Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Belén regresa a casa con mi tía Marcela 6

 


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Mi tía me había chupado la pija como una auténtica maestra.

Cuando sintió que el último chorro ya no era tan potente adelantó su cabeza y cerró su boca. Comenzó a chupármela con decisión como intentando exprimir mi pija y sacarle hasta la última gota.

-        Aghhhhhh temblé de placer

-        Mmmmm – chupaba ella con felicidad

-        Basta tía, me estás matando

-        Mmmmm – ella seguía

-        ¡Tía! – le grité casi

Mi tía se detuvo mirándome. Se sacó mi verga de la boca y fue poniéndose de pie. Nuestro beso llegó sin demoras. Nos fusionamos mientras nuestras lenguas jugaban. Me separé solo para decirle:

-        Te quiero chupar la concha, tía

-        Aghhh mi amor, siiii

-        ¿Si? ¿Me vas a dejar que te chupe la concha, tía?

-        Claro, mi amor.

Mi tía Marcela se sentó en la cama, apoyó sus manos y moviendo su culo para atrás fue acomodándose mientras abría las piernas mostrándome toda su anatomía.

Me costaba entender esta actitud desvergonzada de mi tía, pero la apreciaba y me gustaba. Yo me fui acomodando y la tentación de cogérmela en ese mismo instante fue muy grande.

Ver a mi tía totalmente desprejuiciada me volvió más loco. Me arrodillé en el suelo y me incliné para chuparle la concha. La miré a los ojos. Ella me miró y me sonrió nerviosa. Ninguno de los dos se imaginaba que llegaríamos tan lejos.

Hundí mi cabeza entre sus piernas. Saqué la lengua y le di un largo lengüetazo por todo el largo de su concha. Su sabor inundó mi boca provocándome un temblor de placer. Era intenso y salado, pero me gustó mucho. Le di otro lametón y me puse a chuparla con mucha dedicación y tomándome todo el tiempo del mundo. Mi nariz daba con su inflamado clítoris. Era una sensación hermosa como rozar el diente de una campana. Ella vibraba cada vez que yo lo hacía.

Sus gemidos me indicaban que yo iba en la dirección correcta. Su concha destilaba jugos y me empapaba la cara. Era hermoso. Tomé su saliente clítoris y lo chupé como su me fuese la vida en eso. Chupé, mordí despacio, lamí, volví a chupar y los gemidos de mi tía se convirtieron en gritos llenos de lujuria.

-        Aghhh ahhhhh ahhhhh siiiiiii

-        Mmmmm

-        Kevinnnn, pendejo….

-        Mmmmm

Yo solo chupaba y mordía su apéndice de placer.

-        Aghhhh como me chupas nene, me encanta

-        Mmmmm – yo seguía firme en mis movimientos bucales

Su cuerpo empezó a temblar y sus fluidos a emanar de una manera hermosa, caliente y babosa que me ponían a tope

-        Aghhh ahhhhhhhhh – gritó en una especie de alarido

-        Mmmmm – yo chupé y chupé

-        Aghhh ahhhhh

Mi tía me agarró de los pelos y comenzó a empujarme la cabeza hacia ella mientras no paraba de gemir

-        Aghh ahhhh ahhhh

-        Mmmmm – yo no dejaba de chupar

-        Aggghhhhhhh

En ese momento me empezó a tirar hacia afuera, para que deje de hacerlo, deje de chuparla

-        Aghhh Mmmmm basta Kevin, pará!

-        ¿Por qué?

-        Ya me hiciste acabar, basta

-        Quiero seguir

-        Aghhhh pará nene, pará!

-        Mmmmm – la chupé un poco mas

-        Basta, nene, por favor

Me retiré lentamente y me subí a besarla en la boca.

-        Aghhhhh pendejo, ahora entiendo por qué tu hermana está tan loca por vos

-        ¿Qué decís?

-        Si le hiciste la mitad de lo que me hiciste a mi

-        Mmmmm – la callé con un beso largo en la boca

Nuestras bocas se fundieron y mi cuerpo se dejó caer sobre el suyo. Ahora mi pene estaba duro nuevamente y con ganas de cogerse a mi tía.

