Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Doble vida (9)

 


Estaba en mi habitación trabajando con la computadora y en la casa reinaba un completo silencio. Era placentero saber que no estaban mis padres con el televisor a todo volumen.

Cuando salí al pasillo disfruté de ese silencio. La puerta de la habitación de Natalia, mi hermana, estaba cerrada. No dudé en tomar el picaporte y abrirla sin permiso

-        ¿Qué haces? – dijo ella

-        ¿Te asusté?  – pregunté con una sonrisa

-        Sí, mucho – rio ella

Estaba solo con una pequeña bombachita y sin nada en la parte superior luciendo sus pequeños y turgentes pechos

-        Vení – le ordené

-        ¿A dónde?

-        ¡Vos vení!

Me acompaño por el pasillo y salimos al living. Natalia estaba expectante a mi lado mirado en todas las direcciones. Señalé el sillón del living y le ordené

-        Arrodillate en el sofá y ponete con el culo apuntando hacia mí

-        Como digas – dijo con un tono de sumisión que hizo que mi pija, ya muy dura, diera un respingo

-        Dale – dije queriendo hacerme el duro. Me costaba este papel

 

Natalia sabía lo que yo quería. Repetir exactamente la misma foto que le habían sacado (quiero suponer que su novio) y que ahora estaba en mi poder.

Ella no dudó y lo hizo perfectamente. Separó las piernas y apoyó la barbilla en el respaldo del sillón.

-        Ya sabes lo que quiero, ¿no?  – le dije

-        Creo que sí. – dijo ella

-        Quiero que representes exactamente esta foto

Extendí mi mano exhibiendo mi celular y pude ver como su cara palideció.

-        Tenés las fotos en tu teléfono?

-        Solo esta. – le mentí

-        No se la vayas a mandar a alguien… y borrala, por favor, es muy peligroso

-        Ahora hacé lo que te pido – le ordené

La vi temblar de miedo, pero, aun así, se arrodilló poniendo su culo levantado y mirándome de costado con una cara de putita que me hizo doler la pija.

El cuadro era tremendo. Mi hermana con toda la blanca bombacha metida en la cola y exhibiéndose como una cualquiera frente a su hermano que tanto odiaba. No creía que podría gozar más en mi vida, pero me equivocaba. Me dolía tanto la erección que tenía que no dudé en bajarme los pantalones y calzoncillos juntos para sacarla del pantalón. Ella me vio, pero no emitió palabra

-        Bajate la bombacha como en la foto y abrite el culo – le ordené

-        Si – dijo ella

Sin dudarlo, comenzó a mover el culo mientras deslizaba la bombacha hacia abajo y esta se enroscaba a la altura de sus rodillas.

Ya todo me parecía alucinante, y más aún cuando con sus dos manitos abrió su cola exhibiendo su rosado y fruncido ano, su mancha de nacimiento debajo del glúteo y su concha que parecía brillosa. ¿Acaso se estaría excitando con todo esto?

Yo me acerqué con mi verga dura. Cuando estuve a punto de rozarla con la punta de mi verga me asaltó otra idea y sin dudarlo le di un fuerte cachetazo en la cola. Plaf!

-        Aghhhhh – gruño ella

-        ¡Por putita!  – le dije, y le pegué otro cachetazo plaf!

-        Mmmmm, me lo merezco! – dijo ella

Me acerqué aún más y lentamente, flexionando las rodillas, metí la cabeza de mi dura y palpitante verga en la entrada de su concha. Sin dudar, me agarré de sus rojas caderas y me adelanté con decisión y le enterré el total de mi verga de un solo movimiento

-        Aghhhhhhhhhhh – gritó ella

-        Mmmmmm – susurré yo

Debía tomar el control y no permitirle que gozara, pero me era muy difícil. La sensación de mi pija en su concha era inigualable. Sumado a esto, la visión de su rosado ano me llevaba al extremo del placer. No sé cómo me animé, creo que tantos años viendo porno hicieron que se me ocurriera lo que hice a continuación.

