Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mi hermana Belén 10

 


Primer capítulo de esta serie-----> Mi hermana Belén

Parte anterior------> Mi hermana Belén 9


Habíamos cogido con mi hermana. Mi madre nos había callado desde la puerta en total oscuridad. Ahora restaba saber que había llegado a ver o escuchar nuestra madre y conocer la gravedad del tema.

La situación era tan angustiante que mi hermana, prendió la luz para vestirse y ni se me ocurrió mirarla. Yo hice lo mismo y nos dormimos ambos sin pronunciar palabra.

Al otro día me levanté temprano para ir al colegio y mamá ya no estaba. Respiré. Volví a la habitación y mi hermana aun dormía. La desperté.

-        Mamá no está, ya se fue.

-        Ahhh – dijo mi hermana dormida

-        Si vuelve, tratá de averiguar que vio o escuchó.

-        Dale

No sé por qué, pero me salió darle un beso en la mejilla, acariciarle el pelo y, luego de mirarla un rato durmiendo, me fui al colegio.

¿Qué me pasaba? ¿Me estaba enamorando de mi propia hermana?

Esto empezaba a ponerse peligroso por demás.

En el colegio, le escribí a mi hermana para que me cuente si había alguna novedad con mamá y su respuesta fue que por el momento no.

Estaba en el medio de la clase, en la última hora y leo un mensaje de mi hermana.

·        No vengas a la tarde, mamá quiere hablar conmigo sola. Después te cuento. Andá a la casa de algún amigo y vení más tarde.

Los nervios se apoderaron de mí de inmediato. Le pregunté a un amigo si podía ir a su casa y me preguntó qué me pasaba, ya que me vio muy nervioso. No supe como fingí que no pasaba nada y le dije que mi hermana y mi madre se iban al médico y no tenía llaves. Reconozco que estuve muy rápido para mentir.

Me fui a la casa de mi compañero que por suerte no quedaba lejos de la mía.

Creo que no llegué a estar 2 horas en la casa de mi amigo, cuando sonó mi celular. Era Belén, mi hermana.

·        Vení para casa, ¿cuánto tardaras?

·        En 10 minutos estoy

·        ¿Qué pasó?

·        Vení y te cuento

Le dije a mi amigo que ya estaba, que me iba para mi casa.

No sé por qué, pero no tenía un buen presentimiento. Mi hermana sonó muy cortante por WhatsApp.

Cuando llegué el mundo se me derrumbó. Mi hermana tenía cara de haber llorado mucho y su rostro trasmitía una preocupación tremenda. No podía mentirme.

La miré y me fui hacia ella de inmediato.

-        ¿Qué pasó?

-        Nada, quedate tranquilo

-        ¿Como que nada? ¿Y esa cara que tenés?

-        No pasó nada, pero estuve llorando – me decía mi hermana con el rostro muy triste

Belén me abrazó y me besó en la boca de una. Me separé para preguntarle:

-        Pará. ¿Y Mamá?

-        Mamá no está y no viene hasta dentro de dos horas

-        Ah, bueno – dije y la abracé besándola

-        Estamos solos, podemos hacer lo que queramos – me dijo ella y me besó con mucha pasión

-        ¿Estás segura?

-        Nunca estuve tan segura en mi vida – me dijo

Lo que sucedió después fueron una serie de hechos que no dejaron de sorprenderme uno tras otro.

En primer lugar, mi hermana me besó mucho, con mucha pasión y terminado el beso me miró a los ojos de una manera que entendí como de tristeza, pero no me animé a preguntarle ni decirle nada.

-        Vení, vamos a la cama de mamá – me dijo y me agarró la mano

-        A la cama de mamá, ¿estás segura?  – volví a repetir mi lamentable frase.

-        Ya te dije, nunca estuve tan segura en mi vida.

Ese tipo de comentarios me daba miedo ¿qué le pasaba a mi hermana?

Entramos a la habitación de mi mamá. Belén se giró y me besó como nunca me había besado, durante mucho tiempo y con mucha pasión.

-        Quiero hacer todo con vos

-        Yo también – le dije

-        No – me agregó – quiero que cojamos con todas las ganas

-        Vos me volvé loco, Belén –

-        No me entendés – me dijo

-        ¿Qué pasa?

-        No pasa nada, quiero cogerte como nunca me cogí a nadie – me dijo ella

Juro que no entendía nada. Lo cierto es que mi hermana no terminó de decirme esto que comenzó a sacarme toda la ropa.

Yo hice lo propio con la de ella y en dos minutos estábamos completamente desnudos.

