Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Belén regresa a casa con mi tía Marcela 4

 



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Me paré de golpe y mi pija totalmente parada chocó contra su panza. Nos separamos ambos como si nos hubiese dado electricidad.

-        Uyyyy, cuidado con eso – dijo mi tía

-        Si, tía, perdón – le dije

-        ¡Está muy duro eso, eh!

-        Si, tía, vos me calentás mucho – le solté

-        ¿Así te pongo yo?

-        Si, tía, así me pones

Me acerqué nuevamente a ella y la miré desafiante. Ella me sostuvo la mirada un momento y solo la bajó para mirarme la pija que estaba a centímetros de su cuerpo.

-        Tomala, es toda tuya – le solté

-        ¿Si?

-        Si, agarrala y sentila

-        A ver…

Mi tía no dudó, no se hizo la difícil y me agarró la pija con su mano envolviéndola. Evidentemente sabía lo que hacía, porque la agarró con firmeza al mismo tiempo que lo hizo con suavidad, con delicadeza.

Su mano estaba caliente, mi pija también. No la soltó inmediatamente, sino que comenzó una lenta, muy lenta paja que me mataba de placer.

Sus movimientos eran lentos, tan lentos que, si bien me excitaban en extremo, me desesperaban por tal lentitud.

-        ¿Te gusta mi pija?  – le pregunté

-        Sí, me gusta, no te voy a mentir, tenés una buena pija

-        A mí me gusta cómo me tocas

En ese momento una mano mía empezó a acercarse a su teta. Primero la apoyé en su cintura y la fui subiendo.

Mi tía me miraba a los ojos y nada decía. Yo creí leer en su mirada un “seguí, yo no te voy a detener” y eso fue lo que hice.

Mi mano sintió la curva de su pecho y mis dedos la dureza de su pezón. Su piel se erizó aún más y me acerqué a ella unos centímetros. Recorrí su pecho con mi mano, pero me resultaba insuficiente, de modo que subí mi otra mano y comencé a acariciar sus dos pechos con ambas manos.

Mi tía cerró sus ojos y respiró profundamente. Su cara de placer me dio impulso para seguir. Yo sabía que iba por buen camino, pero no tenía en claro hasta donde llegaría este camino. Solo sabía que quería recorrerlo.

Su mano se movía ahora con más decisión y eso me gustaba. Mis manos bajaron y fueron a acariciar su culo.

Ambos seguíamos parados, pero ahora pegados prácticamente. El movimiento de su paja era arriba y abajo. Mi boca se fue contra su oído y mis manos se movían con absoluto descaro por su culo.

-        Aghhhh – le dije al oído

-        Me gusta cómo me acaricias – me dijo ella

-        Me volvés loco, tía

Tras ese comentario le besé el cuello. Ella se estremeció y se pegó aún más a mí.

-        Siiii – susurró

-        Mmmmm – le besé el cuello con mucha intensidad mientras me apretaba contra ella

Una de mis manos se fue metiendo en la raya de su cola con una profundidad tal que mi dedo sintió su humedad y jugó un rato en ella metiéndose en sus labios carnosos

Mi tía solo susurraba y gemía. Eso me dio valor para mi siguiente paso. Llevé mi mano hacia adelante y comencé a jugar son su concha. Ella me ayudó separando un poco sus piernas. Ahora el acceso a su concha era total y me dediqué a jugar a pleno con ella. Metí primero un dedo que entró con total facilidad. Luego fueron dos dedos y mi pulgar que quiso jugar con su clítoris

Allí vino la sorpresa, esa protuberancia que suele ser un minúsculo botoncito en este caso tenía una forma y tamaño diferente al de mi hermana. Era más grande y más inflamado. Parecía un pequeño pene que no había podido crecer. Esto, lejos de enfriarme, me calentó muchísimo más. Comencé a agitarlo con mi dedo gordo y mi tía empezó a gemir como loca

-        Aghhh Kevin aghhhhh

-        Mmmmm, tía que concha hermosa que tenés

-        Aghh Kevin me vas a hacer acabar

-        Eso quiero, tía

Mi tía comenzó a moverse como loca acompañando mi movimiento y cuando menos me lo esperaba su concha empezó a emanar un líquido de una viscosidad tremenda y en una cantidad que me sorprendió. No estoy hablando de squirting, pero sí de una humedad que nunca había visto.

Era hermosa. Para colmo gemía en mi oído y me decía las cosas más calientes que podría escuchar.

-        Aghhhh pendejo, me estás haciendo acabar

-        Siii, tía

-        Aghhh ahhhh aghhhh asiiii, hacé acabar a tu tía

-        Agmmmmmm

-        Siiii que buenos dedos que tenés, que bien los manejas

-        ¿Si tía?

-        Y esta pija hermosa que tenés aghhhhh

-        Si tía

Mi tía empezó a acabar como loca

-        Aghh ahh ahhhhhh como me haces acabar hijo de putaaaa

-        Mmmm siiii tía siiiiiii

-        Aghhhh ahhhh

Así acababa mi tía. Era hermoso verla y sentirla en mis dedos. Sentir su cuerpo temblar era uno de los espectáculos más maravillosos que me tocó presenciar.

Mi mano estaba bañada de su flujo. Yo estaba tan caliente que sin pensarlo la miré y vi su rostro desfigurado de placer.

Ella abrió los ojos y me miró. Lo hice de manera instintiva. Acerqué mi boca a la suya y la besé. Ella la abrió como una desesperada y sacó su lengua metiéndola en mi boca. Jugamos un rato largo mientras yo no sabía qué hacer con mi mano totalmente lubricada.

Cuando me separé, llevé mi mano mojada a mi boca y la miré diciendo

-        Quiero probar tu sabor

Yo me metí los dedos empapados de su flujo en la boca mirándola con una cara de deseo total. Ella me miró como me los chupaba y agarrando mi mano la sacó de su boca y chupó mis dedos con devoción.

No lo dudó. Se sacó mis dedos de la boca y volvió a besarme.

Acto seguido se dejó caer y se arrodilló frente a mi pija parada.

 

Continuará…

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