Cuando me moví mi pija rozó su concha mojada. Ella se estremeció y me miró a los ojos.

-        Ojo nene

-        ¿Ojo qué, tía?

 

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Belén regresa a casa con mi tía Marcela 5

 



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El comienzo de toda esta locura------>Mi hermana Belén

Mi tía Marcela y yo estábamos muy calientes. Ambos desnudos en el cuarto, parados y tocándonos, la hice acabar como loca.

Cuando me separé, llevé mi mano mojada a mi boca y la miré diciendo

-        Quiero probar tu sabor

Yo me metí los dedos empapados de su flujo en la boca mirándola con una cara de deseo total. Ella me miró como me los chupaba y agarrando mi mano la sacó de su boca y chupó mis dedos con devoción.

No lo dudó. Se sacó mis dedos de la boca y volvió a besarme.

Acto seguido se dejó caer y se arrodilló frente a mi pija parada. Me miró a los ojos desde abajo y agarró mi pija con su mano.

-        Te voy a chupar la pija

-        Aghh siiii tía

-        Queres?

-        Si, tía, por favor

-        Tenés muchas ganas de que la tía te chupe la pija?

Era evidente que a mi tía le gustaba jugar con las palabras.

-        Siiii tía chupame la pija, por favor – le rogué

-        ¿Siii? Queres ver a tu tía con tu pija en la boca

-        Aghhhh tía, me vas a hacer acabar antes de que me la chupes

-        Decime… ¿queres verme con tu pija en la boca?

-        Siii, tía

-        Pedime que te chupe la pija

-        Chupame la pija, tía

-        Agmmmm

Mi tía mirándome a los ojos como una puta en celo, abrió grande su boca y se fue metiendo todo lo que pudo de mi pija. Casi se atraganta de la emoción y las ganas que le puso en meterse mi verga en la boca.

Envolvió sus labios alrededor de mi miembro y comenzó a chupar subiendo y bajando su cabeza, mientras con una mano acariciaba mis huevos

-        Aghhhh que hermosa que sos tía

-        Mmmmm

-        Me encanta verte así

-        Mmmmm

-        Con mi pija en la boca

Las palabras encendían a mi tía y comenzó a chupármela con muchas más ganas cada vez que yo le soltaba una frase sucia. Adoraba la manera de ser de mi tía. Parecía una persona completamente casta y sumisa en su día a día, pero ahora era una verdadera puta en actitud. No se achicaba en ningún momento y chupaba como una salvaje.

-        Ayyy siii tía que hermosa que sos

-        ¿Te gusto así?

-        Siii, tía sos linda, pero con mi pija en la boca sos hermosa

-        Mmmmm – se la metió toda e hizo una arcada que la hizo retroceder

-        Cuidado tía, despacio

-        Es que me vuelvo muy puta cuando una pija me gusta mucho – me reconoció

-        ¿Ayyy siii?

-        ¿Muy puta te pones?

-        Mmmmm

Mi tía asentía con la cabeza sin sacarse mi verga de la boca. Yo estaba a punto de acabar, pero sentía que tenía que llevarla al extremo del morbo para lograr que se tragara mi leche y fe eso lo que me llevó a decirle

-        ¿Sabías que sos una puta hermosa?

-        Mmmmm – asentía y chupaba

-        ¿Sabes qué hay que hacerles a las putas hermosas como vos?

-        ¿Qué? – solo se sacó mi pija para preguntar eso

-        Cogerles la boca así

Juro que me desconocí a mí mismo en ese momento. Agarré a mi tía de la cabeza y comencé a moverme cogiéndole la boca. Acompañaba el movimiento de mi cadera adelante y atrás con el de mis manos empujando su cabeza hacia mí. Ella abría la boca intentando tragar la mayor parte de mi miembro. Lo hacía muy bien.

-        ¿Te gusta que te coja la boca?

-        Siiiii

-        ¿Sos mi putita?

