Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mi mamá Silvina 8

 



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Lo que había logrado con mi madre ya era mucho más de lo que me esperaba. De hecho, mucho más de lo que había planeado con mi escritor consejero.

La idea era solo mostrarle mi carpa bajo la manta, pero terminamos masturbándonos los dos y yo pude ver sus hermosas tetas y mi madre mi pija en todo su esplendor, acabando y mojando todo mi pecho.

¿Cómo seguir ahora? ¿Podría tener un avance?

Volví a mirar el WhatsApp de mi mamá y no encontré nada alentador.

Por una parte, le decía a mi tía que se había extralimitado conmigo, pero que no iba a ir más lejos, casi que se lo prometía a mi tía y a ella misma.

Por otra parte, le escribió a Omar y le dijo que quería salir con él a la noche. Él le dijo que no podía esa noche, pero sí la siguiente.

Me decidí a contarle todo a mi escritor y esperar a que pasen los días. Lo único que quería era tener una oportunidad.

Me llamó mucho la atención que al otro día mi madre actuara como si nada y no mencionara el tema. Yo, por mi parte, no me mostré erecto ni nada por el estilo. Preferí poner paños fríos y esperar.

Pasaron dos días, mi madre salió con Omar y esa noche volvió bastante tarde. La imaginé cogiendo con él y tuve un poco de celos. Por suerte, me puedo controlar y no dije nada. Eso sí, esperé a que se durmiera y entré a su WhatsApp.

Mis esperanzas se renovaban nuevamente. Pese a volver tarde, la noche con Omar no había sido de lo mejor. Con él se mostraba fría, pero fue el chat con mi tía lo que me dio la clave.

-        Hola

-        Hola, Sil – le decía mi tía

-        Acá andamos

-        ¿Qué pasa?

-        Otra vez

-        ¿Otra vez, que?

-        Lo de siempre

-        ¿No se le paró?

-        No, esta vez, peor.

-        ¿Qué pasó?  – preguntaba mi tía intrigada

-        Se le paró, pero acabó a los 5 minutos

-        Bueno, pero lo pasaste bien por lo menos – yo entendí a donde iba mi tía

-        Sí, pero no acabé de vuelta.

-        Uhhhh, eso si ya es un problema – decía mi tía

-        Lo me mas bronca me da es que no se preocupe porque yo acabe. En otros aspectos, es tan divino conmigo, pero en esto…

-        Bueno, parece buen tipo, te quiere, ¿no?  – la consolaba mi tía

-        Sí, eso es verdad, creo que el mejor tipo que conocí en muchos sentidos

-        Bueno, comprate un dildo y listo, jajajaja – se reía mi tía

Tuve que googlear que era un dildo porque no sabía. Me extrañó un poco que ni mi madre, ni mi tía me nombraran en su conversación.

A la noche siguiente, terminamos de comer y le pregunté a mi mamá si no quería terminar de ver la película del otro día.

Mi madre casi se atraganta cuando me escucha decirlo. Pero lo mejor de todo, fue lo que me dijo:

-        Sí, pero con mantita

Creo que mi pija saltó como un resorte cuando escuchó ese comentario. Imaginé lo caliente que estaría mi madre para acceder a esto conmigo.

-        Voy a buscar la manta – le dije

-        Mejor traé la de mi cuarto que es más grande

-        Bueno – dije un poco desilusionado

Más grande la manta, menos posibilidades de que nos destapemos y nos veamos, pero bueno, debía estar contento con lo logrado.

Traje la manta que en realidad era un acolchado, puse la película y me acosté en el sillón. Mi madre se acostó a mi lado. No hubo contacto entre nosotros dos esta vez, cosa que me generaba cierta ansiedad.

La manta era muy grande y daba mucho calor. Aun con dudas, la miré a mi mamá y le dije:

-        Perdoname, pero me da mucho calor este acolchado

Me saqué toda la ropa teniendo el cuidado de que no me viera desnudo. No quise generar una reticencia por parte de mi mamá.

-        Ah bueno, ¿ya empezamos así?  – dijo ella

-        Si, ma – le dije fingiendo calma

-        Bueno, yo no te voy a decir nada – me dijo mi mamá

Me acomodé y con cautela me acerqué un poco más a ella.