Le saqué la verga y agachándome un poco acerqué mi boca a su culo y dejé caer un chorro espeso de saliva y sin dudarlo le metí mi dedo pulgar. Volví a la posición anterior cogiéndola por la concha sin sacar nunca mi dedo gordo de su apretado culo

-        Grrrrrr – gruñía ella

-        ¡Qué puta que sos!  – le decía yo

-        Mmmmm

-        Sos muy puta y lo sabes! – insistía yo intentado humillarla aún mas

-        Aghhhhhhh – ella solo susurraba

-        Mirá si te viera el cura!

-        Aghhhhh

Su concha estaba muy lubricada y esa hacía que mi verga iba y venía como un pistón aceitado.

Estaba cerca de acabar, pero me sentía con necesidad de una nueva y mayor sodomización de mi hermana y no dude. Le saqué la verga, volví a escupirle el culo y le apoyé la cabeza empujando con fuerza

-        Noooooo – gritó ella

-        ¡Te voy a coger la cola, putita!

-        Nooooooo – pareció clamar, pero esta vez sin tanto fervor

-        ¡Voy a cogerte el culo y te lo voy a llenar de leche!

-        Mmmmm – ya se entregaba mi hermanita

Hundí mi glande y pude ver como mordía la tela del sillón. Su manchita marrón aparecía en su glúteo y me ponía más caliente todavía. Su culo me apretaba la pija, pero era tal mi erección que no sentía dolor. Me agarré firme de sus caderas y empecé a empujar lentamente. Créanme que no miento cuando digo que ver desaparecer mi pija dentro del culo apretado de Naty fue lo mejor que vi en mi vida.

-        Aghhhhhh ahhhhhhh – el gritó de mi hermana se escuchó en toda la casa

-        Tomá putita!

-        Aghhhhhh ahhhhhh

-        Te voy a llenar de leche, ¿sabías?  – yo bufaba y profería insultos como un desquiciado

-        Aghhhh ahhhhhhh me estas matando!!! – atinó ella a decir

-        Pedime que te coja! – le ordené

No sé si lo hizo como estrategia o porque lo pensaba así, pero me sorprendió

-        ¡No, eso no!

-        Pedime que te coja si no queres que el padre Roberto (el cura) vea las fotos

-        Ayyyy noooo por favor!

-        Pedime que te coja o las va a ver mamá también! – la apuré

-        Cogeme, dale cogeme! – dijo casi en un susurro

-        No te escucho

-        Cogeme – ahora en un tono más firme

-        ¿Como?

-        Cogeme! – ahora gritaba

-        Siiiii? Queres que te coja?

-        Siiii cogeme hijo de puta! – gritaba ella

No esperaba que girara la cabeza y me mirase. Una lágrima corría por su mejilla, pero no dejaba de mirarme. Le sostuve la mirada y le pregunté sin dudarlo

-        Queres que te llene el culo de leche?

-        Mmmmm siiiii

Ya estaba ahí, ¿Por qué no hacerlo?

-        Pedímelo! – le ordené

Supo que no tenía escapatoria

-        Siiiii, llename el culo de leche, hermanito!!!!

-        Aghhhhh ahhhhh ahhhhhh – me desplomé sobre ella mientras acababa como un poseído

-        Cogeme el culo y lléname de leche dale! – eso no era parte del guion. Le salió del alma

-        Aghhhhh aghhhhh me encanta cogerte el culo Naty! – le dije también improvisando

-        Me mataste, Juan – dijo y me pareció ver una sonrisa en su rostro

Estuve tentado de buscar su boca para besarla, pero me contuve. No éramos novios. Ella era mi perra obediente y debía limitarme a eso.

 

 (continúa acá)

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Doble vida (8)

 



Me fui al baño detrás de ella y me senté en el inodoro mientras la contemplaba ducharse. Me gustaba verla desnuda. Creo que a esta altura ella también disfrutaba exponiéndose como lo que era, una puta.

Cuando nuestros ojos se cruzaron no dejamos de sostener la mirada. Ella se enjabonaba. Yo me masturbaba. Sus tetas eran perfectas. Mi pija estaba enorme y dura. Sus pezones estaban hinchados. De mi verga brotaba el líquido pre seminal a borbotones.

-        Tengo ganas de mear, pero con la pija parada no voy a poder le dije

-        ¿Necesitas ayuda?

