Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Doble vida (7)


Siguió el día en casa. Estuve trabajando un rato largo. Llegó la noche y con ella, el hambre.

-        ¿Que comemos? - le pregunté

-        ¿Te parecen hamburguesas? - preguntó ella como si fuese algo natural hablar conmigo

Algo se había quebrado y había cambiado nuestra relación

-        Dale - dije yo

-        Sacalas del freezer - me dijo ella

-        Acá las órdenes las doy yo - le dije

-        Jajajaja

-        Jajajaja

Nos reímos juntos. Creo que nunca había sucedido eso salvo contadas excepciones. Fue algo extraño cocinar los dos uno al lado del otro. Nunca en nuestra vida habíamos hecho una actividad juntos, y ahora parecíamos compinches. Ambos con delantales puestos y totalmente desnudos debajo nos pusimos en la tarea. Yo empecé cortando cebollas para dorarlas en una sartén. Ella se agachó a buscar el aceite y creo que lo hizo a propósito de no flexionar las piernas para exponerse aún más ante mí.

Hicimos las hamburguesas y no me equivoco si digo que fueron las mejores que comí en mi vida. Bueno, es obvio que hubo muchas mejores, pero de esas que se hacen en casa, habían sido las mejores hasta el momento.

Fue entonces que nuestro perro Pastor se acercó a nosotros como pidiendo comida.

-        Andate! – le espetó ella

-        No, que se quede - le dije

Debía volver a imponer mi autoridad y el perro fue el que me ayudó a recordar que no éramos unos hermanos normales y corrientes. Esta era una relación de fuerzas que había cambiado, siendo ahora yo quien se imponía sobre ella

Como era de esperarse, no dijo nada

Natalia siempre fue de tratar mal a Pastor. Recuerdo que una vez el perro la olió en sus partes y ella le pegó y cuando la reté delante de mis padres, ellos se pusieron de su lado. Nunca me voy a olvidar de ese momento. Quizás fue por eso que se me empezó a crecer en mi un germen de maldad hacia mi hermana que incluía a nuestro perro. ¿Pero cómo? No se

Al otro día, mi hermana estaba desnuda como ya era costumbre y apareció en mi cuarto con un mate y termo. No era el mate y el termo de siempre, sino que eran unos de mejor calidad que usaba solo ella. Me pareció un gesto enorme de su parte, pero no debía ceder terreno de ninguna manera

Casi sin darme cuenta, ya había logrado tener a mi hermana a mi disposición totalmente desnuda todo el tiempo.

Recapitulando, me daba cuenta que le había acabado en una porción de pizza y se la había comido, me la había cogido y le había acabado adentro y le había hecho chupar un cepillo de dientes que había estado metido en su culo. Era mucho, sí, pero podía haber mas

Las cosas parecieron complicarse cuando nuestros padres llamaron y nos dijeron que estarían unos días más y se volverían. Yo contaba con al menos una semana y parecía que iban a volver en 4 días mas

Recuerdo que cuando llamaron se me ocurrió una pequeña maldad y le acerqué mi pija, aun no del todo erecta a mi hermana, mientras hablaba por teléfono con nuestra madre

-        Si, mami - decía ella

Y se metió mi pija en la boca mientras escuchaba a mi madre hablar. Del morbo que me produjo, se me paró la pija tanto que tuvo que sacársela de golpe porque no le entraba en la boca. Empezó a chupármela con ganas mientras seguía escuchando a nuestra madre. Juro que tuve que contenerme para no acabar

Cuando la conversación derivó para el tema perro y darle la comida, mi hermana dijo,

-        Esperá que lo tengo acá al lado - y me pasó el teléfono a mi

-        Hola mami - le dije a nuestra madre

Mi hermana me hizo sentar y lo que hizo a continuación no me lo esperaba.

-        Si mami -decía yo - ya le compro mañana la comida a Pastor

Estaba hablando cuando ella se sienta encima de mi pierna con su concha mojada y agarrándome del pelo con fuerza me obliga a que le chupe el pezón mientras con la otra mano se agarra la teta y la mete en mi boca.

