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Doble vida (17)
Pasaban los días y mi padre nos miraba con severidad a mi hermana y a mí, de a ratos en su mirada podía percibirse la amenaza latente.
Un día en que yo estaba en mi
habitación trabajando muy concentrado recibí un mensaje de mi hermana Natalia
·
Tenemos que hablar
·
¿De qué? – respondí rápidamente
·
De papá, tengo miedo que le cuente a mamá
·
No creo que lo haga.
·
Si, ayer me miraba como comiéndome con los ojos
·
¿De ganas de cogerte?
·
No sé, pero tengo miedo de que, si no le damos
algo, le cuente a mamá
·
¿Y si le cuenta que puede pasar? – quise ir a fondo con esa idea
·
No sé, pero es preferible que no
·
Mirá, papá ya nos vio cogiendo y a vos desnuda,
no creo que sirva de mucho mostrarle un video de vos y María
·
Yo sé cómo manejarlo a papá para tenerlo bajo mi
control
·
Naty, tengo mucho trabajo
·
Uy perdón – me dijo ella
·
Juntémosnos esta noche en mi cuarto a hablar
·
¿Solo a hablar?
- preguntó ella y puso emoji de diablo
·
Lo que vos quieras – dije haciéndome el
interesante
·
Bueno si no queres, solo hablamos
·
Siempre voy a querer cogerte, hermanita, sábelo
– concluí el intercambio de mensajes
Me puse a trabajar muy
intensamente porque me estaba atrasando y hacía unos días mi jefe me había
aumentado la paga semanal porque le había hecho cosas extra que no me había
pedido y estaba muy satisfecho con mi trabajo. No me pregunten cómo, pero me
daba cuenta de que estaba muy contento conmigo y por sus preguntas olía que me
iba a ofrecer algo.
Esa misma tarde fui al gimnasio
después de dar una vuelta larga con la bicicleta y recorrer la reserva
ecológica de Puerto Madero y andar viendo chicas hermosas por todos lados. La
calza era mi mejor prenda ya que me apretaba bien y hacía que los colgajos del
rápido descenso de peso no se notaran tanto. Con esa misma calza fui al
gimnasio y entrené un poco, pero sobre todo abdominales y brazos, dejando el
trabajo de las piernas a cargo de la bicicleta
Llegué a casa y estaban mamá y
papá en la cocina, al verme mi padre exclamó
-
Es increíble lo bien que estas. Juan
-
Gracias, pá
-
Se nota que te ejercitas mucho con tu hermana –
dijo con una sonrisa perversa
Yo creí morirme en ese instante.
Mi padre hacía alusión a nuestro encuentro sexual con mi hermana.
-
¿Que? Natalia va a ese gimnasio también? –
preguntó mi madre
-
Sí, ¿no? – preguntó mi padre
En ese momento, busqué la mirada
de mi padre y decidí levantar la apuesta y dije
-
No, hacemos ejercicios en el cuarto de Natalia o
en el mío
-
Mirá que bien – dijo mi mamá
-
¿Y qué tipo de ejercicios hacen? – quiso saber mi papá
-
Un poco de todo
-
¿Ella es buena? – ahora mi padre me miraba divertido
-
Es muy, muy buena
Mi padre se sonrió mirándome con
picardía. Mi madre parecía estar en otra mientras lavaba unas hojas de acelga
en la pileta de la cocina.
La cena transcurrió con
normalidad y mis padres se fueron a acostar. Natalia no demoró ni 5 minutos en
entrar en mi habitación
-
Hola – me dijo
-
Tengo novedades – dije yo
-
¿Qué novedades?
-
Papá está muy forro, hoy me picanteó delante de
mamá preguntándome si hacemos algo juntos
-
¿Y qué le dijiste?
-
Que hacíamos ejercicios en mi cuarto
-
Bueno – Natalia se sonrió y me dieron ganas de
besarla en ese instante – tampoco es mentira
-
Me preguntó si eras buena
-
¿Y qué le dijiste? – quiso saber Natalia
-
Que eras muy muy buena
-
Eso me gusta – dijo y la noté excitada
-
¿Qué te gusta? ¿Qué le haya respondido eso o que
papá sepa que sos muy buena?
-
Las dos cosas
-
Se está empezando a poner complicado todo con
papá – le dije
-
Si, espero poder convencerlo para que no cuente
nada
-
Vos decís de usar las fotos y el video con María
-
Sí, ¿no te parece buena idea?
-
Como idea no sé, pero seguro que al verlas se le
va a parar la pija a mil
-
Yo tenía la idea de mostrarle solo un poco e ir
dosificando para tenerlo controlado
-
Eso no está mal – dije
-
Si lo mantengo caliente, lo controlo – creo que
se le escapó ese comentario
-
¿Vos crees que papá te tiene ganas?
