Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Doble vida (15)

 


Esa noche mi hermana me contó todo lo que había hablado con María su flaquita y morocha amiga. Le había contado que había cogido conmigo y que yo tenía una pija hermosa. De hecho, tuve que dejar que mi hermana me sacara unas fotos a mi verga para mostrárselas a ella.

Era increíble todo esto, había pasado de dominador y verdugo de mi hermana a ser un enamorado de ella y ahora se abría la posibilidad de estar con ella y con su amiga. Una auténtica y hermosa locura.

Me encuentro en mi habitación trabajando cuando entra mi hermana totalmente turbada

-        ¿Qué pasa, Naty?  – ya la llamaba de manera cariñosa

-        Nada, nada

-        Decime, Natalia, ¡parece que hubieses visto a un fantasma!  – le dije

-        Es algo muy fuerte, raro, no se – a mi hermana se le alborotaban las palabras

-        ¿Qué pasó?

-        Recién lo vi a papá con la verga parada mientras se duchaba

-        ¿Que? ¿Como?  – no daba crédito a lo que oía

-        Entré al baño y no se si no se estaba pajeando – me dijo ella

-        Noooo ¿y que hizo él? – le pregunté

-        Nada, los dos nos quedamos duros – dijo mi hermana con una risa nerviosa

-        ¡Qué bárbaro, mirá papá cascándosela a los 58 años, eh!  – dije entre risas

-        No pude evitar mirársela – dijo ella con una sonrisa

-        ¿Y?  qué tal? – dije curioso

-        ¡Muy bien! ¡Muy bien!  – dijo recomponiéndose ahora

-        Bueno, ya te bajaste a tu hermano, no sería tan loco que te bajes a tu padre – dije por decir

-        Vos estas más enfermo que yo…

-        Era un chiste

-        Espero que lo sea – dijo ella

-        Bueno….

Mi hermana me pegó un codazo y se rió de muy buena gana. Me encantaba verla así. Creo que fue esa distensión la que me hizo preguntarle sin ningún reparo como andaban las cosas con su amiga María

-        ¿Cómo viene la cosa con María?

-        ¿A qué te referís?  – me inquirió ella

-        Crees que yo podría llegar a… - no me animaba a seguir

-        Le mandé tus fotos

-        ¿Yyyyy? – yo no daba más de curiosidad

-        Mirá, sé que le re gustaron y hasta estoy segura que se tocó, pero…

-        ¿Pero qué?  – ya me estaba empezando a desilusionar

-        Una cosa es lo virtual, fotos, chats, videos…y otra cosa es llevarlo a cabo – me decía Naty con total lógica

-        Si si, entiendo – mi cara de decepción lo era todo

-        Pero no voy a dejar de intentarlo – me dijo ella

-        ¿Vos estuviste con ella en la intimidad?  – le dije cuidando mucho las palabras

-        Si cogí con ella, no. La respuesta, es no. – me dijo seria

-        Pero…

-        Si, estuvimos los cuatro con nuestros novios, pero lo otro es un paso muy fuerte, aunque te confieso algo…

-        ¿Que?

-        El otro día, cuando estábamos las dos desnudas sacándonos fotos me re calenté

-        Mmmmm – atiné a susurrar

-        Por ella y por vos – me dijo nerviosa

-        ¿Está la puerta cerrada?  – le dije mirando hacia la cerradura

-        Jajaja, que estás pensando? – dijo ella y cerró la puerta con llave

-        En cogerte ahora mismo – me envalentoné

Natalia se sacó toda, pero absolutamente toda la ropa y yo apenas si me había desnudado mi torso, que ahora lucía mejor con muchos kilos menos, aunque un poco flácido.

-        ¡Es increíble todo lo que adelgazaste!  – me decía mi hermana mientras acariciaba mi cuerpo

-        Sí, pero faltan kilos y mucho gimnasio

-        Vení, cogeme que estoy re caliente! – me dijo ella

-        No – la detuve

-        ¿Qué pasa?  – me dijo preocupada

Creo que ella en ese momento se imaginó que yo volvía a mis juegos de dominación. Nada mas lejos. Yo quería que ella me domine ahora

-        ¡No quiero cogerte! ¡Quiero que vos me cojas a mí!  – le dije mirándola serio a los ojos

-        Quedate tranquilo que te voy a RE COGER – me dijo ella acentuando esa palabra

-        Dale

Me acosté en mi cama y ella no dudó en arrodillarse en el colchón para primero chupármela como una experta que era. De a poco se acomodó y agarrando mi verga por la base se la clavó hasta el fondo.

-        Aghhhh necesitaba sentirla adentro – me dijo ella moviéndose

-        Aggghhh me encanta como me coges! – le dije

-        ¿Si? ¿Te gusta? ¿Te gusta mi verga?  – le dije para calentarla

-        ¡Me encanta es perfecta!

No sé porque lo hice en ese momento. Juro que me arrepentí en cuanto las palabras salieron de mi boca, pero ya era tarde

-        ¿Te gusta más que la pija de papá?

-        Aghhhh ahhhhh ahhhh

Ese gemido me hacía pensar en que le había gustado el comentario

-        Decime, ¿te gusta la pija de papá?

-        Aghhhh voy a acabarrrrrrr aghhhh que hijo de puta que sos

-        ¿Te gustaría tener esa pija, la de papi, en la concha?  – la animaba yo

-        Aghhh ahhh ahhhhhh ahhhhhhh

Natalia se desmoronó en mi cuerpo acabando como una loca. Respiraba fuerte en mi oído sin dejar de moverse. En una de esas respiraciones escucho que me dice:

-        ¡Cómo me hiciste acabar, hijo de puta!

-        ¡Me gustó!

-        Ahora te voy a hacer acabar yo – me dijo sin despegar su boca de mi oído

-        Mmmmm

Natalia comenzó a moverse muy lentamente y a gemir en mi oído y sacaba su lengua mojándome todos los recovecos de la oreja

-        Imaginate que soy María quien te está cogiendo así – decía ella

-        Mmmmm

-        ¡Me vas a coger, Juan!

-        Siiiii

-        ¿Cómo te coges a tu hermana?

-        Siiii, ella es muy puta como vos…

-        Siiii, cogeme como a ella

-        A las dos juntas me quiero coger

-        ¿Te da el cuero? ¿Te vas a bancar que te cojamos las dos?  – decía mi hermana

Yo ya no sabía si su papel era el de María o el de Natalia, pero una frase me sacó de la duda

-        Quiero que me cojas y que tu hermana te chupe los huevos mientras lo haces

-        Aghhh ahhh ahhhhh

Acabé como un poseído. Casi gritaba de las ganas contenidas que tenía. Era un peligro, lo que acabábamos de hacer. En pleno día, con mi padre en la casa.

Natalia se irguió y miró por la ventana de mi cuarto. SU cara se descompuso en un rictus de espanto, miedo y desolación. Corrió y se tapó como pudo para empezar a vestirse.

-        ¿Qué pasó? ¿Que viste?  – dije con preocupación

-        Papá

-        ¿Que?

-        Nos vio – me dijo

-        Noooo – dije asustado

-        Si, nos vio perfectamente

-        Noooo, no no – yo no quería reconocerlo

-        Cagamos – dijo ella

-        ¿Ahora qué hacemos?  – dije preocupado

-        No sé.

 (continuará…)

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