-        Mmmmsseeeee

-        ¿Queres que re acabe en la boca, tía?

-        Mmmmm

Mi tía asentía con la cabeza. Yo no daba más y ya se venía mi explosión dentro de su boca. No sé de donde saqué esta idea, pero le pedí

-        Abrí la boca que te la doy

-        Mmmmm

-        Sacá la lengua – le ordenaba

Me sentía el director de una película porno. Mi tía arrodillada frente a mí, totalmente sumisa abriendo su boca y sacando la lengua era un cuadro de lo más hermoso.

Empecé a sacudirme la pija delante de su cara. La punta en su boca. Ya tenía todo lo que quería, pero fui por más.

-        ¿Queres mi leche, putita?

-        Aghh Mmmmm siiii

-        Pedímela – le ordené con perversión

-        Dame la leche

-        ¿Si? ¿La queres?

-        Si, sobrinito, dame la leche, favor

La manera en que pronunció esta última frase fue el detonador del explosivo. Un chorro potente salió entrando directamente al fondo de su garganta. Los siguientes fueron saliendo y caían en su lengua expectante. No cerraba los ojos y me miraba. Su actitud de sumisa mirándome desde abajo, me desarmaba de placer.

Cuando sintió que el último chorro ya no era tan potente adelantó su cabeza y cerró su boca. Comenzó a chupármela con decisión como intentando exprimir mi pija y sacarle hasta la última gota.

-        Aghhhhhh temblé de placer

-        Mmmmm – chupaba ella con felicidad

-        Basta tía, me estás matando

-        Mmmmm – ella seguía

-        ¡Tía! – le grité casi

Mi tía se detuvo mirándome. Se sacó mi verga de la boca y fue poniéndose de pie. Nuestro beso llegó sin demoras. Nos fusionamos mientras nuestras lenguas jugaban. Me separé solo para decirle:

-        Te quiero chupar la concha, tía

 

Continuará…

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Belén regresa a casa con mi tía Marcela 4

 



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El comienzo de toda esta locura------>Mi hermana Belén


Me paré de golpe y mi pija totalmente parada chocó contra su panza. Nos separamos ambos como si nos hubiese dado electricidad.

-        Uyyyy, cuidado con eso – dijo mi tía

-        Si, tía, perdón – le dije

-        ¡Está muy duro eso, eh!

-        Si, tía, vos me calentás mucho – le solté

-        ¿Así te pongo yo?

-        Si, tía, así me pones

Me acerqué nuevamente a ella y la miré desafiante. Ella me sostuvo la mirada un momento y solo la bajó para mirarme la pija que estaba a centímetros de su cuerpo.

-        Tomala, es toda tuya – le solté

-        ¿Si?

-        Si, agarrala y sentila

-        A ver…

Mi tía no dudó, no se hizo la difícil y me agarró la pija con su mano envolviéndola. Evidentemente sabía lo que hacía, porque la agarró con firmeza al mismo tiempo que lo hizo con suavidad, con delicadeza.

Su mano estaba caliente, mi pija también. No la soltó inmediatamente, sino que comenzó una lenta, muy lenta paja que me mataba de placer.

Sus movimientos eran lentos, tan lentos que, si bien me excitaban en extremo, me desesperaban por tal lentitud.

-        ¿Te gusta mi pija?  – le pregunté

-        Sí, me gusta, no te voy a mentir, tenés una buena pija

-        A mí me gusta cómo me tocas

En ese momento una mano mía empezó a acercarse a su teta. Primero la apoyé en su cintura y la fui subiendo.

Mi tía me miraba a los ojos y nada decía. Yo creí leer en su mirada un “seguí, yo no te voy a detener” y eso fue lo que hice.

Mi mano sintió la curva de su pecho y mis dedos la dureza de su pezón. Su piel se erizó aún más y me acerqué a ella unos centímetros. Recorrí su pecho con mi mano, pero me resultaba insuficiente, de modo que subí mi otra mano y comencé a acariciar sus dos pechos con ambas manos.