-        Quiero chuparte la pija – me dijo

-        Siiii – le dije de inmediato

-        No acabes rápido, quiero cogerte – me dijo

Lo tomé como una orden que debía acatar ciegamente.

Fue entonces que mi hermana me tiró en la cama y arrodillándose en el piso comenzó a chuparme la pija de una manera magistral.

Era de día y la luz que entraba por la ventana me permitía ver perfectamente a mi hermana en su labor.

Ella me miró fijamente con mi verga en la boca y me sonrió con los ojos. Era hermosa. Y con mi pija en la boca, era más hermosa todavía.

La chupada de pija que me dio nunca me la habían dado en toda mi vida sexual, que por cierto era muy corta y poco diversa. Lo cierto es que me hizo de todo, me chupó los huevos, se los metió en la boca, me volvía a chupar la pija.

Era una locura.

Le dije que quería chuparle la concha y no me lo permitió.

-        No, quiero que me cojas toda

-        Pero quiero que acabes. – le dije

-        Ya voy a acabar yo también, ahora quiero cogerte

En medio del clima raro en el que nos encontrábamos, nos dábamos el tiempo para disfrutar a pleno del momento.

-        Vení – me dijo mi hermana

Me acostó en la cama y sin dudarlo se puso encima de mí. Me agarró la pija con la mano y la guio a la entrada de su concha. Se la metió y se quedó un instante con mi pija adentro y los ojos cerrados.

Luego los abrió y me miró con una sonrisa, que en el momento la percibí triste, pero no por ello mi calentura se bajó.

Mi hermana comenzó a moverse con mi pija en su cocha y mirándome desde arriba se acariciaba las tetas, se pellizcaba los pezones.

Yo la miraba embelesado, recorriéndole todo el cuerpo con la mirada.

-        Sos hermosa – le dije sin pensarlo

-        ¿Te gusta verme?

-        Mucho

-        ¿Te gusta que te coja?

-        Es lo que más me gusta

Estiré mis manos y le acaricié los pechos y la panza. Ella apoyó sus manos sobre las mías y me ayudaba a recorrer su cuerpo.

Era una situación hermosa. Estábamos viviendo algo que era único. El sexo entre hermanos. El incesto. El sexo con amor fraternal. Era realmente hermoso.

Mi pija estaba durísima dentro de su concha. Mi hermana estaba muy mojada y bañaba mi verga con sus viscosos fluidos.

Fue entonces que se salió de mí y se giró para meterse nuevamente mi verga en la concha, pero dándome la espalda.

La visión de frente de su culo perfecto y ella cabalgándome mientras apoyaba sus manos en mis rodillas era única.

-        ¡Que culo perfecto que tenés Belén!  – le dije

-        ¿Te gusta?

-        Me encanta – le dije con sinceridad

Mi hermana se inclinó hacia adelante y se abrió bien la cola, siempre con mi pija dentro de su concha

-        ¿Y así te gusta?  – me provocaba

-        Hermoso – le dije

Mi hermana se levantó apenas y sacó mi pija de su concha, frotó la cabeza contra su humedad y la apoyó contra su fruncido ano haciendo un poquito de presión.

-        Ayyyy Belén – le dije

-        ¿Qué pasa?

-        Me encanta tu culo – quise animarla

-        ¿Te gustaría metérmela en el culo?  – me dijo ella

-        Si – le dije

En ese momento me costó entender si me estaba provocando o realmente lo quería, ya que se volvió a meter mi pija en la concha y se inclinó nuevamente hacia adelante.

Me agarró una mano y la llevó a su boca, me chupó el dedo y girándose me pidió:

-        Meteme el dedo en el culo

-        Mmmmm

-        Preparámelo bien… - me dijo y mi pija se sacudió en su interior

Había entendido bien.

Mi hermana estaba dispuesta a entregarme el culo. Era mi sueño. El sueño de todos mis amigos, de todo mi barrio. Tener a disposición el culo de mi hermana, solo para mí. Era soñado.

No dudé y le metí un primer dedo, el índice.

Entró fácilmente y ella se irguió por completo gritando

-        Aghhhhhh

-        ¿Te dolió?  – le pregunté

-        Noooo, me encanta – me aclaró

Eso me dio valor, uní mi dedo mayor al índice y ahora la penetré con ambos, pero de manera más suave.

-        Aghh, no pares ahora, por favor – decía

-        ¿Te gusta que te meta lo dedos en el culo?  – le pregunté

-        Siiii, hermanito degenerado, juga con mi colita – me dijo

Creo que casi acabo con ese comentario. No me esperaba su reacción.

-        Meteme la pija en el culo que estoy a punto de acabar – me dijo

Mi hermana se levantó y se sacó mi pija de la concha y la apoyó en su entrada trasera.

