Al otro día me desperté muy
confuso. Había cogido de una manera extremadamente caliente y morbosa con mi
hermana. Después se produjo un momento de tensión entre nosotros que derivó en
una angustia tremenda como nunca en mi vida había sufrido.
Me había mostrado vulnerable ante
mi hermana. Se había derrumbado todo lo que había construido para poder
dominarla. No sabía cómo hacer para volver a tener el control sobre ella.
Estaba en esos pensamientos cuando al salir de mi cuarto me topo con ella.
Natalia me mira y pude ver que
tenía los ojos hinchados, señal de que había estado llorando toda la noche. Eso
despertó en mi la ilusión de que finalmente mi hermana no era todo lo que yo me
había imaginado en todos estos años. Por una parte, era una hembra caliente y
desatada en la intimidad, mientras que en sociedad se comportaba como una monja.
Por otra parte, se había comportado durante muchos años de manera despiadada
conmigo, pero ahora lloraba toda una noche por el daño que me había hecho y por
verme así.
Todo esto hizo recuperar en mi la
fe en que podría volver a tomar el control sobre mi hermana, pero ¿era
realmente eso lo que yo quería? Ahora que sabía que dentro de su corazón
anidaba una persona buena, ¿quería someterla a mas humillaciones?
Por otra parte, quería seguir
disfrutando de ella en la intimidad, quería volver a cogérmela, quería cumplir
muchas fantasías ahora que empezaba a tener otra vida.
En el desayuno no cruzamos
palabras y comencé a atacar las tostadas con desesperación. Así había sido toda
mi vida, tapaba los problemas con comida. Natalia no me miraba, evitaba cruzarse
con mis ojos.
Mi madre, que la conocía a la
perfección, le preguntó
-
¿Qué te pasa?
-
Nada – dijo Natalia cortante
-
Estuviste llorando, lo se
-
Si
-
¿Qué pasa? ¿Problemas con Joaquín? – preguntó mi madre
Joaquín era el novio de Natalia y
el portador de la verga que aparecía en muchas de las fotos. Levanté mi mirada
y se cruzó con la de mi hermana y un gesto de tristeza se apoderó de su rostro.
Casi se larga a llorar de inmediato
-
Si, problemas con Joaquín – dijo y se levantó de
la mesa
-
Esperá – dijo mi madre que se quedó con la
palabra en la boca
-
Voy yo – dije y me levanté tras ella
Mi madre no entendía desde cuando
yo podía y me animaba a intentar consolar a mi hermana.
-
¿Qué vas a hacer? – me preguntaba mi madre incrédula
-
Dejame a mí – dije con una suficiencia que
desconocía en mi
Me levanté y fui corriendo, logré
entrar en la habitación antes de que Naty cierre la puerta. Ella me miró, se
tiró en la cama y se puso a llorar. No dudé un instante, cerré la puerta con
llave y me tiré en la cama con ella
-
¿Qué me vas a hacer? – me miró ella ahora con espanto
-
Noooo, ¿qué estás pensando? solo quiero hablar
con vos – me atajé rápidamente
-
¿Por qué cerrás la puerta? – me dijo
Creo que era la primera vez que
en una situación límite me iluminaba como sucedió. Me acerqué al oído y
abrazándola le dije
-
Primero, solo quiero decirte que te quiero -
susurrándole al oído
-
Bueno – dijo en un tono muy suave
-
Segundo, estoy seguro que mamá está escuchando
tras la puerta, así que ojo lo que decís
-
Jiji – una risita nerviosa se escapó de su boca
-
Y tercero, por más que me hayas hecho mucho
daño, no me gusta verte llorar. Ahora – en ese momento levanté el tono para que,
si mi mamá quisiera, pueda escuchar – lo importante es que vos estés bien y te
des cuenta que todo pasa. Lo de Joaquín va a bien pronto, quedate tranquila
-
Gracias Juan, sos muy bueno – me abrazó y se
apretó fuerte contra mi
-
No me aprietes tanto que me empiezo a calentar –
le dije nuevamente al oído
-
Jiji – esta vez la risa sonó un poco más fuerte
Escuchamos los pasos de mi mamá
que se iba y yo me separé para salir de la habitación de Natalia. Ella me
agarró de la mano y me detuvo.
-
Estoy en deuda con vos – me dijo
-
Vos no me debes nada - le respondí
-
¿Estamos a mano con todo lo que pasó hasta
ahora? – me preguntó con una sonrisa
maliciosa
-
Bueno, si queres alguna cosa más podrías hacer
por mí, pero no te voy a extorsionar. No tengas miedo.
