Siguió el día en casa. Estuve trabajando un rato largo. Llegó la noche y con ella, el hambre.
-
¿Que comemos? - le pregunté
-
¿Te parecen hamburguesas? - preguntó ella como
si fuese algo natural hablar conmigo
Algo se había quebrado y había
cambiado nuestra relación
-
Dale - dije yo
-
Sacalas del freezer - me dijo ella
-
Acá las órdenes las doy yo - le dije
-
Jajajaja
-
Jajajaja
Nos reímos juntos. Creo que nunca
había sucedido eso salvo contadas excepciones. Fue algo extraño cocinar los dos
uno al lado del otro. Nunca en nuestra vida habíamos hecho una actividad juntos,
y ahora parecíamos compinches. Ambos con delantales puestos y totalmente
desnudos debajo nos pusimos en la tarea. Yo empecé cortando cebollas para
dorarlas en una sartén. Ella se agachó a buscar el aceite y creo que lo hizo a
propósito de no flexionar las piernas para exponerse aún más ante mí.
Hicimos las hamburguesas y no me
equivoco si digo que fueron las mejores que comí en mi vida. Bueno, es obvio
que hubo muchas mejores, pero de esas que se hacen en casa, habían sido las
mejores hasta el momento.
Fue entonces que nuestro perro
Pastor se acercó a nosotros como pidiendo comida.
-
Andate! – le espetó ella
-
No, que se quede - le dije
Debía volver a imponer mi
autoridad y el perro fue el que me ayudó a recordar que no éramos unos hermanos
normales y corrientes. Esta era una relación de fuerzas que había cambiado,
siendo ahora yo quien se imponía sobre ella
Como era de esperarse, no dijo
nada
Natalia siempre fue de tratar mal
a Pastor. Recuerdo que una vez el perro la olió en sus partes y ella le pegó y
cuando la reté delante de mis padres, ellos se pusieron de su lado. Nunca me
voy a olvidar de ese momento. Quizás fue por eso que se me empezó a crecer en
mi un germen de maldad hacia mi hermana que incluía a nuestro perro. ¿Pero cómo?
No se
Al otro día, mi hermana estaba
desnuda como ya era costumbre y apareció en mi cuarto con un mate y termo. No
era el mate y el termo de siempre, sino que eran unos de mejor calidad que
usaba solo ella. Me pareció un gesto enorme de su parte, pero no debía ceder
terreno de ninguna manera
Casi sin darme cuenta, ya había
logrado tener a mi hermana a mi disposición totalmente desnuda todo el tiempo.
Recapitulando, me daba cuenta que
le había acabado en una porción de pizza y se la había comido, me la había
cogido y le había acabado adentro y le había hecho chupar un cepillo de dientes
que había estado metido en su culo. Era mucho, sí, pero podía haber mas
Las cosas parecieron complicarse
cuando nuestros padres llamaron y nos dijeron que estarían unos días más y se
volverían. Yo contaba con al menos una semana y parecía que iban a volver en 4
días mas
Recuerdo que cuando llamaron se
me ocurrió una pequeña maldad y le acerqué mi pija, aun no del todo erecta a mi
hermana, mientras hablaba por teléfono con nuestra madre
-
Si, mami - decía ella
Y se metió mi pija en la boca
mientras escuchaba a mi madre hablar. Del morbo que me produjo, se me paró la
pija tanto que tuvo que sacársela de golpe porque no le entraba en la boca.
Empezó a chupármela con ganas mientras seguía escuchando a nuestra madre. Juro
que tuve que contenerme para no acabar
Cuando la conversación derivó
para el tema perro y darle la comida, mi hermana dijo,
-
Esperá que lo tengo acá al lado - y me pasó el
teléfono a mi
-
Hola mami - le dije a nuestra madre
Mi hermana me hizo sentar y lo
que hizo a continuación no me lo esperaba.
-
Si mami -decía yo - ya le compro mañana la
comida a Pastor
Estaba hablando cuando ella se
sienta encima de mi pierna con su concha mojada y agarrándome del pelo con
fuerza me obliga a que le chupe el pezón mientras con la otra mano se agarra la
teta y la mete en mi boca.
