Los relatos del REY: Mi mamá Silvina 12

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Yo estaba acostado en el sillón y ella me chupaba sin parar.

- Vas a acabar? – me preguntó

- Antes te quiero chupar yo a vos – le dije

- Bueno, es justo – dijo ella

Mi madre se acostó totalmente desnuda, abriendo las piernas y nuevamente repitió el movimiento anterior. Untó dulce de leche en su dedo índice y se lo pasó por sus labios mayores exhibiéndose sin pudor ante su hijo.

Estaba a punto de chuparle la concha a mi mamá. Algo totalmente impensado hacía unos días se estaba haciendo realidad. Me detuve y me separé un momento para tomar conciencia y disfrutar de lo que se venía.

Mi madre se asustó y me miró

- ¿Qué pasa?

- Nada, mami – le dije mirándola a los ojos primero y luego a su concha rosada, hermosa y con un copo de dulce de leche

- ¿Seguro, no te pasa algo?

- Si, mami, pasa que… - dejé la frase en suspenso

- ¿Qué? – preguntó preocupada

- Que tenés una concha hermosa – le dije

- Ahhhh – respiró aliviada ella

Me dediqué primero en barrer con el dulce de leche que había en la parte externa de su concha. Le pasé la lengua a sus labios mayores y de a ratos subía a rozar su inflamado clítoris con mi lengua.

Luego volvía a meterme de lleno en su vagina chupando y hundiendo mi lengua

- Aghhh Kevin me encanta lo que me estás haciendo

- Mmmmm

Yo seguía chupando y chupando. La humedad de su vagina era cada vez mayor. La excitación la dominaba y eso me gustaba ya que se abandonaba a sus deseos y se olvidaba de que éramos madre e hijo

Mi cabeza estaba hundida entre sus piernas mientras libaba el néctar que emanaba su concha. Mientras tanto a mis oídos llegaba la música de sus gemidos

- Aghh ahhh ahhhh

Mi madre me acariciaba la cabeza y revolvía mi cabello apretándolo fuerte por momentos en donde la excitación tomaba control de sus movimientos.

Seguí chupando y luego subiendo mi mano, metí dos dedos de una sola vez y ella se arqueó gritando

- Aghhhhhhhhhh

Sentí su excitación llegar y me concentré en meter y sacar mis dedos haciendo un movimiento del tipo lanzamiento de red del hombre araña ya que tenía metidos el dedo mayor y el anular. Mi boca, mientras tanto jugaba con su clítoris desplegando toda una sincronización de movimientos con la precisión de un relojero.

EL orgasmo de mi madre era inminente, lo sentía venir

- Aghhhh Kevin, siiiii, aghhhh mi amor, siiiiiii

- Mmmmm – no cejaba en mis movimientos

- Aghhhhhhh ahhh voy a aghhh aaaahhh voy a acab….

- Siiii acabame en la boca – le ordené y volví a meterme en su concha

Chupé y chupé su inflamado botoncito hasta el punto de que sus temblores me daban la sensación de que mi madre no solo estaba acabando, sino que estaba teniendo un orgasmo muy poderoso de esos que no se sienten con frecuencia

- Aghhhh ahhhh aghhhhh

- Mmmmm

- Pará Kevin, paráaaaa por favor – me rogaba ella

Yo ahora había sacado mis dedos de su concha y me agarraba fuerte de sus muslos presionándome contra ella con la fuerza de alguien que cuelga de un precipicio.

- Por Dios Kevin paráaaaaa – gemía mi madre

- Mmmmm – yo seguía

Mi madre empezó a retorcerse para tratar de zafarse y ahí supe que mi labor había concluido con éxito.

- Me mataste, hijo – me dijo

Me gustó que usara la palabra “hijo” para decirme eso.

- ¿Te gustó, mami?

- Creo que nunca había acabado así – me dijo

- Me gusta mucho chuparte, mami – le dije

- Jajaja – rio ella

- ¿De qué te reís? – le pregunté

- Me causa gracia que me digas la palabra mami junto con qué te gusta chuparme – reía divertida.

Cuando yo creía que todo estaba terminando, mi madre me hizo ponerme de pie y se arrodilló delante de mí, comenzando una nueva chupada de verga.

- Esperá, quedate acá – me dijo

- ¿A dónde vas?

Mi madre se levantó y fue a la cocina, no habrán pasado ni 2 minutos que volvió. Parecía con la boca llena de algo. No quise preguntar. Solo sé que tragó justo en el momento en que se arrodillaba y luego abrió la boca metiéndose mi pija en ella

Había tomado algo caliente y su boca estaba a una temperatura hermosa que me hizo sentir una sensación indescriptible.

Comenzó a chuparme mientras me hacía separar las piernas. Empezó a jugar con sus manos calientes también con mis huevos mientras no dejaba de chuparme. Siguió con su fantástica felación.

Sus dedos calientes y lubricados, nunca supe que sustancia utilizó mi madre, comenzaron a jugar con mi ano mientras seguía chupando y chupando

- Mami me está gustando mucho lo que me haces

- Esa es la idea – dijo sacándose mi pija de la boca solo para decir eso

- Aghhhh – mi orgasmo se avecinaba

La chupada de pija de mi madre era tan buena que no podía retener mi eyaculación por mucho tiempo más.

Ahí es donde me asaltó la duda de donde acabaría. ¿En sus tetas? Sería magnífico, pensé. ¿Pero cómo se lo pido?

- ¡Mami, voy a acabar en cualquier momento, eh! – se me ocurrió avisarle

Mi madre me sonrió con mi pija en la boca y no dijo nada, solo siguió chupándome la verga como una auténtica maestra

- Mami, estoy por acabar – insistí

Mi madre me miró con lujuria, nunca había visto esa expresión de vicio total, y sin dudar se sacó mi pija de la boca un segundo para decirme:

- Acabame en la boca

- Aghhh mami yaaaa – le dije cuando sentí que se la metía nuevamente en sus fauces

- Mmmmm – mi madre se la metió casi toda en la boca

Se quedó quieta con mi pija dentro de su boca sintiendo el latigazo de la primera eyaculación como le llegaba al fondo de su garganta. No sé cómo hizo, pero no tosió, ni se atragantó, ni nada.

Volvió a chupar mientras mis gemidos no paraban de gritarle cosas calientes

- Aghhh mami, me encanta

- Mmmmm – ella solo chupaba y tragaba

- Aghhhh ahhhh mamiiii, me encanta como me chupas la pija

- Mmmmm – no decía nada ella, seguía abocada a su labor

- Agghhh mami, voy a querer que me chupes la pija siempre – le dije aprovechando el momento

- Mmmmm, Mmmmm – mi mamá se bebió hasta la última gota de mi semen.

Cuando terminó y me la hubo dejada impecablemente limpia, subió a besarme en la boca.

Su sabor era una mezcla hermosa de mi propio semen, su saliva y un fondo de dulce de leche. Me reí cuando lo noté y ella se separó preguntándome:

- ¿De qué te reís?

- De felicidad – le mentí

- Jajaja, en serio, decime…