Historia en curso...

Mi hermana Belén

  Belén, mi hermana, siempre fue muy exhibicionista. De mostrarse mucho en redes. Su perfil, publicaciones y stories eran un verdadero infie...

Mi mamá Silvina 10

 


Capitulo introducción ----------> Mi mamá Silvina - Adiós Belén

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Ahora estábamos los dos completamente desnudos en el sillón de costado. Mi dedo entraba y salía de su concha con mucha facilidad. Tanta, que creí oportuno meterle un segundo dedo y ahora sentí que su mano me apretaba la cabeza para que chupe con más fuerza su pezón. Le metí los dos dedos y comencé a meter y sacar con buen ritmo. Sentía que su humedad era cada vez mayor.

Su mano en mi pija no dejaba de pajearme…

Mi boca no se despegaba de su pezón. Su mano de mi pija. Una de mis manos jugaba con su concha. Su otra mano acariciaba mi cabello y ahora su boca se acercó a mi oído.

-        Seguí así, me gusta mucho – me dijo

-        A mí también – fui a decirle

En ese momento, al levantar mi cabeza de su pecho, mi boca quedó a un centímetro de la suya.

Yo no dudé. Ella, tampoco.

Su boca carnosa estaba apenas abierta y parecía estar esperándome. Mis labios se unieron a los suyos. Su boca se abrió más, la mía también. Mi lengua salió y la de mi madre hizo lo propio.

Por la sensación de placer, parecía ser el primer beso que cada uno daba en su vida. Por la manera en que se dio ese beso, parecía como si esas bocas se conocieran desde siempre. La manera en que se movían nuestras lenguas, la forma en que la saliva fluía, el ímpetu que ambos le poníamos a cada beso demostraba que estábamos predeterminados para amarnos. Éramos madre e hijo. La conexión era inevitable.

Mi madre se movía mientras mis dedos exploraban su concha. Era hermoso sentir sus movimientos. La paja que me hacía era también suprema.

De pronto, dejó de besarme. Me asusté, pensé que todo se terminaba. Mi madre puso su palma encima de la mano que tenía dentro de su concha y acompañó mis movimientos de la palma que hacían presión sobre su clítoris. Me dijo mirándome a los ojos.

-        Haceme acabar, así, así

-        Seeeeee – le dije y volví a besarla

Mi madre dejó de hacerme la paja para tener el 100% de sus sentidos dedicados a su orgasmo. Su palma apretaba mi mano y su cuerpo se retorcía de placer

-        Me vas a hacer acabar, ¿sabías?

-        Siiii mami, quiero hacerte acabar

-        Estoy muy caliente, Kevin, no daba más – casi que se justificaba mi madre

-        Yo también

-        Seguí así, mi amor, seguí así

-        Si mami, siiii – le decía yo

Trataba de no cambiar de posición ni de alterar el movimiento que sabía que tanto placer le estaba causando.

-        Ayyy Kevin siiii

-        Si, mami, siiii, ¿vas a acabar?

-        Siii, mi amor, siiiii

Su cuerpo empezó a convulsionar y de su boca empezaron a salir hipidos de placer

-        Aghhh ah ah ah aaaah ahhh ahhhhh

-        Mmmmm – decía yo

Ahora, sabiendo que el orgasmo estaba presente, me lancé a chuparle las tetas con desesperación

-        Aghhhh siiiii chupame las tetas siiii, asiiiiii

-        Mmmmm – yo chupaba y chupaba

-        Siii mi amor, chupale las tetas a mami – me dijo

Eso me re calentó. Ella se fue recomponiendo y me besó nuevamente en la boca. Yo volví a chuparle las tetas. Ella agarró mi mano que seguía en su concha y la fue retirando. Me besaba todo el tiempo y yo a ella, claro

Luego me miró y me dijo:

-        Vení, ponete así

Me sentó en el sillón, me abrió las piernas y se arrodilló delante de mí. Me agarró la pija con las dos manos. Y comenzó a pajearme mientras me miraba a los ojos de a ratos y por otros momentos miraba mi verga.

-        Mmmmm, siii, mami, siiiii – le dije

-        Quiero devolverte el placer que me diste recién

-        Siiii, mami, si – parecía que era lo único que yo sabía decir

-        Tenés una pija hermosa, sabías?