Yo no podía hablar y mi madre me preguntaba

-        Hola, ¿estás ahí?

-        Mmmmm, mi boca estaba ocupada

-        ¡Hola!

-        Se cortó me parece, oí que le decía a mi padre

Mi hermana agarró el teléfono y lo tiró arriba de la mesa. Se sentó encima de mí y agarrando mi verga se la metió en la concha y comenzó a cogerme ella a mí. Estaba desesperada, no tuve tiempo ni de reaccionar. Giró y se dio cuenta que el teléfono seguía en llamada y lo agarró y me lo pasó

-        Hola

-        Hola dije, si se debe haber cortado por la señal

Seguí la conversación mientras mi hermana me cabalgaba, ahora un poco más despacio y me sonreía. En un momento empezó a acabar ella y me susurraba en el otro oído

-        Aghhhhh estoy acabando….

Si no fuese por la voz de mi mamá del otro oído hubiese acabado

-        ¿Qué te pasa, Juan?  – me preguntaba mi madre

-        Nada, no, yoooo

En ese momento veo que Pastor, nuestro perro, me empieza a chupar la pierna, justo donde había estado apoyada mi hermana. Estaba lamiendo los fluidos de mi hermana caliente. Natalia giró la cabeza y miró con desprecio al perro, pero no se animó a gritarle y mucho menos a golpearlo. Yo seguía en conversación con mi madre en un oído, mi hermana acabando en mi otro oído y el perro lamiendo era un cuadro de lo más bizarro.

Corté con mi mamá porque no deba más y me dediqué a cogerme a mi hermana con una maldad en mente. La subí a la mesa y comencé a chuparle la concha. Pastor miraba atentamente la escena con las orejas paradas. Me hermana chorreaba por la concha llena de excitación. Nunca había visto algo igual.

Al perro le debe haber llegado el olor de mi hermana porque vi que empezó a inquietarse y a mover la lengua, siempre a metros de nosotros. Ella lo miraba con desprecio, pero el perro estaba en otra, visiblemente excitado.

No sé cómo se me ocurrió hacer lo que hice en ese momento. Me senté en la silla y la obligué a mi hermana a que se siente encima de mí, pero dándome la espalda y de frente al perro.

-        Quiero que Pastor vea como te cojo - le dije al oído

-        Este perro de mierda… - dice ella

-        Mirá como te mira - le decía yo

-        Es un perro de mierda - repetía ella

Ella subía y bajaba sobre mí con las piernas cerradas y con sus manos en mis piernas abiertas. Quise ir un poco más lejos y la obligué ahora a abrir las piernas por fuera de las mías quedando más expuesta hacia el perro

En un momento miro en dirección al perro y se le había parado la pija mirando la escena nuestra, era increíble. Las orejas paradas y ver la mojada concha expuesta de mi hermana parecían volverlo loco.

-        Mirá se le paró la pija - le dije a mi hermana

-        Sácalo de acá - decía ella

-        Miralo. se muere por chuparte la concha

-        Sacalo - me pedía ella

Me la jugué con lo que hice. Le froté el mojado clítoris a mi hermana y con los dedos húmedos los acerqué al hocico del perro que sacó la lengua, me chupó y pareció volverse loco

-        ¿Qué haces? - gritaba mi hermana

-        Dejalo que juegue - me divertía yo…

-        Nooooo - decía ella

Mi hermana me estaba cogiendo con el hocico del perro a 30 centímetros de su concha. Volví a meterle esta vez el dedo e hice una cosa muy bizarra. Saqué mi pija de la concha de mi hermana y la acerqué a perro.

-        ¿Qué haces, degenerado? - Dijo ella

-        Shhhh - dije yo

-        Sos un enfermo…

Mi pija estaba bañada por el flujo de mi hermana. Cuando Pastor se acercó y lamió la punta de mi pija dos veces, la retiré y volví a meterla en la concha de ella.

