Saga anterior ----------> Mi mamá Silvina - Adiós Belén
Me paré de golpe y mi pija
totalmente parada chocó contra su panza. Nos separamos ambos como si nos
hubiese dado electricidad.
-
Uyyyy, cuidado con eso – dijo mi tía
-
Si, tía, perdón – le dije
-
¡Está muy duro eso, eh!
-
Si, tía, vos me calentás mucho – le solté
-
¿Así te pongo yo?
-
Si, tía, así me pones
Me acerqué nuevamente a ella y la
miré desafiante. Ella me sostuvo la mirada un momento y solo la bajó para
mirarme la pija que estaba a centímetros de su cuerpo.
-
Tomala, es toda tuya – le solté
-
¿Si?
-
Si, agarrala y sentila
-
A ver…
Mi tía no dudó, no se hizo la
difícil y me agarró la pija con su mano envolviéndola. Evidentemente sabía lo
que hacía, porque la agarró con firmeza al mismo tiempo que lo hizo con
suavidad, con delicadeza.
Su mano estaba caliente, mi pija
también. No la soltó inmediatamente, sino que comenzó una lenta, muy lenta paja
que me mataba de placer.
Sus movimientos eran lentos, tan
lentos que, si bien me excitaban en extremo, me desesperaban por tal lentitud.
-
¿Te gusta mi pija? – le pregunté
-
Sí, me gusta, no te voy a mentir, tenés una buena
pija
-
A mí me gusta cómo me tocas
En ese momento una mano mía
empezó a acercarse a su teta. Primero la apoyé en su cintura y la fui subiendo.
Mi tía me miraba a los ojos y
nada decía. Yo creí leer en su mirada un “seguí, yo no te voy a detener” y eso fue
lo que hice.
Mi mano sintió la curva de su
pecho y mis dedos la dureza de su pezón. Su piel se erizó aún más y me acerqué
a ella unos centímetros. Recorrí su pecho con mi mano, pero me resultaba
insuficiente, de modo que subí mi otra mano y comencé a acariciar sus dos
pechos con ambas manos.
Mi tía cerró sus ojos y respiró profundamente.
Su cara de placer me dio impulso para seguir. Yo sabía que iba por buen camino,
pero no tenía en claro hasta donde llegaría este camino. Solo sabía que quería
recorrerlo.
Su mano se movía ahora con más
decisión y eso me gustaba. Mis manos bajaron y fueron a acariciar su culo.
Ambos seguíamos parados, pero
ahora pegados prácticamente. El movimiento de su paja era arriba y abajo. Mi
boca se fue contra su oído y mis manos se movían con absoluto descaro por su
culo.
-
Aghhhh – le dije al oído
-
Me gusta cómo me acaricias – me dijo ella
-
Me volvés loco, tía
Tras ese comentario le besé el
cuello. Ella se estremeció y se pegó aún más a mí.
-
Siiii – susurró
-
Mmmmm – le besé el cuello con mucha intensidad
mientras me apretaba contra ella
Una de mis manos se fue metiendo
en la raya de su cola con una profundidad tal que mi dedo sintió su humedad y
jugó un rato en ella metiéndose en sus labios carnosos
Mi tía solo susurraba y gemía.
Eso me dio valor para mi siguiente paso. Llevé mi mano hacia adelante y comencé
a jugar son su concha. Ella me ayudó separando un poco sus piernas. Ahora el
acceso a su concha era total y me dediqué a jugar a pleno con ella. Metí
primero un dedo que entró con total facilidad. Luego fueron dos dedos y mi
pulgar que quiso jugar con su clítoris
Allí vino la sorpresa, esa protuberancia
que suele ser un minúsculo botoncito en este caso tenía una forma y tamaño
diferente al de mi hermana. Era más grande y más inflamado. Parecía un pequeño
pene que no había podido crecer. Esto, lejos de enfriarme, me calentó muchísimo
más. Comencé a agitarlo con mi dedo gordo y mi tía empezó a gemir como loca
-
Aghhh Kevin aghhhhh
-
Mmmmm, tía que concha hermosa que tenés
-
Aghh Kevin me vas a hacer acabar
-
Eso quiero, tía
Mi tía comenzó a moverse como
loca acompañando mi movimiento y cuando menos me lo esperaba su concha empezó a
emanar un líquido de una viscosidad tremenda y en una cantidad que me
sorprendió. No estoy hablando de squirting, pero sí de una humedad que nunca
había visto.
Era hermosa. Para colmo gemía en
mi oído y me decía las cosas más calientes que podría escuchar.
-
Aghhhh pendejo, me estás haciendo acabar
-
Siii, tía
-
Aghhh ahhhh aghhhh asiiii, hacé acabar a tu tía
-
Agmmmmmm
-
Siiii que buenos dedos que tenés, que bien los
manejas
-
¿Si tía?
-
Y esta pija hermosa que tenés aghhhhh
-
Si tía
Mi tía empezó a acabar como loca
-
Aghh ahh ahhhhhh como me haces acabar hijo de
putaaaa
-
Mmmm siiii tía siiiiiii
-
Aghhhh ahhhh
Así acababa mi tía. Era hermoso
verla y sentirla en mis dedos. Sentir su cuerpo temblar era uno de los
espectáculos más maravillosos que me tocó presenciar.
Mi mano estaba bañada de su
flujo. Yo estaba tan caliente que sin pensarlo la miré y vi su rostro
desfigurado de placer.
Ella abrió los ojos y me miró. Lo
hice de manera instintiva. Acerqué mi boca a la suya y la besé. Ella la abrió
como una desesperada y sacó su lengua metiéndola en mi boca. Jugamos un rato
largo mientras yo no sabía qué hacer con mi mano totalmente lubricada.
Cuando me separé, llevé mi mano
mojada a mi boca y la miré diciendo
-
Quiero probar tu sabor
Yo me metí los dedos empapados de
su flujo en la boca mirándola con una cara de deseo total. Ella me miró como me
los chupaba y agarrando mi mano la sacó de su boca y chupó mis dedos con
devoción.
No lo dudó. Se sacó mis dedos de
la boca y volvió a besarme.
Acto seguido se dejó caer y se
arrodilló frente a mi pija parada.
Continuará…
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