-        ¿Te gusta, mami?

-        Mucho, mi amor, mucho

Mi madre continuaba con la paja. Me miraba y me pajeaba de una manera delicada y hermosa. Una mano empezó a acariciarme los huevos. La otra seguía con la paja. No pude creer lo que hizo a continuación. Haciendo trompita con la boca dejó caer saliva sobre mi pija y me pajeó con decisión.

Ella sabía que mi orgasmo se venía. Yo quería que me chupe la pija, pero no pude aguantar tanta calentura. Sobre todo, cuando ella, mientras me pajeaba, me dijo:

-        Quiero verte acabar, mi amor

-        Aghhhh mami, no voy a aguantar

-        Siiii, eso quiero, que acabes… - me decía ella

-        Ya me viene – le dije cuando ya no podía mas

-        Dale mi amor, acabá por favor – me pidió

Mi madre hizo como una especie de techito con la mano y así logró que el primer chorro impactara en su palma. Lo mismo hizo con el segundo y el tercero. Luego liberó mi pija y los demás chorros llegaron a mi pecho lampiño.

Mi mamá se miraba la mano llena de semen y se sonreía.

-        Cuanta leche, mi amor, me encanta

-        Siii, mami, te gusta mi leche?

-        Mucho, mi amor, mucho

Mi madre se levantó acostándose a mi lado. Agarró una servilleta de papel y se limpió la mano. Luego, fue ella misma la que limpió mi pecho con otra servilleta mientras se reía

-        ¡Cuánta leche que tenías, por dios!

-        Si, mami

-        Ahora andá a bañarte

-        Al final, no terminamos de ver la película – le dije

-        Bañate y terminamos de verla – me dijo dejándome totalmente intrigado

 

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Mi mamá Silvina 9

 



Capitulo introducción ----------> Mi mamá Silvina - Adiós Belén

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Yo estaba completamente desnudo, pegado a mi madre y con mi pija como un mástil mientras seguía pajeándome. Tuve una idea que realmente no sé de donde salió:

-        Dejame hacer algo – le dije llevando mi boca a su teta lentamente

-        ¡No, no me vas a chupar las tetas, Kevin!  – me dijo

-        Te prometo que no te la chupo

-        A ver, ¿qué vas a hacer?  – mi madre preguntó desconfiada

-        Esto…

Dejé caer un hilo de saliva en su pezón y le ordené

-        Jugá con tus dedos en el pezón, pero ahora mojado con mi saliva

-        Mmmmm – dijo mi madre visiblemente caliente

Empezó a jugar con mi saliva en su pezón…

Estábamos los dos muy calientes. Ambos lo notábamos. Yo necesitaba que mi madre se suelte más. Fue entonces que me puse de costado y estirándome me fui a su otra teta. Largué otro poco de saliva en su otro pezón. Ella se miró las tetas, luego me miró a mí y me dijo

-        Me gusta…

Siguió jugando con mi saliva en sus tetas. Volví a acercar mi boca a su pezón dejé caer la saliva, pero esta vez mi lengua rozó la punta de su pezón

-        Ayyy Kevin tené cuidado que me la tocaste con la lengua, ¿no?

-        Si, se me escapó. Es que la tentación es muy fuerte – le reconocí

-        No me podés tocar las tetas con la lengua – me advirtió

Cada uno interpreta lo que quiere y mi interpretación fue la siguiente: con mi lengua no, pero con mis dedos sí

Le volví a tirar saliva en su pezón y luego sin darle tiempo comencé a jugar con mis dedos en su pezón. Se negó, pero de una manera que no le creí

-        Noooo, Kevin Nooooo

-        Mmmmm siiiii, mami, siiiii, dejame

Me puse de costado y mi pija dura se apoyó sobre su muslo cubierto por la manta.

-        Dejame jugar un ratito, le pedí

-        Ufffff

Me puse a amasarle las tetas con ambas manos. Ella se las miraba y luego me miraba a los ojos. Tuve que contenerme para no intentar besarla.