-        Si

-        Entrá en la ducha, me dijo ella

Yo me dejé llevar y me metí con ella en la ducha. Ni bien entré empezamos a besarnos. No parecíamos hermanos que se habían odiado. Ella parecía haber olvidado el episodio con el perro y yo no recordaba todas sus humillaciones. Parecíamos dos desesperados. Ella me agarraba la pija y me pajeaba, yo le metía de a dos o tres dedos en la concha. Ella se arrodilló a chupármela, yo le acariciaba el cabello mientras le caía el agua en la cara. Ella me miraba con lujuria, yo a ella, también.

Miré para abajo. El agua le caía por el pelo y por toda la cara, pero no dejaba de chuparme la verga. Lo hacía con una pasión desmedida. Se afanaba en metérsela completamente en la boca. Yo la agarraba de la cabeza y empujaba hacía mí para intentar hacerla sufrir. Llegó inclusive a hacer arcadas, pero nunca dejaba de chuparme, parecía obsesionada. Evidentemente, ella sentía placer al chupar una verga.

En ese momento, como si fuera un rayo, una idea muy perversa se originó en mi cabeza. Volvieron las ganas de orinar y nuevamente me pregunté ¿Por qué no?

Saqué mi pija de la boca de mi hermana y ella abrió los ojos como un niño al que se le escapa un globo, parecía abandonada. Me moría de ganas de orinar y mi pene comenzaba a perder un poco la erección. Sin decirle nada me agarré la verga y apunté a sus pechos.

El delgado y dorado hilo de orín comenzó a salir de mi pija y comenzó a bañar a mi hermana. Ella me miraba como no entendiendo nada, pero aun así no dijo palabra. Estiré mi mano y apagué la ducha, quería que solo mi dorado fluido la recorriera por completo. No me animaba a apuntar a su rostro. Creo que fue ella la que me lo pidió cerrando los ojos y levantando la cara hacia mí. No dudé. Empecé a dirigir el chorro de pis a su cara y no sé si me pareció o qué, pero una leve sonrisa parecía dibujarse en su rostro.

Cuando menos lo esperaba, abrió sus ojos y ¡su boca! Aprestándose a recibir el fluido en sus fauces. Una locura como me miraba y buscaba con su boca abierta el chorro para que se le meta. Creo que no tragó, pero me cuesta saberlo a ciencia cierta. Siguió moviendo su cabeza y adelantó su cuerpo cuando el chorro perdía potencia, acercándose cada vez más a mi pija y buscándola con la boca.

Yo la miraba obnubilado, no podía creer que Naty, mi dulce hermana para todo el mundo, fuera tan puta y tan sumisa cuando quería. Seguía arrodillada y ahora reinaba en el ambiente un olor acre de mi orinada. Era algo asqueroso en otra circunstancia, pero en esta hizo que la pija se me pusiera mucho más dura aún.

-        Chupame la pija – le ordené

-        Mmmmm – susurró

Natalia se metió la verga sin dilación y comenzó una mamada superlativa. Me acariciaba los huevos y se metía toda la pija en la boca

-        ¿Te gusta mi verga, putita?  – la pregunta me salió sola

-        Mmmmm – asintió con la cabeza sin sacarse mi pija de la boca

-        Sos una puta, Naty, sabías?

-        Mmmmm – volvió a asentir

Su cabeza subía y bajaba con mi verga dentro de su boca y me dirigía sin retorno a un orgasmo incomparable. Estaba sometiendo a mi hermana y le iba a acabar en la boca

-        ¿Te vas a tragar toda mi leche?  – le pregunté

Para mi sorpresa, esta vez no asintió e hizo algo mucho mejor. Se sacó la pija de la boca y mirándome a los ojos me dijo:

-        Lo que vos quieras

-        ¡Si, trágate mi leche, puta!  – le ordené

Me vacié en su boca. Primero un chorro, luego otro y otro y otro. No paraba de acabar y mi hermanita de tragar como una devoradora compulsiva de leche.

Le agarré la cabeza fuerte hacia mí e hizo una arcada, casi vomita, pero con los ojos llorosos me miró y siguió chupando y tragando mientras mi pene volvía a su estado de reposo dentro de su boca.

Cuando mi hermana terminó de ducharse y actuando con mucha parsimonia, se puso de pie y tomando el jabón con sus dos pequeñas manos comenzó a enjabonarme la pija y los huevos.

