Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Doble vida (8)

 



Me fui al baño detrás de ella y me senté en el inodoro mientras la contemplaba ducharse. Me gustaba verla desnuda. Creo que a esta altura ella también disfrutaba exponiéndose como lo que era, una puta.

Cuando nuestros ojos se cruzaron no dejamos de sostener la mirada. Ella se enjabonaba. Yo me masturbaba. Sus tetas eran perfectas. Mi pija estaba enorme y dura. Sus pezones estaban hinchados. De mi verga brotaba el líquido pre seminal a borbotones.

-        Tengo ganas de mear, pero con la pija parada no voy a poder le dije

-        ¿Necesitas ayuda?

-        Si

-        Entrá en la ducha, me dijo ella

Yo me dejé llevar y me metí con ella en la ducha. Ni bien entré empezamos a besarnos. No parecíamos hermanos que se habían odiado. Ella parecía haber olvidado el episodio con el perro y yo no recordaba todas sus humillaciones. Parecíamos dos desesperados. Ella me agarraba la pija y me pajeaba, yo le metía de a dos o tres dedos en la concha. Ella se arrodilló a chupármela, yo le acariciaba el cabello mientras le caía el agua en la cara. Ella me miraba con lujuria, yo a ella, también.

Miré para abajo. El agua le caía por el pelo y por toda la cara, pero no dejaba de chuparme la verga. Lo hacía con una pasión desmedida. Se afanaba en metérsela completamente en la boca. Yo la agarraba de la cabeza y empujaba hacía mí para intentar hacerla sufrir. Llegó inclusive a hacer arcadas, pero nunca dejaba de chuparme, parecía obsesionada. Evidentemente, ella sentía placer al chupar una verga.

En ese momento, como si fuera un rayo, una idea muy perversa se originó en mi cabeza. Volvieron las ganas de orinar y nuevamente me pregunté ¿Por qué no?

Saqué mi pija de la boca de mi hermana y ella abrió los ojos como un niño al que se le escapa un globo, parecía abandonada. Me moría de ganas de orinar y mi pene comenzaba a perder un poco la erección. Sin decirle nada me agarré la verga y apunté a sus pechos.

El delgado y dorado hilo de orín comenzó a salir de mi pija y comenzó a bañar a mi hermana. Ella me miraba como no entendiendo nada, pero aun así no dijo palabra. Estiré mi mano y apagué la ducha, quería que solo mi dorado fluido la recorriera por completo. No me animaba a apuntar a su rostro. Creo que fue ella la que me lo pidió cerrando los ojos y levantando la cara hacia mí. No dudé. Empecé a dirigir el chorro de pis a su cara y no sé si me pareció o qué, pero una leve sonrisa parecía dibujarse en su rostro.

Cuando menos lo esperaba, abrió sus ojos y ¡su boca! Aprestándose a recibir el fluido en sus fauces. Una locura como me miraba y buscaba con su boca abierta el chorro para que se le meta. Creo que no tragó, pero me cuesta saberlo a ciencia cierta. Siguió moviendo su cabeza y adelantó su cuerpo cuando el chorro perdía potencia, acercándose cada vez más a mi pija y buscándola con la boca.

Yo la miraba obnubilado, no podía creer que Naty, mi dulce hermana para todo el mundo, fuera tan puta y tan sumisa cuando quería. Seguía arrodillada y ahora reinaba en el ambiente un olor acre de mi orinada. Era algo asqueroso en otra circunstancia, pero en esta hizo que la pija se me pusiera mucho más dura aún.

-        Chupame la pija – le ordené

-        Mmmmm – susurró

Natalia se metió la verga sin dilación y comenzó una mamada superlativa. Me acariciaba los huevos y se metía toda la pija en la boca

-        ¿Te gusta mi verga, putita?  – la pregunta me salió sola

-        Mmmmm – asintió con la cabeza sin sacarse mi pija de la boca

-        Sos una puta, Naty, sabías?

-        Mmmmm – volvió a asentir

Su cabeza subía y bajaba con mi verga dentro de su boca y me dirigía sin retorno a un orgasmo incomparable. Estaba sometiendo a mi hermana y le iba a acabar en la boca

-        ¿Te vas a tragar toda mi leche?  – le pregunté

Para mi sorpresa, esta vez no asintió e hizo algo mucho mejor. Se sacó la pija de la boca y mirándome a los ojos me dijo:

-        Lo que vos quieras

-        ¡Si, trágate mi leche, puta!  – le ordené

Me vacié en su boca. Primero un chorro, luego otro y otro y otro. No paraba de acabar y mi hermanita de tragar como una devoradora compulsiva de leche.

Le agarré la cabeza fuerte hacia mí e hizo una arcada, casi vomita, pero con los ojos llorosos me miró y siguió chupando y tragando mientras mi pene volvía a su estado de reposo dentro de su boca.

Cuando mi hermana terminó de ducharse y actuando con mucha parsimonia, se puso de pie y tomando el jabón con sus dos pequeñas manos comenzó a enjabonarme la pija y los huevos.

-        Vamos a dejarte limpito – dijo sin mirarme a los ojos

-        Bueno – dije yo dejándome hacer

El tiempo restante lo pasó abocada a la tarea de dejarme limpito. Me pasó la mano enjabonada por la cola y sentí una pequeña oleada de placer. No quise dejarla que avance en profundidad para no mostrarme vulnerable ante su accionar, de modo que me fui sin decir palabra, saliendo de la ducha si secándome el cuerpo mientras la miraba bañarse y acariciarse el cuerpo enjabonado.

Me fui a mi habitación antes de mostrar una erección que seguramente me provocaría si me mantenía allí.

Ya en mi habitación me puse a trabajar en algunas cosas para no atrasarme mientras pensaba de qué manera podría humillar a mi hermana. Nada se me ocurría.

Después de un rato de trabajar, volví a mirar las fotos de Naty y sin saber cómo una nueva idea perversa se apareció en mi mente: su cola abierta, su fruncido ano abierto en la foto debía ser mío.

 

 

(continua acá)

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