-
Vas a borrar las fotos? – me preguntó
-
Nunca
Me miró con cara de desconcierto
-
Las quiero tener para mí, me encanta verte así
-
No hace falta, ya me viste personalmente – bajó
el tono por las dudas
-
Ya veré si las borro, quiero tener un seguro de
que no vas a volver a ser tan mala conmigo.
-
No hace falta, te lo juro – me dijo ella y se
acercó
-
Lo sé, Naty, te creo
-
Borralas, por favor – me suplicó
-
Vamos a hacer algo mejor que eso – le dije
-
¿Que?
-
¿Vos borraste tus fotos?
-
No – me dijo mostrando preocupación
-
Yo me voy a encargar de borrar las mías y las
tuyas y dejarlas todas en un lugar seguro al que solo puedas acceder vos – hice
una pausa – y yo, claro
-
No me queda otra que confiar en vos – me dijo
con una media sonrisa
-
Podes dejar todo así, pero es muy peligroso. –
le dije alertándola
-
Está bien, ¿cuándo lo podés hacer?
-
Mañana a la noche, me va a llevar tiempo – le
dije
Natalia salió de su habitación
con otro semblante. Lucía mucho más relajada y contenta. Mi madre estaba de pie
y miraba atónita. Yo la miré y me sentí triunfal.
Pasaron unos días sin muchas
novedades, nos cruzábamos muy poco porque ella retomó con más intensidad la
facultad y yo comencé gimnasio y me compré una bicicleta.
Debo reconocer que mis padres no
podían creer en la persona en que me estaba convirtiendo. Mi madre me atendía más
que nunca. No digo que sea interesada, pero el hecho que haya empezado a
aportar en la casa cambió mucho la manera en que era visto por mis progenitores
Una tarde en que volvía de andar
en bicicleta Natalia salía de la casa con María su caliente amiga. Cuando me
vio, yo venía con las calzas de ciclista y una remera ajustada me dijo sin
mediar palabras
-
¡Estás muy bien, Juan!
-
Gracias María, vos también estas muy bien – y le
recorrí el cuerpo con la mirada de una manera totalmente descarada
-
Gracias – lo dijo de una manera muy sexi
Al rato, le escribí un mensaje de
texto a Naty
·
¿Estas con María?
·
Si
·
¡Que linda que está!
·
Me voy a poner celosa
Me encantaba ese comentario de mi
hermana
·
Si queres esta noche podemos hacer lo de
seguridad de las fotos, ¿te parece?
·
Si, por favor
·
Dale, esta noche cuando se duerman papá y mamá –
le escribí
·
Dale, ¿vos borraste tus fotos?
·
Si – le mentí
Esa misma noche, Natalia me mandó
un WhatsApp para que vaya a su cuarto y hagamos lo de las fotos.
-
Pasá y cerrá la puerta con llave – me dijo
-
Bueno – dije obediente
-
Vení sentate acá y mirá mi computadora, ya sabes
dónde están las imágenes, ¿no?
Me senté en su cama y abrí la
computadora sobre mis piernas, rápidamente encontré las imágenes y las alojé en
un lugar seguro con contraseña y encriptadas. Usé de contraseña algo que solo
nosotros dos podíamos recordar.
Cuando estaba terminando, mi
hermana me mira y me dice:
-
me parece que te faltan guardar algunas.
-
No, ya revisé todas las carpetas
-
No, me refiero a las de mi teléfono – me dijo
con una sonrisa de oreja a oreja
-
Nooooo – le dije sorprendido
-
Siiiii – me dijo riendo
-
¿Nuevas?
-
Te van a sorprender y mucho
-
¿Más de lo que ya vi?
-
Fotos y videos – dijo
-
Noooo – creí morir en ese momento
Mi pija se paró de golpe, no pude
resistirlo. Me la imaginaba a mi hermana chupando la pija de su novio en video
o cabalgándola, pero lo que me tenía preparado era algo mucho mejor
-
Sé que te van a gustar mucho
-
¿Cómo estás tan segura? – decía yo queriendo jugar un poco con ella
-
No estoy sola… - agregó Natalia con una sonrisa
-
Si, con tu novio
-
No solamente…
En un primer momento pensé en
fotos con su novio y otro hombre. Después caí en que podía ser otra mujer. Lo
que no me esperaba era esto
-
Tomá, conectá el teléfono y bajalas por si lo
pierdo
-
Si si – dije apresurado y torpe
Cuando pude dar con las imágenes
en la pantalla, mi hermana, que miraba de costado apoyándome una teta en el
brazo, me sacó la mano y reemplazó la suya en el pad de la notebook y me dijo:
-
Mirá esta.