-
Nooooo, bah no sé, no creo
-
Si a los 58 años se pajea es porque le gusta el
sexo, ¿no? – argumenté
-
Sí, eso es verdad
-
Y decime – continué – ¿estarías dispuesta a
hacer algo con papá?
-
Nooooo
-
El otro día te calentaste mientras cogíamos y
pensaste en su verga
-
Reconozco que si – dijo ella muy caliente a esta
altura
-
Jajaja – reí yo y agarrándola de un brazo la
senté encima de mi falda y comencé a besarla
Ella se dejó hacer y en dos
segundos estaba arrodillada chupándome la pija.
-
¿Cerraste con llave? – se me ocurrió preguntar
-
No – dijo ella y volvió a meterse mi verga en la
boca
Yo me dejé llevar y no podía
quitar la vista del picaporte de la puerta. Escuché pasos en el pasillo y se lo
hice saber a mi hermana
-
Esperá – me dijo
Todo lo que a partir de ese
momento lo voy a recordar como una bisagra en lo que vino después.
Natalia se asomó a la puerta y mi
padre estaba ahí
-
¿Qué están haciendo? – preguntó él
-
Ejercicios – dije yo desde mi lugar acomodando
mi erección para no ser vista por mi padre
-
¿Qué tipo de ejercicios? – preguntó mi padre.
Yo pude visualizar como debajo de
su pantalón de pijama comenzaba a formarse una carpa. Esto no pasó
desapercibido para mi hermana que tuvo la más perversa de las ideas y le dijo
sin ningún tipo de reparo
-
Papá, pasá que tenemos que hablar con vos
El momento había llegado. Mi
padre pasó y se sentó en mi cama y mi hermana sin ningún tipo de pudor se sentó
encima de mis piernas de frente a él.
-
¿Qué pasa? – preguntó él
-
Los tres sabemos lo que pasa – dije yo
-
¿Que ustedes dos cogen? – dijo mi papá
-
¿Desde cuándo lo sabes? – quiso saber mi hermana
-
Desde hace muy poco, pero siempre supe que en
algún momento pasaría
-
¿Por qué? – preguntó mi hermana incrédula
-
Porque Natalia está muy buena y le gusta coger
como su padre y su madre. Y porque ustedes dos se odiaban y el paso del odio a
tenerle ganas a una persona es muy chico y encima estando juntos y viendo el
cuerpo de Natalia – mi padre ahora paseaba su mirada por el cuerpo de mi
hermana
-
No puedo creer que lo intuyeras – dije yo
-
Aparte, vos Juan, con tu poca salida al mundo
exterior es normal que vieras la posibilidad de coger con la persona que tenés más
cerca. El incesto es muy frecuente en familias con poco roce social.
-
Sí, pero yo tengo mucha vida social… - quiso
argumentar Natalia
-
Lo sé y ahora Juan empieza a tenerla también
-
Es verdad – dije yo continuando mi defensa
-
¿Le vas a contar a mamá? – preguntó Natalia
-
No sé – respondió él
-
¿Qué queres? – dijo ella
-
Yo no quiero nada. ¿Bueno, solo quiero que
tengan cuidado, ya estaban por coger ahora no? – dijo mi padre totalmente acertado
-
No, yo… - decía mi hermana
-
Lo sé, no hace falta que te excuses
-
Es verdad - reconocí yo
-
Natalia, te conozco y solo con verte sé que
estabas excitada
-
¿Tanto se me nota? – decía ella
-
Si me prometes que no le contás nada a mami,
tengo algo para mostrarte
-
¿Que? –
se apresuró nuestro padre
-
Pero prometeme que no le vas a contar
-
Ustedes prométanme que van a tener cuidado
-
Prometido – dijimos los dos
-
Dale, mostrame – mi padre miró a mi hermana de
arriba abajo de una manera lujuriosa
-
Mirá esta foto – dijo Natalia
Sacando su celular le mostró una
foto de ella desnuda.
-
Ummm – que bien decía mi padre tratando de
medirse
-
¿Te gustó? – mi hermana jugaba a calentarlo
-
Estas muy bien – no quería excederse el viejo
-
Bueno, tengo muchas así
-
¿Y? Mostrámelas – mi padre estaba ansioso y
caliente
-
Mirá esta – dijo mi hermana mostrándole otra
foto
-
Esa no sos vos – dijo mi padre
-
Lo se
Él se quedó mirando sin entender.
Estoy seguro de que ni se le cruzó por la cabeza la idea
-
¿Sabes quién es? – preguntó mi hermana
-
No
-
María
Se vio como la pija de mi padre
se movió dentro de su pantalón y él hizo un movimiento instintivo para tocarse
la zona
-
¿Te gusta?
