Estaba en mi habitación
trabajando con la computadora y en la casa reinaba un completo silencio. Era
placentero saber que no estaban mis padres con el televisor a todo volumen.
Cuando salí al pasillo disfruté
de ese silencio. La puerta de la habitación de Natalia, mi hermana, estaba
cerrada. No dudé en tomar el picaporte y abrirla sin permiso
-
¿Qué haces? – dijo ella
-
¿Te asusté? – pregunté con una sonrisa
-
Sí, mucho – rio ella
Estaba solo con una pequeña
bombachita y sin nada en la parte superior luciendo sus pequeños y turgentes
pechos
-
Vení – le ordené
-
¿A dónde?
-
¡Vos vení!
Me acompaño por el pasillo y
salimos al living. Natalia estaba expectante a mi lado mirado en todas las
direcciones. Señalé el sillón del living y le ordené
-
Arrodillate en el sofá y ponete con el culo
apuntando hacia mí
-
Como digas – dijo con un tono de sumisión que
hizo que mi pija, ya muy dura, diera un respingo
-
Dale – dije queriendo hacerme el duro. Me
costaba este papel
Natalia sabía lo que yo quería.
Repetir exactamente la misma foto que le habían sacado (quiero suponer que su
novio) y que ahora estaba en mi poder.
Ella no dudó y lo hizo
perfectamente. Separó las piernas y apoyó la barbilla en el respaldo del
sillón.
-
Ya sabes lo que quiero, ¿no? – le dije
-
Creo que sí. – dijo ella
-
Quiero que representes exactamente esta foto
Extendí mi mano exhibiendo mi
celular y pude ver como su cara palideció.
-
Tenés las fotos en tu teléfono?
-
Solo esta. – le mentí
-
No se la vayas a mandar a alguien… y borrala,
por favor, es muy peligroso
-
Ahora hacé lo que te pido – le ordené
La vi temblar de miedo, pero, aun
así, se arrodilló poniendo su culo levantado y mirándome de costado con una
cara de putita que me hizo doler la pija.
El cuadro era tremendo. Mi
hermana con toda la blanca bombacha metida en la cola y exhibiéndose como una
cualquiera frente a su hermano que tanto odiaba. No creía que podría gozar más
en mi vida, pero me equivocaba. Me dolía tanto la erección que tenía que no
dudé en bajarme los pantalones y calzoncillos juntos para sacarla del pantalón.
Ella me vio, pero no emitió palabra
-
Bajate la bombacha como en la foto y abrite el
culo – le ordené
-
Si – dijo ella
Sin dudarlo, comenzó a mover el
culo mientras deslizaba la bombacha hacia abajo y esta se enroscaba a la altura
de sus rodillas.
Ya todo me parecía alucinante, y más
aún cuando con sus dos manitos abrió su cola exhibiendo su rosado y fruncido
ano, su mancha de nacimiento debajo del glúteo y su concha que parecía
brillosa. ¿Acaso se estaría excitando con todo esto?
Yo me acerqué con mi verga dura.
Cuando estuve a punto de rozarla con la punta de mi verga me asaltó otra idea y
sin dudarlo le di un fuerte cachetazo en la cola. Plaf!
-
Aghhhhh – gruño ella
-
¡Por putita! – le dije, y le pegué otro cachetazo plaf!
-
Mmmmm, me lo merezco! – dijo ella
Me acerqué aún más y lentamente,
flexionando las rodillas, metí la cabeza de mi dura y palpitante verga en la
entrada de su concha. Sin dudar, me agarré de sus rojas caderas y me adelanté
con decisión y le enterré el total de mi verga de un solo movimiento
-
Aghhhhhhhhhhh – gritó ella
-
Mmmmmm – susurré yo
Debía tomar el control y no
permitirle que gozara, pero me era muy difícil. La sensación de mi pija en su
concha era inigualable. Sumado a esto, la visión de su rosado ano me llevaba al
extremo del placer. No sé cómo me animé, creo que tantos años viendo porno
hicieron que se me ocurriera lo que hice a continuación.
