Estaba seguro. Mi mamá se había
calentado viendo el bulto que formaba mi pija en el pantalón. La miré y vi su
cara raja de excitación. Me miró y me dijo:
-
Me voy a refrescar que me hiciste poner toda
colorada
Se fue dejándome ahí, de pie en
la cocina. Mi pija estallaba de calentura. Cuando estaba entrando en su
habitación, tomé coraje y le grité
-
¡No pienses en tu hijo, eh!
Me quedé de una pieza y me fui
caliente como estaba a mi habitación, me imaginé a mi madre masturbándose y no
dudé en imitarla.
Me saqué toda la ropa, no me
importaba si entraba ella y comencé una lenta paja acostado en mi cama.
No duré ni dos minutos que
comencé a acabar como un caballo. Estaba re caliente, así me ponía mi propia
madre. Me limpié con unos pañuelos de papel y me fui al baño a tirarlos. Cuando
quise abrir la puerta estaba cerrada con llave.
Recordé que mi madre estaba
dentro del baño. Puse el oído en la puerta y me pareció escuchar un gemido.
-
Perdón mami – dije
Ella no respondió. Luego de un
tiempo se escuchó la ducha que se encendía. Tiré los papeles en el tacho de la
basura de la cocina y me volví a mi cuarto.
Al rato, mi mamá me llama para
comer. La miré y su cara trasmitía una seriedad total. No me miraba y me
esquivaba. Tenía puesto un pantalón de pijama amplio y una remera larga encima.
Estaba muy callada y hacía todo
sin decir una palabra. La ayudé poniendo la mesa y no dijo nada.
Nos sentamos en silencio y
estuvimos comiendo así unos 10 minutos, cada uno mirando su celular.
Al rato, fue ella la que me
encaró
-
Kevin, me parece que nos pasamos hoy
-
¿Qué?
-
Que me parece que hoy nos pasamos con lo que
hicimos
-
¿Qué cosa?
-
No te hagas el boludo, Kevin
-
¿De qué? – yo no quería reconocer nada.
Iba a intentar por todos los
medios que ella hable y diga puntualmente que le molestó tanto. Yo no iba a exponerme
de ninguna manera
-
Kevin, me mostraste toda tu p…
Mi mamá no se animaba a nombrar
la palabra.
-
Eu, mami, pará – la detuve – yo no te mostré
nada
-
Bueno, casi
-
No, casi, no, solo me la marqué para vieras como
era
-
Es que soy tu mamá, ¿entendés?
-
¿Mami, porque haces tanto escándalo? – le dije
-
¿Tanto escándalo hago, decís?
-
Si, mami, tranquila
En ese momento, me vino el
problema de erección de su novio y jugué por ese lado para hacerla sentir un
poco culpable.
-
No se si tenés algún problema con Omar – era la
primera vez que lo nombraba – que estás tan nerviosa, pero fue solamente mostrarte
una parte de mi cuerpo
-
Si, Kevin – mi mamá parecía más serena ahora –
pero no es una parte mas
-
Es una parte más, aparte, como dijiste, sos mi
mamá y me conoces bien
-
Pero nos excedimos – me dijo ella
-
No pasa nada, no te hagas tanto rollo
-
Sos mi hijo – me dijo con una sonrisa
Aproveché la distensión y me
jugué con un comentario en tono de chiste, pero que podía ser tomado muy mal
por mi mamá
-
Y Belén es mi hermana, pero bueno, jajaja
-
Menos mal que los separé – mi madre reía ahora
-
Ahora agarrate que voy por vos – hice el gesto
de correrla y atacarla
-
Nooooo – reía ella ahora
Me le fui encima y la abracé
desde atrás. En todo sentido, la tenía neutralizada. Tanto físicamente como mentalmente.
