia

-        Mmmmm, sí, mami,

Subió Sofía con su cuerpo acostándose encima de su madre y besándola con pasión. Esta la recibió con los brazos abiertos y la apretó contra sí misma y comenzaron a besarse con mucha pasión. Se intercambiaban saliva y el sabor de la otra que ya a esta altura se confundía.

Se levantaron y se bañaron juntas, se enjabonaron mutuamente y jugaron mucho bajo el agua. Parecían amantes de toda la vida. Sofía estaba pletórica al saber que tenía en su madre a una cómplice y Eugenia también sabía que la confianza entre ambas había llegado para quedarse.

Cuando salieron de la ducha, se secaron mutuamente. Eugenia lo hacía como una mamá y Sofía se dejaba hacer como una nenita. Se miraban y se reían. No había lugar para la culpa, eso llegaría después cuando Eugenia reflexionara y se diera cuenta de lo que habían hecho.

De a poco, fueron volviendo a la normalidad y a temas más cotidianos. Cenaron juntas, respondieron chats en sus teléfonos y se fueron a dormir sin hablar del tema

En el medio de la noche, Eugenia se despertó y empezó a invadirla la culpa por lo que había hecho con su joven hija.

Al otro día, Eugenia la encaró sin más y le dijo

-        Sofi, vení, quiero que hablemos

-        Sí, mami, la miró preocupada

-        Quiero que tengas en claro que lo que pasó ayer, no puede volver a suceder

-        Bueno

-        Fue muy fuerte y ambas nos dejamos llevar…

-        Sí, mami

-        Es más, te diría que, por un tiempo, para aclararte, trates de estar solamente con Luciano y evites a tu suegra, para no complicar las cosas

-        Sí, mami, tengo claro que lo que pasó con Meri, fue cosa de una sola vez

-        No sé cómo haces para tenerlo tan claro a tu edad

-        Es que no creo que se vuelva a repetir…

-        Si la pasó tan bien como la pasé yo, va a querer más…

-        Jajaja, bueno, gracias, yo también la pasé bien, pero creo que se contenerme

-        Aparte tenés muchas cosas para hacer con Luciano

-        Claro, mami

-        Bueno, me alegro que haya quedado claro entre nosotras

-        Sí, mami

 

 

(continúa acá)

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