Yo no podía hablar y mi madre me
preguntaba
-
Hola, ¿estás ahí?
-
Mmmmm, mi boca estaba ocupada
-
¡Hola!
-
Se cortó me parece, oí que le decía a mi padre
Mi hermana agarró el teléfono y
lo tiró arriba de la mesa. Se sentó encima de mí y agarrando mi verga se la
metió en la concha y comenzó a cogerme ella a mí. Estaba desesperada, no tuve
tiempo ni de reaccionar. Giró y se dio cuenta que el teléfono seguía en llamada
y lo agarró y me lo pasó
-
Hola
-
Hola dije, si se debe haber cortado por la señal
Seguí la conversación mientras mi
hermana me cabalgaba, ahora un poco más despacio y me sonreía. En un momento
empezó a acabar ella y me susurraba en el otro oído
-
Aghhhhh estoy acabando….
Si no fuese por la voz de mi mamá
del otro oído hubiese acabado
-
¿Qué te pasa, Juan? – me preguntaba mi madre
-
Nada, no, yoooo
En ese momento veo que Pastor,
nuestro perro, me empieza a chupar la pierna, justo donde había estado apoyada
mi hermana. Estaba lamiendo los fluidos de mi hermana caliente. Natalia giró la
cabeza y miró con desprecio al perro, pero no se animó a gritarle y mucho menos
a golpearlo. Yo seguía en conversación con mi madre en un oído, mi hermana
acabando en mi otro oído y el perro lamiendo era un cuadro de lo más bizarro.
Corté con mi mamá porque no deba más
y me dediqué a cogerme a mi hermana con una maldad en mente. La subí a la mesa
y comencé a chuparle la concha. Pastor miraba atentamente la escena con las
orejas paradas. Me hermana chorreaba por la concha llena de excitación. Nunca
había visto algo igual.
Al perro le debe haber llegado el
olor de mi hermana porque vi que empezó a inquietarse y a mover la lengua,
siempre a metros de nosotros. Ella lo miraba con desprecio, pero el perro
estaba en otra, visiblemente excitado.
No sé cómo se me ocurrió hacer lo
que hice en ese momento. Me senté en la silla y la obligué a mi hermana a que
se siente encima de mí, pero dándome la espalda y de frente al perro.
-
Quiero que Pastor vea como te cojo - le dije al
oído
-
Este perro de mierda… - dice ella
-
Mirá como te mira - le decía yo
-
Es un perro de mierda - repetía ella
Ella subía y bajaba sobre mí con
las piernas cerradas y con sus manos en mis piernas abiertas. Quise ir un poco más
lejos y la obligué ahora a abrir las piernas por fuera de las mías quedando más
expuesta hacia el perro
En un momento miro en dirección
al perro y se le había parado la pija mirando la escena nuestra, era increíble.
Las orejas paradas y ver la mojada concha expuesta de mi hermana parecían
volverlo loco.
-
Mirá se le paró la pija - le dije a mi hermana
-
Sácalo de acá - decía ella
-
Miralo. se muere por chuparte la concha
-
Sacalo - me pedía ella
Me la jugué con lo que hice. Le
froté el mojado clítoris a mi hermana y con los dedos húmedos los acerqué al
hocico del perro que sacó la lengua, me chupó y pareció volverse loco
-
¿Qué haces? - gritaba mi hermana
-
Dejalo que juegue - me divertía yo…
-
Nooooo - decía ella
Mi hermana me estaba cogiendo con
el hocico del perro a 30 centímetros de su concha. Volví a meterle esta vez el
dedo e hice una cosa muy bizarra. Saqué mi pija de la concha de mi hermana y la
acerqué a perro.
-
¿Qué haces, degenerado? - Dijo ella
-
Shhhh - dije yo
-
Sos un enfermo…
Mi pija estaba bañada por el
flujo de mi hermana. Cuando Pastor se acercó y lamió la punta de mi pija dos
veces, la retiré y volví a meterla en la concha de ella.