La situación era de lo más morbosa y caliente. Yo estaba inclinado sobre ella. Le volví a tirar saliva en su pezón y otra vez, como un rayo, apareció una morbosa idea en mi cabeza

-        Tirale saliva vos ahora – le ordené

-        Mmmmm – dijo ella obediente y dejó caer un hilo de saliva sobre su otro pezón

-        Mmmmm – jugaba yo ahora con sus pezones lubricados con nuestras babas

Estuve un rato largo jugando con mis dedos en sus pezones y comenzaron a secarse. Le ofrecí mis dedos a su boca poniéndoselos delante de sus labios. En completo silencio, ella no dijo palabra y abrió su boca. Mis dedos de apoyaron en la almohadilla de su lengua y comenzó a jugar con ellos llenándolos de saliva.

Con los dedos todos mojados jugué con su pezón. Luego le ofrecí los dedos de la otra mano y los chupó de la misma manera. Volví a jugar con su otro pezón.

Estábamos en llamas. Mi madre gemía. Por más temores que tuviera, por primera vez sentí que mi madre no me iba a poder detener.

Fue entonces que bajé mi boca a su pezón y estando muy cerca de él dejé caer un poco de baba y la miré. Me estaba mirando con una cara de deseo que jamás le había visto. Su rostro rojo, su mirada vidriosa.

Acerqué más mi boca a su pezón sin dejar de mirarla a los ojos. Era obvio lo que iba a suceder, pero quería su tácita aprobación. Largué un cálido aliento sobre su pezón y la miré con interrogación. Ella movió su cabeza arriba y abajo como afirmando. Eso era lo que necesitaba.

Me lancé a chupar ese pezón con locura. Creo que fue el paso que estaba necesitando dar mi madre. Lejos de frenarme comenzó a acariciarme el pelo mientras yo no para de chuparla

Era el momento de cambiar de teta y no dudé. MI madre se acomodó para facilitarme la tarea y se puso de costado.

No se si fueron los movimientos o si fue ella. Juro que yo no fui quien lo hizo, pero la manta comenzó a descender por las piernas de mi madre. Pude mirar para abajo en un momento y vi un monte de venus hermoso, perfectamente recortado y cuidado. Una pequeñísima mata de pelos cubría apenas su vientre. Era hermosa.

Ella no se dio por enterada. Yo la abracé por la cintura ahora y seguí chupándole las tetas como un auténtico desesperado.

Ahora estábamos los dos completamente desnudos en el sillón de costado. Nuestros cuerpos se rozaban sin manera de evitarlo.

Mi verga dura y goteando tocó su cadera y ella se estremeció. Sentí pánico en el momento, ya que pensé que eso la haría detenerse por completo. Era mi pija y su piel. Un avance que nunca pensé que lograría.

Por suerte, ella estaba tan caliente como yo y me agarró la pija acomodándola para arriba. Se apretó más contra mí y su abdomen hacía presión contra mi durísima verga. Yo me apretaba más y más contra ella.

Hasta que ella se separó, pero solo un poco. Bajó su mano y me acarició la pija lentamente. Yo creí morirme de placer en ese instante. Aunque esa caricia no sería todo. Esa caricia sería el comienzo de algo mucho mejor.

Sus dedos envolvieron mi pija y la apretaron suavemente. Yo estaba en la gloria total. ¿Mi madre me haría la paja? Creo que no dejé de chuparle las tetas ni un solo momento. Era lo que mejor me salía hacer. No me animaba a besarla ni a bajar con mi boca a su concha.

Ella, más experimentada que yo, se acomodó sin dejar de mover su mano en mi pija. Me agarró la mano que tenía en su cintura y la llevó lentamente a su concha. Necesitaba que la toque.

Todo esto sucedía en el más absoluto silencio. Ninguno de los dos se animaba a hablar.

Mi mano se acercó a la zona de su concha y cuando presioné un poco, ella me facilitó la tarea abriendo sus piernas. Mis dedos sintieron una humedad total. El calor que sentí cuando hundí el primer dedo dentro de la concha fue una sensación que no voy a olvidar jamás.

Entró todo mi dedo y escuché que mi madre bajaba su boca hasta mi oído:

-        Aghhhhhh – me susurró

-        Me encanta, mami – le dije

-        Siiiiiiii – me susurró ahora

Mi dedo entraba y salía de su concha con mucha facilidad. Tanta que creí oportuno meterle un segundo dedo. Ahora sentí que su mano me apretaba la cabeza para que chupe con más fuerza su pezón. Le metí los dos dedos y comencé a meter y sacar con buen ritmo. Sentía que su humedad era cada vez mayor.

