Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mamá caliente (22)

 


Sofía se quedó mirando a Luciano y este a ella sin saber que decir ninguno de los dos. Eugenia, su madre, le había chupado la pija a su novio, se había tragado todo su semen y se fue corriendo. Sofi había quedado muy caliente. No le importó la situación y le ordenó a su novio:

-        Chupame la concha, haceme acabar

-        Si, dijo él

Sofía se acostó al borde de la cama con las piernas abiertas y se dejó chupar por Luciano. La realidad es que Luciano puso mucho empeño, pero era tal la calentura que tenía Sofía que acabó a los dos minutos y lo hizo subir para besarlo sintiendo su propio saber en la boca. Se quedaron tendidos y luego de un rato se vistieron. Sofía lo acompañó hasta la puerta y lo despidió pidiéndole discreción sobre lo que había pasado.

Cuando Luciano se había ido, Sofía se puso a recorrer la casa y no encontró a su madre por ningún lado. Comenzó a preocuparse a medida que pasaban las horas. No se animaba a escribirle, hasta que pasadas las 6 de la tarde lo hizo. No aparecía la confirmación de lectura. Sobre las 7 los dos tildes. Sofía consultaba el celular y recién a las 8 las dos tildes azules

-        Hola, voy para casa en un rato

A las horas apareció su madre por la puerta. Se notaba que había estado llorando. Había vuelto a la realidad y no podía entender cómo había llegado tan lejos. Era una locura.

Pasó por delante de su hija y no se atrevió a mirarla, siguió derecho y se metió en su cuarto. Al instante, Sofía estaba detrás de la puerta y la escuchaba sollozar.

-        Dejame pasar, mami

-        No, andate, Sofi

No se daban cuenta, pero estaban en el cuarto de Eugenia en donde habían estado los tres juntos hasta hacía muy poco.

-        Solo te voy a decir una cosa, dijo Sofi

-        ¿Que?

-        Que no te hagas tanto drama, a mí me gustó

-        Sofía! Vos estás loca?

-        ¿Que? ¿Porque? Dijo la jovencita

-        Vos sos consciente de que estuve…

Eugenia no se animaba siquiera a decirlo

-        Chupándole la pija a mi novio

-        Sí, eso

-        ¿Y?

-        Y. A vos te parece normal?

-        Mirá, mami, tantas cosas no me parecen normales…

Eugenia se distendía poco a poco

-        Pero es algo muy fuerte…

-        Mami, yo te alenté a que lo hagas

-        Sí, pero…

-        Estábamos muy calientes los tres…

-        Sí, reconoció Eugenia

-        Y cuando me caliento, soy capaz de cualquier cosa…

-        Sí, saliste a mí, mi amor, le confiesa Eugenia

-        Sí, ya te vi, mami, por eso no te afijas tanto

-        Gracias, mi amor por entenderme y no cuestionarme

-        No mami, me encantó verte

-        ¿Tanto así?

-        Sí, y me gustó…Sofía se detuvo

-        ¿Qué cosa? Quiso saber su madre

-        Como le chupaste la pija y….

-        ¿Y cómo me tragué todo?

-        ¡Si! Sofía se estaba calentando mientras hablaba con su madre

-        Es que yo, antes, cuando era más joven…

-        ¿Qué mami?

-        Hice muchas cosas…

-        ¿Cómo qué?

-        No te las puedo contar porque son muy fuertes, pero yo…

-        ¿Te puedo hacer una pregunta?

-        Sí, mi amor

-        Si fuiste de hacer tantas cosas, ¿Por qué a mí me tratas con tanta severidad y formalidad?

-        No sé, quizás por temor a que seas como yo

-        ¿Y cómo fuiste vos?

-        Muy calentona cuando estaba con un chico

-        Ah, yo soy igual

-        He hecho cosas… Eugenia miró hacia arriba y se puso nostálgica

-        ¿No queres contarme, ma?

-        No, mi amor, pero no podés imaginarte las cosas que he hecho…

-        Ahora quiero saber

-        No, algunas son muy fuertes, quiero que guardes una imagen de mí

-        ¿Por ejemplo? Contame una?

