Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Belén regresa a casa con mi tía Marcela

 




 Saga anterior ----------> Mi mamá Silvina - Adiós Belén

El comienzo de toda esta locura------>Mi hermana Belén

Había cogido con mi mamá en la cocina. Lo había logrado. Yo no volví a acabar, pero la situación era tan caliente que mi pija no se bajó casi en nada.

En ese momento, justo en ese momento en que habíamos terminado, suena el teléfono de mi mamá. Era mi tía Marcela.

-        ¿Qué pasó? – atendió mi mamá aun desnuda y con mi pija recién saliendo de su concha y chorreando mi semen

-        Belén rompió bolsa, estamos yendo a la clínica – dijo mi tía

-        Nos vemos ahí – dijo mi mamá

Mi madre me miró con severidad y me dijo:

-        Me ducho rápido y nos vamos para la clínica, pedí un Uber

-        Dale – le respondí

Lo que siguieron fueron momentos en los que pasamos con mi madre, de ser dos amantes salvajes a la relación que nos unió siempre, la de madre e hijo.

Fuimos a la clínica y mi madre pidió entrar en el parto, pero fue mi tía Marcela la que le dijo que no se enoje, pero que Belén había pedido que estuviera ella, su tía.

Mi mamá lo aceptó, después de todo fue ella la que se separó de su hija dejándola al cuidado de su hermana soltera.

El parto salió bien y tuvimos un sobrino que se llamó Noah y pesó 3,400 kg. Todos felices. EL bebé fue sano y mi hermana en 3 días volvía a mi casa, con una salvedad. Ella quería que mi tía la acompañara.

Mi madre no se opuso. Creo que pensó que sería lo mejor para ayudarla a mi hermana con los quehaceres del niño y de paso nos cuidaba de que no hagamos nada pecaminoso.

El tema era como instalarnos, o, mejor dicho, donde instalarme a mí. Mi madre estuvo rápida y me puso a mí con ella en su habitación y a mi tía en mi cuarto con mi hermana y la cuna del bebé en el medio.

Los primeros días fueron un poco caóticos con el llanto del bebé y el no poder dormir de noche, pero con el tiempo nos fuimos acomodando.

Mi madre salía a trabajar todos los días, yo iba al colegio y mi tía se quedaba en casa con mi hermana.

Empecé a notar que mi tía Marcela era muy buena cocinera, inclusive, mejor que mi madre. Y en esos días disfrutábamos de los más variados menús. Un menú especial fue el que me dio la primera oportunidad con mi hermana.

Mi tía dijo que se iba a comprar pescado para hacer algo en el horno y que prefería comprarlo ella para ver qué tipos de pescados había. La pescadería quedaba como a 10 cuadras de casa. Le ofrecí mi bicicleta, pero dijo que prefería ir caminando y nos dijo:

-        ¡Pórtense bien!

-        Si, tía – le dijimos

Al principio con mi hermana no nos dijimos nada y cada uno miraba su teléfono. El bebé empezó a llorar y mi hermana iba a darle la teta.

Yo me fui donde estaba ella y me acerqué diciéndole:

-        Belén, quiero verte, tenés unas tetas espectaculares ahora

-        Jajaja, siiii, viste como me crecieron?

-        Siiii

-        Bueno, ahora puedo mostrártelas porque no está la tía

-        Siiii

-        Ella me dice que tengo que darle la teta en privado y que vos no me veas.

-        ¿Ah sí?

-        Si, parece que mamá le contó lo que hicimos

-        Yo a mamá no le conté nada – le aclaré

Entre tanto, mi hermana se sacó ambos pechos afuera. Eran un escándalo de grandes y hermosos. Encima Belén había engordado unos kilitos que le quedaban perfectos. Cuando sacó sus pechos afuera se los miró y me miró diciéndome

-        ¿Viste que grandes las tengo?

-        Siiii, hermosas – le dije con sinceridad

-        Queres tocarlas?

-        Claro – dije poniéndome de pie de inmediato

A todo esto, mi sobrino Noah lloraba. Le acaricié ambos pechos con mis manos y pude volver a sentir ese calor que me encantaba. Ahora las levanté para sentir su peso y eran realmente pesadas, cosa que me gustó mucho.

-        Bueno dale la teta que está llorando

-        Si – dijo ella

Acomodó al bebé y se puso a darle la teta. Estaba por guardar su otro pecho cuando la detuve.

-        Esperá, dejame un poco mas

Ella me dejó y me puse a acariciarle el otro pecho mientras mi sobrino disfrutaba de la leche que emanaba del otro. Le acariciaba la teta a mi hermana y miraba a mi sobrino chupar.

-        Lo envidio – le dije a mi hermana con una risa

-        Queres chupármela?

-        ¿Puedo?

-        Claro – dijo ella

Me arrodillé en el suelo y mientras el pequeño Noah chupaba de una teta yo lo hacía de la otra. Dos primeros lengüetazos y comencé a chupar.

-        Aghhhh que bien se siente – decía mi hermana

-        Mmmmm – yo chupaba ahora con fuerza

Belén había vuelto y en la primera oportunidad que teníamos ya le estaba chupando las tetas. Bueno, una sola en este caso.

Era muy morboso el cuadro de que el bebé y yo estuviéramos chupándole las tetas a mi hermana. Ella se retorcía de gusto y miraba alternativamente a los dos: a su hijo y a su hermano. Yo no dejaba de chupar su pezón oscuro y duro como una piedra. Le pasaba la lengua un rato y volvía a chupar con fuerza.

Empezó a brotar la leche y la fui tomando. Era riquísima, yo bebía y la miraba a mi hermana a los ojos.

Pude ver su cara de terror mirando hacia la puerta.

No escuché que mi tía había entrado y contemplaba la libidinosa escena, a la vez que maternal. Era una cosa surrealista.

 

Continúa acá--------------> Belén regresa a casa con mi tía Marcela 2

Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@hotmail.com

O en Telegram @reybaco2005