Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mi mamá Silvina 4

 


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Terminamos de ver la película y después de percatarse de mi semi erección mi madre terminó soltándome estas frases que me dejaron totalmente descolocado y caliente

-        Cómo está eso… - dijo riendo

-        Si, voy a tener que… - no quise seguir porque temí irme a la mierda

-        Hagas lo que hagas, pensá en la rubia… - me dijo con una risa

-        Si si – le dije yéndome

Cuando estaba entrando en mi habitación escucho que mi madre suelta una frase que aún hoy retumba en mi cerebro

-        ¡No pienses en tu hermana, eh!  – se reía mi madre

-        Jajaja – dije y cerré la puerta

Me masturbé pensando en mi madre, en lo buena que estaba, en sus tetas, en su boca y finalmente, en imaginarme su mano agarrando mi pija en el sillón donde habíamos mirado la película. Acabé en ese preciso instante.

Me dormí como un bebé. Tuve la tentación de mirar el WhatsApp de mi madre, pero me contuve. Ya tendría tiempo al día siguiente.

Al otro día me levanté y mi madre estaba en calzas nuevamente y con un culo hermoso apuntando en mi dirección. ¿Qué hacer? ¿La apoyaba de vuelta como el día anterior? ¿O no? Me debatía en qué hacer, cuando ella me dijo:

-        Vení a darme un beso, dormilón! – y se quedó con su culo hermoso y apretado como invitándome

No dudé, ya que mi pija esta vez estaba más dura que el día anterior. Me acerqué despacio y la apoyé en la cola con una linda presión sobre su glúteo, solo que esta vez con ambas manos la tomé de la cintura y la besé en la mejilla

-        Mmmmuack, buen día, mami – le dije

-        Hola, mi amor – dijo, ella

Hacía mucho que no me decía así y me gustó que lo hiciera. Seguía por el camino de volverme más compinche con ella.

-        ¿A ver qué estás cocinando? – le dije a propósito

En ese momento, mi pija, que estaba durísima, se movió por su cola. Era imposible que no la sienta. Temí que se enojara, pero no.

Lo que sucedió me dejó de piedra. Ella movió su cola buscando el contacto y dijo

-        Alguien parece que no se descargó anoche y hoy se levantó un poco durito, ¿no?

-        Mmmmm, ¿quién te dijo que no me descargué?

-        Ah buenooo, me pareció por lo que sentí

Preferí separarme porque tenía miedo de no poder contenerme.

-        Sí, me descargué, pero siempre me levanto así – quise serle completamente sincero esta vez

-        Ah bueno, ¡bendita juventud! – dijo ella

-        ¿Por qué lo decís? – le pregunté haciéndome el inocente

Sabía que su pareja tenía problemas de erección y que mostrarme erecto le generaba algo, no sabía qué, pero algo, le generaba.

-        Porque a tu edad están todos los días listos para la batalla

-        Si, si

-        ¡Qué cosa con los adolescentes! ¡Menos mal que te separé de tu hermana! – dijo ella riendo ahora

Me gustó que se lo tomara de manera divertida. Yo aproveché el momento y quise sumar distensión

-        ¡Si, menos mal! Jajaja, los adolescentes estamos calientes todo el día – le dije

-        Es entendible, la edad – me reconoció

-        ¿Cuándo sos más grande se te pasa? – quise indagarla

-        No estás todo el día pensando en eso, aunque por momentos las ganas están, eso no se pierde nunca

Yo me alejé un poco y le miraba el culo con descaro sin dejar de hacerlo ni un instante, con la miraba fija en sus nalgas.

Ella sintió tanto mi presencia como mi mirada y se giró mirándome divertida

-        Lo que está mal es que mires así a tu madre

-        Lo sé, perdoname, pero…

-        ¿Pero qué? Que iba a decir…

-        No, nada

-        ¡No! ¡Ahora quiero saber! ¿Que ibas a decir?

-        Que tenés un culo perfecto, mami – me sinceré de manera definitiva

-        Gracias, mi amor, te dejo que me lo mires

-        Gracias – dije

Y en ese momento, sin pensarlo, me acomodé la pija mientras la miraba. Ella se giró y me enganchó justo

-        ¡Bueno tampoco es para que te la toques así! – me regañó

-        No, no, es que me la estaba acomodando

-        Ah bueno, es que me parece…

-        ¿Qué te parece?

-        No nada…

-        ¡Ahora quiero saber yo! – le insistí

-        No, dejá

-        No, mami, yo te dije

-        Bueno – terminó cediendo – parece que tenés algo importante ahí abajo, ¿no?

-        No se

-        Daleee, no te hagas el humilde

-        No, mami, en serio, no se.

Mi madre se da vuelta toda colorada como nunca la había visto y me dice acercándose peligrosamente

-        A ver apretate el pantalón con la mano para que se te marque y te digo

-        ¿Así?

Me apreté el pantalón con ambas manos alrededor de mi pija y se marcaba perfectamente todo el contorno

-        ¡Ay Dios, Kevin!

-        ¡¿Qué pasa, mami?! – le pregunté mirándola a los ojos

Mi madre se mordía el labio y me miraba el bulto

-        Que tenés algo muy bueno ahí abajo

-        ¿Si?

-        Si, hijo, que no te quepan dudas…

-        Gracias mami

-        Gracias va a decir tu novia – dijo mi madre totalmente colorada

En ese momento pude ver sus pezones parados, su cara roja como un infierno y su mirada vidriosa. Me miró y me dijo:

-        Me voy a refrescar que me hiciste poner toda colorada

Se fue dejándome ahí, de pie en la cocina. Mi pija estallaba de calentura. Cuando estaba entrando en su habitación, tomé coraje y le grité

-        ¡No pienses en tu hijo, eh!

 

Continuará…

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