-
Sí, es muy linda tu amiga – dijo él
-
Y es muy puta como Naty – agregué yo
-
¿Si?
-
Sí, papi – reconoció Natalia
En ese momento no sé porque lo
hice, pero me saqué la pija totalmente erecta del pantalón. Mi padre me miró
como diciendo ¿qué haces? Natalia me la agarró sin dudar y comenzó a pajearla.
-
Bueno, creo que me voy – dijo mi padre incómodo
-
Quedate, ya nos viste antes – dijo Natalia
-
Es muy peligroso – dijo mi padre
-
¿Por qué? Cerré con llave – decía Natalia muy
caliente
-
Porque soy tu padre y no está bien que los vea
-
Pero…
Mi padre se paró para irse y fue
evidente la carpa que tenía. Se detuvo acomodándose la verga y Natalia sin
dudar comenzó a chuparme la pija.
-
No hagas eso, Natalia – decía mi padre
-
Si no contás nada, te dejamos mirar – dijo ella
sacándose mi verga de la boca
Yo me sentía incómodo con la
presencia de mi padre en esta situación y mi pija no estaba del todo dura.
Natalia se esforzaba en chuparme como loca
-
Es muy fuerte ver a mi hija chupándole la pija a
su hermano
-
También es muy fuerte que se te pare viéndome –
dijo ella muy perversa
-
Si…
Mi padre no se iba. Natalia lo
miró y le dijo
-
Sacátela y pajeate
-
No – dijo él y se fue casi corriendo de la
habitación
Abrió torpemente la puerta y la
cerró detrás de sí. No se escucharon pasos por lo cual sabíamos que estaba detrás
de la puerta.
-
Se quedó detrás de la puerta – me dijo Natalia
-
Si
Mi pija recobró su rigidez y
Natalia tuvo una idea tremenda. Me agarró y me sentó en mi silla gamer y la
arrastró hasta la puerta. Se sacó toda la ropa y timando mi verga con su manito,
se sentó encima, dándome la espalda y enterrándose toda mi poronga hasta el
fondo. Su cara quedó a centímetros de la puerta
-
Aghhhh cogeme, cogeme así – susurró a la puerta
cerrada
-
Aghhh ahhhh ahhhhh – decía yo
Ella no paraba de subir y bajar
en mi pija y de sus labios salían las palabras más calientes
-
¿Me estas escuchando, papi? – dijo animada
-
Si – se escuchó del otro lado
-
Aghhhh. ¿Te gusta cómo cojo?
-
Mmmmm siiii – dijo mi padre con un tono excitado
que no le conocía
-
¿Te estas pajeando? – preguntó Natalia
-
Siiiii
-
Voy a acabar Naty – dije yo
-
Ayyyy Juan va a acabar y me va a llenar de
leche, papi
-
Aghhh ahhhhh ahhhhh, yo también – dijo mi padre
detrás de la puerta
-
¿Vos también me vas a dar tu leche? – Natalia se
estaba yendo al carajo
-
Siiii ahhhh ahhhh ahhhhhhhhhh – gemía mi padre
-
Aghhhhh ahhhh ahhhh yo también estoy acabado -
decía Natalia
Mi hermana se giró y me besó muy
apasionadamente enterrándome la legua hasta el fondo de mi boca. Yo pensé que
todo había terminado, pero no, Natalia tenía mas
-
Chupame la concha – me ordenó tirándose en mi
cama con las piernas abiertas
-
Aghhhmmmm – yo obedecí y me arrodillé en el
suelo
Se podía escuchar a mi padre
limpiando el piso del pasillo con unas servilletas. Había enchastrado todo
-
Aghhhh ahhhh ahhhh
-
Mmmmm – yo chupaba
-
¡Acabo de vuelta, Juaaaaannnn! – decía mi
hermana
Yo me tomaba mi propia acabada
sin decir nada, me guardé un poco en mi boca y subí a besarla y ella recogió
todo mi semen con la boca y con la concha comenzó a frotarse nuevamente con mi
pierna. Evidentemente nada la calmaba. Para colmo de males, se me ocurrió
tirarle una frase que la hizo detonar mientras se frotaba su concha húmeda y
desnuda contra mi muslo
-
Imaginate que esta es la leche de papá – le dije
-
Aghhhh ahhhhh hijo de puta no me digas esoooooo
– dijo ella
Me enterró más la lengua y creo
que acabó una tercera vez y se desplomó sobre mí. No dábamos más, pero quedaba
una pequeña sorpresa mas
Mi padre abre la puerta y nos
mira sonriente a los dos
-
No se duerman tarde – nos lo dijo en el tono en
el que nos retaba
-
No, pa, hasta mañana – dije yo
-
Hasta mañana, pa – dijo ella exhibiéndose ahora
ante nuestro padre
-
Hasta mañana – dijo él
(continúa acá)
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