Capitulo introducción ----------> Mi mamá Silvina - Adiós Belén
Ahora estábamos los dos
completamente desnudos en el sillón de costado. Mi dedo entraba y salía de su
concha con mucha facilidad. Tanta, que creí oportuno meterle un segundo dedo y
ahora sentí que su mano me apretaba la cabeza para que chupe con más fuerza su
pezón. Le metí los dos dedos y comencé a meter y sacar con buen ritmo. Sentía
que su humedad era cada vez mayor.
Su mano en mi pija no dejaba de
pajearme…
Mi boca no se despegaba de su
pezón. Su mano de mi pija. Una de mis manos jugaba con su concha. Su otra mano
acariciaba mi cabello y ahora su boca se acercó a mi oído.
-
Seguí así, me gusta mucho – me dijo
-
A mí también – fui a decirle
En ese momento, al levantar mi
cabeza de su pecho, mi boca quedó a un centímetro de la suya.
Yo no dudé. Ella, tampoco.
Su boca carnosa estaba apenas
abierta y parecía estar esperándome. Mis labios se unieron a los suyos. Su boca
se abrió más, la mía también. Mi lengua salió y la de mi madre hizo lo propio.
Por la sensación de placer,
parecía ser el primer beso que cada uno daba en su vida. Por la manera en que
se dio ese beso, parecía como si esas bocas se conocieran desde siempre. La
manera en que se movían nuestras lenguas, la forma en que la saliva fluía, el
ímpetu que ambos le poníamos a cada beso demostraba que estábamos
predeterminados para amarnos. Éramos madre e hijo. La conexión era inevitable.
Mi madre se movía mientras mis
dedos exploraban su concha. Era hermoso sentir sus movimientos. La paja que me
hacía era también suprema.
De pronto, dejó de besarme. Me
asusté, pensé que todo se terminaba. Mi madre puso su palma encima de la mano
que tenía dentro de su concha y acompañó mis movimientos de la palma que hacían
presión sobre su clítoris. Me dijo mirándome a los ojos.
-
Haceme acabar, así, así
-
Seeeeee – le dije y volví a besarla
Mi madre dejó de hacerme la paja
para tener el 100% de sus sentidos dedicados a su orgasmo. Su palma apretaba mi
mano y su cuerpo se retorcía de placer
-
Me vas a hacer acabar, ¿sabías?
-
Siiii mami, quiero hacerte acabar
-
Estoy muy caliente, Kevin, no daba más – casi
que se justificaba mi madre
-
Yo también
-
Seguí así, mi amor, seguí así
-
Si mami, siiii – le decía yo
Trataba de no cambiar de posición
ni de alterar el movimiento que sabía que tanto placer le estaba causando.
-
Ayyy Kevin siiii
-
Si, mami, siiii, ¿vas a acabar?
-
Siii, mi amor, siiiii
Su cuerpo empezó a convulsionar y
de su boca empezaron a salir hipidos de placer
-
Aghhh ah ah ah aaaah ahhh ahhhhh
-
Mmmmm – decía yo
Ahora, sabiendo que el orgasmo
estaba presente, me lancé a chuparle las tetas con desesperación
-
Aghhhh siiiii chupame las tetas siiii, asiiiiii
-
Mmmmm – yo chupaba y chupaba
-
Siii mi amor, chupale las tetas a mami – me dijo
Eso me re calentó. Ella se fue
recomponiendo y me besó nuevamente en la boca. Yo volví a chuparle las tetas.
Ella agarró mi mano que seguía en su concha y la fue retirando. Me besaba todo
el tiempo y yo a ella, claro
Luego me miró y me dijo:
-
Vení, ponete así
Me sentó en el sillón, me abrió
las piernas y se arrodilló delante de mí. Me agarró la pija con las dos manos.
Y comenzó a pajearme mientras me miraba a los ojos de a ratos y por otros
momentos miraba mi verga.
-
Mmmmm, siii, mami, siiiii – le dije
-
Quiero devolverte el placer que me diste recién
-
Siiii, mami, si – parecía que era lo único que
yo sabía decir
-
Tenés una pija hermosa, sabías?
-
¿Te gusta, mami?
-
Mucho, mi amor, mucho
Mi madre continuaba con la paja.
Me miraba y me pajeaba de una manera delicada y hermosa. Una mano empezó a
acariciarme los huevos. La otra seguía con la paja. No pude creer lo que hizo a
continuación. Haciendo trompita con la boca dejó caer saliva sobre mi pija y me
pajeó con decisión.
Ella sabía que mi orgasmo se
venía. Yo quería que me chupe la pija, pero no pude aguantar tanta calentura.
Sobre todo, cuando ella, mientras me pajeaba, me dijo:
-
Quiero verte acabar, mi amor
-
Aghhhh mami, no voy a aguantar
-
Siiii, eso quiero, que acabes… - me decía ella
-
Ya me viene – le dije cuando ya no podía mas
-
Dale mi amor, acabá por favor – me pidió
Mi madre hizo como una especie de
techito con la mano y así logró que el primer chorro impactara en su palma. Lo
mismo hizo con el segundo y el tercero. Luego liberó mi pija y los demás
chorros llegaron a mi pecho lampiño.
Mi mamá se miraba la mano llena
de semen y se sonreía.
-
Cuanta leche, mi amor, me encanta
-
Siii, mami, te gusta mi leche?
-
Mucho, mi amor, mucho
Mi madre se levantó acostándose a
mi lado. Agarró una servilleta de papel y se limpió la mano. Luego, fue ella
misma la que limpió mi pecho con otra servilleta mientras se reía
-
¡Cuánta leche que tenías, por dios!
-
Si, mami
-
Ahora andá a bañarte
-
Al final, no terminamos de ver la película – le
dije
-
Bañate y terminamos de verla – me dijo dejándome
totalmente intrigado
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