Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Doble vida (3)

 


Al otro día me levanté y no me reconocí. Me sentía en plenitud como si yo mismo fuese otra persona y habitara otro cuerpo. El espejo me volvió a la realidad, pero esta vez me noté diferente y no me vi feo, ni siquiera tan gordo. Tampoco es que soy un obeso, pero tengo mis kilos demás. Mi hermana siempre usó mi cuerpo para burlarse de mí y humillarme. Fueron años de sometimiento y maltrato. Yo solo la había dominado durante unas horas ¿Qué estaba mal? Nada, me respondía a mí mismo

Fui a la computadora y revisé una por una las fotos de mi hermana y me percaté de algo que no había visto en la primera oportunidad. Las pijas que se comía en una y otra foto no parecían ser la misma. Es decir, que estaba frente a una hermanita que tenía una doble vida y muy jugosa. Me disponía a apagar la computadora y escucho que pasa ella por el pasillo

-        Buen día - le dije gritando tras la puerta cerrada

-        Buen día, Juan – Me respondió ella

El solo hecho de que pronunciara mi nombre, me volvía loco. Sabía lo que le costaba hacerlo y saber que lo hacía de motus propio, me encantaba. A tal punto que, entre las fotos que veía y el hecho de oír su dulce voz, hozo que se me pare la pija de manera demencial.

Como un rayo una idea acudió a mi mente. Fue entonces que envalentonado, hice la primera jugada arriesgada en toda esta locura que se estaba desatando.

Agarré mi pija y la saqué del pantalón y poniéndome de pie la puse frente al monitor donde se veía a ella con una pija dentro de la boca, y la llamé

-        Vení Naty

-        ¿Qué, Juan? – preguntó tras la puerta

-        Abrí la puerta – le ordené

Con temor, su pequeña mano tomó el picaporte y abrió. Cuando me vio de pie con mi pija en la mano y su explícita foto en el monitor, se quedó de piedra. Miró para el costado del pasillo por donde podría venir mi madre y cerró la puerta quedándose afuera.

-        Esperá, vení - le ordené

-        ¡Estas loco! - dijo con vos apenas audible

-        Vení, pasá - le dije

-        ¡Está mamá en la cocina y papá todavía no se fue! - dijo ella

-        No importa, pasá

La puerta volvió a abririse y ella apareció con su pequeña anatomía dentro de mi cuarto. Era la primera vez que entraba en mi guarida y eso, ya de por sí, era todo un triunfo para mí. Llevaba el mismo camisón que la noche anterior, pero se había puesto corpiño debajo. Aun así, lucía extremadamente sensual. Juro que tuve que contenerme para no abalanzarme sobre ella. Su cara tan bonita e inocente de pie en mi cuarto, y esa misma cara en el monitor con media pija dentro de la boca, me aturdían al mismo tiempo que me excitaban.

Su cuerpo estaba rígido y vi como una lágrima de odio corría nuevamente por su mejilla, pero no iba a decir nada, era muy orgullosa.

La miré desafiante, y aunque debo reconocer que sentí un poco de pena por ella, disparé mi siguiente misil directo a su orgullo.

-        ¿Qué pija te gusta más? ¿Esta o esa?

Me agarré la pija y la estiré como pajeándola y le señalé el monitor donde su carita inocente era invadida por una pija de tamaño normal

No me respondió.

-        Me parece muy bien, pensá lo que vas a responder

-        Las dos – dijo como una experta

Debo reconocer que era muy inteligente y, aun en momentos difíciles como era este, sabía salir indemne de una situación.

-        Pero tenés que decir una

-        Bueno, la tuya es mejor

-        ¿En serio pensás eso? – no debía entrar en su juego, pero me costaba

Mi hermana estaba recuperando algo de poder y no podía permitírselo, debía ser más incisivo y demostrarle que el poder y el control lo tenía yo

-        Sí, me dijo, pienso eso y me miró desafiante

-        Esperaremos a que pruebes la mía y decidas también por sabor

Su cara de pánico lo dijo todo. Se puso roja de furia.

-        Andá nomás, dejame solo, le dije

Se fue de mi cuarto sin decir palabra. Al hacerlo, tuvo la mala suerte de cruzarse con mi mamá que venía de la cocina.

-        ¿Qué haces vos en el cuarto de tu hermano? Escuché decir a mi mamá

Mi hermana no contestó y se metió en su cuarto. Yo acudí en su salvación y en la mía también. Hay que reconocer que a mí tampoco me convenía que se precipiten las cosas.

-        Me vino a pedir un cargador

-        Ah - dijo mi madre y volvió por donde venía

No volví a salir de mi cuarto en toda la mañana, trabajé con la computadora. Al mediodía, sabía que mi hermana estaría en la universidad, así que se me ocurrió jugarle una broma escribiéndole un mensaje

-        Buen día, Naty

-        Buen día Juan

Hasta por WhatsApp me saludaba correctamente. Sin dudarlo y para sacarla de su zona de confort le disparé

-        ¿Estás lista para probarla?

-        ¿Qué cosa?

-        Mi pija – le respondí sin dudar

-        Nunca voy a estar lista

Por WhatsApp era más inteligente aún. Esos segundos para pensar le daban más tiempo y daba la respuesta adecuada.

-        Bueno, prepárate porque esta noche te quiero con media pija mía en tu boca, como en la foto

Tardó segundos en responder, pero lo que vi a continuación no me defraudó

-        Voy a hacer lo que me pidas

No podía creer lo que acababa de leer en la pantalla de mi celular.