-        Vamos a dejarte limpito – dijo sin mirarme a los ojos

-        Bueno – dije yo dejándome hacer

El tiempo restante lo pasó abocada a la tarea de dejarme limpito. Me pasó la mano enjabonada por la cola y sentí una pequeña oleada de placer. No quise dejarla que avance en profundidad para no mostrarme vulnerable ante su accionar, de modo que me fui sin decir palabra, saliendo de la ducha si secándome el cuerpo mientras la miraba bañarse y acariciarse el cuerpo enjabonado.

Me fui a mi habitación antes de mostrar una erección que seguramente me provocaría si me mantenía allí.

Ya en mi habitación me puse a trabajar en algunas cosas para no atrasarme mientras pensaba de qué manera podría humillar a mi hermana. Nada se me ocurría.

Después de un rato de trabajar, volví a mirar las fotos de Naty y sin saber cómo una nueva idea perversa se apareció en mi mente: su cola abierta, su fruncido ano abierto en la foto debía ser mío.

 

 

(continua acá)

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Doble vida (7)


Siguió el día en casa. Estuve trabajando un rato largo. Llegó la noche y con ella, el hambre.

-        ¿Que comemos? - le pregunté

-        ¿Te parecen hamburguesas? - preguntó ella como si fuese algo natural hablar conmigo

Algo se había quebrado y había cambiado nuestra relación

-        Dale - dije yo

-        Sacalas del freezer - me dijo ella

-        Acá las órdenes las doy yo - le dije

-        Jajajaja

-        Jajajaja

Nos reímos juntos. Creo que nunca había sucedido eso salvo contadas excepciones. Fue algo extraño cocinar los dos uno al lado del otro. Nunca en nuestra vida habíamos hecho una actividad juntos, y ahora parecíamos compinches. Ambos con delantales puestos y totalmente desnudos debajo nos pusimos en la tarea. Yo empecé cortando cebollas para dorarlas en una sartén. Ella se agachó a buscar el aceite y creo que lo hizo a propósito de no flexionar las piernas para exponerse aún más ante mí.

Hicimos las hamburguesas y no me equivoco si digo que fueron las mejores que comí en mi vida. Bueno, es obvio que hubo muchas mejores, pero de esas que se hacen en casa, habían sido las mejores hasta el momento.

Fue entonces que nuestro perro Pastor se acercó a nosotros como pidiendo comida.

-        Andate! – le espetó ella

-        No, que se quede - le dije

Debía volver a imponer mi autoridad y el perro fue el que me ayudó a recordar que no éramos unos hermanos normales y corrientes. Esta era una relación de fuerzas que había cambiado, siendo ahora yo quien se imponía sobre ella

Como era de esperarse, no dijo nada

Natalia siempre fue de tratar mal a Pastor. Recuerdo que una vez el perro la olió en sus partes y ella le pegó y cuando la reté delante de mis padres, ellos se pusieron de su lado. Nunca me voy a olvidar de ese momento. Quizás fue por eso que se me empezó a crecer en mi un germen de maldad hacia mi hermana que incluía a nuestro perro. ¿Pero cómo? No se

Al otro día, mi hermana estaba desnuda como ya era costumbre y apareció en mi cuarto con un mate y termo. No era el mate y el termo de siempre, sino que eran unos de mejor calidad que usaba solo ella. Me pareció un gesto enorme de su parte, pero no debía ceder terreno de ninguna manera

Casi sin darme cuenta, ya había logrado tener a mi hermana a mi disposición totalmente desnuda todo el tiempo.

Recapitulando, me daba cuenta que le había acabado en una porción de pizza y se la había comido, me la había cogido y le había acabado adentro y le había hecho chupar un cepillo de dientes que había estado metido en su culo. Era mucho, sí, pero podía haber mas

Las cosas parecieron complicarse cuando nuestros padres llamaron y nos dijeron que estarían unos días más y se volverían. Yo contaba con al menos una semana y parecía que iban a volver en 4 días mas

Recuerdo que cuando llamaron se me ocurrió una pequeña maldad y le acerqué mi pija, aun no del todo erecta a mi hermana, mientras hablaba por teléfono con nuestra madre

-        Si, mami - decía ella

Y se metió mi pija en la boca mientras escuchaba a mi madre hablar. Del morbo que me produjo, se me paró la pija tanto que tuvo que sacársela de golpe porque no le entraba en la boca. Empezó a chupármela con ganas mientras seguía escuchando a nuestra madre. Juro que tuve que contenerme para no acabar

Cuando la conversación derivó para el tema perro y darle la comida, mi hermana dijo,

-        Esperá que lo tengo acá al lado - y me pasó el teléfono a mi

-        Hola mami - le dije a nuestra madre

Mi hermana me hizo sentar y lo que hizo a continuación no me lo esperaba.