-        Dale cogeme el culo, hermanito, ahora – me ordenó

-        Siiiii – le dije y le apoyé la cabeza empujando con firmeza

Mi hermana se empezó a frotar el clítoris al tiempo que bajaba lentamente comiéndose mi verga con su apretado ano.

-        Aghhhh ahhhhh

-        Mmmmmm – decía yo mientras veía que mi pija se perdía lentamente dentro del culo de mi hermana

-        Aghhhh ahhhh ahhhhhh – Belén comenzó a temblar en un orgasmo muy intenso

-        Siiiiii ¿estás acabando? – le pregunté. Necesitaba si confirmación

-        Aghhh mmmm seeeee – ahora mi hermana vibraba como en un nirvana

-        Ayyyy Belén me vuelvo loco, voy a acabar

-        Aghhhh siiii hermanito, lléname el culo de leche, cogeme la cola, cógele el culo a tu hermanaaaaaa – gritaba ahora ella

-        Aghhhhhh ahhhhh ahhhhh – empecé a acabar como un toro dentro de su estrecho culo

Mi hermana seguía acabando. Yo también. Fueron unos minutos muy largos en los cuales solo nos dijimos cosas muy calientes y degeneradas. No podía creer que esas palabras salieran de la boca de mi hermana, y de la mía, tampoco

Lo cierto es que todo fue escalando de la siguiente manera

-        ¿Te gusta cogerte a tu hermana?  – empezó ella

-        Mucho, sos hermosa

-        Y muy puta, ¿sabías?

Ahí entendí que le gustaba mucho el juego de palabras y sabiéndome a solas con ella me fui animando

-        Muy puta como a mí me gusta

-        ¿Te gusta que sea muy puta para vos?

-        Si, sos la hermana más puta y más linda

-        ¿Te gusta cogerle el culito a tu hermana, perverso?

-        Siii

Me animé a mas

-        ¿Y a vos te gusta que tu hermano te coja el culo estando embarazada?

-        Siiiii

-        ¿Te gustaría que te llene de leche y embarace yo?

Mi pija se había aflojado apenas y ella seguía moviéndose con mi trozo en su cola, pero diciendo unas cosas que me la pusieron nuevamente como un garrote.

-        Siiii, quiero un hijo tuyo adentro de mí

-        Mmmmm eso sería lo mas

-        Y que la puta de mamá se lo tenga que bancar, eso me gustaría – me dijo

Me costó entender.

Terminamos cogiendo una vez más. Mi hermana agarró un preservativo y me lo colocó para que la vuelva a coger por la concha luego de haberle hecho el culo.

Fue hermoso ver mi leche saliendo apenas de su cola e imaginar el resto que quedó adentro. El siguiente polvo fue muy lindo y muy tierno.

Verla desnuda, con su panza redonda y hermosa, con su cara de satisfecha. Era todo perfecto.

Lo raro, empezó después.

Belén se puso a llorar desconsoladamente, diciéndome que hoy mismo “armo un bolso y me voy a vivir con la tía Marcela” en el interior de la provincia de Buenos Aires.

“Queeeeee?” le dije y por toda respuesta se abrazó a mí me besó muy largo y supe que sería la última vez que me besaba.

Al rato estaba cambiada y armando un bolso con su ropa y diciéndome luego de consultar el teléfono que “Mamá me pasa a buscar en 20 minutos y me lleva a la terminal”

Me explicó que mamá nos había visto la noche anterior y que ya se imaginaba algo, aunque no tanto como esto. Que era una locura y que debíamos separarnos de inmediato. Por eso tomó esta decisión y lo habló con su hermana, que estaba mejor económicamente.

Cuando la vi salir a mi hermana por la puerta, supe que no había sido solo sexo. Las lágrimas me brotaban de los ojos sin poder contenerlas. Comencé a sollozar. La angustia se apoderó de mí.

Me fui a mi cuarto, vi la cama de ella y volví a llorar. A las dos horas, escuché un ruido y era mi mamá que volvía. Me miró y no me dijo nada.

Se puso a cocinar como si nada, dándome la espalda con sus calzas negras.

Yo me quedé en la cocina mirándola a mi madre cocinar y no pude creer que, después de tanto dolor por la pérdida de mi hermana, estuviera mirándole el culo con detenimiento a mi propia madre. Evidentemente, como había dicho mi hermana: soy un degenerado.

 

(FIN de la historia con mi hermana) 

Si quieren saber lo que pasa cuando me quedo solo con mi mamá vayan acá ---->Mi mamá Silvina - Adiós Belén


Gracias a todos por seguir esta historia. 

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