Volví a poner le escena en la que la protagonista tiene sexo con su amante. Rápidamente mi pija reaccionó y haciendo el chiste, hice una carpa con mi verga como palo mayor

-        Kevin, no empecemos…

-        No puedo contenerme – le dije

-        Te gusta la chica, ¿no?  – me preguntó

La miré y me sinceré.

No me aguanté y le dije todo en la cara. No me importó. Tenía que sacármelo de encima.

-        Mami, ¿queres que te diga la verdad?

-        Siempre quiero que me digas la verdad – me respondió ella

-        ¿No te vas a enojar? es fuerte…

-        Decímelo y te digo – me respondió

-        Me gusta la chica, sí, pero más me gusta estar así, con vos al lado

-        Ah bueno, eso sí que es fuerte

-        ¿No te enojas?

-        No, no me enojo. Miremos la película – me cortó

La película seguía y supimos lo que venía. Sexo del bueno. Yo me empecé a pajear lentamente debajo de la colcha.

Mi madre se movía incómoda y le propuse:

-        ¿Tenés calor?

-        Si - me respondió

-        ¿Por qué no te sacas la ropa?

-        Te gustaría que lo haga, ¿no?

-        Claro – le reconocí

-        ¡Como sos, Kevin!  – me dijo riendo

-        ¿Sabes que me gustaría?

-        ¿Qué?

-        Que vos tengas ganas de sacarte la ropa… - le dije mirándola

Mi madre comenzó a moverse debajo de la colcha y cuando se quitó la parte de abajo la tiró mostrándome cómo lo hacía

-        Me gusta saber que estamos los dos desnudos – le reconocí

-        A mí, también – me dijo y mi pija dio un salto

La escena de sexo seguía en la tele.

-        Que buenas tetas tiene – dijo mi mamá para mi sorpresa

-        Las tuyas son mejores – le dije

-        Jajaja, ojalá – me dijo

-        No, te juro, para mí, son mejores

-        Seguro que te gustaban más las de tu hermana embarazada

Ese comentario me sorprendió y noté una chispa de celos que me animó a seguir por ese camino

-        Siii, reconozco que las de Belén eran, bueno, son hermosas también

-        ¿Qué le habrás hecho a esas tetas? – se preguntó mi madre

-        Nada que no les gustara, te lo aseguro – le dije mirándola a los ojos ahora

-        ¿Se las tocaste? – me preguntó

-        No te voy a decir

-        Ella tampoco me quiso decir – me dijo mi madre

-        Jugamos mucho… - le dije

Ahora mi movimiento debajo de la manta era tremendo, tanto de mi madre como mío. Aproveché la situación y le solté

-        Le gustaba mucho verme la pija

-        Ah, ¿sí? – me dijo mi madre

-        ¿A vos no te gusta mi pija?

-        Si – reconoció ella – pero no sé si es lo que corresponde

-        Mirala un rato mientras me pajeo – le dije sacándome la colcha

-        Uffff – dijo mi madre cuando vio mi pija

-        Ahora quiero verte a vos

Mi madre se descubrió las tetas. No quiso mostrarme su concha. Yo quise pedírselo, pero supe que ese momento iba a llegar solo

-        Tus tetas son muy lindas – le dije

-        ¿Te gustan?  – ahora mi madre se las acariciaba con ambas manos

Ella sabía que estaba buenísima y jugaba con eso.

-        Siiii tocátelas así – le ordené

-        ¿Así?  – me dice mi mamá jugando con ellas

Yo estaba desnudo pegado a mi madre y con mi pija como un mástil mientras seguía pajeándome. Tuve una idea que realmente no sé de donde salió:

-        Dejame hacer algo – le dije llevando mi boca a su teta

-        ¡No, no me vas a chupar las tetas, Kevin!  – me dijo

-        Te prometo que no te la chupo

-        A ver, ¿qué vas a hacer?  – mi madre preguntó desconfiada

-        Esto…

Dejé caer un hilo de saliva en su pezón y le ordené

-        Jugá con tus dedos en el pezón, mojado con mi saliva

-        Mmmmm – dijo mi madre visiblemente caliente

Empezó a jugar con mi saliva en su pezón…

 

Continuará…

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