Saga anterior ----------> Mi mamá Silvina - Adiós Belén
Mi tía me había chupado la pija
como una auténtica maestra.
Cuando sintió que el último
chorro ya no era tan potente adelantó su cabeza y cerró su boca. Comenzó a
chupármela con decisión como intentando exprimir mi pija y sacarle hasta la
última gota.
-
Aghhhhhh temblé de placer
-
Mmmmm – chupaba ella con felicidad
-
Basta tía, me estás matando
-
Mmmmm – ella seguía
-
¡Tía! – le grité casi
Mi tía se detuvo mirándome. Se
sacó mi verga de la boca y fue poniéndose de pie. Nuestro beso llegó sin
demoras. Nos fusionamos mientras nuestras lenguas jugaban. Me separé solo para
decirle:
-
Te quiero chupar la concha, tía
-
Aghhh mi amor, siiii
-
¿Si? ¿Me vas a dejar que te chupe la concha, tía?
-
Claro, mi amor.
Mi tía Marcela se sentó en la
cama, apoyó sus manos y moviendo su culo para atrás fue acomodándose mientras
abría las piernas mostrándome toda su anatomía.
Me costaba entender esta actitud
desvergonzada de mi tía, pero la apreciaba y me gustaba. Yo me fui acomodando y
la tentación de cogérmela en ese mismo instante fue muy grande.
Ver a mi tía totalmente
desprejuiciada me volvió más loco. Me arrodillé en el suelo y me incliné para
chuparle la concha. La miré a los ojos. Ella me miró y me sonrió nerviosa.
Ninguno de los dos se imaginaba que llegaríamos tan lejos.
Hundí mi cabeza entre sus
piernas. Saqué la lengua y le di un largo lengüetazo por todo el largo de su
concha. Su sabor inundó mi boca provocándome un temblor de placer. Era intenso
y salado, pero me gustó mucho. Le di otro lametón y me puse a chuparla con
mucha dedicación y tomándome todo el tiempo del mundo. Mi nariz daba con su
inflamado clítoris. Era una sensación hermosa como rozar el diente de una
campana. Ella vibraba cada vez que yo lo hacía.
Sus gemidos me indicaban que yo
iba en la dirección correcta. Su concha destilaba jugos y me empapaba la cara.
Era hermoso. Tomé su saliente clítoris y lo chupé como su me fuese la vida en
eso. Chupé, mordí despacio, lamí, volví a chupar y los gemidos de mi tía se
convirtieron en gritos llenos de lujuria.
-
Aghhh ahhhhh ahhhhh siiiiiii
-
Mmmmm
-
Kevinnnn, pendejo….
-
Mmmmm
Yo solo chupaba y mordía su
apéndice de placer.
-
Aghhhh como me chupas nene, me encanta
-
Mmmmm – yo seguía firme en mis movimientos
bucales
Su cuerpo empezó a temblar y sus fluidos
a emanar de una manera hermosa, caliente y babosa que me ponían a tope
-
Aghhh ahhhhhhhhh – gritó en una especie de
alarido
-
Mmmmm – yo chupé y chupé
-
Aghhh ahhhhh
Mi tía me agarró de los pelos y
comenzó a empujarme la cabeza hacia ella mientras no paraba de gemir
-
Aghh ahhhh ahhhh
-
Mmmmm – yo no dejaba de chupar
-
Aggghhhhhhh
En ese momento me empezó a tirar
hacia afuera, para que deje de hacerlo, deje de chuparla
-
Aghhh Mmmmm basta Kevin, pará!
-
¿Por qué?
-
Ya me hiciste acabar, basta
-
Quiero seguir
-
Aghhhh pará nene, pará!
-
Mmmmm – la chupé un poco mas
-
Basta, nene, por favor
Me retiré lentamente y me subí a
besarla en la boca.
-
Aghhhhh pendejo, ahora entiendo por qué tu
hermana está tan loca por vos
-
¿Qué decís?
-
Si le hiciste la mitad de lo que me hiciste a mi
-
Mmmmm – la callé con un beso largo en la boca
Nuestras bocas se fundieron y mi
cuerpo se dejó caer sobre el suyo. Ahora mi pene estaba duro nuevamente y con
ganas de cogerse a mi tía.
Cuando me moví mi pija rozó su
concha mojada. Ella se estremeció y me miró a los ojos.
-
Ojo nene
-
¿Ojo qué, tía?
Continúa acá ----> Parte 7 muy caliente
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