En la pantalla apareció ella
chupándole la pija a su novio. Me dio celos
-
Ahora mirá esta
Aparecieron dos tetas hermosas,
pero no eran las de ella. Los pezones más oscuros, la misma turgencia que las
suyas, pero más morena la piel
-
¿Quién es? – pregunté sin imaginar la respuesta
-
No te imaginas
-
No quiero pensar que es… - me interrumpí
-
Sí, es María
-
Nooooo
-
¡Si! Y hay más, pasá a la siguiente – me dijo
Pasé a la siguiente y pude ver
dos pares de tetas reflejadas en el espejo. Podía reconocer a las de mi hermana
y las otras eran las de María. Instintivamente metí la mano en mi pantalón y me
acomodé la verga
-
A ver – me dijo mi hermana metiendo la mano y
reemplazando la mía
-
Uffff, Naty – le dije
-
Queres que te haga una paja mientras mirás las
fotos mías y de María
-
Ustedes estuvieron juntas… - no me animé a
preguntar directamente
-
Estuvimos juntas desnudas, pero nunca hicimos
nada entre nosotras, aunque…
-
¿Aunque qué? – me carcomía la intriga
Mi hermana me hizo levantar,
bajarme pantalón y calzoncillos juntos y volver a sentarme mientras seguía
pajeándome suavemente.
-
Recién cuando nos sacamos esa foto… - dijo ella
-
¡¿Queeee?! ¿Estas fotos te las sacaste hoy? –
pregunté anonadado
-
Claro, recién en la casa de ella
-
Que hermoso – dije en un susurro
-
Y le conté que te las mostraría a vos
-
¿Me lo decís en serio? – saqué la vista de la pantalla para mirar a los
ojos a mi hermana
-
Si, totalmente
Mi hermana me dijo algo que me
dejó totalmente sorprendido.
-
Ahora quiero que acabes mirando las fotos y
después te cuento todo
-
Me mata la intriga de como llegaste a contarle
-
Es que le conté todo lo que pasó entre nosotros
– mi hermana me sonreía mientras no dejaba de hacerme la paja
-
Vos estás loca? – le dije mientras apoyaba la
notebook en la cama y me dejaba pajear por mi hermanita
-
Muy loca, pero todo salió muy bien – ahora
Natalia se arrodillaba en el piso para chuparme la verga
-
Aghhhhh – esbocé
-
Mirá las que siguen – dijo ella sacándose un
ratito la verga de la boca
-
Ummmmm
Yo sentía su boca en mi pija y
ahora veía la concha de María y de mi hermana en un primerísimo plano
-
Que concha hermosa… - dije casi al borde del orgasmo
-
Imaginate cogiéndote esa concha – me dijo mi
hermana y se metió de un golpe toda mi pija en la boca
No aguanté eso y me fui en un
orgasmo tremendo
-
Aghhhh Natyyyy acabooooooo
-
Mmmmmm – chupaba y chupaba mi hermana sin dejar
escapar ni una sola gota
-
Ayyyy Natyyyy, como me haces acabar hija de
puta! – esta vez el insulto fue en tono cariñoso
-
Me gusta tomarme tu lechita… - dijo ella
-
Que buena que sos – se me escapó ese comentario
-
Tengo que redimirme por lo mala que fui con vos
durante estos años
-
No hablemos de eso ahora – le dije
-
¿Te molesta?
-
No, pero quiero chuparte la concha en
agradecimiento
Mi hermana se sacó la ropa y se
tendió boca arriba en su cama, no sin antes colocar debajo de su cola un
almohadón. Yo en ese momento, me pregunté a que se debía y pude darme cuenta
luego
-
Mmmmm – me arrodillé en el piso y le abrí las
piernas para mirarle la concha con detenimiento
-
¿Te gusta más personalmente que en fotos? – preguntó ella con una risita
-
Totalmente
-
Aparte en las fotos no podés sentir el sabor, ¿no?
– decía ella y una gota de excitación
rodaba por sus labios vaginales
-
Ni el olor – dije yo como un imbécil
-
¿Que? ¿Tengo feo olor? – se alarmó ella y quiso cerrar las piernas
Yo rápidamente la tomé de las
rodillas y se lo impedí volviendo a abrírselas y metiendo mi cabeza en su
interior
-
Noooo, al contrario, un olor hermoso - aclaré
-
Eso me lo decís para no cagar el momento – dijo
ella que entendía todo
-
No, te juro, Naty – la miré con seriedad
-
¿Te gusta mi olor? ¿En serio?
-
Me encanta – dije
-
¿Si?
-
Y tu sabor
Diciendo esto me sumergí a chupar
y chupar su concha, le besaba los labios mayores, le pasaba la lengua por todo
el largo, se la hundía y le mordía el clítoris.