-        Si mami -decía yo - ya le compro mañana la comida a Pastor

Estaba hablando cuando ella se sienta encima de mi pierna con su concha mojada y agarrándome del pelo con fuerza me obliga a que le chupe el pezón mientras con la otra mano se agarra la teta y la mete en mi boca.

Yo no podía hablar y mi madre me preguntaba

-        Hola, ¿estás ahí?

-        Mmmmm, mi boca estaba ocupada

-        ¡Hola!

-        Se cortó me parece, oí que le decía a mi padre

Mi hermana agarró el teléfono y lo tiró arriba de la mesa. Se sentó encima de mí y agarrando mi verga se la metió en la concha y comenzó a cogerme ella a mí. Estaba desesperada, no tuve tiempo ni de reaccionar. Giró y se dio cuenta que el teléfono seguía en llamada y lo agarró y me lo pasó

-        Hola

-        Hola dije, si se debe haber cortado por la señal

Seguí la conversación mientras mi hermana me cabalgaba, ahora un poco más despacio y me sonreía. En un momento empezó a acabar ella y me susurraba en el otro oído

-        Aghhhhh estoy acabando….

Si no fuese por la voz de mi mamá del otro oído hubiese acabado

-        ¿Qué te pasa, Juan?  – me preguntaba mi madre

-        Nada, no, yoooo

En ese momento veo que Pastor, nuestro perro, me empieza a chupar la pierna, justo donde había estado apoyada mi hermana. Estaba lamiendo los fluidos de mi hermana caliente. Natalia giró la cabeza y miró con desprecio al perro, pero no se animó a gritarle y mucho menos a golpearlo. Yo seguía en conversación con mi madre en un oído, mi hermana acabando en mi otro oído y el perro lamiendo era un cuadro de lo más bizarro.

Corté con mi mamá porque no deba más y me dediqué a cogerme a mi hermana con una maldad en mente. La subí a la mesa y comencé a chuparle la concha. Pastor miraba atentamente la escena con las orejas paradas. Me hermana chorreaba por la concha llena de excitación. Nunca había visto algo igual.

Al perro le debe haber llegado el olor de mi hermana porque vi que empezó a inquietarse y a mover la lengua, siempre a metros de nosotros. Ella lo miraba con desprecio, pero el perro estaba en otra, visiblemente excitado.

No sé cómo se me ocurrió hacer lo que hice en ese momento. Me senté en la silla y la obligué a mi hermana a que se siente encima de mí, pero dándome la espalda y de frente al perro.

-        Quiero que Pastor vea como te cojo - le dije al oído

-        Este perro de mierda… - dice ella

-        Mirá como te mira - le decía yo

-        Es un perro de mierda - repetía ella

Ella subía y bajaba sobre mí con las piernas cerradas y con sus manos en mis piernas abiertas. Quise ir un poco más lejos y la obligué ahora a abrir las piernas por fuera de las mías quedando más expuesta hacia el perro

En un momento miro en dirección al perro y se le había parado la pija mirando la escena nuestra, era increíble. Las orejas paradas y ver la mojada concha expuesta de mi hermana parecían volverlo loco.

-        Mirá se le paró la pija - le dije a mi hermana

-        Sácalo de acá - decía ella

-        Miralo. se muere por chuparte la concha

-        Sacalo - me pedía ella

Me la jugué con lo que hice. Le froté el mojado clítoris a mi hermana y con los dedos húmedos los acerqué al hocico del perro que sacó la lengua, me chupó y pareció volverse loco

-        ¿Qué haces? - gritaba mi hermana

-        Dejalo que juegue - me divertía yo…

-        Nooooo - decía ella

Mi hermana me estaba cogiendo con el hocico del perro a 30 centímetros de su concha. Volví a meterle esta vez el dedo e hice una cosa muy bizarra. Saqué mi pija de la concha de mi hermana y la acerqué a perro.