No sabía cómo escapar de mis garras
-
Salíiiii, jajaja- reía mi mamá
-
Mmmmm ahora no tengo a nadie, voy por vos – le
decía y la apretaba contra mí
Increíblemente mi madre se dejaba
llevar y en un movimiento la apoye desde atrás y el bulto de mi verga quedó
entre sus dos nalgas
-
Ummmm – le dije
-
Keviiiiin – me dijo advirtiéndome, pero sin
moverse para zafarse
-
Es que estas muy buena, mami – le dije
-
¿Qué decís, Kevin? – me preguntó intrigada
-
Que Omar tiene mucha suerte – le dije volviendo
al tema de su novio
-
¿Por qué?
-
Porque tiene a esta diosa para él – le dije
moviendo mi paquete en su culo
No era consciente de que mi pija
se había parado un poco y le estaba volviendo a hacer sentir mi dureza a mi
madre
-
Kevin, me parece a mí o algo se está endureciendo
ahí abajo
-
Te parece bien…
-
Kevin, no te olvides que soy tu madre…
La situación era surrealista.
Estaba apoyando a mi madre de una manera totalmente descarada. Al mismo tiempo,
le decía al oído cosas muy jugadas y ella no decía nada. Era el momento de ir un
pasito más adelante
-
Así me pones
-
Kevin, pará que soy tu madre, en serio – dijo
Sin embargo, un movimiento en su
cola, me hizo pensar lo contrario, lo estaba disfrutando porque mi pija estaba
muy dura contra ella.
Yo contaba con información
privilegiada, a su novio no se le había parado el día anterior y me jugué una
ficha
-
Sé que sos mi madre, pero también soy un hombre
-
Sos un nene todavía… - me dijo ella y se movió
un poco para sentirla mejor, o eso me pareció.
-
Soy un hombre, y a los hombres vos nos pones así
Aproveché y le hice sentir bien
la dureza de mi pija que a esta altura era un fierro y le dije oído:
-
No hay hombre al que no se le ponga dura con un
cuerpo como el tuyo
-
Kevin, pará por favor… - decía ella, pero su
cuerpo decía lo contrario
-
Tenés que tomarlo como un halago – le dije
Volví a apretarme contra ella y
me moví haciéndole sentir aún más mi verga
-
Un gran halago, estoy sintiendo
-
Siiii, mami – le dije al oído
-
Estas muy duro, hijo – eso fue casi un susurro
-
Muy, vos me pones…
-
¿Así te pone tu mamá? – me sorprendió que
resaltara el vínculo
-
Si no fueras mi mamá, si yo fuera Omar…
-
Ojo Kevin lo que vas a decir…
Medité un segundo y le tiré la
frase letal que la desarmó por completo
-
La pija no se me bajaría nunca…
-
Aghhhh Kevin, no me digas esas cosas
-
Así me pones mami, me gustaría saber que vos
también te mojas cuando la sentís
-
Kevin, por Dios, que cosas decís
-
Decime la verdad
-
¿Qué?
-
¿No te calienta un poco sentir mi pija? – me la
jugué
-
No te voy a mentir…
-
Decímelo
-
Sí, me calienta…
Me apreté más contra ella, no me
animé a subir con mis manos a sus tetas, pero sus últimas palabras me dieron la
alegría que necesitaba
-
Me calienta mucho, ahora dejame…
-
Te dejo con una condición
-
Basta Kevin, no
-
Solo una condición – dije y volví a apretarla.
Ella se movió para sentirla. Mis
movimientos ya eran descarados. Le dije al oído:
-
Prometeme que ahora cuando te vaya a tu pieza,
vas a pensar en mi pija…
-
Aghhh Kevin, salí – me dijo zafándose
-
Andá, dale – le dije soltándola
-
Me mataste Kevin, me dejaste en llamas… sos
terrible
Se encerró en su habitación, puse
el oído en la puerta y pude escuchar sus gemidos. No me importó masturbarme
detrás de la puerta y acabar al mismo tiempo que ella lo hacía.
-
Aghhhh aghhhhh – escuché
-
Aghhhh Yo también, mami – le dije
Acabé en el piso y no me importó.
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