Mi tía cerró sus ojos y respiró profundamente. Su cara de placer me dio impulso para seguir. Yo sabía que iba por buen camino, pero no tenía en claro hasta donde llegaría este camino. Solo sabía que quería recorrerlo.

Su mano se movía ahora con más decisión y eso me gustaba. Mis manos bajaron y fueron a acariciar su culo.

Ambos seguíamos parados, pero ahora pegados prácticamente. El movimiento de su paja era arriba y abajo. Mi boca se fue contra su oído y mis manos se movían con absoluto descaro por su culo.

-        Aghhhh – le dije al oído

-        Me gusta cómo me acaricias – me dijo ella

-        Me volvés loco, tía

Tras ese comentario le besé el cuello. Ella se estremeció y se pegó aún más a mí.

-        Siiii – susurró

-        Mmmmm – le besé el cuello con mucha intensidad mientras me apretaba contra ella

Una de mis manos se fue metiendo en la raya de su cola con una profundidad tal que mi dedo sintió su humedad y jugó un rato en ella metiéndose en sus labios carnosos

Mi tía solo susurraba y gemía. Eso me dio valor para mi siguiente paso. Llevé mi mano hacia adelante y comencé a jugar son su concha. Ella me ayudó separando un poco sus piernas. Ahora el acceso a su concha era total y me dediqué a jugar a pleno con ella. Metí primero un dedo que entró con total facilidad. Luego fueron dos dedos y mi pulgar que quiso jugar con su clítoris

Allí vino la sorpresa, esa protuberancia que suele ser un minúsculo botoncito en este caso tenía una forma y tamaño diferente al de mi hermana. Era más grande y más inflamado. Parecía un pequeño pene que no había podido crecer. Esto, lejos de enfriarme, me calentó muchísimo más. Comencé a agitarlo con mi dedo gordo y mi tía empezó a gemir como loca

-        Aghhh Kevin aghhhhh

-        Mmmmm, tía que concha hermosa que tenés

-        Aghh Kevin me vas a hacer acabar

-        Eso quiero, tía

Mi tía comenzó a moverse como loca acompañando mi movimiento y cuando menos me lo esperaba su concha empezó a emanar un líquido de una viscosidad tremenda y en una cantidad que me sorprendió. No estoy hablando de squirting, pero sí de una humedad que nunca había visto.

Era hermosa. Para colmo gemía en mi oído y me decía las cosas más calientes que podría escuchar.

-        Aghhhh pendejo, me estás haciendo acabar

-        Siii, tía

-        Aghhh ahhhh aghhhh asiiii, hacé acabar a tu tía

-        Agmmmmmm

-        Siiii que buenos dedos que tenés, que bien los manejas

-        ¿Si tía?

-        Y esta pija hermosa que tenés aghhhhh

-        Si tía

Mi tía empezó a acabar como loca

-        Aghh ahh ahhhhhh como me haces acabar hijo de putaaaa

-        Mmmm siiii tía siiiiiii

-        Aghhhh ahhhh

Así acababa mi tía. Era hermoso verla y sentirla en mis dedos. Sentir su cuerpo temblar era uno de los espectáculos más maravillosos que me tocó presenciar.

Mi mano estaba bañada de su flujo. Yo estaba tan caliente que sin pensarlo la miré y vi su rostro desfigurado de placer.

Ella abrió los ojos y me miró. Lo hice de manera instintiva. Acerqué mi boca a la suya y la besé. Ella la abrió como una desesperada y sacó su lengua metiéndola en mi boca. Jugamos un rato largo mientras yo no sabía qué hacer con mi mano totalmente lubricada.

Cuando me separé, llevé mi mano mojada a mi boca y la miré diciendo

-        Quiero probar tu sabor

Yo me metí los dedos empapados de su flujo en la boca mirándola con una cara de deseo total. Ella me miró como me los chupaba y agarrando mi mano la sacó de su boca y chupó mis dedos con devoción.

No lo dudó. Se sacó mis dedos de la boca y volvió a besarme.

Acto seguido se dejó caer y se arrodilló frente a mi pija parada.

 

Continuará…

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