-        ¿Qué haces, degenerado? - Dijo ella

-        Shhhh - dije yo

-        Sos un enfermo…

Mi pija estaba bañada por el flujo de mi hermana. Cuando Pastor se acercó y lamió la punta de mi pija dos veces, la retiré y volví a meterla en la concha de ella.

El perro se quedó mirando como esperando algo, un gesto que le permita satisfacer su deseo.

-        Estás loco - decía ella

-        Mmmmm, mirá las ganas que tiene de chuparte la concha - le susurraba yo al oído

-        Sacalo, por favor - decía ella

-        Esto es por todo lo mala que fuiste con el perro, como fuiste conmigo

Mi hermana sollozaba y no entendía se era excitación, sorpresa o terror por lo que estaba por suceder. Aun así, no me apiadé de ella

-        Vení Pastor, probá lo rica que está esta concha - dije

-        Nooooo -  dijo ella tratando de cerrar las piernas

-        Vení Pastor - y le agarré las piernas a mi hermana abriéndoselas aún mas

El perro se acercó y comenzó a pasar la lengua como un desesperado por toda la zona, por la concha de Natalia, por mi pija, por su costado. Saqué la pija y la adelanté a mi hermana para que quedara solo ella y el perro.

El can pareció entender mi intención y comenzó a chupar la concha de mi hermana con frenesí.

-        Tirate al piso, le ordené a mi hermana

-        Noooo, dijo mi hermana, pero aun así lo hizo

El perro le lamía la concha y yo le frotaba el clítoris humedeciéndola hasta mas no poder. Todo lo que ella segregaba el perro lo lamía.

-        Aghhhhh gritaba ella

-        Vas a acabar con Pastor chupándote la concha

-        Aghhhhh

-        Es tu castigo por tratarlo tan mal…

-        Aghhhhhhahhh ahhhhh ahhhh - acabó mi hermana

-        ¿Te gustó?

-        Sos un hijo de puta…

-        Tenemos la misma madre, lo que te convierte a vos en lo mismo…

El perro estaba como loco. Su pene totalmente expuesto había salido como un lápiz labial. Lo miré y me apiadé de él y me dije: ¿porque no?

-        Si queres redimirte totalmente con el perro, tenés que hacerlo acabar, le dije

-        ¿Vos estás loco?

-        Hacele la paja - le ordené

-        Vos no das más de enfermo - me dijo mirándome con odio

-        Vení Pastor - dije como respuesta a todo

El perro se acercó a nosotros y ella sin dudar acercó su pequeña mano a la pija del perro y comenzó a estimularlo. Ni que decir que el perro pareció volverse loco de placer y empezó a mover sus caderas adelante y atrás totalmente excitado.

-        Metete dos dedos en la concha y dáselos a chupar mientras le haces la paja con la otra mano - le ordené

-        Vos estás loco – decía ella, pero obedecía

Cuando hizo eso el perro comenzó a acabar como loco y salían chorros disparados que iban a parar a su mano y su brazo. Natalia los miraba con asco. Yo los miraba con fascinación

-        Andá a bañarte - le ordené a mi hermana

-        Bueno - dijo aliviada al verse saliendo de esta situación

-        Vení Pastor - le dije al perro acariciándolo

-        ¿Estás contento?  - preguntó ella

-        ¿A mí o al perro le preguntas? - Dije riendo

-        A los dos - dijo con una sonrisa casi obligada

-        Creo que los dos estamos contentos, ¿no Pastor?  – dije mirando al canino.

El perro pegó un ladrido y movió la cola y empezamos a reírnos a carcajadas. Eso me hizo pensar que mi hermana se había reconciliado con el perro, pero no, parece que no fue tan así porque dijo:

-        Bueno, espero que lo hayas disfrutado, perro de mierda, porque nunca más te voy a hacer eso

-        Pobre Pastor - dije yo con una risa

-        Que se conforme

-        El perro se lo merecía por todo lo mal que lo trataste siempre

Mi hermana se fue en dirección al baño toda llena de leche de Pastor. Yo no había acabado, sin embargo, había disfrutado mucho de la situación

Verla irse desnuda sobre esos tacones rosas, moviendo esa manzanita que tiene por culo y después de haberla tenido a mi merced, me provocó una erección tremenda.

(continúa acá)

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