El perro se quedó mirando como
esperando algo, un gesto que le permita satisfacer su deseo.
-
Estás loco - decía ella
-
Mmmmm, mirá las ganas que tiene de chuparte la
concha - le susurraba yo al oído
-
Sacalo, por favor - decía ella
-
Esto es por todo lo mala que fuiste con el
perro, como fuiste conmigo
Mi hermana sollozaba y no
entendía se era excitación, sorpresa o terror por lo que estaba por suceder. Aun
así, no me apiadé de ella
-
Vení Pastor, probá lo rica que está esta concha
- dije
-
Nooooo - dijo
ella tratando de cerrar las piernas
-
Vení Pastor - y le agarré las piernas a mi
hermana abriéndoselas aún mas
El perro se acercó y comenzó a
pasar la lengua como un desesperado por toda la zona, por la concha de Natalia,
por mi pija, por su costado. Saqué la pija y la adelanté a mi hermana para que
quedara solo ella y el perro.
El can pareció entender mi
intención y comenzó a chupar la concha de mi hermana con frenesí.
-
Tirate al piso, le ordené a mi hermana
-
Noooo, dijo mi hermana, pero aun así lo hizo
El perro le lamía la concha y yo
le frotaba el clítoris humedeciéndola hasta mas no poder. Todo lo que ella
segregaba el perro lo lamía.
-
Aghhhhh gritaba ella
-
Vas a acabar con Pastor chupándote la concha
-
Aghhhhh
-
Es tu castigo por tratarlo tan mal…
-
Aghhhhhhahhh ahhhhh ahhhh - acabó mi hermana
-
¿Te gustó?
-
Sos un hijo de puta…
-
Tenemos la misma madre, lo que te convierte a
vos en lo mismo…
El perro estaba como loco. Su
pene totalmente expuesto había salido como un lápiz labial. Lo miré y me apiadé
de él y me dije: ¿porque no?
-
Si queres redimirte totalmente con el perro, tenés
que hacerlo acabar, le dije
-
¿Vos estás loco?
-
Hacele la paja - le ordené
-
Vos no das más de enfermo - me dijo mirándome
con odio
-
Vení Pastor - dije como respuesta a todo
El perro se acercó a nosotros y
ella sin dudar acercó su pequeña mano a la pija del perro y comenzó a
estimularlo. Ni que decir que el perro pareció volverse loco de placer y empezó
a mover sus caderas adelante y atrás totalmente excitado.
-
Metete dos dedos en la concha y dáselos a chupar
mientras le haces la paja con la otra mano - le ordené
-
Vos estás loco – decía ella, pero obedecía
Cuando hizo eso el perro comenzó
a acabar como loco y salían chorros disparados que iban a parar a su mano y su
brazo. Natalia los miraba con asco. Yo los miraba con fascinación
-
Andá a bañarte - le ordené a mi hermana
-
Bueno - dijo aliviada al verse saliendo de esta
situación
-
Vení Pastor - le dije al perro acariciándolo
-
¿Estás contento? - preguntó ella
-
¿A mí o al perro le preguntas? - Dije riendo
-
A los dos - dijo con una sonrisa casi obligada
-
Creo que los dos estamos contentos, ¿no Pastor? – dije mirando al canino.
El perro pegó un ladrido y movió
la cola y empezamos a reírnos a carcajadas. Eso me hizo pensar que mi hermana
se había reconciliado con el perro, pero no, parece que no fue tan así porque
dijo:
-
Bueno, espero que lo hayas disfrutado, perro de
mierda, porque nunca más te voy a hacer eso
-
Pobre Pastor - dije yo con una risa
-
Que se conforme
-
El perro se lo merecía por todo lo mal que lo
trataste siempre
Mi hermana se fue en dirección al
baño toda llena de leche de Pastor. Yo no había acabado, sin embargo, había
disfrutado mucho de la situación
Verla irse desnuda sobre esos
tacones rosas, moviendo esa manzanita que tiene por culo y después de haberla
tenido a mi merced, me provocó una erección tremenda.
(continúa acá)
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