Su mano en mi pija no dejaba de pajearme…



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Mi mamá Silvina 8

 



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Lo que había logrado con mi madre ya era mucho más de lo que me esperaba. De hecho, mucho más de lo que había planeado con mi escritor consejero.

La idea era solo mostrarle mi carpa bajo la manta, pero terminamos masturbándonos los dos y yo pude ver sus hermosas tetas y mi madre mi pija en todo su esplendor, acabando y mojando todo mi pecho.

¿Cómo seguir ahora? ¿Podría tener un avance?

Volví a mirar el WhatsApp de mi mamá y no encontré nada alentador.

Por una parte, le decía a mi tía que se había extralimitado conmigo, pero que no iba a ir más lejos, casi que se lo prometía a mi tía y a ella misma.

Por otra parte, le escribió a Omar y le dijo que quería salir con él a la noche. Él le dijo que no podía esa noche, pero sí la siguiente.

Me decidí a contarle todo a mi escritor y esperar a que pasen los días. Lo único que quería era tener una oportunidad.

Me llamó mucho la atención que al otro día mi madre actuara como si nada y no mencionara el tema. Yo, por mi parte, no me mostré erecto ni nada por el estilo. Preferí poner paños fríos y esperar.

Pasaron dos días, mi madre salió con Omar y esa noche volvió bastante tarde. La imaginé cogiendo con él y tuve un poco de celos. Por suerte, me puedo controlar y no dije nada. Eso sí, esperé a que se durmiera y entré a su WhatsApp.

Mis esperanzas se renovaban nuevamente. Pese a volver tarde, la noche con Omar no había sido de lo mejor. Con él se mostraba fría, pero fue el chat con mi tía lo que me dio la clave.

-        Hola

-        Hola, Sil – le decía mi tía

-        Acá andamos

-        ¿Qué pasa?

-        Otra vez

-        ¿Otra vez, que?

-        Lo de siempre

-        ¿No se le paró?

-        No, esta vez, peor.

-        ¿Qué pasó?  – preguntaba mi tía intrigada

-        Se le paró, pero acabó a los 5 minutos

-        Bueno, pero lo pasaste bien por lo menos – yo entendí a donde iba mi tía

-        Sí, pero no acabé de vuelta.

-        Uhhhh, eso si ya es un problema – decía mi tía

-        Lo me mas bronca me da es que no se preocupe porque yo acabe. En otros aspectos, es tan divino conmigo, pero en esto…

-        Bueno, parece buen tipo, te quiere, ¿no?  – la consolaba mi tía

-        Sí, eso es verdad, creo que el mejor tipo que conocí en muchos sentidos

-        Bueno, comprate un dildo y listo, jajajaja – se reía mi tía

Tuve que googlear que era un dildo porque no sabía. Me extrañó un poco que ni mi madre, ni mi tía me nombraran en su conversación.

A la noche siguiente, terminamos de comer y le pregunté a mi mamá si no quería terminar de ver la película del otro día.

Mi madre casi se atraganta cuando me escucha decirlo. Pero lo mejor de todo, fue lo que me dijo:

-        Sí, pero con mantita

Creo que mi pija saltó como un resorte cuando escuchó ese comentario. Imaginé lo caliente que estaría mi madre para acceder a esto conmigo.

-        Voy a buscar la manta – le dije

-        Mejor traé la de mi cuarto que es más grande

-        Bueno – dije un poco desilusionado

Más grande la manta, menos posibilidades de que nos destapemos y nos veamos, pero bueno, debía estar contento con lo logrado.

Traje la manta que en realidad era un acolchado, puse la película y me acosté en el sillón. Mi madre se acostó a mi lado. No hubo contacto entre nosotros dos esta vez, cosa que me generaba cierta ansiedad.

La manta era muy grande y daba mucho calor. Aun con dudas, la miré a mi mamá y le dije:

-        Perdoname, pero me da mucho calor este acolchado

Me saqué toda la ropa teniendo el cuidado de que no me viera desnudo. No quise generar una reticencia por parte de mi mamá.

-        Ah bueno, ¿ya empezamos así?  – dijo ella

-        Si, ma – le dije fingiendo calma

-        Bueno, yo no te voy a decir nada – me dijo mi mamá

Me acomodé y con cautela me acerqué un poco más a ella.