Eugenia dudaba en abrir esa puerta y no se animaba a empezar. Tenía toda una historia detrás que pensaba que estaba bien guardada y segura, pero ahora quería empezar a salir una parte de eso

-        Mirá, sonó seca, son cosas muy íntimas, no debería hablarlas con vos

-        Mami, acabas de chuparle la pija a mi novio y te tragaste todo…

-        Sí, pero…

-        Cuando te vi como lo hacías, me di cuenta que tenés mucha experiencia

-        Si, dijo lacónica Eugenia

-        Contame una sola y si me prometes que queda entre nosotras yo te cuento algo que me tiene muy inquieta y que necesito hablarlo con alguien

-        Bueno, pero esto tiene que quedar entre nosotras dos, ¿prometido? Dijo Eugenia

-        Prometido, dijo su hija

-        Después vos me contás a mí, dijo la madre

-        Es algo muy fuerte y que no te imaginarías de mi

-        Quedate tranquila que esto que te voy a contar, nadie se lo imagina de mí tampoco

-        ¿Qué es?

-        Bueno, te cuento

Sofía se acomodó en la cama y se sentó para escuchar a su madre que empezó con una narración tan precisa y exhaustiva que parecía que revivía cada hecho que contaba

-        “Esto fue en el secundario, yo salía con Marcelo, que era el más buscado por todas las chicas del colegio, ya habíamos cogido varias veces y me encantaba hacerlo con él. Una noche mi amiga Romina que salía con Pablo, amigo de Marcelo. Fuimos a una fiesta en la casa de Pablo, la cosa es que estaban todos abajo y con Marcelo teníamos ganas de coger y subimos al cuarto de su amigo. Cosa que llegamos, cerramos la puerta con llave y nos pusimos a besarnos. Al rato, quieren entrar y eran Pablo y mi amiga. Como era el cuarto de él lo dejamos pasar. Estaban acá hijos de puta, nos ganaron de mano. Bueno nos vamos. No, nos vamos nosotros. No. Bueno, tengo una idea. Hay dos camas, apagamos la luz y listo ¿qué les parece? Nos miramos los cuatro y dijimos ¡dale! Apagamos la luz y empezamos a besarnos, primero. Luego toques y chupadas. En un momento escucho a mi amiga que gime y yo, que estaba reprimiéndome hago lo mismo. Me calentó la situación de saber que a mi lado estaban cogiendo como nosotros. Las camas estaban separadas por un pasillo de un metro así que se escuchaba todo muy claramente, pese a la música de abajo. Si quieren en la mesa de luz tengo forros, dice Pablo. Prende el velador para mirar y la veo a mi amiga en tetas con la bombacha puesta aún que me mira, yo la miro y se me va la vista a la pija de su novio que estaba parándose para buscar el forro. A mi novio se le iba la vista a ella. Yo estaba en bolas totalmente y ¿sabes una cosa? No me importó, es más, creo que me gustó.

-        Mami, me encanta lo que me contás

-        Al rato vuelve a apagar la luz. Yo le empiezo a chupar la pija a mi novio y lo hago como ya me viste.

-        Muy bien, lo haces muy bien, dijo Sofía que no quería interrumpir a su madre

-        Tan así que mi novio se soltó y empezó a decirme que le encantaba como estaba chupándole la pija y quería verme. Sos la mejor chupando la pija, decía. A nuestro lado ellos gemían y mi amiga decía si cogeme así. Quiero verte chupándome la pija, decía mi novio. En ese momento se enciende el velador, era su amigo que lo hizo diciendo, dale, mirala, pero mi novio fue más lejos. Miren ustedes también lo bien que chupa la pija Eugenia.

-        Uy mami, ¡que caliente!

-        Terrible. Yo al sentirme observada, en lugar de parar, sentí que me motivaba a hacerlo mejor y me concentré totalmente. No solo que la chupaba con ganas, hice cosas que no hacía a solas con mi novio. Sacaba la lengua, le chupaba los huevos y…

-        ¿Y qué? Sofía estaba excitada y ansiosa

-        Los miraba, tanto a mi novio como a mi amiga y su novio. Escucho que mi amiga dice, es verdad, la chupas muy bien. Eso me dio energías y seguí. Hasta ese día nunca había tragado, siempre se la chupaba, me acababa en la boca y escupía, pero esta vez me sentí con la necesidad de tragarme todo. Estaba desatada.

Eugenia contaba y volvía a excitarse.