-        Bueno, a las 23.30, en mi cuarto – le escribí

Mi corazón latía de prisa, mis sienes retumbaban en mi cabeza. Sentía morirme de excitación. Tanto es así que me tuve que levantar del asiento y salir de mi cuarto. Caminaba por la casa y aun sentía que no me alcanzaba. Me sentía exultante y al mismo tiempo abrumado. No sabía cómo definirlo. Tanto fue así que volví a mi cuarto y me cambié para salir a la calle.

Cuando pasé frente a mi madre y salí por la puerta, esta me miró como no entendiendo que pasaba. Yo casi nunca salía a la calle.

-        En un rato vuelvo, dije

El aire frío golpeó mi cara y pude estabilizarme un poco más. Seguí caminando y saqué con temor el celular del bolsillo de mi pantalón. Recuerdo que yo llevaba una remera roja y unas bermudas negras. Seguía mi mensaje “Bueno, a las 23.30 en mi cuarto” y ya figuraba leído con las dos tildes azules. Lo guardé nuevamente en el bolsillo y seguí caminando.

Miraba a la gente por la calle. Me detuve en un niño que iba tomado de la mano con su madre. Después pasé la vista por una pareja de ancianos y más tarde por un grupo de chicas que iban o volvían del colegio con sus uniformes escolares. Esa imagen me devolvió al pensamiento de mi hermanita. Fue justo en ese momento cuando sentí vibrar el celular dentro del bolsillo. Lo saque con los nervios de punta. Miré la pantalla sin dilación, era un mensaje de ELLA

-        Ok, ahí estaré – rezaba el mensaje

Mi corazón retumbó en mi pecho como un tambor gigante. Mi cuerpo experimentó una sudoración y un calor que nunca antes había vivido. Supe en ese instante que volvía a vivir, que todo lo que había transcurrido en el último tiempo no tenía sentido o era intrascendente en mi vida. Ahora estaba vivo. Esto era, así se sentía estar vivo.

Una sonrisa de triunfo, imposible de ocultar, se apoderó de mi cara. Me detuve en medio de la calle y miré para todos lados. Quería que me vieran, por primera vez me quería sentir observado y la mirada de los demás no las veía como una carga, como una opresión. Ahora estaba exultante y quería disfrutar de mi momento.

Me fui recomponiendo de a poco mientras regresaba a mi casa. Me bajaron los calores. Mi mueca de felicidad se fue diluyendo. Por dentro seguía igual de feliz o más. Entré en la cocina y le dí un beso a mi mamá. ¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había besado a mi madre? Desde su cumpleaños o el mío, no era muy difícil de calcular. Mi madre me miró como no reconociéndome.

Llegó la cena y comimos los cuatro juntos, mi padre y mi madre parecían estar en otra. Realmente lo estaban. Mi hermana, sin embargo, en más de una ocasión me miró con cara de odio. Yo estaba totalmente perturbado y nervioso por lo que iba a ocurrir en unas horas.

Como nunca nos cruzábamos palabras con mi hermana, mis padres no se dieron cuenta de la tensión entre nosotros. Lo que cambiaba, era que ahora yo tenía el control sobre ella.

Una situación particular se vivió cuando estábamos retirando los platos. Mi hermana se levantó a ayudar, cosa que siempre hacía como buena hija que era. Yo en un momento pasé por detrás y le toqué suavemente la cola. No fue premeditado, fue algo automático, un impulso, una locura del momento. No aguanté la situación, ese culo me volvía loco. Por suerte, tomé el recaudo de no ser visto por mis padres. Recuerdo que tenía puesto una minifalda de jean y una camisa escocesa. Aún en minifalda, su culo era espectacular. Ella giró rápidamente la cabeza y me miró con odio.

Me fui a mi habitación y me encerré a calmarme y darme cuenta que debía tener más cuidado con esas cosas. Si era descubierto por mis padres en una actitud así, todo podría irse a la mierda y perderse todo lo conseguido hasta ahora. Y me quedaba aún mucho por intentar. Y lo mejor de todo, es que, por primera vez en mi vida, me tenía fe. Me consideraba con todo lo necesario para lograr mi objetivo que no era otro que someter a mi hermana. Humillar a la persona que tantas veces y de tantas maneras se había burlado de mí.

Los minutos no pasaban más. Escuché a mi padre levantarse e ir a la habitación, más tarde lo hizo mi madre. Eran las 23.20 cuando quise hacer una última jugada de provocación a mi hermana. Agarré el WhatsApp y escribí

-        Hola

Pude escuchar el sonido de notificación de su celular desde mi propio cuarto. Inmediatamente los dos tildes azules y su respuesta

-        Hola

-        ¿Vas a venir?

-        Si, faltan 10 minutos todavía

Sabía que no debía preguntar para asegurarme, debía mostrarme firme, pero aún quedaban cosas propias de mis inseguridades.

-        Muy bien, me gusta que seas así. Obediente – le escribí

-        Ok - respondió

-        Una cosa más, quiero que vengas vestida como estas, pero sin bombacha debajo de la minifalda – me atreví a escribirle

Las dos tildes azules lograron que mi corazón nuevamente empezara a latir como queriendo salirse del pecho. Cuando leí OK en la pantalla creí desmayarme

A las 23.30 escucho sus pasos, miro hacia la puerta y me quedo con la vista fija en el picaporte. Cuando veo que desciende, se abre la puerta y aparece mi hermana se me secó la boca y no supe que decir ni hacer. Todo lo que tenía planeado se me olvidaba. Mi cabeza era incapaz de pensar.

Lo que sucedió esa noche en mi cuarto no lo iba a olvidar nunca en mi vida

(continúa acá)

Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@hotmail.com

O en Telegram @reybaco2005