Volví a poner le escena en la que la protagonista tiene sexo con su amante. Rápidamente mi pija reaccionó y haciendo el chiste, hice una carpa con mi verga como palo mayor

-        Kevin, no empecemos…

-        No puedo contenerme – le dije

-        Te gusta la chica, ¿no?  – me preguntó

La miré y me sinceré.

No me aguanté y le dije todo en la cara. No me importó. Tenía que sacármelo de encima.

-        Mami, ¿queres que te diga la verdad?

-        Siempre quiero que me digas la verdad – me respondió ella

-        ¿No te vas a enojar? es fuerte…

-        Decímelo y te digo – me respondió

-        Me gusta la chica, sí, pero más me gusta estar así, con vos al lado

-        Ah bueno, eso sí que es fuerte

-        ¿No te enojas?

-        No, no me enojo. Miremos la película – me cortó

La película seguía y supimos lo que venía. Sexo del bueno. Yo me empecé a pajear lentamente debajo de la colcha.

Mi madre se movía incómoda y le propuse:

-        ¿Tenés calor?

-        Si - me respondió

-        ¿Por qué no te sacas la ropa?

-        Te gustaría que lo haga, ¿no?

-        Claro – le reconocí

-        ¡Como sos, Kevin!  – me dijo riendo

-        ¿Sabes que me gustaría?

-        ¿Qué?

-        Que vos tengas ganas de sacarte la ropa… - le dije mirándola

Mi madre comenzó a moverse debajo de la colcha y cuando se quitó la parte de abajo la tiró mostrándome cómo lo hacía

-        Me gusta saber que estamos los dos desnudos – le reconocí

-        A mí, también – me dijo y mi pija dio un salto

La escena de sexo seguía en la tele.

-        Que buenas tetas tiene – dijo mi mamá para mi sorpresa

-        Las tuyas son mejores – le dije

-        Jajaja, ojalá – me dijo

-        No, te juro, para mí, son mejores

-        Seguro que te gustaban más las de tu hermana embarazada

Ese comentario me sorprendió y noté una chispa de celos que me animó a seguir por ese camino

-        Siii, reconozco que las de Belén eran, bueno, son hermosas también

-        ¿Qué le habrás hecho a esas tetas? – se preguntó mi madre

-        Nada que no les gustara, te lo aseguro – le dije mirándola a los ojos ahora

-        ¿Se las tocaste? – me preguntó

-        No te voy a decir

-        Ella tampoco me quiso decir – me dijo mi madre

-        Jugamos mucho… - le dije

Ahora mi movimiento debajo de la manta era tremendo, tanto de mi madre como mío. Aproveché la situación y le solté

-        Le gustaba mucho verme la pija

-        Ah, ¿sí? – me dijo mi madre

-        ¿A vos no te gusta mi pija?

-        Si – reconoció ella – pero no sé si es lo que corresponde

-        Mirala un rato mientras me pajeo – le dije sacándome la colcha

-        Uffff – dijo mi madre cuando vio mi pija

-        Ahora quiero verte a vos

Mi madre se descubrió las tetas. No quiso mostrarme su concha. Yo quise pedírselo, pero supe que ese momento iba a llegar solo

-        Tus tetas son muy lindas – le dije

-        ¿Te gustan?  – ahora mi madre se las acariciaba con ambas manos

Ella sabía que estaba buenísima y jugaba con eso.

-        Siiii tocátelas así – le ordené

-        ¿Así?  – me dice mi mamá jugando con ellas

Yo estaba desnudo pegado a mi madre y con mi pija como un mástil mientras seguía pajeándome. Tuve una idea que realmente no sé de donde salió:

-        Dejame hacer algo – le dije llevando mi boca a su teta

-        ¡No, no me vas a chupar las tetas, Kevin!  – me dijo

-        Te prometo que no te la chupo

-        A ver, ¿qué vas a hacer?  – mi madre preguntó desconfiada

-        Esto…

Dejé caer un hilo de saliva en su pezón y le ordené

-        Jugá con tus dedos en el pezón, mojado con mi saliva

-        Mmmmm – dijo mi madre visiblemente caliente

Empezó a jugar con mi saliva en su pezón…

 

Continuará…

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