-
Mmmmm siiiii, seguí así – susurraba ella
-
Aghmmmmm, me encanta chuparte la concha
-
¡Qué hermano chanchito que resultaste, eh! – decía ella jugando con las palabras
-
Mmmmm – ahora me concentré en el clítoris
-
Aghhhh ahhhhhh aghhhhh
-
Mmmmmm – seguía dándole con fuerza al botón de
placer de mi hermana
Una mano mía, recordando lo que
ella me había hecho la vez pasada, empezó a jugar en su cola y un dedo se coló
en su ano. Nunca abandonaba mi trabajo en el clítoris. Ahí entendí el sentido
del almohadón. Ella se tomó de sus propias piernas por la parte posterior de
las rodillas y tiró hacia su pecho quedando totalmente expuesta y con su concha
y culo a mi merced
-
Aghhmmmm – que hermosa vista
-
Chupame toda – me ordenó
-
Mmmmm – un lengüetazo mío la recorrió desde el
ano hasta el clítoris
-
Aghhhhh ahhhhhh aghhhhh – vibraba ella
-
Mmmmmm – en la siguiente pasada dejé abundante
saliva en su ano
-
Aghhh Mmmmm
-
Mmmmm – un nuevo lengüetazo y cuando le mordí el
clítoris le metí un dedo en el culo sin preguntarle
-
Aghhhh aghhhh ahhhhhh
-
Mmmmm – más profundo el dedo y más acción en el
clítoris
-
Aghhhh acabo, Juan! – dijo mi nombre
-
Mmmmm – le metí un segundo dedo en el culo
mientras sentía que me inundaba la boca con sus jugos
-
Aghhhh ahhhhhh ahh ahhh ahhh ahhhhhh ahhhhh
aaaaahhhh - acababa ella
-
Mmmmm – chupaba y metía mis dedos en el culo yo
-
Aghhhh ahhhhh haceme acabar así, hermanito! – me
dijo y la pija se me terminó de parar en ese instante
-
Aghhh Mmmmm ahhhhhh Aghh - dije yo y me mostré
con la pija parada
-
Metémela en el culo, Juan – me pidió o me ordenó
-
Siiiii – le puse la cabeza en la entrada y
empujé
Mi verga entró sin dudar y ella
comenzó a apretar el culo como exprimiéndomela. Juro que hubiese aguantado si
no fuera por lo que hizo ella en ese momento
Me miró a los ojos y me dijo
-
Cogeme el culo y mírame a los ojos
-
Aghhhh ashhhh aghhhhh – le dije como toda
respuesta y la miré
-
Te merecías hacerme el culo así, hermanito
-
Agghhhh ahhh siiiii – estaba por acaba
-
Llename el culo de leche, dale! – me ordenó
La obedecí y me fui con varios
lechazos seguidos dentro de su cola. Ella comenzó a frotarse el clítoris y
alcanzó un segundo orgasmo acompañando el mío al grito de:
-
Cogeme cogeme cogeme
-
Shhhh, bajá la voz – le dije
-
Cogeme, cogeme – ella parecía no entender
-
Shhhh, shhhhh – me reía ahora yo
-
Cogeme asíiiiiiiiiiii
Me tiré encima de ella y la besé
en la boca con pasión. Ella recibió mi lengua con la suya y me apretó contra su
cuerpo mientras me abrazaba con brazos y piernas
-
Vas a despertar a mamá y papá – le dije
-
Les puse media pastilla en el té que les preparé
-
¿Tenías todo planeado?
-
Sí, todo – me dijo
-
Sos la mejor – le dije
-
Sigo estando en deuda
-
No me debes nada – le dije
-
Si y tengo muchas maneras de pagarte
-
¿Como esta? – le pregunté ilusionándome en volver a
cogérmela así
-
O algunas mejores
-
No hay nada mejor que esto - le dije con sinceridad
Lo pensaba realmente. Quería
tratarla amablemente porque era hermoso coger con ella. Yo no olvidaba que
éramos hermanos y que esto en algún momento se iba a terminar. De hecho, cada
encuentro podía ser el último. Mi verga se empezaba a debilitar en su culo
cuando vino la frase que la hizo revivir un poco
-
¿Me vas a negar que si te chupo la pija junto
con María no es mejor que esto? – me
dijo
-
No te lo voy a negar – dije tratando de entender
-
Mmmmm, se movió esa verga en mi culo – dijo
consciente de mi latigazo peneano
-
Pero esto es igualmente hermoso
-
Dejame intentar convencerla, pero por lo que
hablamos hoy, no va a ser tan difícil
-
Contame todo lo que hablaste con ella – le pedí
-
Mientras haces lo de las fotos – me dijo
-
OK
(continúa acá)
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