-        Me estas re calentando con lo que me contás, mami

-        Yo también estoy re caliente, dijo Eugenia, dejame seguir

-        Dale

-        Bueno, la cosa es que seguí chupándosela y diciéndole, ¿te gusta cómo te chupo la pija? A lo que él me miraba y asentía. Mi amiga dice me encanta verlos, yo también, dice su novio. Cogeme dice mi amiga. Esperá que me pongo el forro. No importa, cogeme así. Lo tira a su novio en la cama y se lo monta, siempre mirándonos. La cosa es que en cuestión de minutos ella empieza a cabalgar a su novio y a acabar, él le dice que está a punto de acabar, ella que no la saque, que le acabe adentro, eso lo hizo acabar a él y a mi novio en mi boca. Yo no dudé un segundo y comencé a tragar, fue mi primera vez. La última ya la conoces también

-        Ufff mami, estoy para tocarme ahora mismo

-        Bueno, tocate… concedió Eugenia a su hija

-        ¿Y vos?

-        Yo también, aparte sigue la historia…

Eugenia se desnudó por completo y lo mismo hizo Sofía. Se miraban mientras lo hacían. Era evidente que eran madre e hija, no solo por el cuerpo y la cara, sino también por lo calentonas que eran y la manera en que se animaban a cualquier cosa cuando estaban calientes.

Hacía unos minutos Eugenia estaba preocupada por lo lejos que había llegado con Luciano y, sin embargo, ahora se estaba desnudando con su hija para masturbarse juntas

Se acostaron y se empezaron a tocar mientras Eugenia continuaba con el relato

-        La cosa es que acabó y me tragué todo. No sé si te das cuenta, pero habían acabado todos menos yo, la protagonista. Y necesitaba acabar. Así que no lo dudé y le pedí a mi novio que me chupe la concha, total ya habían visto todo. Mi amiga se levantó chorreando el semen de su novio y buscó en su cartera unos pañuelos para limpiarse. Yo estaba sentada con los codos apoyados mientras mi novio me chupaba. Mi amiga le estaba limpiando la pija a su novio. Era más grande que la de mi novio y yo la miraba a la pija, y a él a los ojos. Estaba a punto de acabar cuando mi amiga le dice a su novio, ¿se te está parando de vuelta?! Era una locura verle la pija así. Sí, estoy re caliente decía él. Mi amiga me miraba y me sonreía de una manera perversa. Te juro que nunca habíamos hablado nada entre nosotras, quizás entre ella y su novio sí. ¿Viste que linda pija tiene Pablo?, me decía.  Si decía yo. Mi novio me chupaba la concha y estaba a punto de acabar cuando mi amiga me dice, ¿te animas a chupársela a él? Ahí acabé y empecé a gemir apretando la cabeza de mi novio contra mí. Mi novio buscó mi mirada y me dijo: dale. Pablo se acercó y yo me incorporé en la cama y empecé a chupársela con las mismas ganas que lo había hecho con él.

-        Ay Mami, estoy acabando mientras te escucho

-        Aghhhh, mi amor, yo también ahhhhhh

Sofía y Eugenia, hija y madre, componían un cuadro hermoso. Las dos acostadas en la cama, totalmente desnudas y exhibiéndose sin pudor.

-        Aghhhhahhhhh ahhhhhh ahhhhhhhhhhh, decía Sofía y se frotaba el clítoris mirando a su madre e imaginándola chupando dos pijas

-        Aghhhh ahhhhhhh ahhhhhh, acababa Eugenia también

-        Hermosa historia, mami

-        Ahí no terminó la cosa. Mi amiga se puso en cuatro y le pidió a mi novio que se la cogiera. Después me contó que tenía la fantasía de tener la leche de dos hombres en la concha y que sabía que estaba en un momento del ciclo que no podía quedar embarazada. Al rato, y antes de hacerlo acabar a Pablo, me le senté encima y me clavé esa pija hermosa, ojo, la de tu novio es mejor. Y acabé primero y terminé tomándome su leche también.

-        Ufff que buena historia mami

-        Sí, tu mami se vuelve muy puta en ese momento. Ese fue el primer día que tragué semen y de dos pijas distintas.

-        Que locura hermosa, ¿no?

-        Sí, una locura…hermosa, sí. Los cuatro nos juramos que guardaríamos el secreto. Y lo hicimos.

-        Bueno, ahora lo sé yo.

 

(continúa acá)