El perro se quedó mirando como esperando algo, un gesto que le permita satisfacer su deseo.

-        Estás loco - decía ella

-        Mmmmm, mirá las ganas que tiene de chuparte la concha - le susurraba yo al oído

-        Sacalo, por favor - decía ella

-        Esto es por todo lo mala que fuiste con el perro, como fuiste conmigo

Mi hermana sollozaba y no entendía se era excitación, sorpresa o terror por lo que estaba por suceder. Aun así, no me apiadé de ella

-        Vení Pastor, probá lo rica que está esta concha - dije

-        Nooooo -  dijo ella tratando de cerrar las piernas

-        Vení Pastor - y le agarré las piernas a mi hermana abriéndoselas aún mas

El perro se acercó y comenzó a pasar la lengua como un desesperado por toda la zona, por la concha de Natalia, por mi pija, por su costado. Saqué la pija y la adelanté a mi hermana para que quedara solo ella y el perro.

El can pareció entender mi intención y comenzó a chupar la concha de mi hermana con frenesí.

-        Tirate al piso, le ordené a mi hermana

-        Noooo, dijo mi hermana, pero aun así lo hizo

El perro le lamía la concha y yo le frotaba el clítoris humedeciéndola hasta mas no poder. Todo lo que ella segregaba el perro lo lamía.

-        Aghhhhh gritaba ella

-        Vas a acabar con Pastor chupándote la concha

-        Aghhhhh

-        Es tu castigo por tratarlo tan mal…

-        Aghhhhhhahhh ahhhhh ahhhh - acabó mi hermana

-        ¿Te gustó?

-        Sos un hijo de puta…

-        Tenemos la misma madre, lo que te convierte a vos en lo mismo…

El perro estaba como loco. Su pene totalmente expuesto había salido como un lápiz labial. Lo miré y me apiadé de él y me dije: ¿porque no?

-        Si queres redimirte totalmente con el perro, tenés que hacerlo acabar, le dije

-        ¿Vos estás loco?

-        Hacele la paja - le ordené

-        Vos no das más de enfermo - me dijo mirándome con odio

-        Vení Pastor - dije como respuesta a todo

El perro se acercó a nosotros y ella sin dudar acercó su pequeña mano a la pija del perro y comenzó a estimularlo. Ni que decir que el perro pareció volverse loco de placer y empezó a mover sus caderas adelante y atrás totalmente excitado.

-        Metete dos dedos en la concha y dáselos a chupar mientras le haces la paja con la otra mano - le ordené

-        Vos estás loco – decía ella, pero obedecía

Cuando hizo eso el perro comenzó a acabar como loco y salían chorros disparados que iban a parar a su mano y su brazo. Natalia los miraba con asco. Yo los miraba con fascinación

-        Andá a bañarte - le ordené a mi hermana

-        Bueno - dijo aliviada al verse saliendo de esta situación

-        Vení Pastor - le dije al perro acariciándolo

-        ¿Estás contento?  - preguntó ella

-        ¿A mí o al perro le preguntas? - Dije riendo

-        A los dos - dijo con una sonrisa casi obligada

-        Creo que los dos estamos contentos, ¿no Pastor?  – dije mirando al canino.

El perro pegó un ladrido y movió la cola y empezamos a reírnos a carcajadas. Eso me hizo pensar que mi hermana se había reconciliado con el perro, pero no, parece que no fue tan así porque dijo:

-        Bueno, espero que lo hayas disfrutado, perro de mierda, porque nunca más te voy a hacer eso

-        Pobre Pastor - dije yo con una risa

-        Que se conforme

-        El perro se lo merecía por todo lo mal que lo trataste siempre

Mi hermana se fue en dirección al baño toda llena de leche de Pastor. Yo no había acabado, sin embargo, había disfrutado mucho de la situación

Verla irse desnuda sobre esos tacones rosas, moviendo esa manzanita que tiene por culo y después de haberla tenido a mi merced, me provocó una erección tremenda.

(continúa acá)

Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@hotmail.com

O en Telegram @reybaco2005