Le saqué la verga y agachándome
un poco acerqué mi boca a su culo y dejé caer un chorro espeso de saliva y sin
dudarlo le metí mi dedo pulgar. Volví a la posición anterior cogiéndola por la
concha sin sacar nunca mi dedo gordo de su apretado culo
-
Grrrrrr – gruñía ella
-
¡Qué puta que sos! – le decía yo
-
Mmmmm
-
Sos muy puta y lo sabes! – insistía yo intentado
humillarla aún mas
-
Aghhhhhhh – ella solo susurraba
-
Mirá si te viera el cura!
-
Aghhhhh
Su concha estaba muy lubricada y
esa hacía que mi verga iba y venía como un pistón aceitado.
Estaba cerca de acabar, pero me
sentía con necesidad de una nueva y mayor sodomización de mi hermana y no dude.
Le saqué la verga, volví a escupirle el culo y le apoyé la cabeza empujando con
fuerza
-
Noooooo – gritó ella
-
¡Te voy a coger la cola, putita!
-
Nooooooo – pareció clamar, pero esta vez sin
tanto fervor
-
¡Voy a cogerte el culo y te lo voy a llenar de
leche!
-
Mmmmm – ya se entregaba mi hermanita
Hundí mi glande y pude ver como
mordía la tela del sillón. Su manchita marrón aparecía en su glúteo y me ponía más
caliente todavía. Su culo me apretaba la pija, pero era tal mi erección que no
sentía dolor. Me agarré firme de sus caderas y empecé a empujar lentamente. Créanme
que no miento cuando digo que ver desaparecer mi pija dentro del culo apretado
de Naty fue lo mejor que vi en mi vida.
-
Aghhhhhh ahhhhhhh – el gritó de mi hermana se
escuchó en toda la casa
-
Tomá putita!
-
Aghhhhhh ahhhhhh
-
Te voy a llenar de leche, ¿sabías? – yo bufaba y profería insultos como un
desquiciado
-
Aghhhh ahhhhhhh me estas matando!!! – atinó ella
a decir
-
Pedime que te coja! – le ordené
No sé si lo hizo como estrategia
o porque lo pensaba así, pero me sorprendió
-
¡No, eso no!
-
Pedime que te coja si no queres que el padre
Roberto (el cura) vea las fotos
-
Ayyyy noooo por favor!
-
Pedime que te coja o las va a ver mamá también!
– la apuré
-
Cogeme, dale cogeme! – dijo casi en un susurro
-
No te escucho
-
Cogeme – ahora en un tono más firme
-
¿Como?
-
Cogeme! – ahora gritaba
-
Siiiii? Queres que te coja?
-
Siiii cogeme hijo de puta! – gritaba ella
No esperaba que girara la cabeza
y me mirase. Una lágrima corría por su mejilla, pero no dejaba de mirarme. Le
sostuve la mirada y le pregunté sin dudarlo
-
Queres que te llene el culo de leche?
-
Mmmmm siiiii
Ya estaba ahí, ¿Por qué no
hacerlo?
-
Pedímelo! – le ordené
Supo que no tenía escapatoria
-
Siiiii, llename el culo de leche, hermanito!!!!
-
Aghhhhh ahhhhh ahhhhhh – me desplomé sobre ella
mientras acababa como un poseído
-
Cogeme el culo y lléname de leche dale! – eso no
era parte del guion. Le salió del alma
-
Aghhhhh aghhhhh me encanta cogerte el culo Naty!
– le dije también improvisando
-
Me mataste, Juan – dijo y me pareció ver una
sonrisa en su rostro
Estuve tentado de buscar su boca
para besarla, pero me contuve. No éramos novios. Ella era mi perra obediente y
debía limitarme a eso.
(continúa acá)
Pueden dejarme sus comentarios en
reybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005